sábado, 15 de enero de 2011

Ironía en la Cresta de Ilión

              Nacida en Matamoros, Tamaulipas, en 1964, Rivera Garza, escritora Mexicana, es poeta, narradora e historiadora, graduada de la UNAM en Sociologia, es doctora en Historia Latinoamericana por la Universidad de Houston. Fué profesora asociada de historia Mexicana, en la Universidad Estatal de San Diego, de 1997 a 2000. Fué profesora del  Departamento de Comunicación y Humanidades, y Co-Directora de la cátedra de Humanidades del  ITESM  campus Toluca (2004-2008). Actualmente es profesora de Escritura Creativa del Departamento de Literatura  de la Universidad de California en San Diego.  
       Existe una razón por la cual en la pelvis ósea masculina predomina la dimension vertical, mientras que en la femenina, predomina la dimension horizontal. Ésta disposición natural provée un embudo óseo mas amplio en la mujer, facilitando el trabajo de expulsión del producto en la mujeres embarazadas que traen al nacimiento a un nuevo ser humano. La Cresta de Ilión es una historia que ha sido definída como un complicado laberito borguiano. (Saunero-Ward) Por lo tanto, el trabajo de un crítico literario consistirá en encontrarle un sentido, en encontarle una lógica a aquello que no lo tiene. Cualquier hipótesis o teoría literaria de trabajo sobre cualquier obra escrita en particular, deberá encontrar justificación en el texto mismo, en la trama misma, vistos y entendidos como un sistema, cuyos elementos deben embonar con la hipotesis propuesta. El presente trabajo de interpretación literaria se propone develar la intensión o los mensajes intentados y logrados por el autor, ya sea consciente o inconscientemente.  Bajo, un análisis estructural de la trama de La Cresta de Ilión de Rivera-Garza, la ironía en la historia está presente para indicar lo absurdo de las convenciónes sociales para definir los géneros, y en donde el manuscrito representa el fuego prometéico que no es otra cosa que el sexo liberador , así como la liberación de la conciencia.

     La trama de La Cresta de Ilión, gira en torno al mistério del género del narrador. A través del laberinto, el lector se confunde constantemente sobre cual es el verdadero género del protagonista-narrador.  Gabriela Mercado clarifica el juego de géneros jugado por quien llama la narradora, “Al inicio se tiene que la fuerza dominante es la falsa masculinidad mientras que la relegada es la feminidad. Aunque la impuesta es la masculina, dado que no es la original, al comienzo de la novela la protagonista se encuentra en un punto de la alucinación donde lo masculino pareciera ser lo original, por lo que el lector cree, en las primeras páginas, que es verdaderamente un hombre el que está narrando.” (Mercado, 66)  La historia produce una fascinación final en el lector, cuando finalmente se le revela el mistério de su género en el capítulo final. Según Veronica Saunero Ward, la historia de Rivera-Garza se sitúa dentro de una literatura fantastica posmoderna, en donde los personajes tienen la posibilidad de ser ambígüos, y moldeables a la imaginación del lector. Para definir finalmente el género del narrador,  Rivera-Graza utiliza elementos de la Antropologia Biológica estableciendo que el narrador o protagonista es una mujer. Al final de la novela, la narradora nos dice, “Sonreí al recordar también que la pelvis es el área más eficaz para determinar el sexo de un individuo. Todas las Emisarias debieron haberlo sabido para dar con mi secreto.” (Rivera-Garza, 158) 
     El antropologo norteamericano Park, establece que, “One of the most obvious and important things we can tell about a human skeleton is the sex. Humans belong to a species that exhibit sexual dimorphism, notable physical differences between sexes that are not related to reproductive traits.” (Park, 192) Además, uno se pregúnta cómo es posible que la narradora pudiese determinar la edad de Amparo Dávila simplemente con observar el hueso de la pelvis, “ahí estaría también ese singular hueso de la cadera que sólo emerge, protuberadamente, en mujeres menores de 25 años que no han tenido hijos.” (Rivera-Garza, 72)  Nuevamente el antropólogo Park, nos dice, “Age at death may also be determined from skeletal remains.” (Park, 193)
        De manera muy interesante, Rivera-Garza utiliza una terminología lingüistica que pudiesemos llamar ósea, o de una jerga especializada. Esto es evidente al final de la novela, cuando a través de la narradora se establece la relación entre la historia y el título de la novela, “Recordé, en cambio, el nombre del hueso que había despertado mi deseo y mi miedo al mismo tiempo. El hueso de ilión, uno de los tres que forman la cintura pelviana. Un hueso ancho y acampanado, cuyas alas se extienden a cada lado de la espina dorsal. Al punto anterosuperior de las alas de ilión se le llama la cresta ilíaca.” (Rivera-Garza, 158) Aquí es notable el término “anterosuperior” si descubrimos que la palabra “anterolateral” forma parte de la terminologia necesaria para explicar la constitución de la pelvis ósea, según Wikipedia. Lláma la atención que un hueso pueda despertar el deseo en una persona, sin embargo no es tan extraño si consideramos las diferencias dimensionales entre las pelvis masculinas y femeninas como parte de los caractéres sexuales secundarios, tal como lo son el busto amplio en la mujer, y los órganos reproductores masculino y femenino.
    

       Aún cabe la posibilidad de justificar una ambiguedad del género en la narradora por razones antropológicamente biológicas. Por ejemplo, Fausto-Sterling, maestra de Biologia y estudios de la mujer en la Universidad de Brown, nos explica que en 1843 Levi Suydam, un joven de 23 años residente de Connecticut solicitó votar en una contienda muy reñida. La petición planteaba el problema que se decía que Suydam era más mujer que hombre, y por lo tanto no podía emitir su voto. Para resolver el conflicto, un medico fué contratado para examinar a Suydam. Los whigs ganaron la elección por mayoría de uno, cuando el medico certificó a Suydam como votante potencial, al confirmar que tenía un falo. Sin embargo, el diagnóstico fué prematuro, pues a los pocos días,  el medico descubrió que a pesar del falo, Suydam menstruaba y tenía una vagina.  Fausto-Sterling nos dice, “Western culture is deeply committed to the idea that there are only two sexes. Even language refuses other possibilities; thus to write about Levi Suydam I have had to invent conventions-- s/he and his/her-- to denote someone who is clearly neither male nor female or who is perhaps both sexes at once.” La razón por la que la trama de La Cresta de Ilión nos aparece como inverosímil y fictícia, es por el hecho de que no embona dento de nuestras concepciones culturales, pues estamos inmersos en una cultura que gusta de “desaparecer” todo aquello que sea considerado “anormal” desde el punto de vista de la regularidad biológica.  
      Dentro de la trama, la narradora sostiene una relación sexual biológicamente como hombre con las urracas, en el capítulo 11. Pero también en el capítulo 20, nos cuenta del recuerdo personal de un idílio. Según éste capítulo, el protagonista recuerda la primera vez que un hombre le provocó sensaciones tan íntimas y encontradas. Caminaban travesías juntos en el campo, descansando bajo arboles y leyendo, observando pájaros y nubes. Recuerda cómo le parecía difícil al protagonista, el separarse de él. Platicaban de manera arrebatada. Se tocaban mutuamente en graneros abandonados, detras de troncos viejos. Esto lo hacian rápida, tímida e inténsamente, y recuperaban su equilibrio con un beso. Después venía la triste separación entre ambos. (Capítulo 20)

     Por otra parte, desde el punto de vista de la mitologia y la sicología, existen suficientes elementos dentro del sistema de la trama para asegurar que el hermafroditismo o el androgismo es presentado como el gran fuego prohibido de Prometeo. Ya el filósofo existencialísta danés, Kierkegaard, en su libro Diary of a Seduccer, traducido al inglés en 1999, habia explicado el origen del amor y del deseo humanos usando una alegoría tomada de Platón, segun la cual los hombres y las mujeres se necesitan porque en el principio de los tiempos, antes de ser formados hombre y mujer, vivian unidos en un mismo ser llamado andrógeno, cuya unidad les proporcionaba la fuerza de dioses. Sin embargo, segun la historia, los dioses optaron por dividirlos, para hacerlos débiles y para que se necesitáran. Por lo tanto, el reencuentro de los amantes les hace vivir y experimentar esas “alas del amor” (Rivera-Garza, 140) que les hace recordar su fuerza y su libertad original. Es lógico pensar, si atendemos al modelo síquico freudiano, que en el subconsciente existe otro “yo” reprimido y “retrocedido” o “retirado” hacia ese subconsciente. Tal personalidad se encuentra allí en estado latente. A propósito de ésto, el Dr. Martín-Flores, profesor asistente de SDSU, explica que la Tragedia nació en la antígua Grecia, como parte de los cultos al Dios Baco, en donde los participantes, danzaban alrededor de un ciprés, alejados del orden social y en libre comunión con su “otro yo” el cual, bajo los efectos del vino, la danza y la música, les revelaba su “más profúnda verdad.”
     Por otro lado, el Dr. Godoy, maestro asistente de SDSU, menciona en una de sus clases, recapitulando el pensamiento de Julia Kristeva, que Kristeva mezcla lo fluído (fisiológico) con el lenguaje. Según Godoy, Kristeva sostiene que los impulsos del cuerpo y el lenguaje son parecidos al lenguaje. Haciendo un paralelísmo, menciona que para que el material semiótico se convierta en simbólico, debe ser estabilizado. Por lo tanto, segun Godoy, lo importante es que al principio el flujo de los impulsos se centran en la madre y no permite la formación de una identidad, solo (igual que Lacan) una imagen de las partes del cuerpo. Así, ese material semiótico se estabilíza pero siempre permanence en el subconsciente simbólico. A propósito de ésto, en el capítulo 10 de La Cresta de Ilión, la narradora justifica esa acusación de que es mujer. Aclara que aunque su relación con las mujeres siempre fué problemática, la relación con su madre fue de cariño y comprensión. Esto no hay que creerlo, pues para Freud, las negaciónes conscientes, proyectan en realidad una afirmación subconsciente, o sea, todo lo contrario.
     Segun Freud, si queremos descubrir la verdadera relación que hubo entre el narrador y su madre, debemos de ir al sueño descrito en el capítulo 13. En el sueño aparecen el narrador y su madre en casa. El narrador escucha detonaciones  por arma de fuego y junto con su madre es testigo de dos jabalíes quienes arrastran a dos caballos moribundos. Segun Gabriela Mercado, los caballos significan el orden social y la domesticidad (orden simbólico), mientras que los jabalíes, lo salvaje e indomable (orden semiotico), o el subconsciente. Sin embargo, el sueño también se podría interpretar en el sentido que los jabalies son Moises y Gabriel. Ambos, Moises y Gabriel forman una simetría en la trama, una dicotomía con las huespedes, a saber, Dávila Falsa y la Traicionada, ex-amante del narrador. Moises y Gabriel son los jabalíes que terminaron sustituyendo a las huespedes, y su madre mató su deseo hacia las mujeres representado por los caballos. 
       Varios personajes pueden considerarse prometéicos. El mas obvio es Juan Escutia, el cual es llamado por la misma narradora como el Moderno Prometeo. Ampáro Davila también podría ser considerada como tal, pues ella era la poseedora original del manuscrito buscado, y a ella se lo robaron. También el narrador mismo porque busca descifrar su contenido. Los tres son subyugados por lo que podría ser considerado el “orden social” representado por el director y los militares. También un cuarto personaje prometéico es Dávila la falsa, quien le dice al narrador que es escritora. Este personaje que es un espejo de la Dávila vieja, explica en el capítulo 4, que es victima de un complot  por parte del gobierno para que ya no escriba, para que sea “desaparecida” o silenciada. Gabriela Mercado, quien ha hecho un estudio comparativo de la novela La Cresta de Ilión y los cuentos de Ampáro Dávila, sostiene que Rivera-Garza ha intentado con su novela evidenciar el silencio gubernamental hacia una escritora quien a través de sus cuentos y su literatura, se atrevió a detonar, el imaginario, el subconsciente, mismos que son consierados en oposición y en franco desafío al orden social establecido. La misma Saunero Ward, menciona que “Las obras de un Poe, Kafka, o Cortázar, por ejemplo, son versiones negativas o inversiones de la unidad que persigue el imaginario y representan la frustración e insatisfacción con un orden cultural que rechaza o aparta el deseo [subcosciente] y que al mismo tiempo niega la posibilidad de otras realidades.”  Además en consonancia con ésto, Saunero cita a Jackson, a quien traduce, “Lo fantástico es un tipo de literatura que busca crear un espacio más allá de aquel consciente […] Lo fantástico moderno, la forma de literatura fantástica dentro de la cultura secularizada producida por el capitalismo es literatura subersíva. Existe a lo largo de lo “real” a cada lado del eje de la cultura dominante, como una presencia sorda, como un otro imaginado y silenciado. Estructural y semánticamente, lo fantástico pretende la disolución de un orden que se lo experimenta como opresívo e insuficiente.”    

     El fuego prometéico no es otra cosa que la liberación de la conciencia y de la sexualidad. Por lo tanto, el orden establecido, llámese gobierno, instituciónes religiosas, mantiene esa chispa en estado dormido y latente, para poder mantener el control de las masas sociales. Por lo tanto, el querer vivir, el querer liberar la consciencia y la sexualidad, significa convertirse en una persona “problematica.” (Rivera-Garza, 104) El hospital funciona como una metafora del mundo, en donde los libertadores prometéicos son seducidos por el director, a traves del sexo, el tabaco y el alcohol. Así mismo, el pueblo o los pacientes, son adormecidos y pacificados con la morfina. (Rivera-Graza, 42)

     Segun McClure, las primeras historias de Prometeo aparecieron en los libros de Hesiodo titulados, Teogonia, y Los Trabajos y los Días.  Hesiodo veía un mundo donde los hombres ya no vivian con los dioses. Hesiodo menciona que existió una edad de oro sobre la cual vino una posterior ruptura y separación, entre humanos y dioses. Desde el punto de vista sicologico, esa es la razón que explica el porqué el hombre lleva una nostalgia considerando que “todo tiempo pasado fué mejor.” McClure explica, “Prometheus, the Trickster, acts as catalyst in Hesiod’s story in much the same way as the Serpent in the Genesis creation myth. Both Prometheus and the Serpent give “gifts” of forbidden knowledge to humans, thus providing them with the mental tools necessary to move them out of the protective nest in which they had lived with the gods and in to the world. And thus the Serpent and Prometheus empower humans through a rudimentary sort of technology to make their own ways in the world-with or without divine assistance and nuture. We all fall from the Garden of Eden-or the Golden Age-and grow up to the complicated and contentious reality of our lives as independent adults.” (McClure, 304)
     Los paralelismos entre Serpiente-Manzana, y Prometeo-Fuego, establecidos por McClure, le daría sentido a elementos de la trama que ahora se nos aparecen con mayor lógica. Por ejemplo, en el capítulo 23, cuando el narrador visíta por segunda ocasión a la verdadera Amparo Dávila, ésta le hacer una pregúnta enigmática, “¿Sabía ustede que las manzanas son un enigma?”  (Rivera-Garza, 136) En ese mismo capítulo o episodio, Rivera-Garza utiliza un símil significativo para describir la misteriosa voz que se le presenta diciendo que Amparo Dávila está muerta, “Escuché la conversación como desde detrás de una puerta a medio abrir. La voz tenía una cierta levedad aromática, como de manzana que se marchita poco a poco dentro del cajón de un escritorio abandonado.” (Rivera-Garza, 139-40) Además, el oceano que tranquiliza a varios de los protagonistas de La Cresta de Ilión, simboliza el eterno retorno al líquido semiótico o “amniótico” del útero materno. Es ese regreso a la Edad de Oro, al Edén, o si se prefiere, al andrógeno original. Es por ello que para rescatar ese fuego prometéico, que es subersívo para el estado o el gobierno, hay que tirarse a la picina y rescatar los libros bajo el agua. (Rivera-Garza. 11)
      En el mito de Prometeo, los dioses poseen el fuego y pueden disfrutar de él, no así los humanos quienes son considerados como enemigos de los dioses de manera tal que cualquier intruso que les provea del fuego, es considerado un traidor. Este esquema jerárquico divino, es reproducido en la trama de la historia en donde el Dios-Director, es poseedor del fuego o del manuscrito que contiene las claves para decifrar el idioma por medio del cual excluyen al narrador. El narrador mismo se asombra en la primera visita del Director a su casa, y el cómo éste dialoga en perfecto entendimiento en el idioma secreto con las huespedes, quienes, según el narrador, se lo están aliando para su causa feminista.  (Capítulo 21)  
   
     Bajo ésta interpertación de la trama, el miedo que el narrador siente se explica como todo aquello que produce que los deseos se alojen en el subcosciente. Siendo el narrador un ser lésbico, u homosexual, o inclusive hasta un ser hermafrodita, cualquier deseo sexual por cualquier persona de cualquier género, se convierte en un deseo reprimido por la misma sociedad. Sin embargo, el sexo liberador que sostuvo con las urracas, reafirmando uno de sus géneros sexuales, a saber, el de hombre, no contuvo elementos de miedo porque las urracas formaban parte del complot tramado por el director, quien usó a las urracas para evidenciar las intenciones subersivas del narrador, respecto del manuscrito. Por otro lado, la enfermedad que Dávila Falsa posée y que hace que otros “desaparescan”, mencionada al final del capítulo 4, de lo cual el protagonista no quiere ser contagiado, no es otra cosa mas que el fín o la muerte de la resistencia a manifestar ese “otro yo” albergado en el subcosciente. El narrador dice, “Amparo Dávila, ya había tomado yo la desición, no me desaparecería. Nunca lo lograría.” (29)  
    
      En un sistema de orden politico piramidal, la liberación sexual es un privilegio de una selecta elite de gobernantes, por lo cual, la liberacion sexual masiva no es bien vista por quienes detentan el poder. Llama mucho la atención lo que sucede en el capítulo seis, en referencia a la hipótesis de que una persona homosexual está más liberada que uno que funciona sexualmente dentro de la heteronormatividad. En el capítulo seis, el protagonista narrador espía a su huespedes y se pone celoso. Sospecha que talvés se trate de un plan de venganza lésbico para echarle en cara lo poco varonil que se portó con su ex-amante en el pasado, la Traicionada. El narrador siente lástima por ellas, quienes usan la relación lésbica como un consuelo de su fracáso heterosexual. Sin embargo, tras regresar de una caminata en la playa, descubre con horror que sus huespedes hablan entre ellas un idioma propio desconocido para él. Esto le hace sentirse un apestado en su propia casa.
        Además, nota que el idioma a través del cual lo exclúyen, es un idioma infantil e inaccesible para él. Lo interesante aqui es notar que aquellos que poseen el idioma, son los más liberados sexualmente, relativamente más aún que el narrador, quien desconoce el idioma y afirma sentir constantemente una serie de miedos.
     Por ejemplo, en el capítulo 20, el narrador cuenta su relación amorosa u homosexual, según se quiera ver, con un hombre, en la cual hay un dolor por la separación. Pareciera que es un amor en donde las normas sociales dominantes no permitirían que se realizára. El narrador no es un ser liberado, sino sujeto a esas normas sociales. El director, quien representa el poder político del orden establecido, también es un hombre con un gran nivel de liberalidad sexual, tal como lo confirma su dominio del idioma, según se narra en el capítulo 21. Posteriormente, el director y la Traicionada, mantendrán una relación marital, provocando el dolor de la Falsa Dávila, quien le confiesa al narrador, “Una se queda así, desamparada, y necesita algo, un refugio, cierta protección…” (130)
       En el capítulo 17 también se manifiestan los temores sociales del narrador, quien nota que la frialdad de los trabajadores del hospital, tanto de cocineras, como enfermeras, como guardias, no es otra cosa que la pérdida de la feminidad. Nadie mostraba pasión o dedicación por su trabajo. Había frivolidad general, inclusive, hasta de los mismos pacientes a quienes, piensa el narrador comentándole a Dávila, ya no les importaba si en vida habían sido hombres o mujeres. Dávila comienza una breve y ligera discusión con el narrador cuando ella le pregúnta que ¿él como sabe eso? Dávila insiste en que el narrador teme confesar su verdadero género femenino. Insiste en que a él le importa y le preocupa que todo mundo sepa su secreto. El protagonista argumenta que uno no puede basar sus afirmaciones en conjeturas, o presuposiciones. Pero piensa que aún, en el caso de que ellas tengan razón, y él realmente sea una mujer, eso no cambiaría mucho las cosas, y él seguiria siendo tal como es. Posteriormente el narrador calcula, caminando en la playa, que ese es el meollo de el asunto, esa es la razón que explica todo lo que está sucediendo. Su silencio y su meditación personal, le revela a él mismo, al narrador, que talves ellas tengan razón; que talves él sea una mujer. Ante esos pensamientos retrocedió.  
      El antropólogo Park, quien hace una revisión del artículo de Fausto-Sterling presentado en el Readers de su libro, Biological Anthroplogy, donde se narra la historia de Cherryl Chase, quien participó en una conferencia, en el centro de convenciones del hotel Sheraton en Boston en mayo del 2000, como activista para los derechos intersexuales. Chase fué invitada por Lawson Wilkins Pediatrics Endocrine Society (LWPES), la organización más grande de los Estados Unidos para especialistas en hormonas infantiles. Su tema titulado, “Ambiguedad Sexual: El Enfoque centrado en el Paciente,” se presentaba como una medida de crítica para la casi práctica universal de la aplicación de inmediata cirugía “correctiva” en miles de infantes que nacían cada año con ambigüedad genital.  Fausto-Sterling menciona que en su artículo, Los Cinco Sexos, aparecido en la revista Science, en March/April 1993, argüía que el sistema de dos sexos incrustado en nuestra sociedad no es adecuado para comprender y abarcar el espectro completo de la sexualidad humana. Segun Fausto-Sterling, existen estadisticas para estimar que el 4% de todos los nacimientos vivos son de intersexuales. Además, de cada 1000 niños nacidos, 17 son intersexuales en cierta manera, y entre 1 de cada 1000 y 1 de cada 2000 estan sujetos potencialmente a cirugía genital. (Park, 152)
     Estas estadísticas asombrosas parecen confirmar la ironía presente en la novela de Garcia-Rivera, La Cresta de Ilión. En una de las citas finales de la obra de Amparo Dávila se lee,   “Somos dos náufragos en la misma playa, con tanta prisa o ninguna como el que sabe que tiene la eternidad para mirarse…” (156), esto es apropósito de la relación final de amor entre la Falsa y la narradora, quien aún se siente confundida. Ambas, las dos “náufragas” finalizan con una relación lésbica, que a juzgar por la cita pudiése ser asexuada. La misma cita se nos aparece como perteneciente a los mistérios órficos, pues en la eternidad, en donde el tiempo y el mundo material no existen, tendrán toda una eternidad, no para tocarse pero sí para mirarse.

Bibliografia.


Fausto-Sterling, Anne. The Five Sexes: Why Male and Female Are Not Enough. Google Search. Búsqueda abril 18, 2010. < http://frank.mtsu.edu/~phollowa/5sexes.html>
Godoy, Juan. Apuntes Personales. Curso Seminar in Hispanic Literary Theory. SPAN 601, SDSU Otoño del 2009.
Martín-Flores, Mario. Audiograbación Personal en MP3. Curso Seminary: Contemporary Mexican Novel. SPAN 750, SDSU Primavera 2010.
McClure, Michael, et all. Myth and Knowing. Mc GrawHill, Fourth ed. N.Y. 2004.
Mercado, Gabriela. Diálogo con Amparo Dávila y resolución del problema de género en La Cresta de Ilión de Cristina Rivera Garza. Revista de Humanidades: Tecnologico de Monterrey. 2007.
Park, Michael Alan. Biological Anthropology. Mc GrawHill, Fourth ed. N.Y. 2005.
Park, Michael Alan. Biological Anthropology An Introductory Reader. Mc GrawHill, Fourth ed. N.Y. 2005.
Pelvis. Wikipedia.com, Google Search. Búsqueda abril 18, 2010.< http://es.wikipedia.org/wiki/Pelvis>
Rivera-Graza, Cristina. La Cresta de Ilión. Tusquets Editores. Colección Andanzas. México, D.F. 2002.
Saunero-Ward, Verónica. La Cresta de Ilión: lo fantástico posmoderno. Palabra Y El Hombre: Revista De La Universidad Veracruzana. 2006.

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