viernes, 12 de febrero de 2016

Literatura Inglesa Caballeros y Puritanos

     Las guerras civiles, que asuelan el país a mediados del s. XVII, también se reflejan en la literatura. Se clausuran los teatros, porque el Parlamento puritano los considera inmorales. El espíritu de los tiempos ha cambiado también. La desbordante humanidad que caracterizó la época isabelina, es desplazada por las amargas controversias sobre las formas de la religión, y los caminos de la redención. Se entra en una era menor, si bien, más filosófica.
     En la poesía, el ejemplo de Done inicia un nuevo estilo. Sus imitadores reciben el nombre de, “poetas metafísicos,” porque tratan de renovar el género mediante el uso de inesperadas y complejas imágenes. Los representantes de esta tendencia, se encuentran en cada uno de los bandos que dividen la sociedad, y también el mundo de las letras.
     Ben Jonson y los,  “poetas caballeros,” vinculado a la causa del rey, cultivan una poesía graciosa, lírica, elegante, cuyos temas son el amor y los efímeros placeres de la vida. Thomas Carew (1598-1639), Sir John Suckling (1609-1642), Richard Lovelace (1618-1658), Robert Herrick (1591-1674).
     Los puritanos cuentan con numerosos poetas, cuya producción es casi totalmente religiosa, y un poeta refinado y encantador: Andrew Marvell (1621-1678), amigo predilecto de Milton y uno de los primeros poetas ingleses de la naturaleza. Aún se recuerdan sus hermosos poemas sobre los encantos de la campiña inglesa.  
     Pero el mayor poeta surgido de ésta escuela es, John Milton, (1608-1674). Hijo de un distinguido músico, estudió en la Universidad de Cambridge, donde se acercó al movimiento puritano y donde publica su primer libro de poemas latinos. Siguió cultivando viajes por Francia e Italia, depurando su estilo de influencias barrocas. Escribe Lycidas, hermosa elegía pastoral, y la encantadora mojiganga, Comus, que hace reír y pensar a la vez.
     De regreso a Inglaterra, la crisis política y sus simpatías puritanas, lo llevan a dedicar su pluma casi exclusivamente a la causa del Parlamento. Sirvió al gobierno republicano de Cromwell, y como escritor polémico, logró celebridad europea. Su Aereopagitica es uno de los mayores alegatos a favor de la libertad de prensa que se hayan escrito jamás.
     Pero en esta época de su vida, Milton atraviesa muchas desdichas personales. En 1652, pierde la vista. El drama político y personal que vive en el momento de la  Restauración, prepara, sin duda, la aparición de sus grandes poemas épicos. Abandonado de sus hijas, ciego y enfermo, dio forma a su obra maestra, el Paraíso Perdido, dictando sus versos a unos amigos. El tema de este gran poema épico, está tomado del Génesis, pero Milton emplea también elementos mitológicos para crear impresionantes visiones de la caída de los ángeles malos, de la creación, y de la perdición de los primeros padres, alcanzando una grandiosa síntesis de la épica pagana y cristiana. Su verso blanco, sin rima, se adecúa admirablemente a la narración, y fluye siempre fresco y nuevo a lo largo del extenso poema. Paraíso Reconquistado, y Sansón Agonistes, están también inspirados en temas bíblicos, y reflejan la profunda espiritualidad del poeta. La figura de Milton, se yergue por encima de su época. Por la fuerza creadora y amplio humanismo de sus escritos, pertenece al periodo anterior. Gran admirador de Spenser, comparte con éste poeta, el celo por lo moral y, como él, es un maestro supremo del verso ingles. Su influencia perduró hasta los tiempos modernos.
     También era puritano John Bunyan (1628-1688), un pobre calderero que se convierte en predicador ambulante. En tiempos de la Restauración, es encarcelado, y en la prisión escribe, La Senda del Peregrino, rústica alegoría del camino puritano hacia la salvación. Después de la Biblia, ha sido el libro más popular en Inglaterra.
     El gran estilo de Milton y la sincera voz de Bunyam es lo que más se destacan en la prosa de éste periodo. Sin embargo, es notable el gran desarróllo que logra éste género en el ardor de las polémicas, que ya no interesan a nadie. La frase es aun latinizante, pero adquiere cada vez mayor sencillez y elegancia. Esta evolución se puede apreciar en la obra de un escritor que escapa a todo intento de clasificación: Izaac Walton (1593-1683) autor de biografías y del, Perfecto Pescador, elegía feliz del apacible deporte.  Tomado de : Enciclopedia Autodidacta Quillet, Tomo I. Editorial Cumbre S.A. México 1977. Grolier. Pag. 469.

jueves, 11 de febrero de 2016

Literatura Inglesa las Eras Isabelina y Jacobina

     Esta gran época de la literatura inglesa, brota y se despliega en un florecimiento tan súbito como brillante, al ascender al trono Isabel I, que fue cuando Inglaterra empezó a tener conciencia de su nueva identidad y poder político.
Poesía
     En 1579, Phillip Sidney (1554-1586) escribe la, Defensa de la Poesía, manifiesto que representa a toda una generación, inspirado en la ideas neoplatónicas del Renacimiento italiano y francés. Sidney, cortesano, explorador y soldado, es también autor de las novela Arcadia, relato pastoril constituido por múltiples episodios, uno de los cuales utiliza Shakespeare en, El Rey Lear. Pero, sobre todo, se recuerda a Sidney por sus sonetos, que evidencían sentimientos muy auténticos, a pesar de cierta artifiosidad a la italiana.
     En el mismo año, 1579, el mayor poeta de la época, Edmund Spenser (1552-1599), publica su primera obra, El Calendario de los Pastores, serie de églogas en distintos metros. Aunque es gran lector de los poetas del Renacimiento y los clásicos, Spencer reconoce a Chaucer como maestro. Su obra mayor, La Reina de las Hadas, es una vasta alegoría a la manera medieval, que se refiere a la formación de un perfecto caballero. La “reina de las hadas,” a quien todas estas virtudes están dedicadas, éra, naturalmente, Isabel. Las estrofas del poema recibieron el nombre de estrofas spenserianas, invención del autor basada en el modelo de la ottava rima, de Ariosto, pero más flexible. El gran mérito de Spenser, consiste en la variedad y en la riqueza que aporta a la lengua inglesa.
     Después de 1579, la actividad literaria se torna muy intensa. La poesía llega a ser el vehículo mas común de expresión, y es difícil encontrar algún escritor isabelino que no cultive la poesía. Hasta los cortesanos y los soldados, como Sidney, son poetas en sus momentos de ocio. Walter Raleigh (1552-1618) escribe no solo una Historia del Mundo, sino también muchos poemas hermosos, lo mismo que Robert Devereux, conde de Essex (1566-1601), y Edward de Vere, conde de Oxford (1550-1604).
     Thomas Campion (1540-1613) compuso la música y la letra de sus encantadoras canciones. Los dramaturgos introducen muchas canciones en la obras teatrales y, además, se dedican a la composición poética formal, considerada como un arte noble.
     William Shakespeare, también escribe en su juventud dos poemas narrativos, Venus y Adonis, y La Violación de Lucrecia, que narran el mito clásico en versos apasionados. Sus Sonetos, que se dirigen principalmente a, “un hombre hermoso en verdad,” y a “una pálida dama,” figuran entre los mejores de la lengua inglesa.
     En la última parte del periodo jacobino, el poeta más importante es John Done (1572-1631), que escribe con llaneza y penetrante realismo, oponiéndose a la prevaleciente tradición de la lírica amorosa. Al final de su vida se hace clérigo, y gana fama como el mejor prosista de su tiempo (sermones y una colección de meditaciones). Pero mayor trascendencia tienen su poemas religiosos de gran belleza lirica, aunque, a veces, abusa en ellos de rebuscadas comparaciones e imágenes.
Prosa
     La era isabelina ve también los comienzos de la novela inglesa. La Arcadia, de Sidney, y Ehupues, de John Lyly (1554-1631), son de inspiración aristocrática e italianizante. El libro de Lyly, que se publica en 1579, merece atención sobre todo por la novedad de su estilo pedantesco y barroco, que fue muy imitado durante toda su generación.
     Lyly, que pasó casi toda su vida en la corte, se distingue también como autor de amenas piezas teatrales.  
     En cambio, Robert Greene (1560?-1592), en Tratado de Cazabobos, Thomas Dekker (1570?-1632), el dramaturgo, y, sobre todo, Thomas Nash (1567-1600), en Jack Wilton o el Infortunado Viajero, escriben con humor y realismo acerca de las clases media y baja, en un estilo sencillo y animado que hace más accesible su lenguaje.
     Fracis Bacon (1561-1626), filosofo, “padre de la moderna ciencia experimental,” escribe su obra magna, Novum Organum, en latín, pero como ensayista es una figura importante en la literatura inglesa. Sus cincuenta y ocho, Ensayos sobre diversos temas; matrimonio, amor, arte de gobernar, jardines, etc., son notables por sus agudas e ingeniosas observaciones. Su estilo, de frases concisas, ofrece contraste con la retórica pomposa y ornamentada de los primeros isabelinos.
     Pero el mayor monumento en prosa de la era es la Versión Autorizada de la Biblia, frecuentemente designada como Versión del Rey Jacobo (1611), porque éste culto monarca la encarga a cuarenta y siete eruditos, que se reúnen para colaborar en la traducción y hacen una obra cuyo estilo simple y digno, ejerce profúnda y contínua influencia en la prosa inglesa.
Teatro
     Sin duda alguna, ésta era alcanza su máximo esplendor en el drama. La Edad Media había producido diversas formas de literatura dramática: misterios, milagros, y moralidades. Al llegar el Renacimiento, se siente la influencia de las formas clásicas. En 1562 Thomas Norton y Thomas Sackville, el poeta, presentan ante la Reina Isabel una obra en donde se observan los modelos clásicos, pero con un tema británico: Gorboduc. Muy pronto, sin embargo, el teatro de forma clásica es avasallado por el vigoroso liricismo y el exuberante nacionalismo de la época.
     En 1576  se abre la primera sala de espectáculos públicos en los suburbios de Londres, pero en la Corte y en las mansiones de los grandes señores continuaron representándose obras en funciones privadas. Un grupo de jóvenes, conocidos como, “los ingenios de la Universidad,” proporcionaba obras populares para los escenarios. Entre ellos se destaca, Cristopher Marlowe (1564-1593); Tamerlán; El Dr. Fausto y Eduardo II. En las manos de Marlowe, el nuevo verso blanco, pentámetro y yámbico, se convierte por vez primera, en un verso fluido, sonoro, y lleno de animación. También es Marlowe, el primero en presentar la trágica lucha interior del alma humana, como tema principal de un drama.
     William Shakespeare (1564-1618) domina por completo el periodo siguiente. Es ciertamente el nombre más ilustre de la literatura inglesa, y uno de los mayores dramaturgos de todos los tiempos. No se sabe gran cosa de su juventud, en torno de la cual se han creado innumerables leyendas. Nació en Stratford-Avon. Se sabe que reveses de la fortuna interrumpieron su educación formal.
     Las primeras noticias que se tienen de su instalación en Londres, y de su actividad en el teatro, datan de 1592, y dan fe de su creciente reputación. Dos años después, integró la compañía de actores, “del Gran Chambelán,” desde 1603, “Compañía del Rey,” a la cual quedó asociado durante toda su carrera, y para la cual escribió todas sus obras. Su remuneración como actor y escritor, ha de haber sido buena, pues pudo adquirir varias casas, como lo prueban los pleitos que sostuvo con motivo de sus propiedades. Paralelamente al progreso material, cada vez más se afirmaba su reputación literaria, y existen muchos testimonios de la alta estimación que se le tenía, al igual que de su gentileza y amenidad. Dejó de escribir en 1613, y murió en su ciudad natal.
     Casi la mitad de las obras de teatro que se le atribuyen, se imprimieron póstumamente. Es indudable que algunos pasajes tuvieron arreglos o contienen erratas. Se suele acepar como básico el texto de las 36 obras incluidas en la primera edición completa, prolongada por Ben Jonson  y publicada en 1623, por dos actores de, El Globo, teatro que había visto los mayores triunfos de Shakespeare. Todas ellas llevan el sello inconfundible de su genio. Entre las de mayor importancia figuran: Las Dos Farsas, La Fierecilla Domada, y Una Comedia de Equivocaciones, la comedia, Penas de Amor Perdidas, y los dramas históricos, Enrique IV (3 partes) y Ricardo III, que pertenecen al primer periodo de su carrera (1588-1593), cuando aún experimentaba con las formas dejadas por sus predecesores. Las encantadores comedias llenas de liricismo y humor: El Sueño de una Noche de Verano, obras todas de un talento maduro, escritas entre 1594 y 1599.
     La romántica tragedia, Romeo y Julieta, aunque fue escrita en 1595, se asemeja a las obras mas tempranas.
     Con Enrique V, Shakespeare casi cierra el ciclo de los dramas basados en la historia de Inglaterra. Luego escribe en dos deliciosas comedias, llenas de vida y alegría: La Duodécima Noche y Las Alegres Comadres de Windsor, pero en sus otras obras aparece una nota más profunda: El Mercader de Venecia, Medida por Medida. En 1601 aparece Hamlet que forma con Macbeth, Otelo, y El Rey Lear, el cuarteto de las “grandes tragedias.” En éste último periodo, Shakespeare escribe una serie de dramas, empleando temas de la historia de Roma y Grecia: Julio Cesar, Antonio y Cleopatra, etc., y la comedia: Cuento de Invierno.  

     El enorme alcance de su comprensión de la naturaleza humana, que se evidencía en la profundidad y variedad de los caracteres; el instinto dramático en el desarrollo de las piezas, y la gran belleza de su poesía, que adorna y enriquece su verso, hacen que Shakespeare no tenga par en el drama ni en la poesía inglesa.
     Entre los contemporáneos, el más importante es su amigo Ben Jonson (1573?-1637), el primer “poeta laureado” de Inglaterra. Su vena principal es la satírica en sus comedias: Volpone, El Alquimista, La Mujer Silenciosa, Cada Cual en su Carácter, etc., pero, en su papel de poeta cortesano, también compone mojigangas y entremeses.
     Notables dramaturgos son también Francis Beaumont (1584-1616) y John Fletcher (1579-1625), que colaboran en cierto número de obras: Tragedia de Dos Doncellas. Thomas Dekker, La Fiesta del Zapatero. Thomas Heywood (1570?-1641?), Una Mujer Asesinada Bondadosamente, y sobre todo, John Webster (1580?-1624?), oscuro y apasionado, con grandes relámpagos de genio poético, El Diablo Blanco, La Duquesa de Malfi.  
     En conjunto, el drama isabelino se caracteriza por su completa indiferencia hacia las unidades clásicas, el gran vigor y riqueza de su poesía, su manifiesta preferencia por la acción y las emociones y pasiones fuertes. Es un drama popular, en que se mezclan la tragedia y la farsa, torpemente construida a veces, pero tan penetrado del sentido de la grandeza del hombre que jamás es trivial.
    Tomado de : Enciclopedia Autodidacta Quillet, Tomo I. Editorial Cumbre S.A. México 1977. Grolier. Pags 466 al 468.      
                                 

domingo, 7 de febrero de 2016

Literatura Inglesa en los Albores del Renacimiento

Albores del Renacimiento
     Bajo los Tudor, Inglaterra se recupera, y la vida literaria recibe un poderoso estímulo con la introducción de la imprenta. William Caxton (1422-1491) es el primer impresor inglés; edita personalmente a Malory, Chaucer y otros contribuyendo mucho a la fijación de la ortografía y de la estructura del idioma.
      El renacimiento penetra lentamente en Inglaterra, y sus primeras manifestaciones son mas filosóficas y artísticas que literarias. La figura más importante entre los humanistas es el canciller de Enrique VIII, Tomas Moro (1478-1535), quien paga con el martirio su negativa a firmar la ruptura de la Iglesia de Inglaterra con Roma. Aunque su erudición le ganó fama universal, dejó pocos escritos, y su obra principal, Utopía, está escrita en latín.
     En ella censura, ya con agradable ironía, ya con severidad, los abusos del gobierno, y defiende la tolerancia religiosa y la educación liberal y vocacional para todos. La vida de Moro inspira a William Roper (1496-1578) una de las mejores biografías cortas de la literatura inglesa. Muchos escritores tratan el tema de la educación: Roger Asham (1515-1568), autor de Maestro, se distingue por su erudición y hermoso estilo; Thomas Elyot (1490-1546), en el Preceptor, trata sobre la formación del perfecto caballero y hombre de Estado.
     Entre los eruditos que sacan a la luz los textos de la antigüedad clásica que se distinguen, William Lyly (1468-1522), pero sobre todo William Tindale (1484?-1536) y Miles Coverdale (1488-1568), los que traducen la Biblia directamente del griego y hebreo. Una vez más, la Biblia es la cantera de la buena prosa inglesa.
     En esta época, los poetas procuran crear, por varios medios, una nueva prosodia que se adapte al nuevo lenguaje. Los poemas más notables pertenecen a dos cortesanos del reinado de Enrique VIII, Thomas Wyatt (1503-1542), y el conde de Surrey, Henry Howard, (1517-1547). Son, en general, versiones de Petrarca y de otros italianos, o de poetas latinos; Horacio, Marcial, y Ovidio. En este momento, por primera vez, el verso blanco, que llegaría a ser un instrumento tan poderosos en manos de Marlowe y Shakespeare, hace su aparición conjuntamente con el soneto isabelino, terminando en pareados, y los tercetos compuestos al modo italiano (terza rima). Tomado de : Enciclopedia Autodidacta Quillet, Tomo I. Editorial Cumbre S.A. México 1977. Grolier. Pags 465 y 466. 

Ingles Intermedio 1066-1500

Ingles Intermedio (1066-1500)
     Muerto el rey Alfredo, un periodo de desordenes internos y las invasiones danesas agotan el país. En 1066, los normandos, llegados de Francia, lo conquistan definitivamente, y el desarrollo de la cultura nacional queda severamente reprimido.
     El francés sustituyó al anglosajón como el idioma de las clases altas, y los eruditos se limitaron a escribir en latín, único idioma en que, hasta el siglo XIV, se producen obras importantes.


     La tradición inglesa se continuó en la literatura oral y en numerosas obra didácticas.  Hacia 1200 se componen homilías y tratados devotos de verdadero merito. Se destaca por su prosa directa y musical la Regla de los Anacoretas, escrita por un autor anónimo para la edificación de tres piadosas damas.

     Pero durante largo tiempo la evolución de la lengua será uno de los factores que se oponen a una literatura valiosa. Porque, al perder prestigio, el anglosajón tiende a disgregarse en dialectos locales, y experimenta profundos cambios que los transforman en un nuevo lenguaje, llamado ingles intermedio. En el proceso pierde el complicado sistema gramatical, mientras su  vocabulario se enriquece por el contacto por el latín y el francés . La diferencia con  el antiguo anglosajón se acentúa cuando los poetas, en vez de aliterativo de tipo germánico, empezaron a usar un nuevo verso, basado en el sistema francés de silabas y rimas. En el siglo XIV, por obra de Chaucer, las dos prosodias se combinan en un verso sonoro y flexible y el ingles intermedio se convierte en un vehículo capaz de transmitir todos los matices del pensamiento. La prosa de Malory, al fin de este periodo, coloca las bases dl ingles moderno.   
     A partir de 1200, los principales géneros son: el “romance,” el poema lirico y la balada.  


     Los poemas comprenden poemas y novelas referentes a la historia de Carlomagno, Alejandro Magno, y principalmente al rey Arturo y sus caballeros. La leyenda arturiana, que los normandos descubren en Inglaterra y difunden en Francia regresa embellecida con elementos de lay bretón y de la enorme literatura caballeresca que florece en ese país. Las versiones inglesas eran mucho más toscas que los originales franceses, y solo a fines del siglo XIV aparece Sir Gawain y el Caballero Verde, cuya maestría, interés dramático y vigor iguala a los mejores modelos continentales.

     Las poesías liricas que cantaban el amor eran numerosas, pero las de inspiración religiosa han perdurado mejor. Algunas sobre la Virgen o El Niño Jesús aún sobreviven en los carols, o villancicos ingleses, y nos traen todo el encanto del sentimiento medieval. Hacia el fin de la Edad Media, se amplía el campo de la poesía y a menudo gravita hacia la sátira.   
     Durante mucho tiempo se pensó que las baladas tradicionales inglesas y escocesas eran de origen popular. Actualmente se las considera como una forma de arte consciente, aunque nos llegaron con muchos cambios, adquiridos en el proceso de transmisión oral. De algunas se conocen  sus autores. Las de Robin Hood, se parecen a un tipo de romances que, en el siglo XIV, se componen para deleite de las clases populares. El apogeo de las baladas tiene lugar a fines de la Edad Media. Se caracterizan por su gran originalidad, efectivo uso de repetición, desenlace dramático y ausencia de toda intervención moralizadora.
    Pero los poetas que realmente dan brillo a la literatura medieval inglesa solo aparecen en el siglo XIV, época que señala el fin del ascendiente normando en la vida del país, grandes progresos del pueblo en todos los campos y la inminente madurez de une cultura homogéneas y nacional.
      Uno de esos autores es llamado, “el poeta de La Perla,” pues su nombre verdadero se ignora. Se le atribuyen varios poemas escritos hacia 1375, y aunque emplea nueva rima con habilidad, la influencia del viejo aliterativo es evidente. Al mismo autor pertenece el mencionado Sir Gawain. La Perla es un poema alegórico en que el autor, con gran sinceridad y emoción, describe el dolor de un padre por la muerte de su hijita.
     William Langland (1332-¿) es el autor de la Visión de Perico el Labriego, un largo poema aliterativo que alcanzó inmensa popularidad. En una serie de sueños entre el cielo y el infierno, el autor muestra el camino de la salvación y exalta las virtudes del honrado labrador. Pero a través de los personajes alegóricos que aparecen en estos sueños, el autor pinto una imagen tan realista y, a veces, satírica de los abusos sociales que, en 1381, el poema fue usado como un grito de guerra en la rebelión de los campesinos.
     Geoffrey Chaucer (1340-1400), uno de los mayores poetas narrativos del mundo, fue el primero en emplear el vernáculo y la métrica silábica con maestría.
     Chaucer nació en Londres de una familia de viñateros y entro en la corte en calidad de paje. En 1356, fue tomado como prisionero durante la campaña en Francia, pero el rey Eduardo III lo rescató. Después viajó con comisiones reales por Francia e Italia, y ocupó varios puestos oficiales, especialmente en las aduanas en del puerto de Londres.
     La vida cortesana y sus viajes al extranjero influyeron en su formación literaria. Las primeras obras de Chaucer acusan influencia francesa y comprenden una traducción del Romance de la Rosa y el Libro de la Duquesa, una elegía escrita en 1369, al morir la duquesa Blanca de Gante. Petrarca y Boccaccio inspiran el relato Griselda y el hermoso poema sobre el amor cortesano Troilo y Creseida. Pero a través de estas obras la imitación acompañada de creciente originalidad y el genio de Chaucer trasplanta los modelos continentales en el suelo ingles y transformas sus personajes en hombres y mujeres ingleses.
     Su obra maestra, Los Cuentos de Canterbury, comprende relatos narrados por personas de varias clases sociales, reunidas por el azar en una peregrinación reunidas por el azar en una peregrinación a Canterbury. En este libro, Chaucer pinta un cuadro inmoral de la bulliciosa Inglaterra de sus días, y es donde se despliegan mejor su personalidad bondadosa observadora y su inimitable humor.
     La importancia de Chaucer, en su tiempo, puede medirse por el gran numero de imitadores y discípulos. Sin embargo, entre ellos solo se distingue John Gower (1330-1408), amigo y contemporáneo  del poeta. Gower escribe en latín y francés, pero al final de su vida emprende una extensa compilación de historias de amor en ingles. Los verdaderos herederos de Chaucer fueron los escoceses: el rey Jacobo I (1394-1437), en, El Libro del Rey, escribe con ternura y elegancia poesía de amor. Otro poeta chauceriano es William Dunbar (1465?-1520?), recordado por su poesía lirica.
     En cuanto a la prosa, no se puede pasar en silencio la obra de John Wyclif (1324?-1384),quien protestó contra los abusos del clero e inició un poderosos movimiento para restablecer en la Iglesia sus primitivos ideales. Los escritos de Wyclif y la traducción de la Biblia que supervisó, fueron difundidos por sus discípulos, predicadores ambulantes, y contribuyeron para el establecimiento de un modelo de prosa que remplazaría a los diferentes dialectos.

     El fin de la Edad Media produce poca poesía de mérito. En 1459 la guerra de los Cien Años termina con una derrota, y poco después el país está desgarrado por la sangrienta guerra de las dos Rosas. La constante evolución de la lengua está reflejada en un documento de interés único para conocer la vida del pueblo ingles en ésta turbulenta época. Se trata de la correspondencia privada entre varios miembros de una familia burguesa, que se extiende de 1434 a 1509 y que forma, Las Cartas de los Paton.
     Ésta época produce, a la postre, una gran obra en prosa, La Muerte de Arturo, de Thomas Malory. Los cuentos de caballería, con sus implicaciones de lealtad y amor romántico, han pasado de moda; pero, por magia de su estilo, Malory da nueva vida a las legendarias figuras de Tristán, Lanzarote, el Rey Arturo y sus Caballeros, y su libro será constante fuente de inspiración para los poetas ingleses: Spenser, Shakespeare, Tennyson y muchos otros. Tomado de Enciclopedia Autodidacta Quillet. Tomo I. Editorial Cumbre S.A. México 1977. Grolier. Paginas 646 a 645.