Las Aventuras de Tom Sawyer, también conocida
simplemente como, Tom Sawyer, es una novela de Mark Twain,
publicada el 9 de junio de 1876 sobre un niño, Tom Sawyer, que crece a orillas
del río Misisipi.
Está ambientada en la década de 1840 en la ciudad de San
Petersburgo, que está basada en Hannibal, Missouri, donde Twain vivió cuando
era niño. En la novela, Sawyer tiene varias aventuras, a menudo con su amigo
Huckleberry Finn. Originalmente un fracaso comercial, el libro terminó siendo
el más vendido de las obras de Twain durante su vida. Aunque eclipsado
por su secuela de 1885, Las Aventuras de Huckleberry Finn, el libro es
considerado por muchos como una obra maestra de la literatura estadounidense. Mark
Twain afirma que es una de las primeras novelas escritas en una máquina de
escribir.
Resumen
El huérfano Tom Sawyer, vive con su tía
Polly, y su medio hermano Sid, en la ciudad de San Petersburgo, Missouri, en
algún momento de la década de 1840. Con frecuencia Tom Sawyer se salta las
clases, para jugar o ir a nadar.
Cuando Polly lo descubre, escabulléndose llegando
a casa tarde, un viernes por la noche, y descubre que ha estado en una pelea,
lo obliga a blanquear su cerca al día siguiente como castigo.
Tom convence a varios niños del vecindario
para que le intercambien pequeñas baratijas y tesoros por el, "privilegio,"
de hacer su trabajo, utilizando la psicología inversa para convencerlos de su
naturaleza agradable. Más tarde, Tom intercambia las baratijas con los
estudiantes de su clase de la escuela dominical, por boletos que se dan por
memorizar versículos de las Escrituras. Reúne suficientes boletos para ganar
una preciada Biblia del maestro, a pesar de ser uno de los peores estudiantes
de la clase, y no saber casi nada de las Escrituras, lo que provoca la envidia
de los estudiantes, y una mezcla de orgullo y conmoción de los adultos.
Tom se enamora de Becky Thatcher, una
chica que es nueva en la ciudad. Tom se gana la admiración de su padre, el
prominente juez Thatcher, en la iglesia, al obtener la Biblia como premio, pero
revela su ignorancia cuando no puede responder preguntas básicas sobre las Escrituras.
Tom persigue a Becky, y finalmente la convence de que se, "comprometa,"
besándola. Su romance pronto se derrumba, cuando ella descubre que Tom estaba,
"comprometido," con otra colegiala, Amy Lawrence.
Becky rechaza a Tom, quien acompaña a
Huckleberry Finn, un niño vagabundo al que todos los demás niños admiran, a un
cementerio a medianoche, para realizar un ritual destinado a curar verrugas. En
el cementerio, presencian a tres ladrones de cadáveres, el Dr. Robinson, Muff
Potter, y el Indio Joe, robando una tumba. Se desata una pelea, durante la cual,
Robinson deja inconsciente a Potter, y luego es asesinado por el Indio Joe.
Cuando Potter se despierta, el Indio Joe pone el arma en su mano, y le dice que
mató a Robinson mientras estaba borracho. Tom y Huck hacen un juramento de
sangre, de no contarle a nadie sobre el asesinato, por temor a que el Indio Joe
se entere, y los mate por venganza. Potter es arrestado, y encarcelado a la
espera de juicio, sin disputar la afirmación del Indio Joe.
Tom se aburre de la escuela y él, su
amigo/compañero de clase, Joe Harper, y Huck huyen a la Isla Jackson, en el río
Mississippi, para comenzar una vida como, "piratas". Mientras
disfrutan de su libertad, se dan cuenta de que la comunidad está buscando sus
cuerpos en el río, ya que los chicos están desaparecidos y se presume que están
muertos. Tom se escabulle de vuelta a casa una noche, para observar la
conmoción y, después de un momento de remordimiento por el sufrimiento de sus
seres queridos, concibe un plan para asistir a su propio funeral. Los tres
llevan a cabo este plan, apareciendo en la iglesia en medio de su funeral
conjunto, y ganándose el respeto de sus compañeros de clase por el truco. De
vuelta en la escuela, Becky rompe una página del libro de anatomía del maestro
de la escuela, después de que Tom la asusta, pero Tom recupera su admiración,
al asumir la responsabilidad por el daño, y aceptar el castigo que habría sido
suyo.
Durante el juicio por asesinato de Potter,
Tom rompe su juramento con Huck, y testifica para la defensa, identificando a
Indio Joe como el verdadero culpable. Indio Joe huye de la sala del tribunal,
antes de que puedan detenerlo; Potter es absuelto, pero Tom y Huck ahora viven
con miedo por sus vidas.
Una vez que terminan las clases de verano,
Tom y Huck deciden buscar un tesoro enterrado en la zona. Mientras investigan
una casa abandonada, son interrumpidos por la llegada de dos hombres; uno de
ellos es un español, supuestamente sordomudo, que en realidad es el indio Joe
disfrazado. Él y su compañero planean enterrar un tesoro robado en la casa,
pero sin darse cuenta, descubren un montón de monedas de oro mientras lo hacen.
Deciden trasladarlo a un nuevo escondite, que Tom y Huck están decididos a
encontrar. Una noche, Huck sigue a los hombres, que planean entrar en la casa de
la rica viuda Douglas, para que el indio Joe pueda mutilarle la cara, en
venganza por haber sido azotado públicamente por vagancia, un castigo dictado
por su difunto esposo, un juez de paz. Huck pide ayuda, y evita el robo, pero
pide que su nombre no se haga público, por miedo a las represalias del indio
Joe.
Poco antes de que Huck detenga el crimen,
Tom va de picnic a una cueva local, con Becky y sus compañeros de clase. Tom y
Becky se pierden, y deambulan por la cueva durante días, enfrentándose al
hambre y la deshidratación. Becky se deshidrata y se debilita, y la búsqueda de
Tom de una salida, se vuelve más desesperada. Se encuentra con Indio Joe por
casualidad, pero no lo ve. Finalmente encuentra una salida, y él y Becky son
recibidos con alegría de regreso a la ciudad, donde se enteran de que han
estado desaparecidos durante tres días, y viajaron cinco millas, u ocho
kilómetros, desde la entrada. El juez Thatcher refuerza y cierra con llave
la puerta de entrada de la cueva. Cuando Tom se entera de ésta acción dos
semanas después, se horroriza al saber que Injun Joe todavía está dentro.
Dirige un grupo de hombres a la cueva, donde encuentran a Injun Joe muerto de
hambreé justo dentro de la entrada.
Una semana después, después de deducir por
la presencia de Indio Joe, que el oro robado debe estar escondido en la cueva,
Tom lleva a Huck allí, en busca de él. Encuentran el oro, cuyo valor asciende a
más de 12.000 dólares, equivalentes a 392.000 dólares en 2023, y lo invierten
en su nombre. La viuda Douglas adopta a Huck, a quien le resultan dolorosas las
restricciones de una vida familiar civilizada, e intenta escapar de nuevo a su
vida de vagabundo. Regresa a regañadientes con la viuda, persuadido por la
oferta de Tom, de formar una banda de ladrones de clase alta.
Significado
La novela tiene elementos de humor, sátira
y crítica social, características que más tarde hicieron de Mark Twain,
uno de los autores más importantes de la literatura estadounidense. Mark
Twain describe algunos eventos autobiográficos en el libro.
El escenario de
la novela, San Petersburgo, se basa en el hogar de la infancia de Twain,
Hannibal, cerca de St. Louis, y muchos de los lugares que aparecen en ella, son
reales, y hoy en día sustentan una industria turística como resultado.
El concepto de infancia se desarrolla a
través de las acciones de Tom, incluida su aventura de fuga con Joe y
Huckleberry. Para ayudar a mostrar cuán traviesa y desordenada fue la infancia,
The Miriam and Ira D. Wallach Division of Art, Prints and Photographs, ...muestra una imagen de un niño fumando una
pipa, cortando muebles, trepando por todos lados, y durmiendo. En la novela de Twain,
Tom y su amigo son jóvenes cuando deciden que quieren aprender a fumar una
pipa. Tom y Joe hacen esto para mostrar lo geniales que son para los otros
niños.
Origen
Tom Sawyer, fue el primer
intento de Twain de escribir una novela. Anteriormente, había escrito
relatos autobiográficos contemporáneos (The Innocents Abroad o The New
Pilgrims' Progress, Roughing It), Los Inocentes en el Extranjero, o El
Nuevo Progreso de los Peregrinos, Pasando Apuros, y dos textos breves
llamados, sketches, o bosquejos que parodian la literatura juvenil de la época.
Se trata de, The Story of the Good Boy, y The Story of the Wicked
Little Boy, o sea, La Historia del Buen Muchacho, y La Historia
del Malvado Niño, que son textos satíricos de unas pocas páginas. En el
primero, un niño modelo nunca es recompensado, y termina muriendo antes de
poder declamar sus últimas palabras que ha preparado cuidadosamente. En el
segundo relato, un niño malvado roba y miente, como Tom Sawyer, pero termina
rico y exitoso. Tom aparece como una mezcla de estos niños pequeños, ya que es
al mismo tiempo un bribón, y un niño dotado de cierta generosidad.
Cuando escribió Tom Sawyer, Twain
ya era un autor de éxito basado en la popularidad de, The Innocents Abroad.
Poseía una gran casa en Hartford, Connecticut, pero necesitaba otro éxito para
mantenerse, con una esposa y dos hijas. Había colaborado en una novela con
Charles Dudley Warner......The Gilded Age, publicada en 1874.
Anteriormente había escrito unas memorias
inéditas de su propia vida en el Mississippi, y se había escrito con un amigo
de la infancia, Will Bowen, ambos hechos que le habían evocado muchos recuerdos,
y que se utilizaron como material de referencia.
Twain nombró a su personaje ficticio, en
honor a un bombero de San Francisco, al que conoció en junio de 1863. El
verdadero Tom Sawyer era un héroe local, famoso por rescatar a 90 pasajeros
después de un naufragio. Los dos mantuvieron una relación amistosa durante la
estancia de tres años de Twain, en San Francisco, a menudo bebiendo y
jugando juntos.
Publicación
En noviembre de 1875, Twain entregó
el manuscrito a Elisha Bliss, de la, American Publishing Company, quien
lo envió a True Williams, para que lo ilustrara.
Un poco más tarde, Twain
también publicó rápidamente el texto en, Chatto and Windus, de Londres,
en junio de 1876, pero sin ilustraciones. Las ediciones piratas aparecieron muy
pronto en Canadá y Alemania. La American Publishing Company, finalmente
publicó su edición en diciembre de 1876, que fue la primera edición ilustrada
de Tom Sawyer.
Crítica
Un narrador en tercera persona describe
las experiencias de los chicos, intercaladas con comentarios sociales
ocasionales.
En su secuela, Las Aventuras de Huckleberry Finn, Mark
Twain cambia a una narración en primera persona. Los otros dos libros
posteriores, Tom Sawyer Abroad, y Tom Sawyer, Detective, son
igualmente narrados en primera persona desde la perspectiva de Huckleberry
Finn.
El libro ha generado controversia por su
uso del epíteto racial "nigger"; una versión expurgada
despertó la indignación entre algunos críticos literarios.
El libro ha sido criticado por su
representación caricaturesca de los nativos americanos, a través del personaje
Indio Joe. Se lo representa como malévolo por el bien de la maldad, Twain
no le permite redimirse de ninguna manera, muere una muerte lastimosa y
desesperada en una cueva y, tras su muerte, es tratado como una atracción
turística. Revard sugiere que los adultos en la novela culpan a la sangre india
del personaje, como la causa de su maldad.
Secuelas y otras obras protagonizadas por
Tom Sawyer
Las Aventuras de Huckleberry Finn (1884)
Tom Sawyer en el Extranjero (1894)
Tom Sawyer, Detective (1896)
Tom Sawyer, el personaje principal de la
historia, también aparece en otras dos secuelas inacabadas:
Huck y Tom Entre
los Indios, y La Conspiración de Tom Sawyer. También es un personaje
de la obra inacabada de Twain, Schoolhouse Hill.
Adaptaciones e Influencia
Películas y Television
Tom Sawyer (1917), dirigida por William
Desmond Taylor, protagonizada por Jack Pickford como Tom.
Tom Sawyer (1930), dirigida por John
Cromwell, protagonizada por Jackie Coogan como Tom.
Tom Sawyer (1936), versión de la Unión
Soviética dirigida por Lazar Frenkel y Gleb Zatvornitsky.
Las Aventuras de Tom Sawyer (1938),
película en Technicolor del Selznick Studio, protagonizada por Tommy Kelly como
Tom y dirigida por Norman Taurog; destaca la secuencia de la cueva diseñada por
William Cameron Menzies.
Tom Sawyer (1956), un episodio musical de
la U.S. Steel Hour, escrito por Frank Luther y protagonizado por John Sharpe
como Tom y Jimmy Boyd como Huck.
Las Aventuras de Tom Sawyer (1960), serie
de televisión de la BBC en 7 episodios protagonizada por Fred Smith como Tom y
Janina Faye como Becky. La canción principal de la serie era, "John Gilbert
is the Boat", cantada por Peggy Seeger.
Les Aventures de Tom Sawyer (1968),
miniserie de televisión rumana/francesa/alemana dirigida por Wolfgang
Liebeneiner, protagonizada por Roland Demongeot como Tom y Marc Di Napoli como
Huck.
Aventurile Lui Tom Sawyer (1968), película
rumana dirigida por Mircea Albulescu.
The New Adventures of Huckleberry Finn
(1968), serie animada/de acción real de media hora producida por Hanna-Barbera
Productions.
Las Aventuras de Juliancito (1969),
película mexicana.
Tom Sawyer (1973), adaptación musical de
Robert B. Sherman y Richard M. Sherman, con Johnny Whitaker en el papel
principal, Jeff East, como Huck Finn, Jodie Foster, como Becky Thatcher, y Celeste
Holm, como la tía Polly.
Tom Sawyer de Mark Twain (1973), versión
televisiva patrocinada por Dr Pepper, protagonizada por Buddy Ebsen como Muff
Potter y filmada en Upper Canada Village.
Páni Kluci (1976), película checa dirigida
por Věra Plívová-Šimková
Huckleberry Finn y Sus Amigos (1979),
serie de televisión.
Las Aventuras de Tom Sawyer (1980), serie
de televisión de anime japonesa de Nippon Animation, parte del World
Masterpiece Theater, emitida en Estados Unidos por HBO
Las Aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry
Finn, 1981 Unión Soviética
Versión de 3 episodios dirigida por Stanislav Govorukhin.
Rascals and Robbers: The Secret Adventures
of Tom Sawyer and Huckleberry Finn (1982), una película hecha para televisión,
protagonizada por Patrick Creadon como Tom y Anthony Michael Hall como Huck.
Sawyer and Finn (1983), piloto de la serie
de televisión estadounidense en la que Tom Sawyer (Peter Horton) y Huck Finn
(Michael Dudikoff) se reúnen por casualidad 10 años después de la historia
original y buscan nuevas aventuras en el Viejo Oeste.
Tom Sawyer (1984), versión canadiense en
plastilina producida por los estudios Hal Roach.
Wishbone (1995), el primer episodio, "A Tail in Twain" tenía al personaje principal imaginándose a sí
mismo como el personaje principal, y al personaje de Injun Joe se lo denominaba
"Crazy Joe".
Tom and Huck (1995), protagonizada por
Jonathan Taylor Thomas como, Tom, y Brad Renfro, como Huck Finn.
Las Aventuras Animadas de Tom Sawyer
(1998), versión canadiense, escrita por Bob Merrill y dirigida por William R.
Kowalchuk Jr. Utiliza las voces de Ryan Slater, Christopher Lloyd y Kirsten
Dunst.
Tom Sawyer (2000), adaptación animada que
presenta a los personajes como animales antropomórficos en lugar de humanos con
un elenco de voces estelares, incluidos los cantantes de country Rhett Akins,
Mark Wills, Lee Ann Womack, Waylon Jennings y Hank Williams Jr., así como Betty
White.
Thomas Sawyer, como un adulto joven, es un
personaje de la película, La Liga de los Hombres Extraordinarios, interpretado
por Shane West. Aquí, Tom es un agente del Servicio Secreto de los EE. UU. que
se une a la lucha del equipo contra el profesor Moriarty.
Tom Sawyer (2011), versión alemana,
dirigida por Hermine Huntgeburth.
Tom Sawyer y Huckleberry Finn (2014),
protagonizada por Joel Courtney como Tom y Jake T. Austin como Huck.
Band of Robbers, una película de comedia
criminal estadounidense de 2015 escrita y dirigida por los hermanos Nee.
Musica
"Tom Sawyer," es una canción de
la banda de rock canadiense Rush, lanzada originalmente en su álbum de 1981
Moving Pictures como su apertura.
Teatro
Entre 1932 y 1933, el filósofo alemán, Theodor Adorno, adaptó Las Aventuras de Tom Sawyer, como una ópera balada
titulada, Der Schatz des Indianer-Joe, (El Tesoro de Joe, el indio). Nunca
terminó el acompañamiento musical. El libreto fue publicado por su esposa, Gretel Adorno, y su estudiante, Rolf Tiedemann en 1979.
En 1956, los estudiantes de la, Guildhall
School of Music and Drama, presentaron, We're From Missouri, una adaptación
musical de Las aventuras de Tom Sawyer, con libreto, música y letras de Tom
Boyd.
En 1960, la versión musical de Tom Boyd
(retitulada Tom Sawyer) se presentó profesionalmente en el, Theatre Royal
Stratford East, de Londres, Inglaterra, y en 1961 realizó una gira por teatros
provinciales de Inglaterra.
En 1981, la obra, The Boys in Autumn, del
dramaturgo estadounidense, Bernhard Sabath, se estrenó en San Francisco. En la
obra, Tom Sawyer y Huck Finn se reencuentran como ancianos. A pesar de las
buenas críticas, la obra ha permanecido en gran parte desconocida.
En el musical de 1985, Big River, de William
Hauptman, y Roger Miller, Tom es un personaje secundario, interpretado por John
Short, de 1985 a 1987.En 2001, el musical, The Adventures of Tom
Sawyer, de Ken Ludwig y Don Schlitz, debutó en Broadway.
En 2015, la, Casa y Museo Mark Twain, seleccionó a Noah Altshuler, de 17 años, escritor de, Making the Move, como
dramaturgo residente de Mark Twain, para crear una adaptación moderna y
metaficcional de, Las Aventuras de Tom Sawyer, para producción regional y
comercial.
Balet
Tom Sawyer: A Ballet in Three Acts, se
estrenó el 14 de octubre de 2011 en el, Kauffman Center for the Performing Arts, en Kansas City, Missouri. La partitura fue del compositor, Maury Yeston, con
coreografía de William Whitener, director artístico del, Kansas City Ballet.
Una
reseña en, The New York Times, observó: "Es muy probable que este sea el
primer ballet de tres actos completamente nuevo, y completamente estadounidense:
está basado en un clásico literario estadounidense, tiene una partitura original
de un compositor estadounidense, y fue estrenado por un coreógrafo y una
compañía estadounidenses. ... Tanto la partitura como la coreografía, son
enérgicas, robustas, cálidas, deliberadamente ingenuas, a la vez malhumoradas e
inocentes), de maneras adecuadas para Twain."
Historietas
Las Aventuras de Tom Sawyer, se han
adaptado en formato de historieta muchas veces:
Tom Sawyer y Huck Finn (Stoll &
Edwards Co., 1925): recopilación de la tira cómica del mismo nombre de Clare
Victor Dwiggins, distribuida por el McClure Syndicate a partir de 1918
Classics Illustrated #50: "Las Aventuras de Tom Sawyer" (Gilberton, agosto de 1948): adaptada por Harry
G. Miller y Aldo Rubano; reimpreso extensamente
Dell Junior Treasury #10: "Las Aventuras de Tom Sawyer" (Dell Comics, octubre de 1957) – adaptado por
Frank Thorne
Joyas Literarias Juveniles #60: "Tom
Sawyer Detective," (Editorial Bruguera, 1972) – adaptado por Miguel Cussó y
Edmond Fernández Ripoll
Tom Sawyer (Pendulum Illustrated Classics,
Pendulum Press, 1973) – adaptado por Irwin Shapiro y E. R. Cruz;reimpreso en
Marvel Classics Comics #7 (1976) y en varios otros lugares.
Joyas Literarias Juveniles #182: "Las Aventuras de Tom Sawyer" (Editorial Bruguera, 1977) – adaptado por Juan
Manuel González Cremona y Xirinius [como Jaime Juez]
Classics Illustrated #9: Las Aventuras de
Tom Sawyer (First Comics, mayo de 1990) – Adaptado por Mike Ploog; reimpreso en
Classics Illustrated #19 (NBM, 2014)
Tom Sawyer (An All-Action Classic #2)
(Sterling Publishing, 2008) – adaptado por Rad Sechrist
Classics Illustrated Deluxe #4: The
Adventures of Tom Sawyer (Papercutz, 2009) – adaptado por Jean-David Morvan,
Frederique Voulyze y Severine Le Fevebvre
The Adventures of Tom Sawyer (Capstone
Publishers, 2007) – adaptado por Daniel Strickland
Manga Classics: The Adventures of Tom
Sawyer (UDON Entertainment Manga Classics, abril de 2018) – adaptado por
Crystal Silvermoon y Kuma Chan.
(Wikipedia en Ingles)
Las Aventuras de
Tom Sawyer
de Mark Twain
La mayor parte de las aventuras narradas
en éste libro, son reales Una o dos son experiencias mías; el resto de algunos
antiguos condiscípulos. Huck Finn, está calcado de la vida real. Tom Sawyer
también, aunque no de un solo individuo, sino de una combinación de varios
caracteres.
La novela ha sido escrita para entretenimiento de chicos y chicas;
aunque también para que los adultos recuerden cuáles eran sus inquietudes
sueños y pensamientos durante la niñez. Mark Twain. Hartford 1876.
En un pequeño pueblo del medio oeste
norteamericano, una mujer, frente a la veranda de su casa, llamaba a gritos a
alguien que evidentemente no estaba dispuesto a acudir, “¡Tom! ¡Toooom! ¡Ven
enseguida!” “¡Oh, ese endiablado muchacho!” Cansada de llamar en vano, la
mujer entró a su casa, diciendo, “Él nunca esta donde debe estar.” De
repente, alguien de baja estatura intentó pasar velozmente rumbo a la puerta.
La mujer exclamó, “¡Oh, debí imaginarlo!” Pero el niño no fue lo
suficientemente rápido para escapar, y la mujer lo detuvo por el cuello de la
camisa. “¡Eh! ¿Dónde crees que vas?” Cerrando la puerta, ella trató de
evitar cualquier nuevo intento de huida, y dijo, “Ahora dime: ¿Qué es esto
que mancha tus manos y tu cara, Tom?” El muchacho intentó sonreír, y dijo, “¡Oh!
¡Esto! ¡Je! ¡Es solo mermelada, tía!” Pero los ojos de la mujer se
encendieron con como ascuas, y dijo, “¡Mermelada! Así que estabas escondido
en la despensa!” La mujer levantó una vara, diciendo, “¡Te tengo dicho
que no metas las manos en el pote de dulce, Tom! ¡Me has desobedecido!” Entonces,
Tom señaló con su dedo, diciendo, “¡Tía Polly! ¡Mire esto detrás de usted!”
Tía Polly volteó, diciendo, “¿Eh?” Cuando volvió a mirar, el pilluelo
había desaparecido, y dijo, “¡Qué tonta soy! ¡Me ha burlado otra vez!” Y
con un suspiro de resignación dejó la vara en su sitio, y dijo, “¡Diablo de
muchacho!” Pero luego, la mujer pensó “Quiero tanto ese Tom que me duele
ser dura con él! Pero mi hermana al morir, me encargó que lo educara.”
Luego, Tía Polly se dijo a sí misma, “Si le castigo, sufro, y, si lo perdono,
me remuerde la conciencia porque creo que no estoy cumpliendo con mi deber de
corregirlo. ¡Vaya! ¡Que Dios me ayude!” En aquellos momentos, Tom corría
como una liebre. En un cruce de caminos, se detuvo abruptamente. Tom reflexionó
por segundos, y pensó, “¿Iré a clase, o a pescar?” Y tomó el camino del
río, pensando, “¡Hace demasiado calor!” Por la noche, durante la cena,
soportó con aire cándido la escrutadora mirada de su tía. Tía Polly pensó, “Está
muy callado, algo esconde.” Entonces Tía Polly dijo, “Hacía mucho calor
esta tarde, ¿Verdad Tom?” Tom dijo, “¡Uf! Sí tía.” Tía Polly lo miró
a los ojos, y dijo, “Y…¿No se
estuviera antojado darte, digamos, por ejemplo un bañito en el río? ¡Vamos,
para refrescarte!” No era fácil atrapar a Tom Sawyer; quien conociendo las
artimañas de la tía, respondió después de pensarlo un poco, “MMM…pues…sí. En
realidad, no hubiera estado nada mal nadar un poco.” La tía Polly dijo, “Pero,
no lo hiciste, ¿Eh? no te habrás ido de pinta otra vez…” Tom dijo, “¡Oh,
no, tía! ¡Claro que no! Estuve todo el tiempo en la escuela. ¡Terminé hasta
mareado de tanto estudiar!” Entonces Síd, el hermanastro de Tom, y niño
modelo de la casa, intervino. “Mira Tía Polly, tiene el cuello de la camisa
mojada.” Y mientras el acusado lanzaba una mirada asesina al relamido Sid,
la mujer constató la humedad delatora, y dijo, “¿Qué dices a esto, sobrino?”
Tom dijo, “Es que…un niño me tiró al agua, durante el recreo.” La Tía
Polly dijo, “Tu pelo está húmedo.” Tom dijo, “Ese chico lanzaba agua
con un balde, y yo…” Tía Polly dijo, “¡Basta ya de mentiras!” Tía
Polly agregó, “Joe Harper vino a buscarte y eso me hizo sospechar que no te
hubiera visto en la escuela.” Llena de energía, tía Polly le dijo, “Mañana
trabajarás todo el día, como castigo.” Tom le dijo, “Pero tía…¡Es
sábado!” Tía Polly le dijo, “Lo sé, y debiste haber esperado el fin de
semana para tu excursión. Pero, como no lo hiciste, pintarás el cerco.” Fue
asi como Tom Sawyer se vio frente a una cerca, que le pareció en ese momento la
más larga del mundo, con una brocha y un cubo lleno de cal. Tom exclamó, “¡Maldición!
¡Nunca terminaré!” Mientras, los otros chicos, vestidos con sus mejores
galas, iban hacia la plaza. Uno de ellos le gritó, “¡Eh, Tom! ¿No vienes?”
Sin responder a Joe Harper, el chico siguió pensando, con envidiable
concentración. Joe se acercó y brincando la barda, dijo, “¡Tom!¿Qué te
pasa?¿Estas sordo?” Tom le dijo, “¿Eh?¡Oh, perdona Joe! No te había
visto.” Joe le dijo, “¿Vamos a la plaza?¡Todos los muchachos estan ya
ahí!” Tom siguió trabajando y dijo, “Mmmmm, no, no puedo. Esto me parece
más interesante que ir a escuchar las mismas bobadas de todos los sábados.”
Joe le dijo, “Pero…¡Jugaremos a ser los bomberos de San Francisco, y les
echaremos agua a las niñas!¡Ja!¡Será divertido ver como corren!” Tom dijo, “¡Me
parece mas divertido pintar. ¡Jugar! Juego todos los días. Sin embargo,
blanquear la cerca…¡Toda la cerca!¡Ah!¡Eso si que es glorioso! No te imaginas
lo que gozo con cada pincelada…¡Ja!¡Esto si que es un juego nuevo!” Joe
contemplaba a Tom dar brochazo tras brochazo, y pensó, “¡De veras parece
disfrutarlo!” Hasta que Joe le dijo, “Oye Tom…¿Me dejas dar una o dos
pinceladas?” Tom le dijo, “¿Estas loco?¡Por nada del mundo dejaría que
otro jugara con mi brocha!” Joe sacó una manzana de su bolsa y dijo, “¡Por
favor, Tom! Si me dejas, te daré esta manzana que acabo de robar del huerto de
James Partner.” Tom lo pensó y exclamó, “Mmmm.” Tom continuó su
tarea, y dijo, “No me interesa tu oferta. ¡Anda! Ve con los otros a la plaza
y déjame disfrutar de esto yo solo.” Joe mostro un escarabajo y dijo, “Bueno,
además de la manzana, te daré este escarabajo… ¿Eh? ¿Qué dices? ¿Aceptas?” Tom
dio la escoba llena de pintura, y dijo, “Está bien, pero solo unos cuantos
brochazos.” A continuación, Tom se sentó a degustar de la manzana. “¡Crunch!”
“¡Crunch!” “¡Hazlo con cuidado!” En ese momento dos muchachos bien vestidos
pasaron frente a la barda. Uno de ellos dijo, “¿Qué haces Joe? ¿Ahora
trabaja los sábados?” Joe se detuvo de trabajar, y les dijo, “¡Oh, no! ¡Esto
no es un trabajo! ¡Es un juego y resulta muy divertido!” Uno de los jóvenes
le dijo, “¿De veras? ¿Me dejas probar?” Joe dijo, “Si quieres…pero
pide permiso a Tom.” Y de esta manera Tom Sawyer astutamente logró que los
niños del pueblo, trabajarán por él, y además le pagáran por hacerlo. Y
mientras Tom los veía trabajar, otro niño se acercó y le dijo, “Yo también
quiero pintar. ¿Aceptas cuatro tachuelas doradas?” Tom le dijo, “Seguro.”
Al mediodía, la cerca había sido blanqueada, y nuestro amigo tenía numerosos
tesoros en su haber. Tom revisaba las ganancias que los niños le habían dado, “Catorce
moscas muertas, una rata, un gato bizco, dos escarabajos…” Tom seguía
comiendo, “¡Crunch!...una pelota, un pedazo de chocolate, una linterna…¡Vaya! ¡Esto
no estuvo nada mal!” Tía Polly no confiaba en él, y pensaba, “¡Ese Tom
debe haberse escapado ya!” Pero cuando vio la cerca, exclamó, “¡Dios mío!
¡Está blanca como la nieve!” Tía Polly cubrió de besos a su sobrino, “¡Mua!”
“¡Mua!” Y le dijo, “¿Lo ves? Cuando quieres, sabes hacer bien las cosas.”
Y hasta lo premió, y le dijo, “Toma esta moneda. Ponte el traje de calle,
y ve a comprar caramelos.” Tom le dijo, “¡Oh, gracias, Tía Polly!” El
lunes siguientes, en el aula de la escuela, todos los alumnos recitaban la
tabla de multiplicar. “Dos por Siete, catorce. Dos por ocho, dieciséis. Dos
por nueve dieciocho.” Tom bostezaba, pro súbitamente, su modorra terminó. Tom
pensó, “¡Caramba! ¡A esa niña nunca la había visto!” Se trataba de una
linda jovencita con el rostro cubierto de pecas. Tom mirándola desde atrás,
pensó, “Es el primer día que viene a la escuela. ¡Debe ser nueva en el
pueblo!” Notando la interesante mirada del chico, ella se ruborizó. A la
salida, Tom la alcanzó, y caminó un buen rato silenciosamente junto a ella. Cuando
ella se detuvo, ante la casa más grande del pueblo, Tom preguntó, “¿Aquí
vives?” Becky dijo, “¡Vaya! Creí que no tenías lengua.” Tom dijo, “Es
que…pensaba. Y cuando pienso no hablo.” Cuando la niña se retiraba a entrar
a su casa, Tom le dijo, “Espera, dime, ¿Cómo te llamas?” La niña dijo, “Becky
Thatcher. Mi padre es el nuevo juez.” Tom exclamó enamorado, “Ah.” Amigablemente
charlaron un poco más. Becky tenía que entrar, pero antes de irse…tiró como al
descuido una pequeña rosa blanca. Misma que los dedos del pie desnudo de Tom,
apresaron casi enseguida. Tom se quedó allí un buen rato, disfrutando de sus
propios sentimientos. Mientras olía la flor, Tom pensó, “¡Oh, Amy, lo siento!
¡Ya no cortaré manzanas para ti! ¡Ahora Becky Thatcher será mi dama!” Se
fue haciendo de noche, pero para un enamorado, el tiempo evidentemente no
existe. Una luz se encendió en la planta baja, y Tom fue hacia ella, como un
mosquito, atraído por el resplandor, pensando, “Seguramente es Becky.” Llegó
con el corazón latiendo fuertemente, bajo la ventana iluminada, pensando, “¡Podré
verla una vez más!” Pero de pronto, algo así como el diluvio universal cayó
sobre él. Era una mujer afroamericana, que tiraba desde la ventana de arriba
una cubeta de agua, diciendo, “¡Ya la ve loj polloj amita!” Y el pobre
chico quedó en un momento, no sólo desilusionado, sino también empapado hasta
los huesos. La mujer mulata cerro simplemente la ventana, y dijo, “¿Hacemos
café para la cena, mi ama?” Ya en casa, Tom se mantuvo ceñudo, aunque había
regresado a casa su simpática prima Mary, después de unas vacaciones en el
campo. Una mañana mientras desayunaban en la mesa, Sid dijo a Tom, “¿Qué
tienes? ¿Te comió la lengua el ratón?” Tom le dijo, “¡Bah! ¡Yo no hablo
con lambiscones!” Los dedos de Sid, soltaron antes de tiempo la azucarera.
y ésta cayó al suelo, haciéndose mil pedazos. Al escuchar el ruido, tía Polly
acudió enseguida, diciendo, “¿Qué fue eso? ¡Oh!” Tom pensó con
satisfacción, “Ahora sí será Sid, quien resulte castigado.” Pero tía Polly
se dirigió furiosa a quien siempre cometía travesuras, y pellizcando la oreja
de Tom, le dijo, “¡Otra vez haciendo de las tuyas, Tom! ¡Vamos, sube a tu
cuarto! ¡No quiero verte más!” Tom exclamó, “P˗Pero…” Mientras Tom subia
a su cuarto, Tía Polly le gritó, “¡No me repliques! ¡Estoy verdaderamente
cansada de tus maldades!” Pero Mary aclaró todo, diciendo a Tía Polly, “Mamá,
no ha sido Tom, sino Sid quien dejó caer la azucarera.” Tía Polly exclamó
al darse cuenta de su error, “¡Oh Dios! ¡He sido injusta con mi muchachito! ¡Nunca
sé cómo tratarlo! Mañana le pediré perdón.” Pero mañana sería demasiado
tarde, y Tom decidió escapar de casa, y trepando por la ventana de su
habitación, pensó, “Será mejor que me vaya. Tía Polly ha dicho que no me
quiere ver. De todo me echa la culpa a mí…¡Estoy harto y no quiero ser una
carga para nadie!” Mientras Tom caminaba de noche, llevando unas cosas
envueltas en un trapo, pensó, “Desde ahora vagaré solo por el mundo. ¡Esa
pobre señora descansará de mí, y yo no tendré que ir más a la escuela!” Pero
alguien más deambulaba a deshoras por los caminos, era un niño quien llevaba a
un gato muerto colgando, quien exclamó, “¡He Tom!” Tom le dijo, “¡Hola
Huck! ¿A dónde llevas ese gato?” Aquel otro caminante nocturno, era nada
menos que Huckleberry Finn, el paria número uno de la región. Huck dijo, “Al
cementerio…¡Caramba! Debo apurarme, ya va a ser media noche.” Tom le
preguntó “¿Vas a darle santa sepultura?” Huck le dijo, “¡NO! ¡No…!
Voy a ponerlo cerca de la tumba del viejo Hosé Williams.” Tom le dijo, “Pero…¿No
es ese el hombre que colgaron la semana pasada?” Huck le dijo, “Por eso
mismo Tom, fue un pillo y, sin duda, su alma bajada a los infiernos.” Tom
preguntó, “¿Y qué tiene que ver eso con el gato?” Huck lo miró
desdeñoso, y dijo, “¡Caramba Tom! ¿No te enseñan nada en la escuela a la que
vas casi todas las mañanas?” Y dijo una cosa bastante disparatada, aunque
con aire docto y sabio. “Es el último procedimiento científico que se ha
descubierto para curar las verrugas.” Y enseguida explicó a Tom, el
inusitado procedimiento. “Para que de resultado, hay que llevar al gato
muerto al cementerio. Se le deja sobre la tumba de alguien que ha sido en vida
un malvado. Enseguida, acudirán los demonios, aunque tú no puedas verlos para
saber que están allí, bastará con huir quejidos, y sentir un horrible
escalofrío. Los demonios se llevarán el alma del difunto, y entonces tú
ordenarás: ¡Gato, sigue al diablo! Y por último: ¡Verrugas, sigue al gato! Las
verrugas desaparecerán enseguida. ¡No falla!” Caminaron un poco más, y Tom
dijo, “Pues ya estamos en el cementerio. Ahora veremos si es verdad lo que
dices.” Ambos ingresaron, Tom seguía a Huck, quien dijo, “Por aquí esta
la tumba de Hoss.” Pero de pronto, Tom exclamó, “¡Shshshs. ¡Se oyen ruidos!”
Huck exclamó, “¡Dios mio! ¿Será que los demonios se estan llevando al pobre
viejo?” Se agazaparon tras la tumba vecina. Huck dijo, “Demonios o no,
no deben vernos.” Las figuras de tres hombres se perfilaron en la oscuridad.
Huck reconoció a alguien en las figuras, y dijo, “El más bajo es Muff Potter
y, el que tiene la linterna es el Indio Joe.” Tom dijo, “¿Qué habrán
venido a hacer aquí?” Huck dijo, “No lo sé, tal vez quieran curarse
también las verrugas.” Tom dijo, “Lo dudo, están escarbando. Pero no veo
bien al tercer hombre.” Los niños no se atrevieron a moverse. Huck dijo, “Será
mejor que esperemos a que se vayan.” Un buen rato después, Tom exclamó, “¡Caramba!
¡Están desenterrando a Hoss Williams!” Ambos se quedaron pálidos, y un frío
mortal, les invadió. Huck comenzó a sudar y dijo, “T˗Tengo m˗miedo Tom.”
Tom dijo, “Yo también, Huck.” El Indio Joe y Muff Potter sacaron el
féretro de la fosa. Uno de los hombres exclamó, “¡Uff! ¡Como pesa!” Indio
Joe excamó, “¡Deja de quejarte y apura!” Usando un hacha Muff abrió el
féretro y exclamó, “¡Ya está!” Y pusieron el cuerpo de Hoss Williams
sobre unas angarillas. Muff exclamó, “¡Listo doctor!” Fue entonces que
los dos chiquillos pudieron ver claramente al tercer profanador de tumbas. Tom
exclamó, “¡Es el doctor Robinson!¡El médico del pueblo!” El doctor dijo,
“Debemos darnos prisa. Hay que llevar el cuerpo al sótano de mi casa, donde
podré diseccionarlo y estudiar su anatomía.” Potter se preparaba a
continuar la tétrica tarea, pero el Indio Joe lo detuvo con un gesto, y se
volvió hacia el doctor, diciendo, “Antes de seguir debe darnos cinco dólares
más, Robinson.” El tercer hombre montó en cólera, y les dijo, “¿Cómo? ¿Pretende
ahora esquilmarme? ¡Les pagué ya por adelantado! ¡Y no les daré un centavo más!”
Muff dijo, “Entonces…el muerto se queda aquí…¡Je! ¡Tan sencillo como eso!”
El doctor exclamó, “¡Canallas!” Muff amenazó, “¡Cuidado con lo que
dice, Doc! ¡Ahora está en nuestras manos!” El doctor Robinson lanzó un puñetazo
a Muff. Potter y el doctor rodaron por el suelo. El doctor lo tenía bajo el suelo,
diciendo, “¡Maldito vago, yo te enseñaré a cumplir tratos!” Ciego de
rabia, Robinson tomó la pala con la cual habían desenterrado a Hoss, diciendo, “¡Ahora
verás!” Robinson le pegó en la frente con el mango de la pala. Pero de
pronto, un gesto de dolor desfiguró al joven rostro del médico, y cayó
desangrándose sobre el inconsciente Muff. El doctor tenía el cuchillo muellero
de Potter, clavado en la espalda. La luna asomaba en ese momento, dando una
horrible claridad a la escena. Indio Joe exclamó, “¡Hace tiempo que quería
bajarle los humos a este doctorcito!” Y los dos niños corrían como si el
mismísimo demonio los persiguiera. El Indio Joe colocó el cuchillo en la mano
del inconsciente Potter, pensando, “¡Este pobre idiota cargará con la culpa
del crimen!” Y el idiota, en cuestión segundos después, entre abrió los
ojos, exclamando, “¡Ahhh! ¡M˗Mi cabeza!” Y al incorporarse, vio el
doctor muerto sobre él. Potter exclamó, “P˗Pero…¿Q˗Qué qué ha p˗pasado aquí Joe?”
Potter le quitó el cuchillo de la espalda y exclamó, “¡N˗No puede ser! ¡L˗Lo
maté! ¡Dios mío!” Antes de que el Indio dijera una palabra, Potter lanzaba
lejos de sí con horror su cuchillo ensangrentado. Y su compañero lo miraba con
aire afectadamente preocupado. Mientras Indio Joe levantaba el cadáver, dijo, “¡Caramba
Muff, ahora sí que te has metido en un lío!” Muff Potter dijo, “¡Yo
nunca había matado a nadie! ¿Cómo pude haber hecho esto?” El Indio Joe le
dijo, “Él te pegó, y entonces te pusiste como loco; y como tenías el
cuchillo en la mano…en fin. ¿Lo mejor será que nos vayamos cuanto antes de aquí!”
Aturdido como estaba por el golpe recibido en la cabeza, y la impresión de
despertar y verse convertido en asesino, Potters se dejaba llevar. Mientras
ambos se retiraban, Indio Joe pensó, “Encontrarán el cuchillo cerca del
cadáver. Y no tardarán en saber de quién es.” Entonces dijo a Potter, “Apura, hombre. Alguien
puede venir.” Potter dijo, “Sí, sí, Joe. Quiero estar, cuanto antes, muy
lejos de aquí.” Y cuando la Luna emergió de entre las nubes nuevamente,
iluminó una tumba abierta, dos cadáveres, y un cuchillo ensangrentado, todo
sumergido en la soledad y el silencio. Entretanto, los chicos habían llegado al
pueblo, y se despedían con un juramento. Uniendo sus muñecas ensangrentadas por
una herida de navaja, Huck dijo, “¡Por mi sangre que no diré nunca a nadie lo
que he visto!” Tom dijo, “¡Ahora somos hermanos en el secreto!” Y el
pacto quedó sellado. Olvidándose de sus resentimientos y de su intento de huida,
Tom regresó a casa, y durmió el resto de la noche como un bendito. Al día siguiente, un vecino entró súbitamente
con las más escandalosa noticia que se había dado en el pueblo desde su
fundación, “¡Polly! ¡Polly! ¡Un crimen! ¡Ha habido un crimen! ¡Y en el
cementerio!” Tom sintió que la comida se le atragantaba. El vecino dijo, “Desenterraron
el cuerpo de Hoss Williams, y junto a él, estaba el doctor Robinson muerto.” Tom se atragantó, “¡Gulp!” El vecino acercó su boca al oído de Tía
Polly, y dijo, “Y ya se sabe quién es el asesino.” Tía Polly exclamó, “¿Tan
pronto lo descubrieron?” El vecino le dijo, “Sí, sí. El cuchillo de ese
vagabundo de Muff Potter fue encontrado lleno de sangre cerca del lugar del
crimen.” Tía Polly dijo, “¡Válgame el señor!” Mientras tanto, Tom se
quejaba, “¡Ayy!” Tía Polly se acercó a Tom y le dijo, “¡Dios mío! ¡Tom!
¿Qué te ocurre?” Tom exclamó haciendo una mueca de dolor, “¡Mi estómago,
Tía Polly! ¡Ay! ¡Ay! ¡No lo soporto!” El vecino, al ver aquello, dijo, “¡Pobre
chico! No debí contar lo del crimen delante de él. Seguramente le ha
impresionado.” Tía Polly dijo, “Y sí han matado al doctor Robinson, ya
no tenemos médico en el pueblo. Así que tendré que darle uno de mis remedios caseros.” Tom pasó
rápidamente del horror al terror, y pensó, “¿Remedios caseros?¡Oh, no!” A
los pocos minutos, Tía Polly llegó con una bebida caliente, y dijo, “Toma
esto, querido.” Tom exclamó, “Pero, sí y˗ya me siento bien, tía.” Tía
Polly insistió, “¡He dicho que lo tomes! Si no, pensaré que tu malestar ha
sido una falsa para no ir a la escuela.” No era fácil discutir con la Tía Polly,
y Tom tuvo que tomarlo. Tía Polly exclamó, “¡Eso es! ¡Todo! ¡Todo! ¡Hasta la
última gota!” El vecino se retiró, pensando, “¡Ugh! ¡Pobre muchacho!” Al juicio de Muff Potter, acudió todo el pueblo. El juez anunció, “¡Que
comparezca el testigo de cargo!” Para sorpresa del propio Muff, y de Huck,
y Tom, el Indio Joe declaró haber presenciado el cruel asesinato, “¡Yo mismo
lo vi, señor juez! ¡Él lo mató por la espalda!” Y como era de esperarse, el
juez golpeó su martillo, y dijo, “Muff Potter, en nombre del estado, te
declaró culpable de profanar una tumba, y asesinar alevosamente a un hombre. ¡Tu
castigo será la horca!” Aquella noche Tom Sawyer no durmió bien. Horribles
imágenes lo perseguían en sueño. En medio de una pesadilla, Tom exclamaba,
“¡No Muff! ¡No me lleves! ¡Diré la verdad!” En la pesadilla, Muff lo tomaba, y le decía, “¡Chiquillo
hipócrita! ¡No fuiste capaz de decir que yo era inocente! ¡Ahora quedarás aquí
colgado en la horca, como yo! ¡Y, después, bajarás conmigo al infierno!” En
el sueño Tom veía a Huck gritándole, “¡Tom, Tom, auxilio!” Eso, mientras
Huck era perseguido por el Indio Joe. Tom despertó sobresaltado y furioso,
diciendo, “¡No! ¡No lo mates!¡Oh!” Sid se despertó, exclamando, “¿Eh?”
Enseguida, Sid se levantó de la cama, y yendo hasta Tom, quien ya se habia
levantado, le dijo, “¿Qué te ocurre, Tom? ¿Quieres que llame a Tía Polly
para que te dé otra cucharada de su remedio? Me parece que tienes fiebre.” La
respuesta fue rotunda y elocuente. Tom le lanzó un puñetazo en el ojo. Enseguida,
Sid comenzó a llorar, diciendo, “¡Buu! ¡Buuuu! ¡Mira cómo me has dejado el
ojo! ¡Se lo diré a Tía Polly!” Tom tomó un pañuelo y le amarró la boca con
el pañuelo, diciendo, “¡No le dirás nada, gallina!” Enseguida, Tom lo
amarró de los pies y las manos, y le dijo, “¡Así aprenderás a no ser
chismoso!” Esa mañana, Muff Potter lloraba en su celda. “¡Ay! ¡No, yo no
soy un asesino! ¡Y no quiero morir!” De pronto, Muff escuchó un ruido
proveniente de afuera. “¡Pst!¡Pst! ¡Potter!” Potter exclamó, “¿Eh? ¿Quién
me llama?” Muff Potter vio una manita infantil aferrada al barrote de la
celda. Y luego la nariz de Tom Sawyer, quien dijo, “¡Soy yo, Muff!¡Te traigo
comida!” Y un pequeño paquete fue entregado al prisionero. Potter exclamó, “¡Oh,
gracias chico! ¡Tú eres el único que se ha acordado de mí! ¡Ahora todos me
detestan!” Tom, quien estaba trepado arriba de la espalda de Huck, le dijo,
“Aquí está también Huck. Él te estima como yo. Y sabe…quiero decir, cree que
tú no asesinaste a ese hombre.” Los ojos de Muff se humedecieron, y dijo, “¡Nunca
olvidaré esto muchacho! Y cuando esté allá, en el otro mundo, rezaré por
ustedes, porque sean felices y tengan todas las cosas buenas que yo no tuve.” Para
entonces, Tom lloraba tanto o más que el desdichado Muff. Tom exclamó, “¡N˗No
diga eso! ¡Sniff! ¡Ellos no pueden matarte!” Sin sospechar que con su
desaliento hacía sentirse aún más culpable a Tom, Muff prosiguió gimoteando. “¡Oh,
sí! ¡Sí que lo harán! ¡Creen que la sociedad debe vengar un crimen con la
muerte del asesino! Aunque no sean capaces de reconocer la verdad, al verdadero
culpable. ¿No lo ves? Se ensañan conmigo, que soy un pobre vagabundo, un ser a
quien nadie le ha dado la oportunidad de ser mejor.” Las lágrimas de Tom,
trepado en la espalda de Huck, caían sobre Huckleberry Finn, quien dijo, “¿Qué
pasa? ¿Te estás derritiendo? ¡Uf! ¡Apura que no aguanto más!” La manita del
niño y la mano del acusado se estrecharon a través de los barrotes. Muff dijo,
“Adiós Tom. Se bueno muchacho, y sobre todo, trata de ser feliz.” Tom
exclamó, “¡Oh Muff! Yo…” Tom no pudo resistir más, y salió corriendo,
diciendo, “¡No te matarán, Muff¡ ¡No dejaré que lo hagan!” Huck solo
dijo, “Y ahora…¿Qué le pasa a ese loco?” Después, Huck tardó horas en
encontrar a Tom, quien meditaba en el muelle del rio. Huck dijo, “¡Vaya! ¡Debí
imaginar que estabas aquí!” Aún no había rastros de llanto en las mejillas
del niño. Tom dijo, “No puedo callar más Huck. Debemos decirlo todo, o un
hombre morirá por nuestra causa. ¡Será como si lo hubiéramos matado!” Huck patió
con rabia una inocente piedrecita, y dijo, “¡Y yo que creí que eras un
sujeto duro y valiente! ¡Bah! Todos ustedes los niñitos que tienen familia, son
iguales: blanduchos e incapaces de respetar un pacto!” Automáticamente Tom
se puso en pie y se limpió las manos de un manotazo, y dijo, “¡Yo no soy
blando! ¡Te lo demostraré!” Huck dijo, “¡Ja! ¿Y cómo me demostrarás? ¿Corriendo
a decirle al juez lo que vimos? ¡Claro! Tú tienes la protección de tu
tía. Así que, si escapa el Indio Joe no te podrá hacer ningún daño. Pero yo,
que duermo en los barriles vacíos que la gente desecha; y como lo que encuentro
por allí. Yo…que no tengo padre madre o tía que me proteja…¡Yo sí que estaré a
su merced! ¡Y él se cebará conmigo! Me torturará antes de matarme, como hacen
los indios. Me pondrá desnudo, y con el cuerpo cortado con todas las partes,
sobre un hormiguero…hasta que me desangre…¡Ah! ¡Pero a ti solo te importa Muff!”
La cara de terror de Tom era de antología, y exclamó, “N˗No había
pensado en eso, Huck.” Así que Tom claudicó, y dijo, “Perdóname Huck, no
hablaré, te lo prometo. ¡Nadie te hará daño! ¡Tú eres mi mejor amigo!” Transformándose
de pronto en un animoso espadachín, Huck tomó una vara, y dijo a Tom, “¡Entonces
en guardia! ¡Sé que tú eres el vengador negro de la flota española! ¡Así que te
mataré, porque no hay lugar en el océano para dos corsarios como tú y yo!” Y
con la misma facilidad para pasar de las lágrimas al terror, y del terror al
juego, el vengador negro de la flota española, tomó otra vara y respondió el
reto. Tom dijo, “¡Seré yo quien acabe contigo, Mano Roja!” Huck dijo,
mientras peleaban, “¡Lo veremos!” Un tercer pirata se unió al combate,
diciendo, “¡Eh! ¡Aquí viene el terror de los mares! ¿Cómo se atrevéis a
luchar en mi ausencia, bellacos?” Pero el terror de los mares había
olvidado la espada. Y cuando Tom y Huck se acercaron a él, el terror de los
mares levantó las manos en señal de paz, cuando Tom dijo, “¿Eh? ¡Contra él, Mano
Roja!” Huck dijo, “¡Pagará caro habernos hablado así!” El terror de
los mares dijo, “¡No! ¡No! ¡Eh! ¡Esperen!” Y el terror de los mares se
vio obligado a huir, seguido muy de cerca de los otros dos espadachines,
quienes se habían olvidado por completo de la triste suerte que esperaba a Muff
Potter. Mientras Huck y Tom lo perseguían, Tom gritó, “¡Morirás en nuestras
manos, lagartija!” El Terror de los Mares gritaba, mientras huía, “¡Ya
basta, Tom! ¡No más juegos!” Tom le dijo, “¡No soy Tom! ¡Soy el Vengador
Negro de la flota española!” Huck gritó, “¡Y yo el pirata Mano Roja! ¡Je,
Je, Je, Je!” Y así, llegó el día de la ejecución. Tía Polly, viendo desde
la ventana, dijo a Sid, “¡Pobre hombre! Aunque sea un malvado, merecería un
poco de compasión.” Sid preguntó, “¿Podemos ir a ver cómo lo ahorcan,
tía Polly?” Tía Polly dijo, “¡Claro que no, muchacho! ¡Rezaremos desde
aquí por su alma!” La soga fue colocada alrededor del cuello de Muff, que
parecía resignado con su suerte, estando arriba de un caballo. Pero de pronto,
un hombre que venía en una diligencia, comenzó a gritar, “¡Alto! ¡Se
suspende la ejecución! ¡Hay otro testigo dispuesto a declarar, y dice que Muff no ha sido el asesino!” Se celebró un nuevo juicio, al que asistió aún más
lleno de curiosidad, el pueblo entero. Se trataba de Tom Sawyer, que estaba
dispuesto a decir toda la verdad. Tom habló y dijo, “Otro niño que me pidió
no decir su nombre y yo, habíamos ido a llevar un gato al cementerio y…” Los
ojos terribles y amenazantes del Indio Joe, permanecían clavados en él. Pero Tom
ni siquiera se volvió a mirarlo y continuó, “Muff fue golpeado y perdió el
conocimiento, entonces un hombre apuñaló al doctor por la espalda. Ese hombre
fue…¡Oh no!” Tom notó que Indio Joe se había ido. El juez preguntó, “¿Que
sucede, chico?” Tom exclamó, “¡Se ha ido! ¡Él se ha ido!” El juez
preguntó, “¿Quién se ha ido?” Tom dijo, “¡El Indio Joe! ¡Él es el
verdadero asesino!” Se armó un gran revuelo en la sala. Un señor del
publico dijo, “Estaba aquí detrás de ti, James.” James dijo, “Se
escabulló como un gato.” El juez sonó su martillo y dijo, “¡Orden! ¡Silencio
en la sala!” Enseguida, el juez se dirigió al acusado y dijo, “Muff Potter,
queda en libertad por falta de cargos. Y formaremos brigadas para dar con el
fugitivo y someterlo.” Muff corrió a abrazar a Tom, y le dijo, “¡Gracias
muchacho!¡Te debo la vida!” Pero la cara de Tom estaba pálida, como la de
un muerto, y pensó, “¡La venganza del Indio Joe recaerá sobre mí! ¡Y será
horrible!” Esa noche, en la habitación de los sobrinos de Polly, se oyeron
unos extraños maullidos por la ventana, fuera de la casa: “¡MIAU!¡MIAU!”
Tom no había podido dormir, y saltó de la cama, pensando, “¡Es la señal de Huck!”
Tom tomó unas despensas y salio de la casa. Huck dijo cuando lo vio, “¡Vaya!
¡Creí que no bajarías nunca! ¿Tráe las vituallas?” Tom dijo, “Una pierna
entera de jamón.” En eso, un tercer muchacho llegaba, diciendo, “¿Quién
va? ¡Digan el santo y seña!” Tom y Huck pegaron sus muñecas y exclamaron, “¡Sangre!”
El tercer muchacho dijo, “Bueno amigos, aquí está la balsa. Traje galletas y
un pedazo de tocino.” Una vez todo a bordo, la balsa se apartó lentamente
de la orilla. Tom dijo, “¡Seremos los más fieros piratas que haya habido
nunca en el Mississippi!” El tercer joven dijo, “Ha sido una gran idea
la de convertirnos en bucaneros, Tom.” Tom los reunió y dijo, “Pues
ahora solo viviremos para buscar tesoros, bañarnos en el río, y usar nuestras
espadas… ¡Ja! ¡Nada de escuelas ni zapatos, ni regaños! ¡Somos dueños de
nuestro propio destino!” Atracaron en una isleta cercana. Huck dijo, “Por
lo pronto acamparemos aquí.” El tercer joven dijo, “¿Y la balsa?”
Tom dijo, “Déjala a la deriva, Joe. No la necesitaremos. Vamos a construir
un Bajel, para navegar por los mares.” Huck dijo, “¿Un que?” Tom dijo,
“Un bajel es un barco con velas, cañones, tripulación y todo.”
Encendieron
una fogata, y desayunaron poco antes del amanecer. Mientras engullían, Joe
dijo, “MMM…¡Nunca me había sabido tan rico un pedazo de jamón!” Tom
dijo, “Es el sabor de la libertad, amigo.” Los primeros rayos del sol, los
encontraron dormidos. Los dos días siguientes, fueron de risas, juegos, comidas
al aire libre, y chapoteos. Entre tanto, la tía Polly lloraba desconsolada, “¡Mi
pequeño y dulce niño!” Su vecino la consolaba, diciendo, “Lo siento
querida, la búsqueda ha terminado. Es seguro que los tres chicos se ahogaron en
río.” Tía Polly pensó, “¡No puede ser! ¡Tiene que estar vivo!” Mientras
en la isla, Joe Harper fue el primero en sucumbir, y exclamó, “¡Extraño mi
casa, Tom!” Tom le dijo, “Pero, ¿Qué clase de blanducho pirata eres? ¡Ahora
te quedarás aquí de guardia, mientras Huck y yo exploramos!” Ambos amigos
se internaron en la isla. Tom dijo, “Estoy seguro de que en alguna parte de
esta isla, hay un tesoro.” Huck dijo, “¿Lo crees Tom? Pues comencemos a
buscarlo.” Huck se detuvo, y dijo, “Espera, hay que encontrar una señal.
Los piratas que entierran tesoros, siempre dejan una.” Atardecía ya cuando Tom
y Huck creyeron escuchar voces. Huck exclamó, “¿Quién será?” Se arrebujaron
en el hoyo que habían cavado. Y sintieron que sus jóvenes y arrojados corazones,
dejaban de latir, al reconocer una de las voces. Huck dijo, “¡Dios mío!¡Es él
Tom!¡Estamos perdidos!” En efecto, era el Indio Joe, acompañando a un
desconocido, cuya cara, no era precisamente agradable de ver. Indio Joe dijo, “Creo
que debemos llevarnos el dinero a un lugar más seguro, Peter.” Y ante los
ojos maravillados de los chicos, el indio destapó una caja de whisky, que
contenía gran cantidad de monedas de oro y joyas. Indio Joe dijo, “Lo mejor
será dejarlo en nuestro escondite número dos, ¿No crees?” Peter dijo, “Sí
Joe, así podremos disponer de él, cuando decidamos partir después de la
venganza, ¿Eh?” Cuando los dos sujetos se alejaron, Huck y Tom se miraron
perplejos. Huck dijo, “¿Lo viste Tom? Tenías mucha razón. ¡Hay un tesoro!”
Tom dijo, “¡Si Huck! Pero ellos hablaron también de una venganza. ¡El Indio
Joe quiere matarme!” Regresaron a la orilla, y encontraron a, “El Terror
de los Mares,” triste y desanimado, diciendo, “¡Mi mamá debe estar
preocupada por mí! ¡Snif! ¡No debí haber hecho esto! ¡Snif!” Al día siguiente era domingo, y celebraban en
el templo los oficios funerarios de los tres niños desaparecidos. En una de las
bancas dentro de la iglesia, el vecino de tía Polly decía en voz baja a otro de
los presentes, “Se dragó el río en busca de los cuerpos y nada.” El
hombre le contestó también en voz baja, “Seguramente la corriente los arrastró
¡Infelices Creaturas!” Tía Polly y la señora Harper lloraban a dúo, “¡Era un
muchacho tan bueno mi Tom!” “Mi Joe hubiera sido por lo menos abogado!” Al
salir de la iglesia, la gente se quedó paralizada por la sorpresa. A la
distancia, todos vieron venir a los tres jóvenes. Uno de los feligreses que salía
de la iglesia, dijo, “¡No puede ser!” Otro de los feligreses dijo, “¡Son
ellos! ¡Allí están, Tom, Hunk, y Joe!” Aquel fue un día de fiesta para toda
la población. El gales, vecino de la ti Polly, levantó en brazos a Huck, y exclamó, “¡Yupiii!
¡Huckleberry Finn, nunca me he habías parecido tan apuesto y simpático!” Por
su parte, tía Polly tomaba a Tom, diciendo, “¡Tom!¿Cómo pudiste hacerme esto?¡Sufrí
tanto creyéndote muerto!” La señora Harper abrazó a Joe, diciendo, “Serás
abogado, ¿Verdad Joe? ¿Verdad que lo serás?” Joe dijo, “S˗sí, sí mamá. Lo
que tú digas.” Por algún tiempo, los chicos se portaron más o menos bien.
Tom volvió a cortejar a Becky Thatcher. Un día, ella le dijo, “¿De veras te
gustaría ser pirata?” Tom dijo, “Pues…” Ella le dijo, “Porque yo
cuando sea grande, me casaré con un médico, y le ayudaré a curar a la gente.”
Tom le dijo, “¡Ah bueno! Entonces… ¡Seré médico, Beck!” Por su parte,
Joe estudiaba más que nunca. Mientras Joe leía sus libros, su madre le dijo, “Tienes
que ser el mejor abogado de la unión americana, Joe. Solo así te perdonaré lo
que me has hecho padecer con tu escapatoria.” Joe dijo, “S˗sí mamá.” Y
Huck volvió a vagabundear por los callejones, en busca de cosas para comer, y
barriles vacíos donde dormir. Y frecuentemente se encontraba por allí a un
viejo amigo vagabundo. Un día, mientras Huck buscaba un barril donde quedarse, exclamó,
“¡Oh perdona Muff! No creí que estuviera ocupado el barril.” Muff le
dijo, “Te daré lugar muchacho, y te convidare del bizcocho que me ha
regalado la viuda Douglas.” Como era tradicional por aquella época del año,
se organizó una excursión a las grutas cercanas del pueblo. Tom dijo a Becky, “¿Vendrás
con nosotros, Becky?” Ella le dijo, “Claro que sí, Tom. Yo no conozco
esas cuevas. Dicen que son enormes y peligrosas.” Tom le dijo, “Pues no
te apartes de mí, y así no te perderás.” El día indicado, solo un niño
permanecía en el pueblo. Era Huck, quien pensaba, “¡Bah! Como no asísto a
la escuela, ni tengo padres, ese estirado maestro no ha querido llevarme a la
excursión. Pero, yo iré solo a las grutas el día que me plazca.” El barco, lleno
de escolares, algunas damas solteras, y el maestro Jones, zarpaba en ese
momento. Dos horas después, distribuidos en grupos, y cada uno con una vela
encendida, penetraban en la gruta. Becky exclamó, “¡Oh! ¡Está muy oscura!”
Tom le dijo, “¡No tengas miedo, Becky. ¡Yo te protegeré!” Mientras tanto, Huck
salía de la casa de la viuda Douglas, con un gran pedazo de pastel. Huck dijo, “G˗gracias
por todo, señora.” La viuda Douglas dijo, “¡Vuelve por aquí, pequeño! ¡Te
daré una taza de chocolate y bizcochos!” La viuda Douglas pensó, “¡Pobrecito!¡Huérfano
y condenado a la soledad! La gente del pueblo debería tratarlo mejor.” Huck
no tardó en encontrar un barril, y pensó, “¡Hum! Aquí comeré tranquilo, y
luego dormiré una siesta.” Durmió hasta la noche. Y, de pronto, una voz muy
desconocida lo despertó. “¡Ha llegado la hora de mi venganza!” Eran el Indio
Joe, y el hombre de la cicatriz. Indio Joe dijo, “El juez Douglas me mantuvo
casi siempre en la cárcel mientras vivió; y ahora, ¡Su viuda me las pagará!” Huck pudo ver claramente, cómo un cuchillo brillaba en la oscuridad. Indio Joe
dijo, “La mataré lentamente, muy lentamente.” Huck arrastrándose para no
hacer el menor ruido salió de la otra abertura del tonel. Indio Joe dijo, “¡Esperemos
a que apague las luces!” El de cicatriz en la cara dijo, “Después de
cumplir su venganza, nos iremos de aquí con el tesoro, ¿Verdad Joe?” Indio Joe
dijo, “¡Claro! ¡Claro que sí? Prometí que si me ayudabas, te daría la mitad,
y lo haré.” En ese momento, Tom grababa algo en la pared de la gruta, era
la frase, “Tom y Becky,” encerrada en un corazón. Tom dijo, “Ya está.”
Becky le dijo, “¡Oh Tom Sawyer! ¡Eres un tonto!” De pronto, algo pasó
volando rápidamente por encima de la cabeza de Becky, quien exclamó, “¡Ay!”
Tom, llevando su vela para alumbrarse, la tomó de la mano y le dijo, “¡Ven!¡Son
murciélagos!” Los dos niños se refugiaron en un corredor lateral, y
esperaron allí a que la bandada de murciélagos pasará. Becky dijo, “¡Son
horribles!” Tom le dijo, “¡Menos mal que no apagaron también mi vela!” Tom,
continuando tomado la de la mano, avanzó diciendo, “Creo que ya podemos
continuar.” Becky le dijo, “¿Estás seguro de que era por aquí, Tom? Creo
que nos hemos apartado mucho de los demás.” Huckleberry Finn llamaba
entretanto a una puerta con verdadera desesperación, “¡ABRAN! ¡POR
FAVOR!¡ABRAN PRONTO!” Y el Galés, el vecino de la viuda abrió, dijo, “HUCK!
¿Qué quieres a estas horas, muchacho?” Huck le dijo, “LA VIUDA! ¡VAN A
MATARLA!” El galés y sus dos hijos entraron en enseguida en casa de la
viuda, estando los tres armados con sus rifles. El galés dijo, “¡Tengan
cuidado, muchachos! ¡Ese Indio puede estar en cualquier parte!” La señora Douglas
se despertó, y bajó las escaleras con un candelabro. Y sin entender nada, dijo,
“¡Qué ocurrió allá abajo? ¿Que es todo ese estruendo?” Alcanzaron a ver
cómo una sombra trepaba ágilmente la escalera. El galés gritó, “CUIDADO MARIAN!”
Y los tres rifles hicieron fuego a la vez. Un hombre rodó escaleras abajo. Y los tres se acercaron enseguida para saber
quién era. El galés lo acomodó boca arriba con su pie, y exclamó, “¡Caramba!
Es Peter Smith, el traficante de caballos” Por una ventana, Joe el Indio
salía de casa y pasaba corriendo sin hacer el menor ruido como un gato por el
traspatio. Solo Huck que había vuelto a su tonel, creyendo que allí estaba más
seguro, lo vio, y exclamó, “¡Oh no! ¡Se ha escapado otra vez!” En la
gruta, Becky lloraba mortalmente asustada. “¡BU! ¡BUUUU!” ¡Nos hemos
extraviado! ¡Moriremos en este horrible lugar antes de que alguien nos
encuentre!” Y el barco de vapor tocaba nuevamente su sirena para anunciar
el regreso. El galés entretanto explicaba a la viuda Douglas quién le había
salvado la vida. La viuda dijo, “¡Oh, siempre dije que ese Huck tenía buen
corazón!” Mientras Huck dormía extenuado, en la caverna Tom buscaba
desesperadamente una señal que le indicara la salida de aquellas enormes grutas.
Mirando una luz a la distancia, Tom pensó, “¡Allá hay una luz!” Dejando
a Becky junto a un arroyuelo subterráneo, decidió investigar. Tom dijo a Becky,
“No te muevas de aquí. Bebe agua para calmar el hambre, y toma esta galleta.”
Tratando de no dejarse llevar por el terror, se internó en el túnel al fondo
del cual había visto antes una luz. Tom pensó, “Ni siquiera sé cuánto tiempo
llevamos aquí. Tal vez el barco haya partido.” Ésta vez había tomado la
precaución de atar el cabo de una cuerda de cometa a una roca, para encontrar
el camino de regreso, a donde estaba su compañera. Tom volvió a ver la luz, y pensó,
“Allá está…¡Ojalá sea la vela de alguien del pueblo!” Corrió dando
gritos. “¡EH!¡AQUÍ!¡SOY TOM SAWYER!¡ESTOY PERDIDO!” Pero de pronto, una
enorme figura y terrorífica se plantó ante él con una vela en la mano. Tom exclamó,
“¡Oh!” En unos instantes, mil imágenes terribles pasaron por la mente
del niño que se acurrucó, como un animalito que va a ser devorado, en un hueco
del muro. Cuando volvió a abrir los ojos, Tom creyó que estaba soñando. ¡El Indio
Joe pasaba de largo como si no lo hubiera visto! Indio Joe se fue, pensando, “¡Bah!
¡Lo que me faltaba! ¡Uno de estos chiquillos latosos!” Y como una flecha,
Tom volvió al lado de Becky, quien le dijo, “¿Has encontrado a alguien, Tom?”
Tom se turbó y dijo, “¿Alguien? ¡Oh, no, no! A nadie Becky.” Pasó una
noche, y una mañana, antes de que la ausencia de los dos niños fuera notada. La
tía Polly tuvo que ir a la casa de la viuda Douglas a preguntar por Tom. “Perdone
señora Douglas, ¿No está aquí Tom?” La viuda Douglas le dijo, “¡Oh, no,
querida Polly! Los chicos suelen venir y quedarse aquí, después de una
excursión, para tomar chocolates y pastel. Pero esta vez, no han venido.” La
viuda agregó, “Eso mismo lo explicaba la señora Thatcher, que vino a buscar
a su hija.” Cada vez la situación se volvía más alarmante. Los niños y los
que asistieron comenzaron a dar algunas pistas, a la señora Thatcher y la tía
Polly. “Yo vi a Tom y a Becky avanzar hacia la parte no explorada de la
gruta.” “El maestro advirtió a Tom que si se apartaban del grupo, se perderían.” Tía Polly dijo,“¡Oh, ese muchacho otra vez hizo de las suyas!” Para entonces se habían
formado brigadas que regresarían en lanchones a las grutas. Antes de partir,
uno de los hombres de la brigada dijo, “No se preocupen, señoras. ¡Los
encontraremos!” El juez Thatcher se unió a la búsqueda, y al despedirse de
su esposa, le dijo, “Ten calma, Margaret, traeré a Becky. ¡Y veré que no
vuelva a suceder otro accidente así, en estas malditas grutas!” Mientras
tanto, dentro de la gruta, las velas estaban a punto de extinguirse, y las
esperanzas de los niños también. Tom dijo, “Nos hemos comido mi última
galleta, Becky. Ahora sólo nos queda rezar.” Becky exclamó, “¡Oh, Tom! ¡Abrázame
muy fuerte!” El único que no se había enterado de lo que sucedía era Huck, quien
pescaba en el rio, arriba de la rama de un árbol, pensando, “¡HUUMM!...¡Nada
como un buen baño de pies, un pescado en el fuego! ¡Después de comer, buscaré
un barril para echar una siestecita!” Y en efecto poco después dormía
profundamente, en el basurero, dentro de un tonel. Pero despertó sobresaltado,
al sentir que la gente corría de un lado a otro. “¡LOS HAN ENCONTRADO!¡LOS
NIÑOS HAN APARECIDOS!” Becky y Tom
habían sido hallados, tres días después de su extravío, por unos pastores. Dos
hombres llevaban en sus hombros a los niños perdidos. Uno de ellos dijo, “No
pudimos traerlos antes, señor, porque estaban muy débiles. Les dimos de comer y
dejamos que descansáran un poco.” La señora Thatcher abrazó a Becky, quien
dijo, “Papá ¡Tom se portó como un héroe! Encontró una salida tras esa colina,
y me obligó a caminar hacia allí.” Tras horas y horas de oscuridad, el Sol
hirió por fin de nuevo los ojos de Tom Sawyer. Tom exclamó, “¡Becky, es el
cielo!” Bajaron por la colina y encontraron a un pastor. Tom gritó, “¡A˗AUXILIO!¡ESTUVIMOS
PERDIDOS! ¡OH! ¡NO HEMOS COMIDO EN AÑOS!” Tía Polly y la señora Thatcher
lloraron aún más. Tía Polly abrazó a Tom y le dijo, “¡Oh Tom! ¡Sniff! ¡No
hay remedio! ¡Vas a matarme de un disgusto, hijo!” Huck sonrió
divertido, y dijo, “¡Vaya si era el Vengador Negro de la Flota Española,
quien se había perdido.” Pasaron algunos días, y todo volvió aparentemente a
la normalidad, hasta que…los niños se reunieron nuevamente en el rio. Tom
llegó a la orilla del rio, y dijo a Huck, quien estaba ya arriba de la balsa, “¡Huck!
¿Estás listo?” Huck le dijo, portando una vara como si fuera su espada, “Mano
Rosa está siempre listo, capitán.” Ambos siguieron la corriente del rio en
la balsa. Por lo visto, aquellos chicos no se cansaban nunca de jugar a los
piratas. Y esa noche, en casa de la viuda, se cocinaba un gran pastel. Tía
Polly dijo, mientras la viuda sacaba un gran pastel del horno, “¡Está
delicioso, Marian! ¡Será una grata sorpresa para los chicos!” Tom apareció
lleno de barro, y algo más tarde que de costumbre. Tom dijo, “¡Oh, lo siento
Tía Polly! Es que te tengo una sorpresa…” Tía Polly dijo a Tom, “Vamos
pronto a casa de la viuda Douglas. Los Thatcher ya están allí. ¡Y también Huckleberry
Finn deberá asistir!” Tom dijo, “¿Huck? ¡Caramba! Pues, entonces debo ir
por él.” Cuando todos se hubieron reunido, el juez Thatcher habló primero. “Tom
Sawyer, por salvar la vida de mi hija, quiero ofrecerte desde ahora todo el
dinero que sea necesario, para que mediante el estudio, llegues a ser en el
futuro un hombre importante.” Enseguida, la viuda Douglas dijo, “Huckleberry
Finn, serás desde ahora como mi hijo. Me encargaré de tu educación, y haré de
ti un buen ciudadano.” Y aunque no estaba en el programa, Tom habló al
final, dejando asombrados a todos. “Gracias, juez Thatcher. Gracias, señora Douglas.
Resulta que Huckleberry y yo somos muy ricos ahora.” Y Tom dejó caer sobre
la mesa, una gran cantidad de joyas y monedas de oro, ante el asombro de todos
los presentes. Aprovechando que los allí reunidos, se habían quedado mudos por
la sorpresa, explicó: “Hallé una cruz y una marca en el suelo, dentro de la
gruta. Y pensé ‘¡El número dos! ¡El Indio Joe se refería a este lugar!’ Cuando Becky
y yo nos perdimos en la cueva, exploré los túneles buscando una salida, y
entonces escarbé…¡Y allí había una fortuna!” Tom concluyó, “Volví con Huck, y la trajimos en una balsa. La mitad es para él, y la otra mitad para tía Polly.”
Tía Polly exclamó con lágrimas en los ojos, “¡Oh, Tom!” Pero había
algo que intrigaba al juez, y dijo, “Oye Tom, ¿Cómo pudiste volver a entrar
en la gruta? ¡Yo mandé tapiar la abertura, para que ningún otro excursionista se volviese a perder!” El rostro de Tom se volvió color ceniza. Tom exclamó, “¡T˗tapió
la entrada? ¡Oh!” Tom se acercó y dijo al juez, “¡EL INDIO! ¡EL INDIO
JOE estaba allí dentro! ¡Yo entré por detrás de la colina con Huck! Pero, no
creo que el indio conociera esa ruta.” Cuando volvieron a abrir la gruta,
encontraron al pobre hombre, que había muerto de hambre, sed, y desesperación. El
juez exclamó, “¡Oh Dios mío! Si hubiera sabido que aún había alguien aquí…” Algunos
días después, la campana de la escuela sonaba. Tom y Becky iban de la mano a la
escuela. Y mientras la viuda Douglas jalaba de los pies a Huck, quien dormía en
su tonel, diciendo, “¡Sal del barril Huckleberry! ¡Dejarás de ser un
holgazán! ¡Te pondrás estos zapatos, e iras a la escuela! ¡Me lo he jurado a mí
misma!” Tom y Becky riéron.
Tomado de, Joyas de la Literatura. Año I,
No. 10, 15 de abril de 1984. Adaptación: Remy Bastien. Guión: Dolores Plaza.
Segunda Adaptación: José Escobar.