lunes, 28 de noviembre de 2011

Fonética y Fonologías Españolas

       Hace diez años el Summer Institute of Linguistics Ethnologue Survey, publicó una estadística en donde colocaba al Español  como la lengua más hablada después del Chino.
      Sin embargo, aunque lo hablan 332 millones, el Español solo se habla en 20 países, mientras que el inglés, se habla en 115 países.
       Según el estudio mencionado, México posee el mayor número de hispano hablantes, seguido por España.
       Pero, ¿De dónde viene el idioma Español?
      El Español húnde sus raíces en el latín, el idioma que trajeron los conquistadores romanos a la Península Ibérica 200 a.C.
       El latín evolucionó al latín vulgar o latín del pueblo, a lo largo de los primeros mil años, creando varios dialéctos en el imperio.
       Cuando éstas variedades del latín eran tan profúndas, que la gente ya no se podía entender, surgió la necesidad de designarlas con un nombre propio.
        En el centro norte de España, un “tipo de Latín” llegó a denominarse “castellano,” y es lo que hoy llamamos español.
      El tipo de latín hablado en Portugal se llegó a denominar portugués, y en Francia según la región, (sur) “langue d’oc” y (norte) “langue d’oïl.”
      Las lenguas iberrománicas que proviénen del latín son el portugués, el español, el gallégo y el catalán.
      Otras lenguas que pertenecen genealógicamente el latín son el francés, el italiano, y el rumano.
       En cuanto a la pronunciación, los cámbios que afectaron a los tipos de latín de la península fueron menores en comparación a los cámbios en los tipos de latín en Francia.
      En los siglos II y IV disminuyó el contacto entre los habitantes de la península y el resto del imperio romano.
      En el siglo V empezaron a entrar a España varias tribus germánicas, originarias al área centroeuropea, lo que hoy sería Alemania.
     Los inmigrantes germanos no se integraron fácilmente a los habitantes latínos de la península, abandonando con los años su propio idioma germano.
       En el 711, empujados por una convicción religiosa, miles de árabes invadiéron prácticamente toda la península introduciéndo su lengua árabe.
      Esta transculturación en la península hispanorrománica se extendió por casi otros 700 años, hasta 1492, año en que los árabes fueron expulsados.
      La larga convivéncia entre éste tipo de latín, y el árabe, ocasionó una influéncia mútua y aceleró la evolución lingüística del español.
       Esta variedad mixta de latín y árabe se denominó mozarábe.
       La penetración árabe jamás llegó a una pequeña área montañosa en el centro norte de la península que incluye la primitiva zona castellana.
       El hecho de que los árabes nunca conquistáran este pequeño énclave norteño, tuvo profúndas consecuéncias para la historia social y lingüística de España.
       Es allí, donde los habitantes cristianos, todos hablantes del latín vulgar, o español antíguo, empezaron a organizar la famosa reconquista. 
       La reconquísta de la España musulmana, iniciáda desde la zona montañosa de Cantábria, duró hasta la caída de Granada en 1492…  
       …la cual coincidió con la expulsión final de los árabes de la Península Ibérica y asimismo con el descubrimiénto de América.
      La gran mayoría de los hablantes del mozárabe terminaron por adoptar los rasgos característicos del dialecto castellano.
       La expansión del reino castellano, tuvo un efecto dramático en la historia lingüística del país.
       El castellano, que inicialmente no era más que una de las numerosas variedades del latín hablado en la Península Ibérica,…
       …había llegado a ser en 1492, la variedad de más prestigio en la mayor parte de la península.
      El leonés, el aragonés y el asturiáno sobreviviéron como variedades de úso oral, hablados hoy por relatívamente pocas personas.
       Junto con el portugués, el español y el vasco (también llamado vascuence y euskera), el catalán y el gallego llegaron a constituir las cinco lenguas habladas hoy en la península.
      Hoy la mayoría de la población leonesa es monolíngüe en castellano, frente a la situación de principios de siglo  XX cuando el 90% hablaba leonés.
     El vasco es la única lengua iberica moderna que no desciende del latín.
       A pesar de los muchos intentos, los lingüístas no han podido encontrar el origen del vasco… 
       …por lo que es una de las pocas lenguas del mundo que parecen no pertenecer a una determinada familia lingüística.
       El castellano y el andalúz fueron las hablas de España que más se difundiéron en el Nuevo Mundo.
        John Lipski explica en su libro, El Español en America, las historia lingüística de la América hispana.
           Los patrones migratorios explican que en las fases iniciales del poblamiento de Latinoamérica, castellanos y andalúces predominaron numéricamente entre los colonos.  
       Castellanos y andalúces lograron implantar su habla en vastas zonas del Nuevo Mundo.
      Al extendérse el término castellano a toda la Península Ibérica, y luego al Nuevo Mundo, éste empezó a usarse en el sentido más amplio de “español.”
        No sorprende que en la actualidad, para muchos latinoamericanos, la expresión “hablar castellano,” equiválga a “hablar español.”
       Sin embargo, aún hoy el término castellano sigue aplicándose de manera más restringuída para designar únicamente la variedad dialectal… 
      …hablada modernamente en Castilla-León y Castilla La Macha (zona peninsular centro y norte de España) en la que la lengua española tuvo su origen.
       Tradicionálmente los dialectólogos han dividido el español americano en dos zonas: las tierras altas y las tierras bajas.
      Las tierras bajas incluyen el caribe hispánico (Cuba, Rep. Dominicana, Puerto Rico).
         También se incluye Centroamerica (Excepto Guatemala y Costa Rica), Veracruz, Tabasco y Acapulco.
       También las costas de Venezuela y Perú y el Cono Sur de Latinoamérica (Chile, Paraguay, Uruguay, Argentina).
       En tiempos coloniales, las hablas de ciudades como Bogotá, México y Quito, favorecían los rasgos castellanos más que los andalúces. 
             Por otro lado, características procedentes de Andalucía llegaron solamente a las Tierras Bajas.
       Una de las características andalúzas es la aspiración u omisión de la “s.”
      
       Por ejemplo, para pronunciar estas cosas pronúncian la “s” aspirándola u omitiéndola diciendo, e-ta-co-sa.
       En las tierras altas de América se habrían asentado personas procedentes del área castellana.
       Cuando un hispanoamericáno escucha un castellano peninsular identifica inmediátamente la “s” interdental que los fonetístas definen la letra griega Teta [θ].
      Éste sonido interdental tiene un equivalente de pronunciación en el idioma inglés a la “Th” en palabras como Think. (Pensar)
       Lo que en español sería la Zeta [z] no es otra cosa que la Teta griega [θ] o Greek Theta, en ingles.
        También está la Z visigódica que pronúncian de manera tan particular en Barcerlona.
     Si viajáramos en el tiempo, y fuésemos a una corte castellana en la Nueva España, en el siglo XVI, notaríamos que el castellano no usa la /θ/ interdental.
       Después del descubrimiénto de América, el castellano peninsular siguió evolucionándo de forma que la /θ/ interdental…
      …una de sus características más distintívas, nunca llegó a implantarse en nuestro continente, donde el seséo es general entre hispános.
           El seséo es la pronunciación de la z, o la c ante e, i como [s], algo que es común en Andalucía, Canarias, otras regiones españolas, y obviamente en América.



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