sábado, 7 de septiembre de 2013

La Personalidad

     Por ahora usted probablemente ha categorizado a sus compañeros estudiantes entre aquellos con “buena personalidad,” y aquellos con “mala personalidad” y aún como “sin personalidad.” Pero, ¿Qué es exactamente la personalidad? La palabra personalidad viene de la palabra latina persona, que significa “mascara.” Tal como las mascaras distinguían un carácter de otro en las obras de teatro de la antigua Grecia y Roma, su personalidad lo distingue de otras personas. La personalidad de usted es su patrón único y relativamente consistente de pensamiento, sentimiento y comportamiento. Vea si usted se reconoce a usted mismo en la siguiente descripción de personalidad: 
     Tienes una gran necesidad de que les gustes a otras personas y te admiren. Tienes una tendencia a ser crítico de ti mismo. Tiene una gran capacidad no utilizada, la cual no has aprovechado en tu ventaja…Disciplinado y controlado por fuera, tiendes a ser preocupado e inseguro por dentro…A veces eres extrovertido, cariñoso, y sociable; otras veces eres introvertido, cauteloso, y reservado. (Ulrich, Stachnik, & Stainton, 1963).
  Estudio tras estudio ha mostrado que cuando a las personas se les dan exámenes de personalidad, y entonces les es presentada la descripción de una personalidad simulada como esta, tienden a aceptar la descripción como acertada. Pero es acertada porque contiene rasgos que son compartidos por casi todo el mundo; no dice nada que distinga a una persona de la otra. La aceptación de descripciones de personalidad que son verdad para casi todo el mundo es conocido como “El Efecto Barnum” (Meehl, 1956). Esto refleja el dicho de P.T. Barnum, “Hay un tonto naciendo cada minuto.” Somos más proclives a sucumbir al efecto Barnum cuando la descripción de la personalidad es adulatoria (Guastello, Guastello, & Craft, 1989). 
     Los astrólogos hacen un buen uso del Efecto Barnum (Glick, Gottesman, & Jolton, 1989). En un estudio de descripción astrológica de la personalidad, un investigador colocó un aviso oportuno en un periódico que ofrecía gratuitamente un horóscopo personalizado. De las 150 personas que respondieron, 141 (94%) dijo que se reconocían en la descripción “personalizada.” Pero cada uno de los que respondieron, habían recibido la misma descripción: el perfil de personalidad de un asesino serial de Francia (Waldrop, 1984). La descripción simplemente contenía rasgos que muchas personas, fueran asesinos seriales o no, tenían en común. Así, el Efecto Barnum demuestra que las descripciones de personalidad que se consideran útiles, debes distinguir una persona de la otra. Usted no debería aceptar mas una descripción que falla en reconocer su combinación distintiva de rasgos personales. Esto es como si usted aceptára una descripción física que simplemente afirma que usted tiene una cabeza, un torso, dos ojos, diez dedos, y otras características físicas comunes. 
     Dado que cada uno de nosotros tenemos una personalidad única, ¿Cómo explicamos nuestros patrones distintivos de pensamiento, sentimiento, y comportamiento? Las teorías de la personalidad favorecen algunos enfoques a esta pregunta. Al leer sobre ellos, usted notara que las propias experiencias de vida de los teóricos a menudo colorean sus teorías de la personalidad (Atwood & Tomkins, 1976; Pearce, 1985; Seeman, 1990). El enfoque del estudio de la personalidad difiere en varias dimensiones incluyendo la influencia de motivaciones inconscientes, la medida en la que somos moldeados por el aprendizaje, el papel del proceso cognitivo, la importancia de la experiencia subjetiva, y el efecto de los factores biológicos.   
El Enfoque Psicoanalítico de la Personalidad

     El enfoque psicoanalítico de la personalidad hunde sus raíces en la medicina y en la biología. Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, fue un medico que esperaba encontrar las bases biológicas de los procesos psicológicos contenidos en su teoría psicosexual (Knight, 1984). 
La Teoría Psicosexual de Freud

     Freud, (1856-1939) nació en Moravia, de padres judíos, quienes se mudaron con él a Viena, cuando tenía 4 años de edad. Aunque Freud deseaba una carrera como profesor de Psicología, el anti-semitismo limitaba su elección de carrera a leyes, negocios, o medicina. Eligió medicina y eventualmente practicó como neurólogo. Freud permaneció en Viena hasta que los nazis comenzaron a quemar sus libros y amenazar su seguridad. En 1938 emigró a Inglaterra, donde murió al año siguiente, después de sufrir por muchos años cáncer de boca. 
     Al principio de su carrera, Freud comenzó a interesarse en los efectos de la mente en los síntomas físicos. Había estudiado con el neurólogo francés Jean Charcot, quien demostró el poder de la hipnosis en el tratamiento de histeria de conversión, un trastorno caracterizado por síntomas físicos como sordera, ceguera, y parálisis, sin ninguna causa física. Charcot usaba la sugestión hipnótica para ayudar a sus pacientes a recuperar el uso de sus sentidos perdidos o extremidades paralizadas. Freud también estaba intrigado por un reporte de que el psiquiatra Joseph Bauer había usado la “cura por la palabra” en el tratamiento de la histeria de conversión. Bauer encontró que alentando a sus pacientes a hablar libremente sobre cualquier cosa que venía a su mente, llegaban a ser conscientes de sus causas psicológicas o de sus síntomas físicos y, como resultado, experimentaban un alivio emocional, o catarsis. Esto llevaba a la desaparición de los síntomas. 
     La teoría de la personalidad de Freud refleja su época, la era Victoriana del siglo XIX. Los Victorianos valoraban la racionalidad y el autocontrol de los impulsos físicos como características que separaban a los seres humanos de los animales. Freud atribuyó los síntomas de la histeria de conversión a conflictos sexuales inconscientes, los cuales eran simbolizados en los síntomas. Por ejemplo, las piernas paralizadas podrían simbolizar un conflicto sexual. La afirmación de Freud de que la sexualidad, un impulso sexual, era una determinante importante en el comportamiento humano, conmocionó y disgustó a muchos de sus contemporáneos (Rapp, 1981). Sin embargo, aunque Freud argumentaba en contra de las extremas inhibiciones sexuales de su tiempo, él reconocía la inconveniencia de la promiscuidad sexual (McCarthy, 1981).
     Al final de su carrera, Freud expandió su teoría para incluir la agresión inhibida y la sexualidad inhibida como importantes determinantes en el comportamiento humano. La importancia de la agresión como un motivo humano vino a él como resultado de la carnicería de la Primera Guerra Mundial. Esto le llevo a afirmar que somos motivados tanto por un instinto de vida, Eros, como un instinto de muerte, Tanatos. Eros y Tanatos, así como muchos otros términos que él utilizó, son palabras Griegas, reflejado su fascinación con la cultura griega Antigua. 
Niveles de Conocimiento: La Metáfora del Iceberg de la Personalidad

     Freud dividía la mente en tres niveles. La mente consciente es simplemente la “punta del iceberg,” representando una diminuta región de la mente. Los contenidos de la mente consciente están en constante estado de flujo, mientras los sentimientos, memorias, y percepciones entran y salen. Justo debajo de la mente consciente, yace la mente preconsciente, la que incluye memorias accesibles, memorias que podemos recordar a voluntad. La mente inconsciente, el volumen de la mente, yace bajo ambas, tanto la mente consciente como la mente preconsciente. Contiene material que no podemos recordad a voluntad. 
      Freud afirmaba que los pensamientos y sentimientos amenazantes, son sujetos a represión, el destierro de material consciente hacia el subconsciente. Debido a que Freud suponía que los pensamientos y sentimientos subconscientes son las influencias más importantes en nuestro comportamiento, proclamó: “La teoría de la represión es la piedra angular sobre la cual, toda la estructura del psicoanálisis descansa” (Freud, 1914/1957, p.16). La noción de pensamientos y sentimientos reprimidos llevo al concepto de determinismo psíquico, que sostiene que todo comportamiento es influenciado por motivos subconscientes. Así, aún los comportamientos aparentemente mundanos o arbitrarios son significativos. El determinismo psíquico es exhibido en los actos fallidos, declaraciones inintencionales que podrían revelar nuestros sentimientos reprimidos. Por ejemplo, la declaración, “Dios se deleita en la cantidad de las mujeres…quiero decir, Dios se deleita en la castidad de las mujeres.” podría revelar sexualidad reprimida. 
La Estructura de la Personalidad: Id, Ego y Superego

     Freud distinguía tres estructuras de la personalidad: el id, el ego y el superego. El id es inconsciente y consiste en nuestros impulsos biológicos natos. En demanda de inmediata satisfacción de impulsos, mas notablemente sexo y agresión, el id obedece el principio del placer. Con respecto al sexo, el id dice “¡Ahora!” La palabra id es el Latín para “ello,” reflejando la naturaleza impersonal del id. La película clásica de Ciencia Ficción de la década de los años 1950s, Planeta Prohibido, retrata la naturaleza inmoral del id. El id de un científico loco es transformado en un ser de pura energía que se ejecuta fuera de control en un planeta extraño, matando ciegamente a cualquiera en su camino. 
     A través de las experiencias de la vida, aprendemos que actuar obedeciendo a los impulsos sexuales y agresivos es realizar un comportamiento socialmente inadaptado. Como consecuencia, cada uno de nosotros desarrolla un ego, palabra Latina para “yo.” El ego obedece el principio de la realidad, dirigiéndonos a expresar nuestros impulsos sexuales y agresivos de manera socialmente aceptable. Con respecto al sexo, el ego dice, “¡No ahora, después!” En cuanto a la agresión, supón que un profesor se niega a cambiarte la calificación de un exámen que fue calificado con una clave incorrecta. Tu ego te alentara a discutir con el profesor en vez de empujarlo o empujarla. 
     El superego, palabra Latina para “sobre el yo,” contrarresta al id, al cual le importa solo la gratificación inmediata, y al ego, el cual está preocupado solo en adaptarse a la realidad. El superego actúa como nuestra guía moral, que contiene la consciencia, la cual nos hace sentir culpable de hacer o pensar mal, y el ego ideal, el cual nos hace sentir bien por hacer o pensar bien. Con respecto al sexo, el superego dice, “¡No ahora, espérate a que estés casado!” Los niños cuyos padres no les enseñan el bien del mal, podrían desarrollar un superego muy débil para inhibir la agresión. Para Freud, tu personalidad es el resultado de una continua lucha por el dominio, entre el id, el ego, y el superego
Mecanismo de Defensa: Defendiéndonos en Contra de la Ansiedad

     El ego puede recurrir a mecanismos de defensa, los cuales distorsionan la realidad, para protegerse él mismo de la ansiedad causada por los impulsos del id, particularmente aquellos de sexo y agresión. La siguiente tabla resume los principales mecanismos de defensa:
Mecanismos de Defensa
Represión
El destierro de pensamientos, sentimientos y memorias amenazantes hacia la mente subconsciente.
Negación
La negativa a admitir un aspecto particular de la realidad relevante a usted.
Regresión
La exhibición de un comportamiento inmaduro que ha aliviado la ansiedad en el pasado.
Racionalización
Es la creación  de razones socialmente aceptables por el comportamiento inaceptable de una persona.
Intelectualización
La reducción de la ansiedad reaccionando a situaciones emocionales de una forma desapegada sin emociones.
Desplazamiento
La expresión de sentimientos hacia una persona que es menos amenazante que el verdadero objetivo de esos sentimientos.
Proyección
La atribución hacia otros de sentimientos propios indeseables.
Formación Reacción
La tendencia a actuar en una manera opuesta a los verdaderos sentimientos de uno.
Compensación
El desarrollo de un talento como respuesta a una deficiencia personal.
Sublimación
La expresión de impulsos sexuales o agresivos a través de salidas indirectas socialmente aceptables.
     El ego también puede usar mecanismos de defensa para aliviar la ansiedad causada por experiencias personales desagradables, y características personales inaceptables. Cada uno de nosotros usa mecanismos de defensa, en mayor o menor medida, lo que contribuye a la diferencia de nuestras personalidades. Aunque los mecanismos de defensa pueden protegernos de experiencias de ansiedad, también pueden impedirnos de reconocer y tratar con la verdadera fuente de la ansiedad. Los freudianos creen que una excesiva dependencia de los mecanismos de defensa contribuye al desarrollo de trastornos psicológicos (Vaillant, 1992). 
     Debido a que todos los mecanismos de defensa envuelven represión, no somos conscientes de cuando los estamos usando. El recuerdo de un evento traumático, como un accidente de carro, debe ser reprimido para aliviar la ansiedad que la memoria produce. En años recientes, el mecanismo de defensa de represión se ha convertido en un tema popular en los medios masivos, debido a la alza en reportes de adultos recordando aparentemente memorias reprimidas de abuso sexual en la infancia temprana.
     A veces confiamos en mecanismos de defensa de tipo inmaduro. Al usar negación, simplemente nos rehusamos a admitir un aspecto particular de la realidad. Por ejemplo, pacientes de enfermedades terminales, podrían inicialmente reducir su ansiedad negando que tienen una enfermedad fatal (Connors, 1986). Al recurrir al mecanismo de defensa de regresión, el individuo exhibe comportamientos inmaduros que han aliviado la ansiedad en el pasado. Un adulto podría responder a frustraciones laborales llorando o haciendo berrinches. 
     Otros mecanismos de defensa descansan en cambiar nuestra percepción de la realidad. Cuando recurrimos a la racionalización, proveemos razones socialmente aceptables para nuestro comportamiento inapropiado. Por ejemplo, un estudiante cuyas calificaciones en el semestre incluyen un 6 y cuatro 5s, podría atribuir los cuatro 5s a que estudió mucho en el curso donde recibió un 6. Por otro lado, las personas que usan la intelectualización reducen su ansiedad reaccionando a situaciones emocionales en forma desapegada y sin emociones. En vez de reaccionar a la muerte de un ser querido llorando, ellos podría reaccionar diciendo, “Todos deben de morir algún día.”
     En algunos casos, los mecanismos de defensa dirigen los impulsos sexuales y agresivos rumbo a direcciones seguras. Una persona que teme a las consecuencias de expresar sus sentimientos hacia una persona particular, podría expresarlos hacia otra persona menos peligrosa. Esto es conocido como desplazamiento. Por ejemplo, un trabajador que odia a su patrón, pero teme criticarlo, podría sin embargo abusar de sus hijos con su hostilidad (Brennan & Andrews, 1990). Si no podemos aceptar nuestros propios sentimientos indeseables, podemos recurrir a la proyección, atribuyendo nuestros sentimientos indeseables a otros. La gente paranoide quien es irrazonablemente sospechosa de otros, tiende a usar proyección para justificar sus propios sentimientos de hostilidad (Berman & McCann, 1995). 
     Formación Reacción involucra el contrarrestar sentimientos indeseables actuando en maneras opuestas a ellos. Samuel Johnson, el escritor del siglo XVIII y editor de un diccionario, presentó un ejemplo clásico de formación reacción. Un par de señoras decentes que lo conocieron en un te literario, comentaron, “Vemos, Dr. Johnson, que usted no tiene esas pícaras palabras en su diccionario.” Johnson respondió, “Y veo, mis queridas señoras, que ustedes han estado buscándolas” (Morris & Morris, 1995). 
     Los mecanismos de defensa también pueden afectar el estilo de vida de uno. Al usar compensación, una persona podría reaccionar a una deficiencia personal, desarrollando otro talento. Stevie Wonder podría haber compensado por su ceguera, trabajando para llegar a ser un gran cantante y compositor. De acuerdo con Freud, el mejor mecanismo de defensa es la sublimación, la expresión de los impulsos sexuales y agresivos, a través de salidas indirectas socialmente aceptables. El impulso sexual puede ser sublimado a través de actividades creativas (Kaplan, 1993) tales como pintar, danza y ballet, o componer música. Y el impulso agresivo puede ser sublimado a través de deportes tales como el futbol americano o el hockey sobre hielo.   
El Desarrollo Psicosexual: El Desarrollo de la Personalidad

     Freud suponía que la personalidad se desarrollaba dependiendo de cambios en la distribución de la energía sexual, lo que él llamó líbido, en regiones del cuerpo que él llamó zonas erógenas. La estimulación de estas zonas producía placer. Así, él estaba interesado en los estados del desarrollo psicosexual. El fracaso en progresar suavemente a través de un estado particular hacia otro, podría causar fijación, la tendencia a continuar involucrado en un comportamiento asociado con ese estado. Freud llamó al primer estado de la infancia, el estado oral del desarrollo, porque el infante lograba placer de las actividades orales tales como morder, chupar y masticar. El conflicto social más importante de este estado es el destete. Un infante inadecuadamente destetado, debido a mucha o poca gratificación oral, podría llegar a fijarse en el estado oral. La fijación le podría llevar a una personalidad oral-dependiente, marcada por pasividad, dependencia e inocencia. La persona se va a “tragar todo” y se va a convertir en un “mamón.” La fijación podría llevar a una personalidad oral-agresíva, a caracteizarse por comentarios sarcásticos, crueles y “amargos.”   
     A la edad de un año, los niños entraban en el estado anal. Ahora obtenían placer de la defecación, y experimentaban un importante conflicto relativo al entrenamiento en el excusado. Freud afirmaba que un inadecuado entrenamiento en el excusado, ya sea prematuro o retrasado, podía llevar a la fijación en el estado anal. El personaje principal de la obra, la película, y la serie de televisión, “The Odd Couple” representan dos tipos de fijación anal. Félix representa la personalidad anal-retentiva, marcada por una limpieza, disciplina, y una agitación compulsivas. Oscar representa la personalidad anal-expulsiva, marcada por descuido, abandono, e informalidad.
     Freud afirmaba que entre las edades de 3 y 5 años, el niño pasaba a través de la etapa fálica, en donde el placer es alcanzado desde los genitales. Este estado está asociado con el Complejo de Edipo, en donde el niño o la niña desean sexualmente a los padres del sexo opuesto, mientras que a la vez temen el castigo del padre del mismo sexo. Freud notó este conflicto en la obra de Sófocles, Edipo Rey, en donde Edipo, abandonado como infante, posteriormente mata a su padre y se casa con su madre, sin saber que eran sus padres. 
     Freud creía que la historia de Edipo reflejaba una verdad universal: la atracción sexual de cada niño o niña hacia sus padres de sexo opuesto. La resolución del conflicto llevaba a la identificación con el padre del mismo sexo. El niño abandonaba su deseo por su madre debido a la angustia de castración, el temor de que su padre lo castigaría extirpando sus genitales. La niña, debido a su envidia del pene, se enojaba en contra de su madre, quien ella creía, le había extirpado su pene, y llegaba a ser atraída por su padre. Esto es hoy conocido como el Complejo de Electra, de un personaje griego que había matado a su madre (Powell, 1993). Pero, temiendo la pérdida del amor maternal, la niña se identifica con su madre, esperando aún atraer a su padre. A través del proceso de identificación, los niños y las niñas adoptan valores paternales y desarrollan un superego. 
     Freud llamó al periodo entre los 5 años y la pubertad el estado de lactancia. Él estaba relativamente desinteresado en este estado, porque él creía que el niño experimentaba un mínimo desarrollo psicosexual durante él. En vez de ello, el niño desarrollaba habilidades sociales y amistades. Finalmente, durante la adolescencia, el niño alcanzaba el estado genital y llegaba a ser sexualmente atraído por otras personas. Para Freud, los primeros tres estados son los más importantes determinantes del desarrollo de la personalidad. Él suponía que la personalidad es esencialmente fijada a la edad de 5 años. La siguiente tabla resume los estados psicosexuales del Desarrollo.
Estado
Edad
Características
Oral
Del nacimiento al primer año
Gratificación de comportamientos orales, tales como chupar, morder y mascar. Conflicto sobre el destete.
Anal
1 a 3años
Gratificación al defecar. Conflicto sobre el entrenamiento del excusado.
Fálico
3 a 5 años
Gratificación sobre la estimulación genital. Resolución del Complejo de Edipo.
Lactancia
De 5 a la pubertad
Impulsos sexuales reprimidos. Desarrollo de la amistad.
Genital
De la pubertad en adelante
Gratificación de la estimulación genital. Desarrollo de relaciones íntimas.
Teoría de la Psicología Individual de Alder

     Debido a que los descendientes intelectuales de Freud alteraron su teoría, llegaron a ser conocidos como neo-freudianos. Uno de los más influyentes seguidores de Freud  fue Alfred Adler (1870-1937). En 1902, Adler, un medico vienes, se unió al grupo de discusión del psicoanálisis en la casa de Freud, en las tardes de los miércoles, y llegó a ser un devoto discípulo. Pero en 1911 Adler rompió con Freud, minimizando la importancia de la motivación sexual y de la mente subconsciente. Adler (1927) desarrolló su propia teoría, la cual llamó, psicología individual. La popularidad de la teoría de Adler hizo que Freud declarára, “Hice grande a un pigmeo (Hergenhah, 1984).” 
     Una experiencia de Adler en su infancia inspiró su teoría de la personalidad. Era un niño enfermizo, paralizado por el raquitismo y sufriendo de repetidos ataques de neumonía. También se veía a sí mismo inferior a su hermano mayor, mas fuerte y sano. Adler supuso que debido a que los niños se sienten pequeños, débiles, y dependientes de otros, ellos desarrollan un complejo de inferioridad. Esto les impulsa a compensar a través de una lucha por la superioridad, esto es, desarrollando ciertas habilidades a su máximo. Quizás Adler compensó por la fragilidad de su niñez, llegando a ser un eminente psicoanalista.
     Adler creía que la lucha por la superioridad era más sana cuando promovía un interés activo, tanto por el bienestar de uno mismo como de otros, lo que él llamó el interés social (Adler, 19949). Por ejemplo, ambos tanto el médico como el criminal, luchan por la superioridad, pero el médico expresa su motivo en una manera socialmente benéfica. Los maestros que califican alto en interés social son más efectivos en el aula (Edwards & Kern, 1996). La lucha por la superioridad puede llevar a la sobrecompensación, a lo que Adler llamaba protesta masculina. Esto significa que hombres (y mujeres) podrían tratar de probarse a ellos mismos dominando a otros, en vez de hacerlo desarrollando sus propias habilidades. Por ejemplo, un psicólogo adleriano podría suponer que una violenta "paliza homosexual” en contra de un hombre homosexual, por un hombre heterosexual, es un extremo opuesto de protesta masculina (Nelson, 1991). 
     De acuerdo a Adler, en la lucha por la superioridad desarrollamos un estilo de vida basado en un finalismo ficticio, lo que él refirió como la “guía del yo ideal.” (Watts & Holden, 1994). Esto significa que somos motivados por creencias que podrían ser objetivamente ciertas. Una persona guiada por la creencia de que “las personas suaves terminan al último” podría exhibir rudeza y un estilo competitivo en la vida. En contraste, una persona guiada por la creencia de que “es más bendición el dar que el recibir” podría exhibir servicio y un estilo de vida altruista.   
Teoría de la Psicología Analítica de Jung

     El discípulo favorito de Freud era Carl Jung (1875-1961). Aunque Jung, originario de Suiza, vino de una familia donde los hombres tradicionalmente perseguían carreras como pastor protestante, obedeció un sueño que lo llevó a perseguir la carrera de medicina (Byrne & Kelley, 1981). Posteriormente fue inspirado a ser psicoanalista, después de leer el libro de Freud, “La Interpretación de los Sueños” (1900/1990). Iniciando en 1906, Freud y Jung tuvieron una viva correspondencia, y Freud esperaba que Jung fuera su sucesor como líder del movimiento psicoanalítico. Pero en 1914 se dividieron en base a una revisión que Jung hizo de la teoría de Freud, especialmente a proposito del poco énfasis de Jung en la motivación sexual. Jung llamó a su versión del psicoanálisis, psicología analítica
     Aunque Jung estaba de acuerdo con Freud en que todos tenemos nuestra propia mente subconsciente (el subconsciente personal), afirmaba que también compartimos una mente común subconsciente, el subconsciente colectivo. Jung sostenía que el subconsciente colectivo contiene memorias pasadas heredadas, transmitidas de generación en generación. Él llamó a estas memorias, arquetipos, que son imágenes que representan aspectos importantes de experiencias acumuladas de la humanidad. Jung afirmaba que los arquetipos influían en nuestros sueños, símbolos religiosos, y creaciones artísticas. 
     Jung (1959/1969) incluso conectaba el arquetipo de Dios con informes de platillos voladores. Reportes generalizados de platillos voladores comenzaron a finales de los 1940s, siguiendo los horrores de la Segunda Guerra Mundial y el advenimiento de la bomba atómica. De acuerdo con Jung, estos avistamientos derivaron del deseo de la gente, inspirada por el arquetipo de Dios, de tener una fuerza más poderosa que ellos mismos para salvar a la humanidad de la autodestrucción. Aún la forma redonda del platillo volador, representaba la imagen arquetípica de la unidad y perfección divina del arquetipo del yo. Comenzando con la década de 1950s con la película, “El Día que la Tierra se Detuvo,” y continuando con películas como, “Encuentros Cercanos del Tercer Tipo,” las películas de Ciencia Ficción han reflejado el tema Jungiano de poderosos extraterrestres llegando en platillos voladores para salvarnos de nosotros mismos. 
     El arquetipo de la madre es un tema en la novela Narcissus & Goldmund (1930/1968), escrita por el amigo de Jung, Herman Hesse, a quien él también psicoanalizó. La novela describe como el arquetipo de la madre guía a Goldmund en su constante búsqueda de la mujer perfecta y su afición a las imágenes de la Madona. La persona es otro arquetipo relacionado con el yo. Mientras que el yo, es la verdadera y privada personalidad, la persona es en cierta manera una falsa “mascara” social, que llevamos puesta en público. Mandalas, pinturas circulares encontradas en culturas a través del mundo, representan la completa congruencia entre el yo y la persona (Musick, 1976). De acuerdo a Jung, la persona y el yo de un individuo psicológicamente sano, son completamente congruentes. La incongruencia entre el yo y la persona es el tema de la película, Zelig, en donde Woody Allen representa a un camaleón humano quien altera su persona, y aún su apariencia física, para adaptarse a las personas con quienes está. Este síndrome en donde la persona fácilmente se adapta para ser de interés a quienes le rodean, es a menudo observado por psicoterapeutas en sus clientes (Moses, 1989).
     Jung también distinguió entre el ánima, el arquetipo femenino del hombre, y el animus, el arquetipo masculino de la mujer. De acuerdo con Jung, una persona psicológicamente sana, sea hombre o mujer, debe mantener un balance entre la masculinidad y la feminidad. Un hombre “macho” que actúa con rudeza, y raramente expresa emociones tiernas, seria alguien insano, tanto como lo sería una mujer “melindrosa,” quien es pasiva y tiene poco control sobre sus emociones. 
     Jung incluso contribuyó a nuestro lenguaje cotidiano distinguiendo entre dos tipos de personalidad. Los extrovertidos son socialmente abiertos y ponen más atención al medio ambiente que los rodea; los introvertidos son socialmente reservados y ponen más atención a sus experiencias privadas mentales. Jung aplicó este concepto a su propia vida, viendo a Freud como extrovertido, y a Adler como introvertido (Monte, 1980).  
La Evaluación Psicoanalítica de la Personalidad

      Hace un siglo, Sir Arthur Conan Doyle popularizo el uso del análisis de la escritura a mano, o grafología, haciendo que su detective de ficción, Sherlock Holmes, lo usara para resolver crímenes. La grafología fue un ancestro de los exámenes psicoanalíticos de la personalidad. Los grafologistas sostienen que las características personales de la escritura a mano, tales como el tamaño, la forma, y la inclinación de las letras, revelan aspectos de la personalidad de uno. La grafología está basada en la suposición de que, debido a que todos los niños de una cultura dada aprenden de letras y palabras escritas de la misma forma, cualquier desviación del prototipo original refleja, en parte, la personalidad distintiva de uno. 
     Aunque los grafologistas modernos pueden identificar a exitosos hombres de negocios cuando comparan ejemplos de sus escritos a mano y ejemplos de escritos a mano de individuos seleccionados al azar (Satow & Rector, 1995), hallazgos de investigación han cuestionado la utilidad práctica de la técnica (Peeples, 1990). Uno de los mayores problemas con la grafología es que está sujeta al efecto Barnum, porque las personas van a aceptar descripciones grafológicas vagas, y generalizadas como descripciones correctas de sus personalidades (McKelvie, 1990). Dada la falta de evidencia experimental en apoyo a la grafología, pocos psicólogos hoy en día lo usan para evaluar la personalidad. La grafología tiene la misma lógica que una técnica moderna de evaluación psicoanalítica, la cual es llamada pruebas proyectivas. Están basadas en la suposición que “proyectamos” nuestros sentimientos reprimidos y conflictos sobre estímulos ambiguos. Hoy en día las pruebas proyectivas más populares son el Examen Rorschach y el Exámen de Apercepción Temática.
El Examen Rorschach: Respondiendo a las Manchas de Tinta

     ¿Ha visto alguna vez formas de animales en las formaciones de nubes? ¿Ha discutido alguna vez sobre imágenes en pinturas abstractas? Si es así, usted ha tenido una alguna apreciación del Examen Rorschach, el cual le pregunta a individuos que ven ellos en las manchas de tinta. Esta técnica fuer usada siglos atrás por Leonardo Da Vinci, quien evaluaba la creatividad de artistas jóvenes, haciendo que crearan formas significativas de figuras ambiguas (Kaplan & Saccuzzo, 1982). El examen Rorschach fue introducido en 1921por el psiquiatra suizo Hermann Rorchach (1884-1922), quien murió antes de poder haber conducido mucha investigación sobre ello. El examen consiste en diez manchas de tienta bilateralmente simétricas. Algunas de las manchas de tinta son en blanco y negro, y otras incluyen colores. 
     En respuesta a las manchas de tinta, la persona dice que ve en cada una de ellas y después reporta las características de la mancha de tinta que inspiraron la respuesta. Después de calificar cada respuesta, basada en el criterio formal, el examinador usa el juicio clínico y uno de los varios sistemas de calificación para escribir el perfil de las motivaciones y conflictos de la persona. Tales perfiles han sido utilizados con propósitos tan diversos como el diagnóstico de trastornos psicológicos (Hilsenroth et al., 1993) y distinguir entre las personalidades de asesinos y criminales no violentos (Coram, 1995). Una reseña publicada sobre un estudio del examen Rorschach encontró que tiene una moderadamente alta validez (Parker, 1983). Esto hace de él un adecuado, aunque no extraordinario, examen de personalidad.
El Exámen de Apercepción Temática: Respondiendo a Escenas Ambiguas

     El Exámen de Apercepción Temática (TAT) (Morgan & Murray, 1935) fue creado por el psicoanalista norteamericano Henry Murray y su asociada Christiana Morgan (Morgan, 1995). El TAT consiste en una carta en blanco y 19 cartas conteniendo dibujos en blanco y negro de personas en situaciones ambiguas. El examinador hace varias preguntas sobre cada una: ¿Qué sucede en la carta? ¿Qué eventos le llevaron a esa situación? ¿Qué personas están en la carta?¿Cómo se sienten?¿Cómo resulta la situación? Murray y Morgan suponen que la respuesta de los individuos les revelara sus necesidades más importantes, tales como la necesidad de sexo, de poder, logros, o afiliación. El TAT es un moderadamente buen predictor de logros en la vida real, tales como el éxito de una carrera (Spangler, 1992). El TAT ha sido también usado para medir cambios en el uso de mecanismos de defensa los cuales han sido revelados por el TAT y una reducción de los síntomas psicológicos (Cramer & Blatt, 1990).
 Estado del Enfoque Psicoanalista de la Personalidad

     De todas las teorías psicoanalistas de la personalidad, la de Freud ha sido la más influyente, pero ha recibido apoyo limitado de sus conceptos (Fisher & Greenberg, 1985). Existe evidencia substancial demostrando el efecto del proceso subconsciente sobre el comportamiento humano (Dixon & Henley, 1991). También existe respaldo para la opinión freudiana de la represión de investigación mostrando que las personas son menos proclives a recordar experiencias personales emocionalmente desagradables (Hansen & Hansen, 1988), aunque la noción de represión total de experiencias emocionalmente traumáticas ha recibido solo un débil apoyo (Bowers & Farvolden, 1996).
     En contraste, ha habido muy poco apoyo para algunos de los otros conceptos de Freud. Por ejemplo, hay poca evidencia que apoya la creencia de Freud que la resolución de Complejo de Edipo es esencial para la identidad de género, orientación sexual, y desarrollo del superego (Schrut, 1994). De hecho, la investigación ha fallado en apoyar la existencia del Complejo de Edipo (Daly & Wilson, 1990). Adler y Horney vieron a un Complejo de Edipo enraizado en una realidad cultural, no biológica. Adler creía que las mujeres envidiaban en estatus de poder del hombre, no sus penes. Y Horney aún especuló que el hombre compartía una “envidia del vientre,” porque no podían dar a luz niños (Horney, 1926/1967).
     Tal vez la mayor debilidad de la teoría freudiana es que muchos de sus términos se refieren a procesos que no son observables ni medibles. ¿Quién ha visto o medido el id? No podemos conducir experimentos sobre conceptos que no están operacionalmente definidos.
     A pesar del limitado apoyo para ciertos conceptos psicoanalíticos, el enfoque psicoanalista ha contribuido a nuestro entendimiento de la personalidad. Ha revelado que mucho de nuestro comportamiento es gobernado por motivos de los cuales somos inconscientes, como se revela en sueños, y ha estimulado el estudio en el comportamiento sexual y en el desarrollo sexual. Ha demostrado la importancia de las experiencias temprana de la niñez, tales como el apego infantil; ha contribuido a la emergencia de terapias psicológicas formales; y ha estimulado la investigación sobre los efectos de los factores psicológicos sobre las enfermedades. También ha influenciado el trabajo de artistas, escritores, y cineastas. 
     La teoría de la personalidad de Adler ha influenciado a la psicología cognitiva y a la psicología humanista a través de su énfasis en la importancia de nuestra experiencia subjetiva de la realidad. Su concepto de estilo de vida que refleja nuestra lucha por la superioridad tiene un importante descendiente en el interés actual del Comportamiento Tipo A, como posible factor de la enfermedad cardiaca coronaria. El comportamiento tipo A es marcado por hostilidad, competividad, y actividad compulsiva. La investigación ha mostrado que, de acuerdo con la teoría de Adler, una persona que exhibe comportamiento tipo A podría estar combatiendo sentimientos de inferioridad (Cooney & Zeichner, 1985). De hecho, Meyer Friedman, el cardiólogo que identificó primero el patrón de comportamiento tipo A en sus pacientes, reportó, “Cerca del 70% de nuestros casos dijeron que recibieron inadecuado amor paternal y luego trataron de compensarlo siendo agresivos y sobrecompetitivos” (“Tipo A,” 1984). 
     La teoría de Adler también ha influenciado el desarrollo de la teoría humanista de la personalidad, cuyos cofundadores, incluyendo a Rollo May, Carl Rogers, y Abraham Maslow, estudiaron con él, y le dieron crédito por inspirar sus propias prespectivas. De los conceptos adlerianos que impresionaron a los psicólogos humanistas, el más influyente fue el concepto de interés social, guía ficticia, y estilo de vida (Ansbacher, 1990)
     ¿Y qué de las teorías de Jung? Los conceptos de Jung de tipos de personalidad ha recibido investigación importante. Un estudio comparó los estilos de los pintores extrovertidos y los pintores introvertidos: Los pintores extrovertidos tienden a usar estilos realistas, reflejando su mayor atención al medioambiente externo. En contraste, los pintores introvertidos tienden a usar estilos abstractos, reflejando su mayor atención a la experiencia mental privada (Loomis & Saltz, 1984).
     Los conceptos de Jung del arquetipo han sido criticados debido a que violan mecanismos conocidos de herencia en su suposición de que las memorias pueden ser heredadas. No obstante, hallazgos de investigación apoyan la posibilidad de que al menos algo parecido al arquetipo afecta el comportamiento humano (Rosen et al., 1991). La evidencia de esto viene de la investigación, mostrando que tenemos predisposición natal para desarrollar fobias sobre serpientes, alturas, y otras situaciones que eran peligrosos a nuestros antepasados prehistóricos. Así, lo que Jung llama arquetipos podrían ser tendencias conductivas natales más bien que memorias heredadas.                                  
El Enfoque Disposicional de la Personalidad

     Los teóricos de la personalidad tradicionalmente suponían que la personalidad era estable a través del tiempo y consistente a través de situaciones. El enfoque disiposicional de la personalidad atribuye esta aparente estabilidad y consistencia a características personales relativamente duraderas llamadas tipos o rasgos
Teorías Tipo: Categorizando los Tipos de Personalidad

     En su libro Caracteres, el filósofo griego Teofrasto (372-287 a. C.) se preguntaba el porqué los griegos diferían en personalidad a pesar de compartir la misma cultura y la misma geografía. Concluyó que las diferencias de personalidad surgen de una predisposición natal para desarrollar tipos particulares de personalidad, dominada por una característica singular. Su lista de tipos de personalidad incluían el Hombre Adulador, el Criticón, y el Insípido. Al igual que Teofrasto, algunas personas confían en tipos de personalidad cuando ellos llaman a ciertos individuos “nerdos” o “deportistas.” Tales personas esperarían diferentes conductas de un “nerdo” que de un “deportista.”
     Hoy en día, la teoría más influyente de los tipos de personalidad es La Teoría de los Tres Factores de Hans Eysenck (Eysenck, 1990).  Eysenck  (n.1916), un psicólogo alemán, huyó a Alemania después de negarse a ser miembro de la policía secreta de Hitler. Eysenck uso la técnica estadística del factor de análisis para identificar tres dimensiones de la personalidad. Midiendo donde una persona se ubica en estas dimensiones, podemos determinar su tipo de personalidad.
     La dimensión de neuroticismo mide el nivel de una persona de estabilidad/inestabilidad. Una persona estable es calmada, ecuánime, y fiable; las personas inestables son de humor cambiante, ansiosas, y poco fiables. Un estudio de estudiantes que comenzaron un programa de ejercicio en la universidad, encontró que un año después aquellos quienes abandonaron el programa habían tenido una calificación más alta en neuroticismo, que aquellos que habían permanecido en el programa (Potgieter & Venter, 1995). La dimensión del psicoticismo mide el nivel de la persona mente-fuerte/mente-débil. Las personas de mente fuerte son hostiles, implacables e insensibles, mientras que las personas de mente débil son amigables, empáticas y cooperativas. Los delincuentes jóvenes califican alto en psicoticismo (Furnham & Thompson, 1991).
     La dimensión de extraversión mide el nivel de la persona introversión/extraversión. Esta dimensión, primeramente identificada por Jung, ha estimulado el mayor interés de investigación. Por ejemplo, los estudios han mostrado que hay proporcionalmente más gente introvertida entre quienes practican el ajedrez, que entre la población general. Debido a que los campeones de ajedrez introvertidos podrían sentirse inconfortables en situaciones sociales, prefieren evitar fiestas de celebración, conferencias de prensa y a los aficionados a autógrafos. Podrían aun sentirse obligados a abandonar la escena del ajedrez por ellos mismos. En 1972, el norteamericano Bobby Fischer generó un interés sin precedente con su brillante jugada, ganando el campeonato mundial de ajedrez, solo para retirarse a la soledad poco después (Olmo & Stevens, 1984). 
     Existe evidencia de que la teoría de las dimensiones de Eysenck tiene una base biológica. Por ejemplo, la investigación en gemelos indica que el neuroticismo, el psicoticismo, y la extraversión tienen bases genéticas. La herencia podría explicar porque los introvertidos son psicológicamente mas reactivos que los extrovertidos (Stelmack, 1990). Esto podría, a su vez, explicar las diferencias de comportamiento entre introvertidos y extrovertidos. Debido a que los introvertidos son psicológicamente más excitables, se pueden condicionar más fácilmente. Esto podría hacer a los introvertidos socialmente más inhibidos, porque aprenden más fácilmente a detener entrenamientos de conducta sobre los que han sido castigados. 
     Teoría de Rasgos: Determinando las Dimensiones de la Personalidad

     En vez de describir la personalidad en términos de tipos individuales, los teóricos de los rasgos describen la personalidad en términos de combinaciones distintivas de disposiciones personales (McCrae & Costa, 1995). Un rasgo es una característica de la personalidad trans-situacionalmente consistente, relativamente duradera, que se infiere del comportamiento de la persona. La teoría de Eysenck puede ser vista tanto como una teoría de tipos como una teoría de rasgos, porque los tipos de personalidad en su teoría son productos de la interacción de ciertas dimensiones de rasgos. La teoría de rasgos más influyente es la de Gordon Allport (1897-1967).
    Al principio de su carrera, Allport tuvo un breve encuentro en Viena con Sigmund Freud, el cual le convenció que el psicoanálisis no era el mejor enfoque para el estudio de la personalidad. Confrontado por un silencioso Freud, Allport rompió el silencio describiendo a un muchacho que había conocido en el tren, quien se quejaba de la gente sucia, y cuya madre había actuado molesta ante su comportamiento. Freud respondió, “¿Y ese niño eras tú?” En base a sus encuentros, Allport concluyó que Freud estaba demasiado preocupado en encontrar motivos ocultos, incluso hasta para el más mundano comportamiento (Allport, 1967).
     Allport comenzó sus investigaciones identificando todas las palabras en ingles que se referían a características personales. En 1936, Allport y su colega Henry Odbert, usando un diccionario íntegro, contaron casi 18000 de tales palabras. Eliminando sinónimos y palabras referentes a estados temporales, tales como hambre, redujeron la lista a 4500 palabras. Allport entonces agrupó las palabras en menos de 200 grupos de palabras relacionadas, las que llegaron a ser los rasgos originales de su teoría. 
     Allport distinguió tres clases de rasgos, dependiendo las diferencias en, qué tan importantes eran en la vida de una persona dada. Los rasgos cardinales eran similares a los tipos de personalidad, en que afectaban cada aspecto de la vida de la persona. Por ejemplo, altruismo es un rasgo cardinal en la personalidad de la Madre Teresa. Debido a que los rasgos cardinales son raros, usted probablemente conoce pocas personas cuyas vidas son gobernadas por ellos. Los rasgos centrales afectan muchos aspectos de nuestras vidas, pero no tienen la influencia penetrante de los rasgos cardinales. Cuando usted se refiere a alguien como amable, humoroso, o engreído, usted usualmente se refiere a rasgos centrales. Los rasgos menos importantes son los rasgos secundarios, porque ellos afectan a aspectos relativamente estrechos de nuestras vidas. Preferencias de vestir pantalones con dobladillo, leer novelas vaqueras, o comer nieve de chocolate refleja rasgos secundarios.
     La Evaluacion Disposicional de la Personalidad

     La evaluación disposicional de la personalidad depende de exámenes de tipos o rasgos de personalidad. Estos son llamados exámenes objetivos o inventarios, porque presentan materias con declaraciones prospectivas más bien que con estímulos ambiguos como en las pruebas proyectivas. Por ejemplo, el Perfil de los Estados de Ánimo, un examen objetivo, ha mostrado que muchos atletas de elite, comparten un perfil particular de personalidad
Exámenes de Tipos de Personalidad

     Uno de los exámenes objetivos más populares es el Indicador Tipo Myers-Briggs (Briggs & Myers, 1943), un examen disposicinal basado en la teoría psicoanalítica. El examen evalúa varias características de la personalidad, incluyendo tipos de personalidad derivados de la teoría analítica de Jung. El tema es presentado con pares de declaraciones, y seleccionas en cada par la declaración que es más cercana en cuanto como él o ella usualmente actúa o siente. Un elemento típico seria, “En fiestas tu (a) ¿alguna veces te aburres? (b) ¿siempre te diviertes?” Un introvertido seria más proclive a seleccionar (a) y un extrovertido (b). El examen tiene validez satisfactoria (J.B. Murray, 1990) y ha sido usado en una variedad de estudios de investigación. Un estudio encontró que los estilos de enseñanza, tales como la tendencia a incorporar tecnología dentro del salón de clase, están relacionados a perfiles específicos en el examen (Smith, Munday & Windham, 1995).
Examen de Rasgos de Personalidad

     El más ampliamente usado de los exámenes de personalidad es el examen es el Inventario Multifasico de la Personalidad Minnesota (MMPI), que mide los rasgos de la personalidad. El MMPI fue desarrollado en la universidad de Minnesota por el psicólogo Starke R. Hathaway y el psiquiatra John C. McKinley (1943) para diagnosticar trastornos psicológicos. Hathaway y McKinley usaron el método empírico de examen construcción, el cual retiene solo aquellas preguntas que discrimina entre personas que difieren en sus características o interéses. Hathaway y McKinley reunieron 1000 declaraciones que administraron a 700 personas, incluyendo no pacientes, y pacientes psiquiátricos. Los sujetos respondieron “Verdadero,” “Falso,” o “No puedo decir,” en cada declaración dependiendo si era verdad para ellos. Hathaway y McKinley mantuvieron aquellas declaraciones que tendían a ser contestadas de la misma forma por personas con trastornos psiquiátricos particulares. Por ejemplo, ellos incluyeron la declaración, “Nada me interesa del periódico excepto las historietas,” únicamente porque significativamente más personas depresivas que no depresivas responden “Verdadero” a esa declaración (Holden, 1986).
      El MMPI tiene diez escalas clínicas que miden importantes rasgos de la personalidad. Por ejemplo, la hipocondría mide la preocupación por las funciones corporales y los síntomas, y la paranoia mide el recelo y los delirios de persecución. El MMPI también tiene cuatro escalas de validez evaluando la evasión, la defensiva, y la mentira, mintiendo para mirarse bien y fingiendo para mirarse mal. Por ejemplo, la escala de mentiras contiene declaraciones que describen faltas humanas comunes a la que casi todas las personas responden “verdadero.” Así, una persona que responde “Falso” a una declaración tal como “Algunas veces tengo violentos pensamientos,” podría estar mintiendo para crear una buena impresión.                                                      
Escala Clínica
Escalas
Contenido
Hipocondría
Artículos que identifican gente que esta abiertamente preocupada con sus funciones corporales y síntomas de enfermedades físicas.  
Depresión
Artículos que identifican gente que siente desesperanza y que experimenta desaceleración de pensamientos y acciones.
Histeria
Artículos que identifican gente que evita problemas desarrollando síntomas físicos o mentales.
Psicopatía desviada
Artículos que identifican gente que desprecia normas aceptadas de comportamiento y tiene relaciones emocionales superficiales.
Masculinidad-Feminidad
Artículos que identifican gente con intereses de estereotipos masculinos o femeninos.
Paranoia
Artículos que identifican gente con delirios de grandeza o persecución quien también exhibe penetrante recelo.
Psicastenia
Artículos que identifican gente que se siente culpable, preocupada y con ansiedad, y que tiene compulsiones y obsesiones.
Esquizofrenia
Artículos que identifican gente que exhibe abandono social, pensamientos delirantes y alucinaciones.
Hipomanía
Artículos que identifican gente que es superactiva, fácilmente excitable, e imprudentemente impulsivo.
Introversion social
Artículos que identifican gente que es emocialmente inhibida y socialmente tímida.

Escala de Validez
Escalas
Contenido
No puedo decir
Artículos que no son contestados que podría indicar evasivas.  
Mentir
Artículos que identifican un inténto de crear una buena impresión.
Frecuencia
Artículos que involucran respuestas que son raramente dadas por gente normal, lo que podría indicar un intento de parecer anormal.
Corrección
Artículos que revelan una tendencia a responder defensivamente al admitir problemas personales o defectos.
     Los psicólogos comúnmente usan el MMPI para cribar a aplicantes para posiciones en donde las personas con serios trastornos psicológicos podrían ser peligrosas, tales como oficiales de policía u operadores de plantas de energía nuclear. El MMPI ha probado ser un método valido para diagnosticar trastornos psicológicos (Parker, Hanson, & Hunsley, 1988). Pero los investigadores encontraron que por la década de 1980s se diagnosticó una mayor proporción de personas psicológicamente trastornadas en comparación de cuando fue adoptado por primera vez. ¿Significa esto que más personas tienen trastornos psicológicos que en el pasado? O ¿significa que las normas MMPI estaban fuera de moda? Lo último parece haber sido el caso. Como un crítico notó hace una década, “Quien tome el MMPI hoy está siendo comparado con la forma en que un hombre o una mujer de Minnesota aprobaban esos artículos a finales de la década de 1930s y principios de la década de 1940s" (Hebert, 1983).
     Debido a esto, el MMPI fue re-estandarizado en la década de 1980s para evitar la comparación entre la gente de hoy con un estrecho segmento de la sociedad que sirve como grupo de estandarización de hace medio siglo, gente de granjas y pueblos pequeños con un octavo grado de educación y un promedio de 35 años de edad (Adler, 1989). A los 567 artículos revisados del MMPI (MMPI-2) se le han agregado, quitado, o cambiado muchos enunciados. También tiene nuevas normas basadas en ejemplos más representativos de la población norteamericana con respecto a la edad, sexo, origen étnico, nivel de educación y región del país. Esto hace del MMPI-2, aún imperfecto, una mejora sobre el MMPI (Helmes & Reddon, 1993).
     Las primeras críticas del MMPI-2 mostraron una diversidad de opiniones de algunos expertos enfatizando su debilidad (Duckworth, 1991) y otros sus fortalezas (Graham, 1991). Estudios empíricos sobre el MMPI-2 han producido inicialmente hallazgos favorables. A pesar de los cambios en sus contenidos, el MMPI produce perfiles comparables a los del MMPI (Munley & Zarantonello, 1990), aunque en algunos casos no es así (Humphrey & Dahlstrom, 1995). 
     Otro examen popular para evaluar los rasgos de la personalidad es el Cuestionario Factor de la Personalidad 16 (16PF), el cual está basado en la teoría de los rasgos de Raymond Cattell. Cattell, un originario de Inglaterra que gasto la mayoría de su carrera en los Estados Unidos, uso el factor de análisis para identificar 16 rasgos básicos, a los cuales llamó, rasgos fuentes. El 16PF mide los dieciséis rasgos fuentes identificados por Cattell (1949).
     Los psicólogos típicamente usan el 16 PF para exámenes generales de personalidad evaluando más bien que diagnosticando trastornos psicológicos. El 16PF contiene 187 enunciados de opción múltiple. Un típico artículo seria, “Me siento madura en la mayoría de las cosas (a) Verdadero (b) Incierto (c) Falso.” La calificación de la persona en los rasgos fuentes es trazada en una grafica para proveer el perfil de la personalidad, la cual podría ser usada para empleados o consejeros de carrera, con el fin de determinar si su perfil es similar al de aquellas personas que han sido exitosas en profesiones particulares. El 16 PF ha sido útil en una variedad de aplicaciones. Por ejemplo, ha previsto exitosamente la probabilidad de que voluntarios permanecerían comprometidos a los programas de Big Brother/Big Sister (Herman & Usita, 1994).
Estado del Enfoque Disposicional de la Personalidad

     Aunque el enfoque disposicional de la personalidad ha sido usado al describir diferencias de personalidad, es menos exitoso en explicar esas diferencias. Suponga que los resultados de las pruebas del Indicador Tipo Myers-Briggs revelan que una de sus amigas es “extrovertida.”  Alguien preguntará, “¿Porqué es extrovertida?” Usted responderá, “Porque le gusta socializar.” La persona podría preguntar entonces, “¿Por qué le gusta socializar?” A lo que usted respondería, “Porque ella es una extrovertida.” Este razonamiento circular no explicaría porque su amiga es extrovertida.
     Uno de los pocos teóricos disposicionales que trata de explicar la personalidad es Eysenck  y su teoría de los tres factores. La existencia de los tres factores de la personalidad identificad por Eysenck ha sido verificada por otros investigadores (Zuckerman, Kuhlman, & Camac, 1988) y tiene algún apoyo transcultural (Eysenck, Barret, & Barnes, 1993). La dimensión introvertido/extrovertido ha recibido especialmente fuerte apoyo de investigación. Una de las suposiciones de Eysenck es que el grado introvertido/extrovertido de la persona depende de su nivel habitual de reactividad psicológica. Como se apuntó al principio, los introvertidos son psicológicamente más reactivos a la estimulación de los que los extrovertidos lo son. Tenemos la tendencia a tratar de adoptar un nivel moderado de excitación. Esto podría explicar el porqué los introvertidos evitan la estimulación y los extrovertidos la buscan. Por ejemplo, un estudiante introvertido prefiere trabajar en mayores condiciones de tranquilidad de lo que un estudiante extrovertido lo hace (Geen, 1984), y los extrovertidos son más proclives que los introvertidos a buscar ayuda en otras persona al arreglárselas con el estrés (Amirkhan, Risinger, & Swickert, 1995). 
     Con respecto a la teoría de los rasgos, la investigación ha reducido el número de rasgos básicos de la personalidad de los 16 de Cattell a cinco (McCrae & Costa, 1995). Estos son comúnmente conocidos como “Los Cinco Grandes.” La extroversión se asemeja al factor de Eysenck de introvertido/extrovertido, y el neuroticismo se asemeja a su factor de estabilidad/inestabilidad. La amabilidad indica si una persona es calurosa, afable, y cooperativa. La escrupulosidad indica si una persona es ética, confiable y responsable. Y apertura a la experiencia indica si una persona es curiosa, imaginativa o interesada en búsqueda intelectual
     Las primeras investigaciones en la teoría de los cinco factores ha encontrado que el bienestar psicológico esta negativamente correlacionado con el neuroticismo y positivamente correlacionado con la extroversión, amabilidad, y la escrupulosidad. Existe un fuerte apoyo para la teoría de los cinco factores (Byravan & Ramanahia, 1995). Por ejemplo, los individuos que califican alto en los rasgos de escrupulosidad son menos proclives a tener accidentes de autos (Arthur & Graziano, 1996). También existe evidencia transcultural de ello (Paunone et all., 1996). No obstante, algún teórico de la personalidad líder advierte que, en espera de más investigaciones, es prematuro aceptar la teoría de los cinco factores como el mejor enfoque de la personalidad (Block, 1995; Pervin, 1994).              
     El Enfoque Conductista de la Personalidad

     Aquellos que favorecen al enfoque conductista de la personalidad descartan los factores biológicos, las influencias inconscientes, y rasgos disposicionales. En vez de ellos, ellos subrayan la importancia del aprendizaje y de los factores ambientales (Staats, 1993).
     La Teoría de la Condición Operante de la Personalidad

     Para B.F. Skinner (1953), no hay nada extraordinario en la personalidad. Él vio ninguna utilidad para los conceptos que invocan predisposiciones biológicas, motivos inconscientes, rasgos de personalidad y similares. Lo que llamamos Personalidad, para el punto de vista de Skinner, es simplemente un patrón de comportamiento único de una persona, atado a situaciones especificas (Skinner, 1974). Usted podría decir que un compañero de estudios tiene una personalidad “gregaria” porque usted ha observado al estudiante participar en comportamientos tales como iniciar una conversación o ir a fiestas cada fin de semana.
     De acuerdo a Skinner, somos lo que hacemos. Y lo que hacemos en una situación particular depende de nuestras experiencias en esa situación y situaciones similares. Tendemos a involucrarnos en comportamientos que han sido reforzados positiva o negativamente y evitamos participar en comportamientos que han sido castigados y extinguidos. Así, Skinner supondría que una persona gregaria tiene antecedentes de recibir atención o alivio de ansiedad por ser socialmente extrovertido en una variedad de situaciones. En contraste, una persona tímida, podría tener antecedentes de ser criticado o ignorado dentro de una variedad de situaciones, por ser extrovertido. 
La Teoría Social-Cognitiva de la Personalidad

     La teoría social-cognitiva construye un puente entre el estricto enfoque conductita de Skinner y el enfoque cognitivo de la personalidad, el cual se discute más adelante. La teoría social-cognitiva, se asemeja a las teorías tradicionales conductistas en subrayar la importancia del reforzamiento y castigo en el desarrollo de la personalidad. Pero se diferencía de las teorías tradicionales conductistas, en argumentar que el comportamiento es afectado por procesos cognitivos. Esto es, somos algo más que respondedores robóticos al estimulo ambiental. Nuestra propia interpretación de nuestras propias características personales y circunstancias ambientales, afectan nuestro comportamiento (Bandura, 1989).
     La teoría Social-cognitiva fue desarrollada por Albert Bandura (nacido en 1925), quien fue criado en Canadá, pero llego a ser profesor en los Estados Unidos y sirvió como presidente de Asociación Norteamericana de Psicología en 1974. Otras teorías social-cognitivas han sido desarrolladas por Julian Rotter y Walter Mischel. La teoría de la personalidad de Bandura creció bajo su investigación de aprendizaje por observación. De acuerdo con Bandura, aprendemos muchas de las tendencias de nuestro comportamiento observando cómo las personas reciben recompensas o castigos por comportamientos particulares. Por ejemplo, los niños aprenden comportamiento altruista de los adultos quienes actúan de manera desinteresada. 
     La teoría de la personalidad de Bandura (1986) también subraya el concepto de determinismo reciproco, el cual refleja su creencia de que ni la predisposición biologica personal ni los factores ambientales pueden por si mismos explicar el comportamiento. Notará que esto difiere del determinismo ambiental, el cual fue favorecido por Skinner, y el determinismo psíquico, el cual fue favorecido por Freud. Ambos conceptos suponen que la persona es simplemente un rehén conductista. El determinismo ambiental supone que somos rehenes controlados por estímulos externos, y el determinismo psíquico supone que somos rehenes controlados por motivos subconscientes. En vez de ellos, Bandura piensa que los rasgos de la personalidad, los factores ambientales, y la conducta manifiesta, se afectan unos a otros. 
     Estudios de investigación han encontrado que el determinismo reciproco puede explicar muchas clases de comportamientos, tales como el porqué la depresión es tan difícil de vencer (Teichman & Teichman, 1990); los pensamientos y emociones negativas de una persona deprimida podrían inducir estados de melancolía en la persona deprimida. Esta respuesta social podría promover emociones y pensamientos negativos continuados en la persona deprimida, expresiones faciales de tristeza, y comportamiento social distante. Esto podría hacer que otras personas eviten o respondan negativamente a la persona deprimida. La respuesta social promovería pensamientos y emociones negativas continuadas sobre la persona deprimida, de este modo completando un cirulo vicioso que es difícil de romper. 
     De acuerdo con Bandura, uno de los más importantes factores cognitivos en el determinismo reciproco es la auto eficacia. Este es el grado en que una persona cree que puede llevar a cabo conductas que son necesarias para lograr un resultado deseado. La auto eficacia determina nuestra elección de actividades, nuestra intensidad de esfuerzo, y nuestra persistencia de cara a obstáculos y experiencias desagradables, en parte por las reducción de la ansiedad que pueda interferir con el ejercicio de la actividad (Bandura, Reese, & Adams, 1982). La Auto Eficacia promueve la adhesión a programas de ejercicio físico (Fontaine & Shaw, 1995), el rendimiento de los estudiantes en los cursos académicos (Shell, Colvin, & Bruning, 1995) y el rendimiento en la lucha libre en secundaria (Treasure, Monson, & Lox, 1996). 
     Pero, ¿Qué determina si usted ha tenido un sentimiento de auto eficacia en una situación dada? El primer determinante es un éxito previo. Usted tendrá un gran sentimiento de auto eficacia en su curos de psicología si lo ha hecho bien en los cursos previos. El segundo determinante es la experiencia vicaria. Usted tendrá un mayor sentimiento de auto eficacia si conoce otros estudiantes que han tenido éxito en el curso. El tercer determinante es la persuasión verbal. Usted tendrá un mayor sentimiento de auto eficacia si se da a si mismo palabras de ánimo, o si su consejero lo convence que usted tiene habilidades para salir bien en el curso. Y el cuarto determinante es la excitación psicológica. Usted tendrá un mayor sentimiento de auto eficacia si usted está en el óptimo nivel de excitación. Si usted esta tan excitado mientras da un discurso en la clase y nota que su ritmo cardiaco incrementa y una respiración irregular, llegara a estar tan distraído que mal pronunciará palabras o perderá su lugar.
Evaluación Conductista de la Personalidad

     Hay dos enfoques conductistas principales para la evaluación de la personalidad. Un enfoque examina la conducta manifiesta; el otro examina cogniciones que están estrechamente vinculadas a la conducta manifiesta.
Evaluación de la Conducta Manifiesta

     Los teóricos que favorecen la exanimación de la conducta manifiesta creen que debemos notar que las personas realmente hacen o dicen lo que hace en situaciones específicas más bien que simplemente anotar sus respuestas en exámenes de personalidad. En la observación conductista, el sujeto es observado en condiciones reales o estimuladas relativo a su trabajo, escuela, recreación, u otra situación de interés. La observación conductista es más proclive a producir hallazgos validos cuando envuelve varios observadores que conocen a la persona y quienes en varias ocasiones observaron a la persona en la situación de interés (Moskowitz & Schwartz, 1982). La observación conductista ha sido usada para evaluar una variedad de características de la personalidad en una variedad de circunstancias, tales como trastornos psicológicos (Matese, Matson, & Servin, 1994) e interacciones entre miembros de la familia (Markman, et al., 1995).
     Otra forma de la evaluación conductista usa el método de experiencia de muestreo. El sujeto lleva un dispositivo portable que suena a veces al azar, y al escuchar el sonido, la persona reporta su experiencia y conducta en el momento. Esto revela la relación entre situaciones específicas y los pensamientos, sentimientos y conductas de la persona involucrada (Hormuth, 1986). Algunos estudios han demostrado la utilidad práctica de la experiencia de muestreo, tales como el estudio de los ofensores sexuales (Hillbrand & Waite, 1994) y empleados de oficina (Allinger & Williams, 1993). Un estudio con niños de primaria evaluó su habla mental a ellos mismos, mientras trabajaban en sus asientos. Cada vez que los niños escuchaban el timbre, grababan su habla hacia ellos mismos con su dispositivo portable. Los resultados mostraron que los niños que se envolvieron en un habla positiva hacia ellos mismos, tuvieron un mayor logro académico y un comportamiento social más apropiado, mientras que los niños que se envolvieron en un habla negativa hacia ellos mismos, tuvieron un rendimiento académico más pobre y un comportamiento social más inapropiado (Manning, 1990). Por supuesto, solo la investigación experimental podría determinar si el habla hacia uno mismo, causa diferencia en el rendimiento académico o el comportamiento social.  
La Evaluación Cognitivo-Conductual

     Como un ejemplo de la evaluación cognitivo-conductual de la personalidad, considere la Escala de Control Interno-Externo de Lugar Geometrico (Locus), la cual fue desarrollada por Julian Rotter (1966) para medir lo que él llama el lugar de control. Su lugar de control es el grado en que se espera que usted está en control de los resultados de su comportamiento, o que esos resultados son controlados por factores tales como el destino, la suerte o la oportunidad (Rotter, 1990). En el primer caso usted tendría un control del lugar interno y en el segundo caso usted tendría un lugar de control externo. El concepto de Rotter del lugar de control ha sido tan influyente, que su estudio original es uno de los estudios más frecuentemente citados en al historia reciente de la psicología (Secherst, 1984).
     La escala contiene 29 pares de declaraciones, incluyendo seis que sirven para distinguir el propósito del examen. Un típico par relevante seria como el siguiente: “El mayor esfuerzo que usted gasta, la mayor probabilidad de que usted tenga éxito,” y “La suerte es más importante que en el trabajo duro en un ascenso de trabajo.” Su respuesta revelaría si usted tiene una posición de control interna o externa. Justo como su sentido de auto eficacia afectaría su comportamiento en la vida diaria, su colocación de control podría determinar si usted trata de ejercer control sobre situaciones de la vida real. 
     El lugar geométrico de control ha sido utilizado en numerosos estudios. Las personas con un lugar geométrico interno de control son menos fatalistas, lo que les hace más proclives para buscar atención medica para sus síntomas físicos (Strickland, 1989).Un lugar interno de control geométrico es asociado con mejores logros académicos, debido aparentemente a que los estudiantes con un lugar interno de control geométrico trabajan más duro (Findley & Cooper, 1983). Los conductores con un control de lugar geométrico interno, tienen menos accidentes fatales, quizás porque son más cautelosos, atentos, y expertos en evitar situaciones peligrosas (Montag & Comrey, 1987). Y las personas creadas en sociedades individualistas, tales como los Estados Unidos, tienden a estar más altas en su control de lugar geométrico que aquellas personas que viven en sociedades colectivistas (Rawdon, Willis, & Ficken, 1995).
Estado del Enfoque Conductista de la Personalidad

     La teoría de la personalidad del condicionamiento operante de B.F. Skinner ha sido alabada por hacer que los psicólogos estén más conscientes de la influencia del aprendizaje y de los factores ambientales sobre la personalidad. Pero la teoría ha sido criticada por Hans Eysenck (1988) por ignorar la influencia de la herencia en las diferencias individuales en la personalidad. La teoría de Skinner ha sido también criticada por ver a la personalidad como un pasivo respondedor del medio ambiente y por fallar en considerar la importancia del os factores cognitivos. Los teóricos social-cognitivos han respondido reconociendo la importancia de los procesos cognitivos y los factores ambientales.
  El concepto de Auto Eficacia de Bandura ha sido apoyado por resultados en investigaciones en una variedad de aéreas además de los mencionados anteriormente. Un estudio encontró que los sentimientos de autoeficacia de los estudiantes en matemáticas afectaron su ansiedad sobre las matemáticas y su decisión si continuar estudiando una licenciatura en matemáticas (Hackett, 1985). Otro estudio encontró que las personas con sentimientos de autoeficacia por carreras de larga distancia son más proclives a entrar en carreras de maratón, entrenar duro para esas carreras, y continuar corriendo a pesar del dolor y la fatiga que experimentan (Okwumabua, 1985).                                
El Enfoque Cognitivo de la Personalidad

     Al igual que la teoría social cognitiva, el enfoque cognitivo de la personalidad reconoce la influencia de los pensamientos en el comportamiento. Pero este enfoque pone más atención a la experiencia subjetiva y a la interpretación, y menos atención a situaciones objetivas, comparado con la teoría social cognitiva.
La Teoría de la Construcción Personal de la Personalidad

     La teoría cognitiva de la personalidad más influyente es la teoría de la construcción personal de la personalidad de Geroge Kelly (1905-1967). Kelly, quien paso su infancia en una granja de Kansas, se educó tanto en física como en Psicología. Sus antecedentes en física inspiraron sus puntos de vista como un científico laico, quien trato de entender el mundo continuamente probando y revisando hipótesis sobre la realidad social. Él llamó a esas hipótesis construcciones personales (Kelly, 1963). De acuerdo con Kelly, su patrón característico de construcciones personales determina su personalidad. Así, en vez de ser rehenes en manos de la herencia, el medio ambiente, o los motivos inconscientes, nosotros “construimos” la realidad. Esto es, nosotros activamente interpretamos la realidad y guiamos nuestro comportamiento, de acuerdo con la clase de realidad que construimos (Cantor, 1990).
     Kelly creía que las construcciones personales son duales, significando que envuelven extremos opuestos. Así las personas se clasifican en categorías como tímido/extrovertido, seguro/ peligroso, o egoísta/generoso. Si usted mantiene la construcción personal de que “los extranjeros son peligrosos,” usted podría comportarse con recelo hacia los extranjeros. Al igual que un científico retiene sus hipótesis solo si prueban estar correctas, nosotros retenemos nuestras construcciones personales solo en la medida en que creemos que son correctas. Si usted encuentra que los extranjeros mayores de edad no son peligrosos, usted puede revisar sus construcciones personales para mantener que, “los extranjeros jóvenes son peligrosos.” Así, al igual que un niño se desarrolla, su sistema de construcciones personales llega a ser cada vez más refinado y complejo.  
     Kelly llamó a nuestra habilidad de aplicar diferentes construcciones a situaciones dadas, alternativismo constructivo, el cual él dividió en tres fases: el ciclo circunspección-apropiación-control. Durante la fase de circunspección, evaluamos construcciones que podrían ser relevantes a una persona o situación particular. Durante la fase de apropiación, decidimos cual construcción es más relevante a la situación. Y durante la fase de control, seguimos un curso de acción basado en la construcción elegida. 
     Como ejemplo, suponga que alguien viene a su puerta a pedirle una contribución para la banda de marcha de la secundaria. Durante la fase de circunspección, usted evaluaría y elegiría entre varias dimensiones duales para determinar cual es relevante a la situación. Dos podrían ser “honesto/deshonesto,” y  “digno/indigno.” Usted consideraría si la persona parece honesta o deshonesta, o si la caridad es digna o indigna. Durante la fase de apropiación, usted podría determinar que la persona es honesta y que la caridad es digna. Durante la fase de control, esas construcciones le harían más proclive a contribuir a ello. 
     La teoría de la construcción personal ha sido útil en la investigación de muchos temas de psicología, incluyendo la autoestima (Forster & Schwartz, 1994), la motivación en cursos de matemáticas (Middleton, 1995), y las reacciones psicológicas durante el duelo (Viney, 1991). 
La Evaluación Cognitiva de la Personalidad

     La principal técnica para la evaluación cognitiva de la personalidad es el Examen del Repertorio del Papel Construido (REP Test), el cual Kelly deriva de su teoría de la construcción personal. El examen REP presenta al sujeto con tres conjuntos de personas a quienes el sujeto conoce. El sujeto debe especificar una manera en la que dos de las personas son similares entre sí y diferentes de la tercera. Un psicólogo podría presentar a un individuo con un conjunto de tres personas quienes juegan papeles de importancia para el sujeto, tales como “padre,” “mejor amigo” y “maestro repugnante.” El sujeto entonces especifica una manera en la cual, dos de las personas son similares una de la otra y diferente de la tercera. Si usted fuera el sujeto, usted podría reportar que su padre y su mejor amigo ambos son sinceros, mientras el antipático maestro es insincero. 
     El psicólogo repite este proceso con varios conjuntos de personas. Un terapista tomaría sus respuestas y determinaría cuantas construcciones usted utilizo para distinguir entre las personas. Estas construcciones serian aquellas que usted uso para percibir la realidad social, tales como “sincero/insincero.” Si usted se apoyó en muy pocas construcciones, usted será inflexible y vera a las personas de acuerdo a estereotipos. En contraste, si usted se apoya en muchas construcciones, usted podria confundirse y tener un mal desempeño en situaciones sociales porque tendría dificultad para predecir el comportamiento de la gente. De hecho, la habilidad de mantener un conjunto de construcciones personales, relativamente estables, pero aun flexible, es crucial para el bienestar psicológico (Winter, 1993).
     El examen REP se ha puesto en buen uso en estudios de construcciones personales.  Ha, por ejemplo, ayudado a los consejeros de carrera en el planeamiento vocacional (Neimeyer, 1984). 
Estado del Enfoque Cognitivo de la Personalidad

     George Kelly contribuyó a un método psicoterapéutico llamado terapia de función fija, el cual anima a los clientes a adoptar papeles que promuevan nuevas construcciones mas adaptadas. Ha sido usado exitosamente en el tratamiento de personas con ansiedad social o fobias sociales (Beail & Parker, 1991). Después de la muerte de Kelly, su teoría, la cual había sido llamada “un clásico por delante de su tiempo” (Rorer & Widiger, 1983), se ha llevado a cabo principalmente por un pequeño grupo de sus seguidores.


     El enfoque cognitivo de la personalidad ha atraído a psicólogos que creen que los pensamientos conscientes son más importantes que los motivos inconscientes o el estimulo del medio ambiente en determinar el comportamiento. Sin embargo, los teóricos conductistas tradicionales argumentan que los pensamientos no son la causa del comportamiento. Y los teóricos psicoanalíticos critican las teorías cognitivas por ignorar las bases del comportamiento irracional y emocional. No obstante, existe evidencia de que debemos construir nuestra realidad probando hipótesis, observando comportamientos relacionados a las hipótesis, y entonces tratar de reducir cualquier incongruencia entre muestras hipótesis y el comportamiento real que observamos, revisando nuestras construcciones personales (Agnew & Brown, 1989).                                                             
El Enfoque Humanístico de la Personalidad

     El enfoque humanístico de la personalidad, el cual emergió en la década de los años de 1950s, sostiene que los seres humanos son naturalmente buenos. Esto contrasta con los teóricos de la personalidad psicoanalítica, quienes creen que los seres humanos están predispuestos al egoísmo y la agresividad, y a los teóricos conductistas de la personalidad, quienes creen que los seres humanos si son naturalmente buenos ni naturalmente malos.

     El enfoque humanista también contrasta con los enfoques psicoanalistas y conductistas en aceptar la experiencia subjetiva mental (la experiencia fenomenológica) como su materia. Esto hace al enfoque humanista similar al enfoque cognitivo, aunque más interesados con la experiencia emocional. Además, el enfoque humanístico supone que tenemos libre albedrio, significando que nuestras acciones no son obligadas por los impulsos del id o los estímulos del medio ambiente.
La Teoría de la Personalidad de la Autorrealización

     Las teorías humanísticas de la personalidad tienen algo del sabor de las teorías de Jung y Alder en que ellas ven a los seres humanos como dirigidos a un objetivo y gobernados por su visión subjetiva de la realidad. La primera teoría humanística de la personalidad fue la de Abraham Maslow (1970). Maslow, criado en Brooklyn fue empujado por sus padres para asistir a la escuela de leyes. Un día se hallo a sí mismo en un curso en el cual no tenía interés, y se retiró del salón de clase.
     Maslow nunca regreso a la escuela de leyes. En vez de ellos, en contra de los deseos de sus padres, decidió perseguir una carrera en psicología. La voluntad de satisfacer las necesidades propias de uno, más bien que tratar de complacer a otras personas, llego a ser la piedra angular de las teorías humanísticas de la personalidad. Maslow creía que teníamos una necesidad de una autorrealización, la predispocion de tratar de alcanzar nuestro potencial. El concepto de autorrealización es un descendiente del concepto de Alder de la lucha por la superioridad (Crandall, 1980).
     Pero, ¿Quién esta autorrealizado? Maslow presento a varios candidatos, incluyendo al presidente Abraham Lincoln, al psicólogo William James, al humanitario Eleanor Roosevelt. La siguiente lista presenta características compartidas por personas autorrealizadas.
Una orientación realista.
Auto aceptación y la aceptación de otros y del mundo natural tal como es.
Espontaneidad.
Centrado en el problema más bien que centrado en uno mismo.
Aire de desapego y necesidad de privacía.
Una apreciación fresca más bien que estereotipada tanto de las personas como de las cosas.
Por lo general han tenido experiencias místicas o espirituales, aunque no necesariamente religiosas.
Identificación con la humanidad y un fuerte interés social.
Tendencia a tener una fuerte relación intima con pocas y especiales personas amorosas, más bien que relaciones superficiales con muchas personas.
Actitudes y valores democráticos.
Sin confusión de los medios con los fines.
Un sentido del humor filosófico más bien que hostil.
Un alto grado de creatividad.
Resistencia a la conformidad cultural.
Trascendencia del medio ambiente en lugar de siempre hacerle frente.
     Maslow decidió sobre estas características después de poner a prueba, entrevistar, o leer la obra de individuos que él consideraba autorrealizados. Nuestro bienestar psicológico está relacionado en parte, en la medida en la que estamos autorrealizados. Por ejemplo, parece que una de las razón del porque la gente extrovertida tiende a ser más feliz que otras personas es porque están mas auotrrealizadas que la gente introvertida (Lester, 1990). 
La Teoria del Yo de la Personalidad

     Carl Rogers (1902-1987) nació cerca de Chicago de una familia devotamente religiosa. Su crianza religiosa le llevo a entrar al Seminario de Unión Teológica en la Ciudad de Nueva York. Pero Rogers dejo el seminario para perseguir una carrera en psicología, eventualmente sirviendo como presidente de la Asociación Norteamericana de Psicología en 1946. 
     Rogers señaló que la autorrealización requiere la aceptación del yo (concepto de sí mismo), lo cual es la respuesta a la pregunta, “¿Quién eres tú?” Pero cada uno de nosotros experimenta algunas incongruencias entre el yo y la experiencia personal. Tenemos que aprender a negar nuestros sentimientos, quizás reclamando que no estamos enojados o avergonzados cuando en realidad lo estamos. Esto podría hacernos sentir falsos, o como Roger diría, no genuinos. Esta incongruencia entre nuestro yo y nuestra experiencia nos causa ansiedad, lo que en su momento nos motiva a reducir la incongruencia alterando el yo o reinterpretando la experiencia. Aunque una congruencia completa entre el yo y la experiencia es imposible y seria desadaptiva (no tendríamos motivación para mejorar el yo si no experimentáramos alguna incongruencia), las personas que tienen una gran incongruencia entre el yo y la experiencia podrían desarrollar trastornos psicológicos.
     ¿Cómo se desarrolla la incongruencia entre el yo y la experiencia? De acuerdo con Rogers, los niños que no reciben consideración positiva incondicional, que es, aceptación completa, de sus padres desarrollaran incongruencias negando aspectos de sus experiencias. Para ganar aceptación de los padres, un niño debe expresar pensamientos, sentimientos y comportamientos que son aceptables a ellos. Por ejemplo, un chico cuyos padres insisten en que “los niños no lloran” podría aprender a negar sus propias experiencias dolorosas físicas y emocionales, con el fin de ganar aprobación paterna. Tales, condiciones de valor llevarían a los niños a ser rígidos y ansiosos debido a la falla en aceptar sus experiencias. En vez de llegar a autorrealizarse tales niños tales niños podrían adoptar un estilo de vida de conformidad y agrado (Baumeister, 1982). Rogers, como otros teóricos de la personalidad, revela sus propias experiencias de vida en su teoría. Él recuerda que como niño sus padres no lo amaron por si mismo, separado de sus logros. Esto es, él sintió que no revivió consideración positiva incondicional de ellos (Dolliver, 1990).
     La gente sana psicológicamente tiene más congruencia entre el Yo Real (el Yo de Rogers) y el Yo Ideal (la personas que les gustaría ser). Lo más autorrealizada que sea la persona, lo menos incongruente entre entre el yo real de la persona y el yo ideal, y como resultado mayor será la autoestima de la persona (Moretti & Higgins, 1990). Las personas con mas incongruencia entre sus yo reales y sus yo ideales tienen mayores dudas de si mismos y menos habilidades sociales. Un estudio con estudiantes encontró que en la medida que la congruencia entre sus yo reales y sus yo ideales aumentaba, sus sentimientos de felicidad se incrementaban (Mikulincer & Beer-Goldin, 1991).
     Una manera de proteger el yo real es mediante la colocación de obstáculos, en donde la gente reclama que la tarea es muy difícil, o que factores más allá de su control podrían contribuir a su comportamiento o desempeño menos que ideal (Deppe & Harackiewicz, 1996). Como usted ciertamente ha observado, el ponerse obstáculos es común entre estudiantes (Rhodewalt & Hill, 1995). Así, un estudiante caminando hacia el aula para un examen podría recordarle a sus compañeros de clase que él necesitó consolar a un amigo, la noche anterior impidiéndole estudiar lo suficiente. Dadas esas escusas, una posible falla en el examen sería un golpe menor fuerte a su yo real. Y si el estudiante se desempeña bien en el examen, el yo real se elevaría.  
La Evaluación Humanística de la Personalidad

¿Cómo evalúan la personalidad los psicólogos humanistas? Dos de las técnicas principales son el Inventario Personal de Orientación y el Q-sort.



El Inventario Personal de Orientación. ¿Qué Tan Autorrealizado Está?

     Los psicólogos que desean evaluar la autorrealización comúnmente usan el Inventario Personal de Orientación (POI) (Shostrom, 1962). El POI determina el grado en que los valores y las actitudes de una persona concuerdan con la descripción de Maslow de la gente autorrealizada, tales como el ser gobernado por las motivaciones y principios propios. El inventario contiene artículos que forzan a la persona a elegir entre opciones tales como (a) “Impresionar a otros es más importante” y (b) “Expresarme yo mismo es más importante.” Un estudio con estudiantes encontró que aquellos que puntuaron más alto en el POI fueron más proclives en desempeñarse independientemente en una tarea de razonamiento en donde otros trataron de influenciar su desempeño (Bordages, 1989).
El Q-Sort: ¿Qué tan Bien Te Describen Ciertas Características Personales?

     El Q-sort, derivado de la teoría del yo de Rogers, se usa para medir el grado de congruencia entre su yo reas y su yo ideal. Si usted toma un examen Q-sort, se le darían un montón de tarjetas con una declaración auto descriptiva en cada una. Una declaración típica podría ser “me siento confortable con extraños.” Usted pondrá las declaraciones en varios montones, que van del montón que contiene declaraciones que son más características de su yo real a un montón conteniendo declaraciones que son menos características de su actual yo. Usted seguiría entonces el mismo proceso para su yo ideal, creando un segundo conjunto de grupos. El mayor grado de traslape entre los dos conjuntos de grupos, la mayor congruencia entre tu yo actual y tu yo ideal. Los psicoterapeutas han usado el método Q-sort para determinar si la terapia ha incrementado la congruencia entre el yo real del cliente y su yo ideal (Leaf et al., 1992).
El Estado del Enfoque Humanístico de la Personalidad


     La investigación a producido apoyo mixto para los conceptos de Maslow de la autorrealización. Por ejemplo, un estudio de estudiantes quienes puntuaron bajo en autorrealización en el POI al principio de un curso preparatorio de universidad encontró que ellos incrementaron en autorrealización al final del curso (Fogarty, 1994). Pero ha habido resultados inconsistentes con respecto a la presunción de que la autorrealización aumenta con los años. Un estudio transversal de mujeres entre los 19 años y los 55 años encontró un incremento en su sentido de autonomía. Esto es, los sujetos llegaron a estar más motivados por sus propios sentimientos que por la influencia de otras personas, una característica de la gente autorrealizada (Hyman, 1988). Aún, un estudio transversal de miembros de la facultad de los 30 a los 68 años, encontró que su autorrealización no aumento con la edad (Hawkins, Hawkins, & Ryan, 1989).
     Ha habido relativamente mas investigación en el yo, de por sí, que en la autorrealización. De hecho, ha habido un surgimiento de una variedad de “yoes.” Una visión del yo planteada por E. Tory Higgins (1987) considera la relación entre tres yoes: el yo real, el yo ideal, y el yo deber. Una incongruencia entre el yo real y el yo ideal hará que una persona se sienta deprimida. Esta incongruencia es expresada en la observación de Woody Allen, “Mi único lamento en la vida es que no soy otra persona.” La incongruencia entre el yo real y el yo deber (el cual es similar al ego ideal de Freud representando creencias sobre los deberes morales) hará que una persona sienta ansiedad (Straumann & Higgins, 1988). Estamos motivado a aliviar nuestra angustia personal reduciendo la incongruencia entre estos yoes (Higgins, 1990).
      El enfoque humanístico ha sido elogiado por oponerse a la tendencia de los psicólogos a estudiar el aspecto negativo de la experiencia humana animándoles a estudiar el amor, la creatividad, y otros aspectos positivos de la experiencia humana. El enfoque humanista también ha renovado el interés en estudiar la experiencia mental consiente, lo cual fue la primer materia de la psicología hace un siglo (Singer & Kolligian, 1987). Además, el enfoque humanístico podría reflejar mejor los puntos de vista populares sobre la personalidad. Una encuesta de personas en la vida diaria, encontró que la mayoría de la gente cree que otros los conocerían mejor y si otros conocieran sus experiencias mentales privadas, más que su comportamiento público (Andersen & Ross, 1984). El enfoque humanístico también ha contribuido en el reciente interés en el autodesarrollo, incluyendo el énfasis en mejorar la apariencia física de uno. Por ejemplo, mejorando el fisco de uno a través del entrenamiento con pesas, mejora la autoestima de hombres (Tucker, 1982) y mujeres (Trujillo, 1983).   
     Sin embargo, el enfoque humanístico no ha escapado a la crítica. La critica lo acusa de divorciar al individuo de ambos, tanto su medio ambiente como de su mente subconsciente y en fallar al definir operacionalmente y probar experimentalmente conceptos abstractos, tales como el concepto de autorrealización (Daniels, 1982). Además, la supuesta bondad del ser humano ha sido calificada de ingenua aun por el influyente psicólogo humanista Rollo May (1982), quien cree que la bondad por naturaleza de los seres humanos no habría creado el mal que el mundo ha conocido.
     Maslow y Rogers han sido acusados de promover inintencionalmente en el egoísmo y destacar la importancia de la autorrealización sin colocar un énfasis equitativo en la responsabilidad social (Geller, 1982). Incluso han sido acusado de alentar la supuesta “generación del yo” de los norteamericanos que emergieron en la década de 1980s, muchos de cuyos miembros fueron supuestamente más motivados por el interés propio que por un interés en contribuir al bienestar de otros. Sin embargo, esta acusación es contrarrestada por investigación que muestra que, las personas que han desarrollado una positiva autoestima, tienden a tener una mayor consideración a otros que quienes han desarrollado una autoestima negativa (Epstein & Feist, 1988). Así, tenemos que tener cuidado en no confundir autoestima con egocentrismo.
     Aunque el enfoque humanista de la personalidad ha recibido su parte de crítica, Rogers ha sido ampliamente alabado por sus contribuciones al avance de la psicoterapia. Hoy en día, ningún enfoque sobre la personalidad domina otro. Cada una realiza una contribución valiosa a nuestro entendimiento de la personalidad.
El Enfoque Biopiscológico de la Personalidad

     Los investigadores de la personalidad que favorecen el enfoque biopsicológico advierten que, “cualquier teoría que ignore la evidencia para el sustento biológico del comportamiento humano está atada a una incompleta” (Kenrick & Dantchik, 1983). La base biológica de la personalidad ha sido reconocida por pensadores antiguos y modernos por igual. El médico-filosofo griego Hipócrates (460-377 a.C.) presentó uno de los primeros enfoques biológicos de la personalidad, el cual fue elaborado por el médico griego Galeno (130-200 d.C.). Hipócrates y Galeno afirmaban que el temperamento, el estado emocional predominante de una persona, refleja los niveles relativos de fluidos corporales que ellos llamaron humores. Ellos asociaron la sangre con alegre o un temperamento sanguíneo; flema con calma, o temperamento flemático; bilis negra con deprimido, o temperamento melancólico; y bilis amarilla con irritable, o temperamento colérico. Los investigadores han fallado con encontrar una base humoral para la personalidad. Sin embargo, la investigación de Hans Eysenck apoya la existencia de estos cuatro temperamentos básicos (Stelmack & Stalikas, 1991).
     La teoría humoral de la personalidad fue dominante hasta finales del siglo XVIII, cuando se unió a la frenología y fisiognomía. La frenología es el estudio de los contornos del cráneo. Los frenologistas suponían que aéreas específicas del cerebro controlaban características específicas de la personalidad y que los bultos y depresiones del cráneo indicaban el tamaño de esas aéreas del cerebro. Aquellos que creían en la fisiognomía, el estudio de la apariencia física, sostenían que la personalidad era revelada por las características de la cara. 
     La investigación falló en respaldar la frenología y la fisiognomía. Al igual que la astrología, estaban sujetos al efecto Barnum. Si usted sentía el contorno de la cabeza de una persona y escribía la descripción de una personalidad que contenía halagadoras generalidades, su paciente podía colocar una injustificada fe en la frenología (Smith, 1986). Sin embargo, los frenologistas despertaron el interés en el estudio de las bases biológicas de la personalidad, particularmente el papel de la herencia (Hilts, 1982). El inicio del siglo XX vio a los investigadores de la personalidad bilógicamente inclinados comenzar el estudio de las relaciones entre el psique y la personalidad.
La Relación Entre el Psique y la Personalidad
     El estudio científico de las relaciones entre el psique y la personalidad comezó con el trabajo del psiquiatra alemán Ernst Kretchmer (1888-1964). Kretchmer (1925) midió el psique de cientos de pacientes mentales y encontró una relación entre el psique delgado y la esquizofrenia, y los psiques redondos y la maniaco depresión. Pero los investigadores que mas hicieron para avanzar el estudio científico de la relación psique-personalidad fue el médico y psicólogo norteamericano William Sheldon (1898-1977), cuya inspiración para llegar a ser psicólogo vino de tener a William James como su padrino (Hilgard, 1987).
     Al formular su teoría constitucional de la personalidad, Sheldon examino fotografías de miles de hombres jóvenes. Él identifico tres clases de psiques, los cuales llamó somatotipos. El ectomorfo era un psique fino y frágil; el mesomorfo tiene un psique muscular y fuerte; y el endomorfo era un psique suave y redondo. Debido a que Sheldon reconoció que muy poca gente eran somatotipos puros, él clasificó a los sujetos en una escala del 1 al 7 por cada uno de los tres tipos de psique. Sheldon también administro exámenes de personalidad a sus pacientes. Encontró que cada somatotipo estaba asociado con un temperamento particular. Él llamó al temperamento ectomorfo tímido retraído e introspectivo, cerebrotonia; al temperamento mesomorfo astuto, asertivo y enérgico, somatotonia; y al temperamento endomorfo relajado, sociable y sencillo, viscerotonia (Sheldon & Stevens, 1942). 
     Pero, ¿Cómo podrían los somatotipos afectar la personalidad? Sheldon razonó que sus propios somatotipos deberían afectar el comportamiento de las personas y el comportamiento de otros hacia ellos. Por ejemplo, una persona mesomorfa podría ser físicamente imponente, haciendo a la persona más seguro de sí mismo y, como resultado, mas asertivo. Además, otros podrían encontrar al mesomorfo más atractivo, mejorando más aún su confianza en sí mismo. Sheldon encontró que los mesomorfos eran los más comunes entre los delincuentes juveniles, quizás porque eran más fuertes y más asertivos que los ectomorfos o los endomorfos. Hoy en día, aunque el interés en el estudio de las relaciones entre el tipo de cuerpo y la personalidad permanece, los psicólogos quienes están interesados en las bases de la personalidad, son más proclives al estudio de los efectos de la herencia. 
Las Relaciones entre la Herencia y la Personalidad


     Hace un siglo Francis Galton insistió que “la naturaleza prevalece enormemente sobre la crianza” (Holden, 1987). Hoy en día, aquellos como Galton quienes creen que la herencia moldea la personalidad sostienen que la evolución nos ha provisto de una tendencia de nacimiento a un comportamiento el cual difiere de una persona a otra (Buss, 1990). El campo que estudia la relación entre la herencia y el comportamiento se llama genética conductual. Por ejemplo, un estudio de genética conductual encontró que la tendencia hereditaria de ser altamente emocional es un importante factor de riesgo con respecto al divorcio (Jocklin, McGue, & Lykken, 1996). La investigación en la genética conductual ha mostrado que aún los infantes recién nacidos exhiben diferencias en el temperamento, algunos son emocionalmente apacibles, otros emocionalmente reactivos (Braungart et al., 1992).
     ¿Cómo podrían estas diferencias iniciales en el temperamento contribuir al desarrollo de las diferencias de personalidad? Podrían afectar como los infantes responden a otras personas y, a su vez, como otras personas responden a ellos. Por ejemplo, un infante apacible seria menos responsivo a otras personas. Como consecuencia, otros serian menos responsivos al infante. Esto podría predisponer al infante a llegar a ser menos sociable posteriormente en su niñez, sentando las bases para una personalidad introvertida.
La Evaluación Biopsicologica de la Personalidad
     En general, la más cercana relación genética entre dos personas, lo más parecido que serán en características de personalidad. Pero esta relación podría reflejar experiencias de vida comunes más bien que herencia genética. Por ejemplo, gemelos idénticos podrían responder de manera similar a exámenes de personalidad porque han sido expuestos a un medio ambiente más similar que los mellizos (Schonemann & Schonemann, 1994). Debido a la dificultad de separar los efectos genéticos y los efectos ambientales en estudios de familiares que comparten medios ambientes similares, los investigadores han recurrido a los estudios de adopción. El Proyecto de Adopción Texas, encontró que, con respecto a la personalidad, los niños tienden a parecerse más a sus padres biológicos que a sus padre adoptivos (Loehlin, Horn, & Willerman, 1990). Resultados como estos indican que la personalidad padre-hijo similarmente, es influenciada mas por herencia común, que por experiencias comunes de la vida, como se confirma en el siguiente estudio:
Anatomía de un Estudio de Investigación Contemporáneo
En la Personalidad ¿Son los Gemelos Idénticos Criados Aparte Mas Parecidos a sus Padres Adoptivos o a Sus Padres Biológicos?
      Desde 1979, el psicólogo Thomas Bouchard de la Universidad de Minnesota ha conducido el estudio más exhaustivo de gemelos idénticos criados aparte y reunidos posteriormente en sus vidas. Él ha encontrado asombrosas similitudes e comportamiento entre los gemelos. Considere el caso de Oskar Stohr y Jack Yufe, quienes nacieron en Trinidad de un padre judío y una madre católica. Los gemelos fueron separados poco después de su nacimiento y criados en muy diferentes circunstancias de vida. Mientras Oskar fue criado en Alemania como nazi por su abuela materna, Jack fue criado en Trinidad como judío por su padre. Décadas posteriores, cuando llegaron al aeropuerto en Minneapolis para tomar parte en el estudio Bouchard, ambos Jack y Oskar portaban mostacho, lentes de montura metálica y camisas de dos bolsas con charreteras. Bouchard encontró que ambos preferían licores suaves, almacenaban ligas en sus muñecas, tiraban de la cadena en el excusado antes de usarlo, leían revistas del final hacia el principio, y mojaban pan con mantequilla en sus cafés (Holden, 1980). Aunque no hay probablemente genes de “tirar de la cadena en el excusado antes de usarlo” la idéntica herencia genética de los hombres, les pudo haber provisto de similares temperamentos que los predispuso a desarrollar ciertos comportamientos similares. De hecho, Bouchard y sus colegas encontraron que el ambiente de crianza tuvo relativamente pequeña influencia en el desarrollo de la personalidad (Bouchard & McGue, 1990).
     Los estudios de gemelos idénticos criados aparte proveen el más fuerte apoyo para la base hereditaria de la personalidad. Los gemelos idénticos tienen 100% de sus genes en común, mientras que los gemelos fraternos no son más parecidos genéticamente que los hermanos no gemelos. Esto podría explicar porque los gemelos idénticos que son adoptados y criados en familias diferentes son más similares en personalidad que los gemelos fraternales que son criados por sus padres biológicos, aun tres décadas después de la adopción (Tellegen et al., 1988).
Método
     Los sujetos fueron participantes en el Estudio de Gemelos de Minnesota entre 1970 y 1984. Había 217 pares de gemelos idénticos criados juntos y 114 pares de mellizos criados juntos. Había 44 pares de gemelos idénticos criados aparte y 27 pares de mellizos criados aparte. Los gemelos que habían sido criados aparte habían sido separados, en promedio, más de 30 años. A los sujetos se les dio el Cuestionario de Personalidad Multidimensional, que mide los rasgos básicos de la personalidad.
Resultados y Discusión
     Los resultados indicaron que los gemelos idénticos criados juntos y los gemelos idénticos criados aparte eran altamente similares en inteligencia. Los gemelos idénticos criados aparte también fueron más similares que los mellizos criados aparte. En conjunto, la heredabilidad de la personalidad fue 0.48. (La heredabilidad de la personalidad es la proporción de variabilidad  en la personalidad dentro de una población que es causada por la herencia.
     Estado del Enfoque Biopsicologico de la Personalidad


     La investigación ha fallado en encontrar una fuerte relación entre los somatotipos y las personalidades presentadas por Sheldon. Uno de los mayores problemas con la investigación de Sheldon, fue que él clasifico ambos los somatotipos y los temperamentos de sus casos. Esto proporciona espacio para la predisposición del experimentador, quizás haciendo que sus clasificaciones apoyen su teoría más de lo debido. No obstante, existe una modesta relación entre el psique y la personalidad. Por ejemplo, tal como fue predicho por Sheldon, los hombres mesomorfos son mas extrovertidos, seguros de sí mismos, y emocionalmente estables (Tucker, 1983). Pero en un estudio donde los miembros del personal clasificaron las personalidades de los niños en una guardería, no encontraron relación entre sus psiques y sus personalidades (Lester, Kamisky, & McGovern, 1993).
     Aún, los resultados positivos no indican que las diferencias en los psiques causan diferencias en la personalidad. Tal vez, en su lugar, las diferencias entre personalidad afecta los hábitos de dieta y ejercicio, de este modo, causando diferencias en el psique. Otra posibilidad es que los factores hereditarios causen una relación entre psique y personalidad. Por ejemplo, un estudio encontró que los infantes ectomorfos recién nacidos fueron más emocionalmente responsivos que infantes con otros psiques (Lester & Wosnack, 1990). Esto apoya la noción de Sheldon de que los mismos genes deben determinar ambos, tanto psique como temperamento (Sheldon & Stevens, 1942). 
     Poniendo aún lado la cuestión sobre la relación entre el psique y la personalidad, ¿Cuán hereditable es la personalidad? La investigación ha sido consistente en encontrar que, aunque los resultados varían de alguna manera, la heredabilidad de la personalidad es aproximadamente 0.50 (Bouchard, 1994). Y, ¿Qué de la investigación de Bouchard en gemelos idénticos criados aparte? Se tiene que tener cuidado en llegar a conclusiones sobre la asombrosa similitud en el comportamiento en algunos de los gemelos que él ha estudiado. Imagine que a usted y a un estudiante amigo suyo se les hicieran miles de preguntas (como Bouchard les pregunto a sus sujetos). Usted sin lugar a dudas encontraría algunas similitudes asombrosas entre ustedes dos, aunque no estuvieran relacionados genéticamente. Esto fue demostrado en un estudio que encontró muchas similitudes entre pares de extraños. Por ejemplo, un par de mujeres eran ambas bautistas, estudiantes de enfermería, activas en el tenis y el voleibol, aficionadas al ingles y a las matemáticas, no aficionadas a la taquigrafía, y aficionadas a vacacionar a lugares históricos (Wyatt et al., 1984). Por supuesto al comparar la actuación de gemelos en exámenes formales de personalidad, Bouchard no hace más que simplemente reportar casos seleccionados de similitudes asombrosas entre algunos. Dada la evidencia para influencias tanto genéticas como ambientales, la mejor apuesta es aceptar que ambas fuertemente, aparentemente por igual, afectan el desarrollo de la personalidad.                                    
¿Es la Personalidad Consistente?
     Usted tal vez recuerda que la definición de personalidad incluye la palabra consistente. Pero ¿realmente la gente se comporta consistentemente de una situación a otra? Los profesores que escriben cartas de recomendación para alumnos supones que así es, cuando ellos se refieren a sus alumnos como “maduros,” “amigables,” y “conscientes.” Pero, un alumno que ha sido maduro, amigable, y consciente en el colegio, ¿necesariamente exhibirá esos rasgos en un trabajo o una escuela de posgrado? El grado de consistencia transituacional en la personalidad ha sido uno de los aspectos más controversiales en la investigación sobre la personalidad (Siberstein, 1988).
     La Personalidad como Inconsistente
     El debate sobre la consistencia de la personalidad comenzó en 1968, con la publicación de un libro por el teórico social cognitivo, Walter Mischel. Él reportó que la personalidad es mucho menos consistente de una situación a otra de lo que se pensaba comúnmente. Mischel encontró que la correlación entre dos comportamientos cualesquiera, para representar el mismo rasgo de personalidad subyacente, raramente excede un relativamente modesto 0.30. Esto significa que usted no puede predecir con confianza si una persona, a quien calificó alto en el rasgo de generosidad, actuará de una manera generosa en una situación dada. Por ejemplo, una persona que calificó alto en un examen midiendo la generosidad podría donar al Ejército de Salvación, pero podría no recoger el cheque en un restaurante, aunque ambos comportamientos podrían presumiblemente reflejar el rasgo de generosidad. Basado en su reseña de hallazgos de investigación, Mischel descubrió que nuestro comportamiento es influenciado mas por las situaciones en las cuales nosotros mismos nos encontramos que por nuestras características de personalidad.
     Aunque Mischel estimuló el reciente debate sobre el asunto de la consistencia de la personalidad, el asunto no es nuevo. Cuarenta y dos años antes de que Mischel publicara sus hallazgos, psicólogos reportaron investigación mostrando que la honestidad de los niños era inconsistente a través de situaciones. Un niño podía engañar en un examen, pero no en un evento atlético, o engañar en la escuela, pero no en casa (Hartshorne & May, 1928).
     Si la personalidad es inconsistente a través de situaciones, ¿porque la percibimos como consistente en nuestra vida diaria? Primero, podríamos confundir la consistencia de comportamiento en una situación dada en el tiempo con la consistencia de ese comportamiento a través de diferentes situaciones (Mischel & Peake, 1982). Si una compañera de estudios es consistentemente humorística en tu clase de psicología, usted podría erróneamente inferir que ella es humorística en casa, en fiestas, y en el dormitorio. Segundo, tendemos a evitar situaciones que son inconsistentes con nuestras personalidades (Snyder, 1983). Si se ve a sí mismo como “ecuánime,” podría evitar situaciones que podrían hacerle perder su genio, tales como discusiones sobre el asunto del aborto.
     Tercero, nuestra primera impresión de una persona puede hacernos descontar un comportamiento posterior si es inconsistente con ello (Hayden & Mischel, 1976). Si alguien es amistoso con usted la primera vez que lo conoce, pero es rudo con usted la siguiente ves que lo ve, usted podría decir que él no fue “él mismo” hoy. Y cuarto, nuestra percepción de consistencia transituacional en otros podría reflejar un factor situacional poderoso, nuestra presencia en su ambiente (Lord, 1982). Si otros adaptan sus comportamientos a nuestra presencia, podríamos erróneamente inferir que son consistentes a través de situaciones. 
La Personalidad Como Consistente
     Estos ataques sobre la consistencia transituacional, han provocado la respuesta de aquellos que opinan que hay más consistencia transituacional de lo que Mischel y sus aliados piensan (Kenrick & Funder, 1988). Primero, los individuos no muestran consistencia en ciertos rasgos. Pero, ¿Cómo sabemos cuáles rasgos? Una manera de encontrarlo es preguntarlo. Las personas que afirman ser consistentes en algún rasgo dado, tienden a exhibir comportamientos reflejando ese rasgo a lo largo de situaciones (Zuckerman et al., 1988). En un estudio, se les pidió a estudiantes que juzgaran cuan consistentes eran en el rasgo de la amistad. Aquellos que afirmaron ser amigables a través de situaciones, fueron, de hecho, más consistentemente amigables que los estudiantes que afirmaron no serlo, tal como se verifico por sus compañeros, padres, y otros observadores (Bem &Allen, 1974).
     Segundo, la consistencia transituacional en el comportamiento depende de si la persona es un auto monitor alto o un auto-monitor bajo. Los auto-monitores altos están interesados acerca de cómo las personas los perciben, y adaptan su comportamiento para ajustarse a situaciones especificas, mientras los auto-monitores bajos, están menos preocupados en cuanto a cómo las personas los perciben, y no adaptan su comportamiento a situaciones especificas. Esto significa que los auto-monitores bajos, muestran una mayor consistencia transituacional en sus comportamientos que los auto monitores altos (Gangestad & Snyder, 1985).
     Tercero, muchos de los estudios que Mischel revisó, fueron garantizados de encontrar baja consistencia transituacional, ya sea porque resultados de las pruebas de rasgos correlacionados con casos individuales de comportamiento, o instancias únicas de comportamiento correlacionados uno con el otro. Esto sería como tratar de predecir tu calificación exacta en tu próximo examen de psicología, de tu calificación del examen de evaluación académica, o de tu calificación en el examen de biología. La predicción sería probablemente equivocada, porque muchos factores influyen en tu desempeño sobre cualquier examen académico dado. De manera similar, muchos factores, además de los rasgos de una personalidad dada, influyen en su comportamiento en una situación dada.
     Los psicólogos han logrado el mayor éxito en demostrar consistencia transituacional, usando agregación de comportamiento. En el comportamiento de agregación, usted observará el comportamiento de una persona a través de varias situaciones. Usted entonces determinará como la persona típicamente, pero no necesariamente siempre, se comporta mucho en la misma manera de forma tal que usted encontrará su promedio en varios exámenes para determinar su típico desempeño en un curso. Una persona “humorística” será humorística en muchas, pero no en todas, las situaciones. Cuando predecimos como una persona típicamente se comportará, en vez de cómo una persona se comportará en una situación específica, la correlación entre los rasgos y el comportamiento llega a ser relativamente alta 0.60 o más (Epstein & O’Brien, 1985) Por ejemplo, un estudio en estudiantes de colegio encontró que la correlación entre sus rasgos extrovertidos y su comportamiento en una forma extrovertida fue 0.70 cuando promedio a través de varias situaciones (Herringer, 1993). La importancia de agregación de comportamiento en determinar la consistencia de la personalidad fue demostrada en el siguiente estudio clásico:  
Anatomía de un Estudio de Investigación Clásico
¿Es la Personalidad Consistente de una Situación a Otra?
Base Lógica
     Cuando la agregación de comportamiento fue aplicada al estudio de Hartshorne y Mary (1928), la correlación entre los rasgos de honestidad y los comportamiento reflejando que la honestidad aumentó considerablemente. Considere un caso similar por George Dudycha (1936), donde se examinó la consistencia de la personalidad con respecto a la puntualidad.  
Método
     Dudycha noto que algunas personas tenían reputación de siempre ser puntuales y otros de siempre llegar tarde. Él decidió estudiar el fenómeno de la puntualidad en la vida diaria, en vez de establecer una situación artificial en donde la puntualidad seria medida. Los sujetos fueron 307 estudiantes hombres y mujeres del Ripton College durante el año académico de 1934-1935. Su puntualidad fue medida en muchas ocasiones en seis situaciones: Clases a las 8:00 AM; tiempo de comer en el comedor; cita de conferencia con profesores; actividades extracurriculares (banda del colegio y cantante de colegio); servicios religiosos; y programas de entretenimiento (Basquetbol, teatro y conciertos). Hubo un total de 15360 observaciones. 
Resultado y Discusiones
      Cuando las correlaciones fueron hechas entre cualquiera de estas dos situaciones, los estudiantes fueron inconsistentes. Esto parecía indicar que las situaciones, no los rasgos, dieron cuenta de la puntualidad. Pero, al igual que en el estudio de Hartshorne y Mary (1928), cuando la agregación de comportamiento fue aplicada al estudio de Dudycha, los estudiantes de colegio mostraron mayor consistencia transituacional en su puntualidad. Así, aunque los rasgos de personalidad podrían no predecir nuestro comportamiento en situaciones particulares, ellos podrían predecir nuestro típico comportamiento a través de una variedad de situaciones relacionadas. 
     El debate sobre la consistencia transituacional ha amainado. La tendencia de los investigadores es estar de acuerdo en que el mejor enfoque es considerar la interacción de la persona y de la situación al evaluar la consistencia transituacional (Murtha, Kanfer, & Ackerman, 1996). Aun Gordon Allport, el gran investigador  de los rasgos, vio el comportamiento humano como el producto de esos factores, con diferentes grados despertados en diferentes grados por diferentes situaciones (Zuroff, 1986). Por supuesto, algunas situaciones (tales como estar en la iglesia) son tan poderosos que casi todas las personas, sin importar sus personalidades, se comportaran de la misma manera en ellas (Monson, Hesley, & Chernick, 1982). 
Tomado de Psychology, by Lester M. Sdorow, Fourth Edition, McGraw Hill, 1998. Chapter 13, Personality, p. 441-473. Adaptación y traducción: José Escobar.                

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