domingo, 7 de agosto de 2011

Orinoco de Aphra Behn

      Oliver Cromwell fué un militar inglés y un líder político mejor conocido por haber hecho de Inglaterra una república. 
       Subió al poder al la muerte del Rey Carlos I. Durante los 5 años de su gobierno puritano, los teatros estubiéron cerrados.
      Tras su muerte en 1658 lo sucedió su hijo Ricardo, quien tras un año de gobierno renunció.
      Tras su renúncia, Carlos II fué traído de Francia y comenzó una era llamada La Restauración de la Monarquía.
   Su reinado puso fin al puritanismo y los teatros abrieron.
      Durante éste tiempo, el Imperio Británico tenía muchas colonias, debido a ello, se dió la llamada Literatura Turística.
     Esta literatura fascinaba por su exotísmo al hablar de lugares remotos.
Esta literatura turística está presente en obras de Shakespeare,
                                           Daniel Defoe,
                                           y Jonathan Swift.
       Aphra Behn nació el 10 de julio de 1640, en Wye, cercas de Canterbury.
      Behn fué una prolífica dramatúrga de la restauración y es considerada una de las primeras escritoras inglesas de profesión.
       Su vida es interesante pero misteriosa por la falta de información.
               Se sabe que en 1664 se casó con un mercader alemán.
      Se sabe poco de su vida matrimonial la cual duró poco tiempo y después circuláron rumores de su bisexualidad.
       Se supone que durante su viaje debió haber conocido a un líder africano esclavo, cuya historia formó la base para una de sus más famosas novelas.
      En 1666 por recomendación de Tomas Culpepper fue reclutada como espía del gobierno por el Rey Carlos II.
    Su nombre codificado con el que hizo sus hazañas se dice que pudo haber sido Astrea, pseudomino con el cual firmó varios libros.
   Virginia Wolf escribió, “Todas las mujeres del mundo deberíamos juntas dejar caer flores en la tumba de Aphra Behn, porque fue ella quien nos ganó el derecho de nuestras mentes habláran.”
     En esta novela la autora se establece a sí misma  como testigo de los hechos narrados.
   En su novela, la autora se presenta como una dama que ha venido a Surinam acompañando a su padre, asignado como nuevo gobernador de la colonia, cuyo nombre no es identificado.
      Sin embargo el padre muere en el viaje y ella y su familia son colocados en la casa más fina del asentamiento.
    La novela narra las experiencias con los nativos indígenas y los esclavos, entrelazada con la trama principal.
       Al final de la historia la narradora deja Surinam y regresa a Londres.
       Behn describe a los locales como viviendo una vida simple.
        Orinoco es una novela corta y fué publicada en 1688. 
     Cuenta la historia de Orinoco, nieto de un rey africano quien se enamora de Imonida, la hija de éste rey.
       El Rey también se enamora de Imonida, y le da el velo sagrado ordenándole que llége a ser una de sus esposas.
       Después de estar un tiempo de manera indispuesta en el harén del rey, Imonida y Orinoco planean el encuentro.
     Sin embargo son descubiertos. El rey vende a Imonida como esclava y Orinoco es engañado y capturado por un malvado capitán inglés de esclavos.
      Ambos son llevados a Surinam, en ese entonces colonia inglesa sostenida por plantaciones de caña de azúcar.
   Los dos amantes son reunidos ahí bajo los nuevos nombres cristianos de Cesar y Clemencia...
      ...a pesar de que la belleza de Imonida ha atraído los superfluos deseos de Bryan, el gobernador inglés. 
        Orinoco organíza la revuelta y los esclavos son cazados y obligádos a rendírse bajo la promesa de amnistía de Bryan.
        Sin embargo cuando los esclavos se rinden, Orinoco es azotado.

       Para vengar su honor y expresar su odio, así como su valor natural, Orinoco decide matar a Bryan.
     Pero para proteger a Imonida de violaciones y subyugaciones después de su muerte, decide matárla.
      Los amantes discúten el plan  e Imonida acepta dispuéstamente.
       Sin embargo, su amor por ella le impíde matárla y le exíge protegérla.
          Pero cuando la apuñála, ella muere con una sonrisa en su faz.
       Orinoco es encontrado llorando frente al cuerpo y se le protége para impedir que se quite la vida, solo para ellos hacerlo públicamente.
      Durante su muerte por desmembramiénto, Orinoco se mantiene con calma, de manera estóica, fumando su pipa firmemente sin gritar.
       Después de la muerte de Orinoco, los holandeses toman la colonia y arreglan la revuelta asesinando inmisericórdemente a los esclavos.
    
       Orinoco es una obra corta de ficción en prosa escrita por Aphra Behn, publicada en 1688, en relación con el amor de su héroe, un africano esclavizado en Surinam en la década de 1660, y las propias experiencias de la autora en la nueva colonia de América del Sur.
       Behn trabajó para Charles III como espía durante el início de la Segunda Guerra Holandesa, terminando destituida cuando regresó a Inglaterra, e inclusive pasando tiempo en la prisión de los deudores, ya que Charles falló en pagarle apropiadamente, o en absoluto. Ella se convirtió en escritora para sobrevivir, con notable éxito. Escribió poesía que se vendió bien, y tuvo un número de obras representadas las cuales le dieron fama durante su vida. En la década de 1670, solo John Dryden tenía obras representadas con más frecuencia que Behn.
    Ella comenzó a escribir prosa narrativa extensa hacia finales de su carrera. Publicada en menos de un año antes de morir su autora, Orinoco es una de las primeras novelas inglesas. El interés en Orinoco se ha incrementado desde la década de los 1970s, argumentando los críticos que Behn es la antecesora de las escritoras británicas, y que Orinoco es un texto crucial en la historia de la novela.
     Orinoco o el Esclavo Real es una novela relativamente corta en relación al nieto de un rey Coromantin africano, el príncipe Orinoco, quien se enamora de Imonida, la hija del general mayor del rey. La raza Coromanti eran esclavos traídos de Akan, actual Ghana, conocidos por su carácter natural rebelde.
       El rey también se enamora de Imonida. Él le da a Imonida el sagrado velo, por lo tanto le manda convertirse en una de sus esposas, a pesar que ella ya estaba casada con Orinoco. Después de pasar tiempo indispuestamente en el harén del rey, Imonida y Orinoco planifican una cita con la ayuda y simpatía de Onahal y Aboan. Son eventualmente descubiertos, y porque ella ha perdido su virginidad, Imonida es vendida como esclava. La culpabilidad de rey, sin embargo, lo lleva a informar falsamente a Orinoco que ella ha sido ejecutada, debido a que la muerte, se pensaba, era un mejor estado que la esclavitud. Más tarde, después de ganar otra guerra tribal, Orinoco es traicionado y capturado por un capitán Inglés, quien planea vender a él y a sus hombres como escalvos. Ambos, Imonida y Orinoco, son llevados  a Surinam, en ese tiempo una colonia inglesa basada en las plantaciones de caña de las Indias Occidentales. Los dos amantes se reúnen ahí bajo los nuevos nombres cristianos de Cesar y Clemene, aún cuando la belleza de Imonida ha sido causa de los deseos no bienvenidos de los esclavos y del caballero de Cornualles, Trefry.   
       Debido al embarazo de Imonida Orinoco solicita su regreso a la patria. Sin embargo, después de haber sido ignorada su petición continuamente, él organiza la revuelta de los esclavos. Los esclavos son perseguidos por las fuerzas militares y obligados a rendirse bajo promesa de amnistía del vicegobernador Byam. Sin embargo, cuando los esclavos se rinden, Orinoco y los otros son castigados y azotados. Para vengar su honor y expresar su valor natural, Orinoco decide matar a Byam. Pero, para proteger a Imonida de violación y sometimiento posterior a su muerte, decide matarla. Los amantes discuten el plan y con una sonrisa en su rostro, Imonida muerte por la mano de Orinoco. Pocos días después, Orinoco es encontrado llorando frente al decapitado cuerpo de Imonida, y se le protége para impedir que se quite la vida, solo para ellos hacerlo públicamente. Durante su muerte por desmembramiénto, Orinoco se mantiene con calma, de manera estóica, fumando su pipa firmemente sin llorar.
   La novela está escrita en una mescla de primera y tercera persona, al narrador relatar acciones en África y describirse a sí mismo como un testigo de las acciones que tienen lugar en Surinam. En la novela la narradora se presenta a sí mismo como una dama que ha venido a Surinam acompañando a su padre, asignado como nuevo gobernador de la colonia, cuyo nombre no es identificado. Sin embargo el padre muere en el viaje y ella y su familia son colocados en la casa más fina del asentamiento. La novela narra la experiencia con los nativos indígenas y los esclavos entrelazada con la trama principal. Al final de la historia la narradora deja Surinam y regresa a Londres.
       Estructuralmente, hay tres piezas de la narrativa que no fluyen de una manera estrictamente biográfica. La novela comienza con una declaración de veracidad, donde la narradora dice no estar escribiendo ficción o una historia pedante. Afirma ser una testigo presencial y estar escribiendo sin un tipo de adorno o tema, confiando únicamente en la realidad. Lo que sigue es una descripción misma de Surinam y de los indios de América del Sur allí. Ella considera a los locales como gente sencilla que viven en una Edad de Oro (la presencia de oro en la tierra es indicativo de la época de las propias personas). Solamente después la narradora provee la historia de Orinoco misma y las intrigas de ambos: de su abuelo y el capitán de esclavos, el cautiverio de Imonida, y su propia traición. La siguiente sección es el presente de la narradora; Orinoco e Imonida son reunidos, y Orinoco e Imonida conocen a la narradora y Trefry. La tercera sección contiene la rebelión de Orinoco y sus consecuencias.
      Orinoco es hoy la más estudiada de las novelas de Aphra Behn, pero no fue un éxito inmediato en su propia vida. Se vendió bien, pero la adaptación para el teatro por Thomas Southerne hizo la historia tan popular como lo llegó a ser. Poco después de su muerte, la novela comenzó a ser leída otra vez, y de ese tiempo en adelante, las afirmaciones de facto hechas por el narrador de la novela y la veracidad de toda la trama han sido aceptadas y cuestionadas con un menor o mayor grado de credulidad. Debido a que la señora Behn no estaba disponible para confirmar o corregir cualquier información, los primeros biógrafos asumieron que la narradora en primera persona era Aphra Behn hablando por sí misma e incorporando las declaraciones de la novela en los relatos de su vida. Es importante, sin embargo, reconocer que Orinoco es una obra de ficción y que su narradora, en primera persona, la protagonista, no necesitaba ser más objetiva que la primera persona del narrador Jonathan Swift, aparentemente Gulliver, en Los Viajes de Gulliver, el narrador náufrago de Daniel Defoe en Robinson Crusoe, o el narrador en primera persona de El Cuento de una Tina de Jonathan Swift.

       Los investigadores hoy en día no pueden decir o no, si el narrador de Orinoco representa a Aphra Behn, y si es así, si ella afirma la verdad. Los académicos han discutido por más de un siglo si realmente Behn visitó Surinam, y si lo hizo así, cuándo. Por otro lado, la narradora reporta que ella “vió” ovejas en la colonia cuando el asentamiento había tenido que importar carne de Virginia, como ovejas, en particular, pues no podían sobrevivir ahí. También, como Ernest Bernbaum argumenta en su libro, “El Orinoco de la Señora Behn,” todo lo sustantivo en Orinoco, pudo haber venido de los relatos de William Byam y George Warren que estuvieron circulando en Londres, en la década de 1660. Sin embargo, como J.A. Ramsaran & Bernard Dhuiq catalogan, Behn proporciona una gran cantidad de color local preciso y descripciones físicas de la colonia. Verosimilitud topográfica y cultural no eran criterios de lectores de novelas y obras de teatro en la época de Behn mas que en Thomas Kyd, y Behn en general no se molestó en tratar de ser precisa en sus locaciones en otras historias. Sus obras tienen escenarios distintos completamente, y ella rara vez utilizó tiempo en descripciones topográficas en sus historias. En segundo lugar, todos los europeos mencionados en Orinoco, estuvieron realmente presentes  en Surinam, en la década de 1660. Es interesante, si el relato entero es ficticio y basado en reportaje, que Behn no se tomó la libertad de invención para crear pobladores europeos que pudo haber necesitado. Finalmente la caracterización de la gente real en la novela no se sujeta a las propias políticas de Behn. Behn fue una monárquica de toda la vida y su ficción es completamente consistente en describir realistas virtuosos y ponerlos por encima de nobles que son mezquinos y malos republicanos y parlamentarios a los cuales son opuestos. Si Behn no hubiera conocido a las personas que ficcionaliza en Orinoco, es muy poco probable que los monárquicos realistas se hubieran convertido en villanos de ficción o cualquiera de los héroes republicanos reales, ficionalizados, y aún Byam y James Bannister, ambos monárquicos en el interregno son maliciosos, licenciosos, y sadisticos, mientras George Marten, un republicano de Cromwell, es razonable, de mente abierta y justo.    
      A fin de cuentas, parece que Behn realmente viajó a Surinam. El narrador ficticio, sin embargo, no puede ser Aphra Behn. Por un lado, el narrador dice que su padre estaba destinado a ser el vice gobernador de la colonia y murió en el mar en ruta. Esto no sucedió a Bartolomé Johnson (padre de Behn), a pesar de que murió entre 1660 y 1664. No hay ninguna indicación en absoluto de nadie, excepto de William Byam de que existía un vice gobernador de asentamiento y la única figura importante que falleció camino en el mar fue Francis, Lord Willoughby, el titular de la patente colonial de Barbados y “Surinam.”
       Además, la muerte del padre del narrador explica su antipatía hacia Byam porque él es su padre usurpador como gobernador adjunto de Surinam. Este padre ficticio, así, da al narrador un motivo para su retrato poco favorecedor de Byam, un motivo que podría cubrir el verdadero motivo de Aphra Behn en ir a Surinam y de la real antipatía de Behn hacia el Byam real.
        También es poco probable que Behn fuera a Surinam con su marido, aunque ella lo pudo haber conocido y se pudo haber casado en Surinam, o en el viaje de regreso a Inglaterra. Una mujer soltera socialmente encomiable en buena estima no habría ido acompañada a Surinam. Por lo tanto, es más probable que Behn y su familia se trasladaron a la colonia en compaña de una dama. En cuanto a su propósito de ir, Janet Todd presenta un fuerte argumento de que fue por razones de espionaje. En la época en que sucedieron los eventos en la novela, el gobernador diputado Byam había tomado el control absoluto del asentamiento y era opuesto no solo al ex coronel republicano George Marten, sino también a los realistas dentro del asentamiento. Las habilidades de Byam eran sospechosas y es posible que tanto Lord Willoughby o Charles II estarían interesados en una investigación de la administración allí.

       Más allá de los hechos se sabe poco. Los primeros biógrafos de Aphra Behn no solo aceptaron las afirmaciones del narrador de la novela como hechos reales, sino que Charles Gildon incluso inventó un romance entre el autor y el personaje del título. Por otro lado, los anónimos Memorias de Aphra Behn, y  Escrito por Uno de los Bellos Sexos (ambos en 1698) insistían que la autora era demasiado joven para ser románticamente disponible en el momento de los acontecimientos en la novela. Posteriores biógrafos han contendido con esas afirmaciones ya sea para probarlo o desmentirlo. Sin embargo, es útil ver los eventos de la novela como si fuesen parte de las observaciones de un investigador, como ejemplos de gobierno, más que una autobiografía.

       Hubo numerosas revueltas de esclavos en las colonias inglesas dirigidas por esclavos Coromantis. Orinoco es descrito como siendo de raza Coromanti y fue probablemente un modelo posterior de los esclavos Coromantis que fueron conocidos por causar varias revueltas en el Caribe.
       Una figura que embona con la personalidad de Orinoco es el anglo John Allin, un colono de Surinam. Allin estaba desilusionado y triste en Surinam, y fue llevado por el alcoholismo y por salvajes y liberales blasfemias tan chocantes que el gobernador creía que la repetición de tales, en el juicio de Allin, agrietaron los cimientos del palacio de justicia. En la novela, Orinoco planea matar a Byam y luego suicidarse, y esto concuerda con la trama de que Allin quería matar a Lord Willoughby y luego suicidarse, porque, dijo, era imposible “poseer mi propia vida cuando no puedo disfrutar de ella con libertad y honor.” Él hirió a Willoughby y fue llevado a prisión donde se suicidó con una sobredosis. Su cuerpo fue llevado a la picota, “Donde un barbicue se erigió; sus miembros cortados y arrojados a su cara, habían quemado sus entrañas bajo el barbicue…su cabeza cortada, su cuerpo descuartizado y cuando fue asada o tostada, su cabeza fue ensartada en un poste en Parham (residencia de Willoughby, en Surinam), y sus partes fueron colocadas en los lugares más eminentes de la colonia.”
      Allin, hay que destacarlo, era un hacendado, y no un trabajador por contrato, o esclavo, y la “libertad con honor” que él buscaba era independencia más que manumisión. Tampoco era Allin de sangre noble, tampoco era su causa contra Willoughby basada en el amor. Por lo tanto, en la medida en que proporciona un modelo para el Orinoco, tal modelo es limitado más a su crimen y castigo que a su difícil situación. Sin embargo, si Behn dejó Surinam en 1663, se pudo haber mantenido en contacto con los asuntos de la colonia leyendo La Relación Exacta que Willoughby publicó en Londres en 1666 y visto en la ejecución extraordinaria una barbaridad para injertar en su villano, Byam, al hombre que pudo haber sido su real empleador, Willoughby.
     Mientras Behn estaba en Surinam (1663), pudo haber visto llegar un barco de esclavos con 130 “de carga,” y 54 habiendo sido “perdidos” en tránsito. Aunque los esclavos africanos no eran tratados diferente de los sirvientes contratados procedentes de Inglaterra (y, de hecho, más valorados), sus causas estaban perdidas, por lo que esclavos, sirvientes contratados, y habitantes locales atacaron el asentamiento. No hubo una sola rebelión, sin embargo, que coincidiera con lo que es relatado en Orinoco. Además, el carácter de Orinoco es físicamente diferente de los otros esclavos, siendo negro de piel, teniendo una nariz romana, y teniendo pelo liso. La falta de registros históricos de rebeliones en masa, lo improbable de las descripciones físicas del carácter (cuando los europeos de esa época no tenían una idea clara de raza o de un conjunto hereditario de características “raciales”), y la cortesía europea del personaje, sugiere que es más probable que haya sido inventado al por mayor. Adicionalmente, el nombre del carácter es artificial. Hay nombres en lengua yoruba que son similares, pero los esclavos africanos de Surinam, fueron de Ghana.
      En lugar de venir de la vida real, el personaje (Orinoco) parece venir de la literatura, pues su nombre es una reminiscencia de Oroondates, un personaje de Casandra, del autor francés La Calprenède, que Behn había leído. Oroondates es un príncipe Escitia que desea novia y le es arrebatada por un rey anciano. Previo a esto, hay un Oroondates que es el sátrapa de Menfis en la Æthiopica, una novela de la antigüedad tardía de Heliodoro de Emesa. Muchos de los elementos de la trama de la novela de Behn recuerdan aquellos en Æthiopica  y otros romances griegos de la época. Hay una similitud particular con la historia de Juba, en el romance de La Calprenède, titulado Cléopâtre, quien se convierte en un esclavo en Roma, y se le da un nombre romano-Coriolanus-así como a Orinoco se le da el nombre romano de Cesar.
       Alternativamente se podría argumentar que Orinoco es un “homófono” del río Orinoco, a lo largo del cual los ingleses se establecieron, y es posible ver al carácter como una figura alegórica de la mala gestión del territorio propio. Orinoco y la crisis de los valores de la aristocracia, la esclavitud, y el valor que él representa para los colonos, es un emblema del Nuevo Mundo y la colonización misma. Una persona como Orinoco es un síntoma de un lugar como el Orinoco.
        La colonia de Surinam comenzó a importar esclavos en la década de 1650, ya que no había suficientes siervos contratados procedentes de Inglaterra para la mano de obra intensiva en producción de azúcar de caña. En 1662, el duque de York tenía una comisión para suministrar 3000 esclavos al Caribe, y Lord Willoughby también era un comerciante de esclavos. En su mayor parte, comerciantes de esclavos ingleses trataban con tomadores de esclavos en África, y raramente capturaban esclavos ellos mismos. La historia del secuestro de Orinoco es plausible, ya que esas redadas se llevaban a cabo, pero los comerciantes de esclavos ingleses las evitaban en lo posible por temor a capturar accidentalmente a una persona que pudiese provocar a ira a los grupos amigos de la costa. La mayoría de los esclavos provenían de la Costa de Oro, y en particular, del Ghana moderno.
       Según el biógrafo Janet Todd, Behn no se opuso a la esclavitud en sí. Ella aceptaba la idea de que grupos más poderosos deberían esclavizar a los más débiles, y ella habría crecido con los cuentos orientales de “El Turco” tomando esclavos europeos. A pesar de que nunca se ha demostrado que Behn se casó en realidad, el candidato más probable para su marido es Johan Behn, quien navegó en el Rey David de la ciudad imperial alemana de Hamburgo. Este Johan era un esclavista cuya residencia en Londres, más tarde, fue probablemente el resultado de actuar cubierta mercantil para el comercio holandés con las colonias inglesas bajo bandera falsa. Uno podría argumentar que si Aphra Behn se habría opuesto a la esclavitud como institución, no es muy probable que ella se hubiera casado con un comerciante de esclavos. Al mismo tiempo, es bastante claro que ella no era feliz en el matrimonio, y Orinoco, escrita veinte años después de la muerte de su marido, tiene, entre su elenco de personajes, a nadie más malo que el capitán de un barco de esclavos que engaña y captura a Orinoco.
     Todd esta probablemente en lo correcto al decir que Aphra Behn no tenía la intención de protestar contra la esclavitud. Sin embargo, Behn tibia sus sentimientos acerca de la esclavitud, y no hay duda acerca de sus sentimientos favorables sobre el tema de la realeza natural. Las palabras finales de la novela son una leve explicación de la culpa de la narradora, pero es por el hombre individual que ella llora y que ella escribe un homenaje, y no alberga ninguna protesta sobre la esclavitud en sí. Un rey natural no podría ser esclavizado, y, como se sostiene en la obra que Behn escribió mientras estaba en Surinam, El Joven Rey, ninguna tierra puede prosperar sin rey. Su Surinam ficticio es un cuerpo sin cabeza. Sin un líder verdadero y natural (un rey) el hombre débil y corrupto abusa de su posición de poder. Lo que faltaba era Lord Willoughby, o el padre de la narradora: un verdadero señor. Ante la falta de tal liderazgo, un verdadero rey, a saber Orinoco, es malentendido, maltratado y asesinado.
       Uno de los posibles motivos de la novela, o al menos una inspiración política, fue la visión de Behn que Surinam era un asentamiento fructífero y potencialmente rico, que solo necesitaba un verdadero noble que le guiára. Al igual que otros enviados a investigar la colonia, ella sintió que Charles no fue informado correctamente sobre las potencialidades del lugar. Cuando Charles perdió Surinam en 1617 con el Tratado de Breda, Behn estaba consternada. Esta consternación es promulgada en la novela, de una manera gráfica: si el inglés, con su aristocracia, mal administraba la colonia y los esclavos por tener un gobernante lo insuficientemente noble allí, entonces la democracia y el mercantilismo holandés irían peor. En consecuencia, el apasionado mal gobierno de Byam es remplazado por la gestión eficiente e inmoral de los holandeses. Charles tenía como estrategia  una presencia unida en América del Norte. Sin embargo, y su obtención de Nueva Amsterdan por Surinam, fue parte de un proyecto a largo plazo. Ni Charles II ni Aphra Behn pudieron haber sabido que tan acertada fue a decisión de Charles II, pero Orinoco puede ser visto como una protesta monarquica.
       Behn fue una escritora política de ficción y para el escenario, y aunque no didáctica en propósito, la mayoría de sus obras tienen un contenido político distinto. El momento de la publicación de Orinoco debe ser visto en su propio contexto, así como dentro de una tradición literaria más grande. De acuerdo con Charles Gildon, Aphra Behn escribió Orinoco aún con la presencia de compañía, y el propio relato de Behn sugiere que escribió la novela en una sola sentada, con su pluma escasamente despegándose del papel. Si Behn viajó a Surinam en 1663-1664 no sintió la necesidad por 24 años de escribir su “historia americana” y después sintió una pasión repentina y aguda de contarla en 1688. Es, por lo tanto, conveniente considerar qué cambios hubo en el ambiente en ese año que pudieron dar cuenta de la novela.
       El año de 1688 fue un momento de ansiedad masiva en la política inglesa. Charles II había muerto en febrero de 1685, y James II llegó al trono después en el mismo año.
        El pretendido catolicismo romano de James II y su matrimonio con una novia declaradamente católica despertó las viejas fuerzas parlamentarias para hablar de la rebelión nuevamente. Ésta es la atmosfera existente cuando se escribe Orinoco. Una de las características más notables de la novela es que Orinoco insiste, una y otra vez, que la palabra de un rey es sagrada, y que un rey no debe traicionar sus juramentos, y que una medida de valor de una persona es el mantenimiento de sus votos, o el sostenimiento de su palabra. Teniendo en cuenta que los hombres que habían jurado lealtad a James II estaban planeando una forma de obtener un nuevo rey, ésta insistencia en la fidelidad personal debe de haber tocado las fibras de la sensibilidad. Además, la novela es fanáticamente anti-holandesa y anti-democrática, incluso si hace, como se señaló anteriormente, alabanza a fieles ex republicanos como Trefy por encima de ex realistas infieles como Byam. En la medida en que el candidato preferido del partido Whig para el trono era Guillermo de Orange, el severo recordatorio en la novela sobre las atrocidades holandesas en Surinam, y la insistencia poderosa en la divina y emanada naturaleza de la realeza fueron probablemente diseñadas para despertar las objeciones del partido Tori.  
       El lado de Behn perdería la contienda y la Revolución Gloriosa terminaría con el Acta de Establecimiento de 1701, por la que el protestantismo tendría preferencia sobre consanguinidad en la elección del monarca británico, de ahí en adelante. De hecho, tan a fondo falló la causa Stuart que los lectores de Orinoco pudieron pasar por alto la actualidad de la novela.
       Las afirmaciones de que Orinoco es la “primer novela inglesa” son difíciles de sostener. Además de los problemas habituales para definir lo que es una novela como género, Aphra Behn había escrito por lo menos una novela epistolar antes de Orinoco. Las Cartas de Amor entre un Noble y su Hermana, es anterior a Orinoco por más de cinco años. Sin embargo, Orinoco es una de las primeras novelas inglesas tempranas de la clase particular que posee una trama lineal y sigue un modelo biográfico. Es una mezcla de drama teatral, reportaje, biografía que es fácil de reconocer como novela.
       Las afirmaciones de que Orinoco es la “primer novela inglesa” son difíciles de sostener. Además de los problemas habituales para definir lo que es una novela como género, Aphra Behn había escrito por lo menos una novela epistolar antes de Orinoco. Las Cartas de Amor entre un Noble y su Hermana, es anterior a Orinoco por más de cinco años. Sin embargo, Orinoco es una de las primeras novelas inglesas tempranas de la clase particular que posee una trama lineal y sigue un modelo biográfico. Es una mezcla de drama teatral, reportaje, biografía que es fácil de reconocer como novela.

       Orinoco es la primera novela inglesa en presentar a Negros Africanos en una manera comprensiva. Al mismo tiempo esta novela, incluso más que Otelo de William Shakespeare, trata sobre la naturaleza de la realeza, ya que es sobre la naturaleza de la raza. Orinoco es un rey, y él es un rey ya sea Africano o Europeo y el regicidio de la novela es devastador para la colonia. El carácter teatral de la trama sigue las experiencias previas de Behn como dramaturga. El lenguaje que ella utiliza en Orinoco es mucho más sencillo que en sus otras novelas y ella prescinde de una gran cantidad de contenido emocional de sus obras anteriores. Además, la obra no es habitual en cuanto a las ficciones de Behn por tener una muy clara historia de amor sin las complicaciones de los roles de género.
       La respuesta crítica a la novela ha sido matizada por la lucha de la esclavitud de los negros africanos y la lucha por la igualdad de la mujer. En el siglo 18, el público de la adaptación teatral de Southerne y los lectores de la novela respondieron a un triangulo amoroso en la trama. Orinoco en el escenario fue considerada como una gran tragedia altamente romántica y conmovedora. El público fue cautivado en sus páginas  tanto por la tragedia romántica entre Orinoco e Imonida, así como por la amenaza de Byam. A medida que la inquietud británico y estadounidense sobre la esclavitud creció, Orinoco fue visto cada vez más como una protesta a la esclavitud. Wilbur L. Cross escribió, en 1899, que Orinoco, “es la primera novela humanitaria en inglés.” Él acredita a Aphra Behn el haberse opuesto a la esclavitud y se lamenta del hecho de que la novela fue escrita demasiado temprano para tener éxito en lo que se refiere a su propósito original. De hecho, Behn fue considerada explícitamente como una precursora de Harriet Beecher Stowe. En el siglo 20, Orinoco ha sido vista como un hito importante en el desarrollo del tema del “buen salvaje,” una obra precursora de Rousseau y promotora de Montaigne. Orinoco es también vista como una obra proto-feminista. Más recientemente, Orinoco ha sido examinada como novela colonialista, exótica y de contacto con lo extranjero.
       Recientemente, (y esporádicamente en el siglo 20) la novela ha sido vista en el contexto de la política del siglo 17, y la literatura del siglo 16. Janet Todd argumenta que Behn admiraba profundamente a Otelo, e identificó los elementos de Otelo en su novela Orinoco. En la prospectiva global de Behn, sus obras se centran en cuestiones de la realeza con bastante frecuencia, y Behn misma tomó una posición filosófica radical. Sus obras tratan las virtudes de la nobleza de sangre al ellas sostener, en repetidas ocasiones, la fuerza mística de la realeza y de los grandes líderes. El carácter de Orinoco responde a las preguntas que plantea Behn por ser un rey y líder natural, un hombre que ha sido ungido y es personalmente fuerte pero que está cernido contra nobles que lo son solo de nacimiento, pero que no tienen poder real.
      Combinar elementos literarios es siempre una tarea difícil; Aphra Behn asumió el reto en Orinoco. La Literatura de la Restauración tenía tres elementos comunes: El Nuevo Mundo como escenario, el romance cortesano, y el concepto de tragedia heroica. John Dryden, un destacado dramaturgo en 1663, co-escribió La Reina India, y escribió la secuela de El Emperador Indio. Ambas obras tienen los tres aspectos de la Literatura de la Restauración, y Behn ciertamente “estaba familiarizada con las dos obras,” que influyeron en sus escritos como se ve en la apertura de la historia. Behn toma los temas de la Restauración y los recrea, brindando originalidad. Una de las razones por las que Behn pudo haber cambiado tales elementos literarios se debe a que Orinoco fue escrita cerca del final del periodo de la Restauración. Los lectores eran siempre conscientes del tema, por lo que Behn quería darles algo fresco. Behn cambió el escenario del Nuevo Mundo, creando uno para el cual, los lectores no estaban familiarizados. Desafiando sus habilidades literarias aún más, Behn recrea el escenario del Nuevo Mundo. Behn brinda a sus lectores un mundo exótico, llenando sus cabezas con detalles descriptivos. Behn fue la primera persona que mezclo nuevos elementos con los viejos elementos de la Restauración. El Nuevo Mundo era representado en el Caribe Británico de la época, no en México, como en siglos anteriores se estaba acostumbrado. Con un nuevo escenario, vino un nuevo villano: el británico y su práctica de colonialismo.
       El Nuevo Mundo brindó a los lectores el conocimiento de un lugar extranjero, “una colonia en América llamada Surinam, en las Indias Occidentales.” Behn pinta un Nuevo Mundo de ensueño, conservado por los nativos en un estado virgen-lo que contrastaba con el trabajo previo de Dryden. A diferencia de Dryden ella no culpa la crueldad de los líderes tiránicos distantes, sino que coloca la culpa en el colonialismo. El Nuevo Mundo de Aphra Behn parece casi utópico al ella describir como la gente se lleva bien, “Con estas personas,…que viven en perfecta tranquilidad, y en buen entendimiento, como nos corresponde a nosotros hacerlo.”
      El Nuevo Mundo es único durante este periodo, es, “simultáneamente un maravilloso paraíso prelapsario y un completamente comercializado cruce de comercio internacional.” Parece difícil de creer que en tal escenario romántico Behn pudo mezclar la tragedia heroica, y todavía logra éste efecto a través del personaje de Orinoco. El Nuevo Mundo cambia al Behn recrear la ruta comercial de regreso a través del Atlántico hacia África en vez de Europa, convirtiéndose en “la primera autora europea que trató de dibujar una vida vivida por personajes del Sahara del Sur Africano, en su propio continente.” Hubo algunos relatos de los reinos africanos costeros en esa época. Orinoco es verdaderamente una obra original que mezcla tres elementos importantes de una manera totalmente original, con su propia visión del Nuevo Mundo constituyendo un buen ejemplo de cambio.
       Desde el principio de la novela, Orinoco posee una grandeza que sobrepasa el carácter de cualquier hombre o mujer dentro de la novela. Incluso cuando se somete a una muerte espantosa, nunca pierde la compostura y la dignidad. Además de los contenidos de su carácter, el narrador demuestra la grandeza del príncipe a través de las características físicas de Orinoco. El narrador describe a Orinoco teniendo rasgos europeos, “por lo que el nativo ‘otro’ es naturalizado como un aristócrata europeo…[y] en el aspecto físico, el narrador apenas se puede distinguir de los nativos de Inglaterra.” En lugar de identificar a Orinoco con las características físicas que son nativas de África, el narrador asocia a Orinoco con un gran hombre quien se ve y actúa como un inglés europeo aristócrata. Él es respetado como un líder decisivo entre su pueblo el cual es especialmente visto cuando él y su pueblo son capturados en esclavitud y los otros esclavos se niegan a comer, mientras que Orinoco esta encadenado. Además, su liderazgo se refuerza cuando los esclavos lo apoyan en las rebeliones.
       A través de Orinoco y otros personajes masculinos, el narrador muestra a los hombres como líderes dominantes, los cuales están acompañados de fuertes personajes femeninos. En su libro, El Romance del Imperio: Orinoco y el Comercio de Esclavos, Laura Brown insiste en la importancia de los personajes femeninos. Aunque los hombres son obviamente importantes en la novela, Brown afirma que las figuras femeninas, ya sea Imonida, la narradora y sus sustitutos, aparecen como incentivos o testigos de casi la totalidad de las hazañas de Orinoco.” A lo largo de la novela Imonida apoya a Orinoco en todas sus decisiones, aún cuando él sugiere que él la mate para que ambos escapen de la esclavitud. Además, Brown afirma que Orinoco no está solo durante su ejecución debido a que “la madre [del narrador] y la hermana fueron por él.”
       Además de Brown, Stephanie Athey y Daniel Cooper también examinan la influencia de las mujeres a través de la novela. En el libro de ambos autores, Economías de Género de Honor/Horror en Orinoco: Replanteando los Discursos de los Estudios Coloniales en las Américas, Athey y Alarcón establecen que para entender mejor la novela, el lector debe, “en primer lugar ver a las mujeres blancas y negras quienes median el intercambio entre los antagonistas masculinos.” Por otra parte, ilustran la fuerza de Imonida porque ella, “lucha al lado de Orinoco, mientras que las otras esposas de los esclavos instan a sus hombres a rendirse.”
       Aunque Athey y Alarcón se centran en la grandeza del carácter de Imonida, también ilustran la importancia del narrador como mujer blanca. Debido a que la novela esta mediada por una mujer blanca e Imonida se presenta como teniendo rasgos europeos, el texto, “utiliza la esclavitud, la violación y el desmembramiento para poner en primer plano la competencia económica por el cuerpo negro femenino y esbozar una competencia implícita entre las mujeres negras, blancas e indígenas.” Los autores creen que el narrador intenta ilustrar la competencia entre mujeres en la novela y el importante papel que juega Imonida a lo largo de la novela. Al igual que Athey y Alarcón, Margaret W. Ferguson ilustra la competencia entre las mujeres en la novela. En Malabareando las Categorías de Raza, Clase y Género: Orinoco de Aphra Behn, afirma Ferguson que Behn crea, “una puesta en escena del texto de la competencia implícita entre la autora blanca inglesa y la hembra, negra africana esclava-esposa-madre.” Ferguson explica que la competencia entre la narradora e Imonida surge del deseo por el cuerpo de Orinoco y su habilidad para producir algo extraordinario.
     Orinoco no fue un éxito importante al principio. La edición independiente, de acuerdo con el Catalogo en Línea del Título Corto en Inglés, no fue seguida por una nueva edición, hasta 1696. Behn, que tenía esperanza de recuperar una cantidad significativa del dinero invertido en el libro, se mostró decepcionada. Las ventas volvieron a subir en el segundo año después de su muerte, y la novela pasó a través de tres ediciones. La historia fue utilizada por Thomas Southerne para una tragedia titulada, “Orinoco: Una Tragedia.” La obra de teatro de Southerne estuvo en escenario en 1695 y publicada en 1696, con un prologo en el que Southerne expresa su gratitud a Behn y elogia su trabajo. La obra fue un gran éxito. Después que la obra de teatro fue puesta en escena, una nueva edición de la novela apareció, y nunca salió de la imprenta después en todo el siglo 18. La adaptación suele ser fiel a la novela, con una excepción significativa: hace a Imonida una mujer blanca anglo en vez de afro, y por lo tanto, al igual que Otelo, el protagonista masculino en la actuación se realiza con la cara negra con una heroína blanca. Como el sabor de la década de 1960 exigía, Southerne enfatiza escenas de patetismo, especialmente las relacionadas con la heroína trágica, como en la escena en que Orinoco mata a Imonida. Al mismo tiempo, en la forma estándar del teatro de la restauración en manera de montaña rusa, la obra intercala estas escenas con una subtrama cómica y sexualmente explícita. La subtrama fue rápidamente eliminada de tales representaciones escénicas con el gusto cambiante del siglo 18, pero la trágica historia de Orinoco e Imonida siguió siendo popular en el escenario.  
    A través del siglo 18, la versión dramática que hizo Southerne de la historia, era más popular que la de Behn, y en el siglo 19, cuando Behn era considerada demasiado indecente para ser leída, la historia de Orinoco continuó con la altamente patética y conmovedora versión de Southerne. El asesinato de Imonida, en particular, fue una escena popular. Es el énfasis de la obra y la adaptación a la tragedia, la que es en parte responsable del cambio en la novela de escrito político Tori, a profética “novela de compasión.” Cuando Roy Porter escribe sobre Orinoco, “la pregunta llegó a ser acuciante: ¿Qué debe de hacerse con los nobles salvajes? desde que compartían una naturaleza humana universal, no era la civilización su derecho?” Él está hablando en la forma en que la novela fue citada por las fuerzas anti-esclavistas en la década de 1760s, no en 1690, y la adaptación dramática Southerne es significativamente responsable de éste cambio de enfóque. (Wikipedia)    
Traducción: José Escobar.