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lunes, 18 de noviembre de 2024

Las Aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain

    Las Aventuras de Tom Sawyer, también conocida simplemente como, Tom Sawyer, es una novela de Mark Twain, publicada el 9 de junio de 1876 sobre un niño, Tom Sawyer, que crece a orillas del río Misisipi.

Está ambientada en la década de 1840 en la ciudad de San Petersburgo, que está basada en Hannibal, Missouri, donde Twain vivió cuando era niño.
    En la novela, Sawyer tiene varias aventuras, a menudo con su amigo Huckleberry Finn.
  Originalmente un fracaso comercial, el libro terminó siendo el más vendido de las obras de Twain durante su vida.
   Aunque eclipsado por su secuela de 1885, Las Aventuras de Huckleberry Finn, el libro es considerado por muchos como una obra maestra de la literatura estadounidense.
   Mark Twain afirma que es una de las primeras novelas escritas en una máquina de escribir.

Resumen

    El huérfano Tom Sawyer, vive con su tía Polly, y su medio hermano Sid, en la ciudad de San Petersburgo, Missouri, en algún momento de la década de 1840. Con frecuencia Tom Sawyer se salta las clases, para jugar o ir a nadar.

   Cuando Polly lo descubre, escabulléndose llegando a casa tarde, un viernes por la noche, y descubre que ha estado en una pelea, lo obliga a blanquear su cerca al día siguiente como castigo.

   Tom convence a varios niños del vecindario para que le intercambien pequeñas baratijas y tesoros por el, "privilegio," de hacer su trabajo, utilizando la psicología inversa para convencerlos de su naturaleza agradable. Más tarde, Tom intercambia las baratijas con los estudiantes de su clase de la escuela dominical, por boletos que se dan por memorizar versículos de las Escrituras.
   Reúne suficientes boletos para ganar una preciada Biblia del maestro, a pesar de ser uno de los peores estudiantes de la clase, y no saber casi nada de las Escrituras, lo que provoca la envidia de los estudiantes, y una mezcla de orgullo y conmoción de los adultos.

   Tom se enamora de Becky Thatcher, una chica que es nueva en la ciudad. Tom se gana la admiración de su padre, el prominente juez Thatcher, en la iglesia, al obtener la Biblia como premio, pero revela su ignorancia cuando no puede responder preguntas básicas sobre las Escrituras.
   Tom persigue a Becky, y finalmente la convence de que se,
"comprometa," besándola. Su romance pronto se derrumba, cuando ella descubre que Tom estaba, "comprometido," con otra colegiala, Amy Lawrence.

    Becky rechaza a Tom, quien acompaña a Huckleberry Finn, un niño vagabundo al que todos los demás niños admiran, a un cementerio a medianoche, para realizar un ritual destinado a curar verrugas.
    En el cementerio, presencian a tres ladrones de cadáveres, el Dr. Robinson, Muff Potter, y el Indio Joe, robando una tumba. Se desata una pelea, durante la cual, Robinson deja inconsciente a Potter, y luego es asesinado por el Indio Joe. Cuando Potter se despierta, el Indio Joe pone el arma en su mano, y le dice que mató a Robinson mientras estaba borracho.
  Tom y Huck hacen un juramento de sangre, de no contarle a nadie sobre el asesinato, por temor a que el Indio Joe se entere, y los mate por venganza. Potter es arrestado, y encarcelado a la espera de juicio, sin disputar la afirmación del Indio Joe.

   Tom se aburre de la escuela y él, su amigo/compañero de clase, Joe Harper, y Huck huyen a la Isla Jackson, en el río Mississippi, para comenzar una vida como, "piratas". Mientras disfrutan de su libertad, se dan cuenta de que la comunidad está buscando sus cuerpos en el río, ya que los chicos están desaparecidos y se presume que están muertos.
    Tom se escabulle de vuelta a casa una noche, para observar la conmoción y, después de un momento de remordimiento por el sufrimiento de sus seres queridos, concibe un plan para asistir a su propio funeral. Los tres llevan a cabo este plan, apareciendo en la iglesia en medio de su funeral conjunto, y ganándose el respeto de sus compañeros de clase por el truco.
   De vuelta en la escuela, Becky rompe una página del libro de anatomía del maestro de la escuela, después de que Tom la asusta, pero Tom recupera su admiración, al asumir la responsabilidad por el daño, y aceptar el castigo que habría sido suyo.

    Durante el juicio por asesinato de Potter, Tom rompe su juramento con Huck, y testifica para la defensa, identificando a Indio Joe como el verdadero culpable. Indio Joe huye de la sala del tribunal, antes de que puedan detenerlo; Potter es absuelto, pero Tom y Huck ahora viven con miedo por sus vidas.

Una vez que terminan las clases de verano, Tom y Huck deciden buscar un tesoro enterrado en la zona. Mientras investigan una casa abandonada, son interrumpidos por la llegada de dos hombres; uno de ellos es un español, supuestamente sordomudo, que en realidad es el indio Joe disfrazado. Él y su compañero planean enterrar un tesoro robado en la casa, pero sin darse cuenta, descubren un montón de monedas de oro mientras lo hacen. Deciden trasladarlo a un nuevo escondite, que Tom y Huck están decididos a encontrar. Una noche, Huck sigue a los hombres, que planean entrar en la casa de la rica viuda Douglas, para que el indio Joe pueda mutilarle la cara, en venganza por haber sido azotado públicamente por vagancia, un castigo dictado por su difunto esposo, un juez de paz. Huck pide ayuda, y evita el robo, pero pide que su nombre no se haga público, por miedo a las represalias del indio Joe.

Poco antes de que Huck detenga el crimen, Tom va de picnic a una cueva local, con Becky y sus compañeros de clase. Tom y Becky se pierden, y deambulan por la cueva durante días, enfrentándose al hambre y la deshidratación. Becky se deshidrata y se debilita, y la búsqueda de Tom de una salida, se vuelve más desesperada. Se encuentra con Indio Joe por casualidad, pero no lo ve. Finalmente encuentra una salida, y él y Becky son recibidos con alegría de regreso a la ciudad, donde se enteran de que han estado desaparecidos durante tres días, y viajaron cinco millas, u ocho kilómetros, desde la entrada. El juez Thatcher refuerza y ​​​​cierra con llave la puerta de entrada de la cueva. Cuando Tom se entera de ésta acción dos semanas después, se horroriza al saber que Injun Joe todavía está dentro. Dirige un grupo de hombres a la cueva, donde encuentran a Injun Joe muerto de hambreé justo dentro de la entrada.

Una semana después, después de deducir por la presencia de Injun Joe, que el oro robado debe estar escondido en la cueva, Tom lleva a Huck allí, en busca de él. Encuentran el oro, cuyo valor asciende a más de 12.000 dólares, equivalentes a 392.000 dólares en 2023, y lo invierten en su nombre. La viuda Douglas adopta a Huck, a quien le resultan dolorosas las restricciones de una vida familiar civilizada, e intenta escapar de nuevo a su vida de vagabundo. Regresa a regañadientes con la viuda, persuadido por la oferta de Tom, de formar una banda de ladrones de clase alta.

Significado

La novela tiene elementos de humor, sátira y crítica social, características que más tarde hicieron de Mark Twain, uno de los autores más importantes de la literatura estadounidense. Mark Twain describe algunos eventos autobiográficos en el libro. El escenario de la novela, San Petersburgo, se basa en el hogar de la infancia de Twain, Hannibal, cerca de St. Louis, y muchos de los lugares que aparecen en ella, son reales, y hoy en día sustentan una industria turística como resultado.

El concepto de infancia se desarrolla a través de las acciones de Tom, incluida su aventura de fuga con Joe y Huckleberry. Para ayudar a mostrar cuán traviesa y desordenada fue la infancia, The Miriam and Ira D. Wallach Division of Art, Prints and Photographs,  muestra una imagen de un niño fumando una pipa, cortando muebles, trepando por todos lados, y durmiendo. En la novela de Twain, Tom y su amigo son jóvenes cuando deciden que quieren aprender a fumar una pipa. Tom y Joe hacen esto para mostrar lo geniales que son para los otros niños.

Origen

Tom Sawyer, fue el primer intento de Twain de escribir una novela. Anteriormente, había escrito relatos autobiográficos contemporáneos (The Innocents Abroad o The New Pilgrims' Progress, Roughing It), Los Inocentes en el Extranjero, o El Nuevo Progreso de los Peregrinos, Pasando Apuros, y dos textos breves llamados, sketches, o bosquejos que parodian la literatura juvenil de la época. Se trata de, The Story of the Good Boy, y The Story of the Wicked Little Boy, o sea, La Historia del Buen Muchacho, y La Historia del Malvado Niño, que son textos satíricos de unas pocas páginas. En el primero, un niño modelo nunca es recompensado, y termina muriendo antes de poder declamar sus últimas palabras que ha preparado cuidadosamente. En el segundo relato, un niño malvado roba y miente, como Tom Sawyer, pero termina rico y exitoso. Tom aparece como una mezcla de estos niños pequeños, ya que es al mismo tiempo un bribón, y un niño dotado de cierta generosidad.

Cuando escribió Tom Sawyer, Twain ya era un autor de éxito basado en la popularidad de, The Innocents Abroad. Poseía una gran casa en Hartford, Connecticut, pero necesitaba otro éxito para mantenerse, con una esposa y dos hijas. Había colaborado en una novela con Charles Dudley Warner, The Gilded Age, publicada en 1874.

Anteriormente había escrito unas memorias inéditas de su propia vida en el Mississippi, y se había escrito con un amigo de la infancia, Will Bowen, ambos hechos que le habían evocado muchos recuerdos, y que se utilizaron como material de referencia.

Twain nombró a su personaje ficticio, en honor a un bombero de San Francisco, al que conoció en junio de 1863. El verdadero Tom Sawyer era un héroe local, famoso por rescatar a 90 pasajeros después de un naufragio. Los dos mantuvieron una relación amistosa durante la estancia de tres años de Twain, en San Francisco, a menudo bebiendo y jugando juntos.

Publicación

En noviembre de 1875, Twain entregó el manuscrito a Elisha Bliss, de la, American Publishing Company, quien lo envió a True Williams, para que lo ilustrara. Un poco más tarde, Twain también publicó rápidamente el texto en, Chatto and Windus, de Londres, en junio de 1876, pero sin ilustraciones. Las ediciones piratas aparecieron muy pronto en Canadá y Alemania. La American Publishing Company, finalmente publicó su edición en diciembre de 1876, que fue la primera edición ilustrada de Tom Sawyer.

Crítica

Un narrador en tercera persona describe las experiencias de los chicos, intercaladas con comentarios sociales ocasionales. En su secuela, Las Aventuras de Huckleberry Finn, Mark Twain cambia a una narración en primera persona. Los otros dos libros posteriores, Tom Sawyer Abroad, y Tom Sawyer, Detective, son igualmente narrados en primera persona desde la perspectiva de Huckleberry Finn.

El libro ha generado controversia por su uso del epíteto racial "nigger"; una versión expurgada despertó la indignación entre algunos críticos literarios.

El libro ha sido criticado por su representación caricaturesca de los nativos americanos, a través del personaje Indio Joe. Se lo representa como malévolo por el bien de la maldad, Twain no le permite redimirse de ninguna manera, muere una muerte lastimosa y desesperada en una cueva y, tras su muerte, es tratado como una atracción turística. Revard sugiere que los adultos en la novela culpan a la sangre india del personaje, como la causa de su maldad.

Secuelas y otras obras protagonizadas por Tom Sawyer

Las Aventuras de Huckleberry Finn (1884)

Tom Sawyer en el Extranjero (1894)

Tom Sawyer, Detective (1896)

Tom Sawyer, el personaje principal de la historia, también aparece en otras dos secuelas inacabadas: Huck y Tom Entre los Indios, y La Conspiración de Tom Sawyer. También es un personaje de la obra inacabada de Twain, Schoolhouse Hill.

Adaptaciones e Influencia

Películas y Television

Tom Sawyer (1917), dirigida por William Desmond Taylor, protagonizada por Jack Pickford como Tom.

Tom Sawyer (1930), dirigida por John Cromwell, protagonizada por Jackie Coogan como Tom.

Tom Sawyer (1936), versión de la Unión Soviética dirigida por Lazar Frenkel y Gleb Zatvornitsky.

Las aventuras de Tom Sawyer (1938), película en Technicolor del Selznick Studio, protagonizada por Tommy Kelly como Tom y dirigida por Norman Taurog; destaca la secuencia de la cueva diseñada por William Cameron Menzies.

Tom Sawyer (1956), un episodio musical de la U.S. Steel Hour, escrito por Frank Luther y protagonizado por John Sharpe como Tom y Jimmy Boyd como Huck.

Las aventuras de Tom Sawyer (1960), serie de televisión de la BBC en 7 episodios protagonizada por Fred Smith como Tom y Janina Faye como Becky. La canción principal de la serie era "John Gilbert is the Boat", cantada por Peggy Seeger.

Les aventures de Tom Sawyer (1968), miniserie de televisión rumana/francesa/alemana dirigida por Wolfgang Liebeneiner, protagonizada por Roland Demongeot como Tom y Marc Di Napoli como Huck.

Aventurile lui Tom Sawyer (1968), película rumana dirigida por Mircea Albulescu.

The New Adventures of Huckleberry Finn (1968), serie animada/de acción real de media hora producida por Hanna-Barbera Productions.

Las Aventuras de Juliancito (1969), película mexicana.

Tom Sawyer (1973), adaptación musical de Robert B. Sherman y Richard M. Sherman, con Johnny Whitaker en el papel principal, Jeff East como Huck Finn, Jodie Foster como Becky Thatcher y Celeste Holm como la tía Polly.

Tom Sawyer de Mark Twain (1973), versión televisiva patrocinada por Dr Pepper, protagonizada por Buddy Ebsen como Muff Potter y filmada en Upper Canada Village.

Páni kluci (1976), película checa dirigida por Věra Plívová-Šimková

Huckleberry Finn y sus amigos (1979), serie de televisión.

Las aventuras de Tom Sawyer (1980), serie de televisión de anime japonesa de Nippon Animation, parte del World Masterpiece Theater, emitida en Estados Unidos por HBO

Las aventuras de Tom Sawyer y Huckleberry Finn [ru] (Приключения Тома Сойера и Гекльберри Финна), 1981 Unión Soviética Versión de 3 episodios dirigida por Stanislav Govorukhin.

Rascals and Robbers: The Secret Adventures of Tom Sawyer and Huckleberry Finn (1982), una película hecha para televisión, protagonizada por Patrick Creadon como Tom y Anthony Michael Hall como Huck.

Sawyer and Finn (1983), piloto de la serie de televisión estadounidense en la que Tom Sawyer (Peter Horton) y Huck Finn (Michael Dudikoff) se reúnen por casualidad 10 años después de la historia original y buscan nuevas aventuras en el Viejo Oeste.

Tom Sawyer (1984), versión canadiense en plastilina producida por los estudios Hal Roach [cita requerida]

Wishbone (1995), el primer episodio "A Tail in Twain" tenía al personaje principal imaginándose a sí mismo como el personaje principal, y al personaje de Injun Joe se lo denominaba "Crazy Joe".

Tom and Huck (1995), protagonizada por Jonathan Taylor Thomas como Tom y Brad Renfro como Huck Finn.

Las aventuras animadas de Tom Sawyer (1998), versión canadiense, escrita por Bob Merrill y dirigida por William R. Kowalchuk Jr. Utiliza las voces de Ryan Slater, Christopher Lloyd y Kirsten Dunst.

Tom Sawyer (2000), adaptación animada que presenta a los personajes como animales antropomórficos en lugar de humanos con un elenco de voces estelares, incluidos los cantantes de country Rhett Akins, Mark Wills, Lee Ann Womack, Waylon Jennings y Hank Williams Jr., así como Betty White.

Thomas Sawyer, como un adulto joven, es un personaje de la película La liga de los hombres extraordinarios, interpretado por Shane West. Aquí, Tom es un agente del Servicio Secreto de los EE. UU. que se une a la lucha del equipo contra el profesor Moriarty.

Tom Sawyer [de] (2011), versión alemana, dirigida por Hermine Huntgeburth.

Tom Sawyer y Huckleberry Finn (2014), protagonizada por Joel Courtney como Tom y Jake T. Austin como Huck.

Band of Robbers, una película de comedia criminal estadounidense de 2015 escrita y dirigida por los hermanos Nee.

Musica

"Tom Sawyer" es una canción de la banda de rock canadiense Rush, lanzada originalmente en su álbum de 1981 Moving Pictures como su apertura.

Teatro

Entre 1932 y 1933, el filósofo alemán Theodor Adorno adaptó Las aventuras de Tom Sawyer como una ópera balada titulada Der Schatz des Indianer-Joe (El tesoro de Joe, el indio). Nunca terminó el acompañamiento musical. El libreto fue publicado por su esposa Gretel Adorno y su estudiante Rolf Tiedemann en 1979.

En 1956, los estudiantes de la Guildhall School of Music and Drama presentaron We're From Missouri, una adaptación musical de Las aventuras de Tom Sawyer, con libreto, música y letras de Tom Boyd.

En 1960, la versión musical de Tom Boyd (retitulada Tom Sawyer) se presentó profesionalmente en el Theatre Royal Stratford East de Londres, Inglaterra, y en 1961 realizó una gira por teatros provinciales de Inglaterra.

En 1981, la obra The Boys in Autumn del dramaturgo estadounidense Bernhard Sabath se estrenó en San Francisco. En la obra, Tom Sawyer y Huck Finn se reencuentran como ancianos. A pesar de las buenas críticas, la obra ha permanecido en gran parte desconocida.

En el musical de 1985 Big River de William Hauptman y Roger Miller, Tom es un personaje secundario, interpretado por John Short de 1985 a 1987.

En 2001, el musical The Adventures of Tom Sawyer, de Ken Ludwig y Don Schlitz, debutó en Broadway.

En 2015, la Casa y Museo Mark Twain seleccionó a Noah Altshuler, de 17 años (escritor de Making the Move), como dramaturgo residente de Mark Twain, para crear una adaptación moderna y metaficcional de Las aventuras de Tom Sawyer para producción regional y comercial.

Balet

Tom Sawyer: A Ballet in Three Acts se estrenó el 14 de octubre de 2011 en el Kauffman Center for the Performing Arts en Kansas City, Missouri. La partitura fue del compositor Maury Yeston, con coreografía de William Whitener, director artístico del Kansas City Ballet. Una reseña en The New York Times observó: "Es muy probable que este sea el primer ballet de tres actos completamente nuevo y completamente estadounidense: está basado en un clásico literario estadounidense, tiene una partitura original de un compositor estadounidense y fue estrenado por un coreógrafo y una compañía estadounidenses. ... Tanto la partitura como la coreografía son enérgicas, robustas, cálidas, deliberadamente ingenuas (a la vez malhumoradas e inocentes), de maneras adecuadas para Twain.

Historietas

Las aventuras de Tom Sawyer se han adaptado en formato de historieta muchas veces:

 Tom Sawyer y Huck Finn (Stoll & Edwards Co., 1925): recopilación de la tira cómica del mismo nombre de Clare Victor Dwiggins, distribuida por el McClure Syndicate a partir de 1918

Classics Illustrated #50: "Las aventuras de Tom Sawyer" (Gilberton, agosto de 1948): adaptada por Harry G. Miller y Aldo Rubano; reimpreso extensamente

Dell Junior Treasury #10: "Las aventuras de Tom Sawyer" (Dell Comics, octubre de 1957) – adaptado por Frank Thorne

Joyas Literarias Juveniles #60: "Tom Sawyer detective" (Editorial Bruguera, 1972) – adaptado por Miguel Cussó y Edmond Fernández Ripoll

Tom Sawyer (Pendulum Illustrated Classics, Pendulum Press, 1973) – adaptado por Irwin Shapiro y E. R. Cruz;reimpreso en Marvel Classics Comics #7 (1976) y en varios otros lugares

Joyas Literarias Juveniles #182: "Las aventuras de Tom Sawyer" (Editorial Bruguera, 1977) – adaptado por Juan Manuel González Cremona y Xirinius [como Jaime Juez]

Classics Illustrated #9: Las aventuras de Tom Sawyer (First Comics, mayo de 1990) – Adaptado por Mike Ploog; reimpreso en Classics Illustrated #19 (NBM, 2014)

Tom Sawyer (An All-Action Classic #2) (Sterling Publishing, 2008) – adaptado por Rad Sechrist

Classics Illustrated Deluxe #4: The Adventures of Tom Sawyer (Papercutz, 2009) – adaptado por Jean-David Morvan, Frederique Voulyze y Severine Le Fevebvre

The Adventures of Tom Sawyer (Capstone Publishers, 2007) – adaptado por Daniel Strickland

Manga Classics: The Adventures of Tom Sawyer (UDON Entertainment Manga Classics, abril de 2018) – adaptado por Crystal Silvermoon y Kuma Chan.

(Wikipedia en Ingles)

Las Aventuras de Tom Sawyer

de Mark Twain

La mayor parte de las aventuras narradas en éste libro, son reales Una o dos son experiencias mías; el resto de algunos antiguos condiscípulos. Huck Finn, está calcado de la vida real. Tom Sawyer también, aunque no de un solo individuo, sino de una combinación de varios caracteres. La novela ha sido escrita para entretenimiento de chicos y chicas; aunque también para que los adultos recuerden cuáles eran sus inquietudes sueños y pensamientos durante la niñez. Mark Twain. Hartford 1876.

En un pequeño pueblo del medio oeste norteamericano, una mujer, frente a la veranda de su casa, llamaba a gritos a alguien que evidentemente no estaba dispuesto a acudir, “¡Tom! ¡Toooom! ¡Ven enseguida!” “¡Oh, ese endiablado muchacho!” Cansada de llamar en vano, la mujer entró a su casa, diciendo, “Él nunca esta donde debe estar.” De repente, alguien de baja estatura intentó pasar velozmente rumbo a la puerta. La mujer exclamó, “¡Oh, debí imaginarlo!” Pero el niño no fue lo suficientemente rápido para escapar, y la mujer lo detuvo por el cuello de la camisa. “¡Eh! ¿Dónde crees que vas?” Cerrando la puerta, ella trató de evitar cualquier nuevo intento de huida, y dijo, “Ahora dime: ¿Qué es esto que mancha tus manos y tu cara, Tom?” El muchacho intentó sonreír, y dijo, “¡Oh! ¡Esto! ¡Je! ¡Es solo mermelada, tía!” Pero los ojos de la mujer se encendieron con como ascuas, y dijo, “¡Mermelada! Así que estabas escondido en la despensa!” La mujer levantó una vara, diciendo, “¡Te tengo dicho que no metas las manos en el pote de dulce, Tom! ¡Me has desobedecido!” Entonces, Tom señaló con su dedo, diciendo, “¡Tía Poli! ¡Mire esto detrás de usted!” Tía Polly volteó, diciendo, “¿Eh?” Cuando volvió a mirar, el pilluelo había desaparecido, y dijo, “¡Qué tonta soy! ¡Me ha burlado otra vez!” Y con un suspiro de resignación dejó la vara en su sitio, y dijo, “¡Diablo de muchacho!” Pero luego, la mujer pensó “Quiero tanto ese Tom que me duele ser dura con él! Pero mi hermana al morir, me encargó que lo educara.” Luego, Tía Polly se dijo a sí mismo, “Si le castigo, sufro, y, si lo perdono, me remuerde la conciencia porque creo que no estoy cumpliendo con mi deber de corregirlo. ¡Vaya! ¡Que Dios me ayude!” En aquellos momentos, Tom corría como una liebre. En un cruce de caminos, se detuvo abruptamente. Tom reflexionó por segundos, y pensó, “¿Iré a clase, o a pescar?” Y tomó el camino del río, pensando, “¡Hace demasiado calor!” Por la noche, durante la cena, soportó con aire cándido la escrutadora mirada de su tía. Tía Polly pensó, “Está muy callado, algo esconde.” Entonces Tía Polly dijo, “Hacía mucho calor esta tarde, ¿Verdad Tom?” Tom dijo, “¡Uf! Sí tía.” Tía Polly lo miró a los ojos, y dijo,  “Y…¿No se estuviera antojado darte, digamos, por ejemplo un bañito en el río? ¡Vamos, para refrescarte!” No era fácil atrapar a Tom Sawyer; quien conociendo las artimañas de la tía, respondió después de pensarlo un poco, “MMM…pues…sí. En realidad, no hubiera estado nada mal nadar un poco.” La tía Polly dijo, “Pero, no lo hiciste, ¿Eh? no te habrás ido de pinta otra vez…” Tom dijo, “¡Oh, no, tía! ¡Claro que no! Estuve todo el tiempo en la escuela. ¡Terminé hasta mareado de tanto estudiar!” Entonces Síd, el hermanastro de Tom, y niño modelo de la casa, intervino. “Mira Tía Polly, tiene el cuello de la camisa mojada.” Y mientras el acusado lanzaba una mirada asesina al relamido Sid, la mujer constató la humedad delatora, y dijo, “¿Qué dices a esto, sobrino?” Tom dijo, “Es que…un niño me tiró al agua, durante el recreo.” La Tía Polly dijo, “Tu pelo está húmedo.” Tom dijo, “Ese chico lanzaba agua con un balde, y yo…” Tía Polly dijo, “¡Basta ya de mentiras!” Tía Polly agregó, “Joe Harper vino a buscarte y eso me hizo sospechar que no te hubiera visto en la escuela.” Llena de energía, tía Polly le dijo, “Mañana trabajarás todo el día, como castigo.” Tom le dijo, “Pero tía…¡Es sábado!” Tía Polly le dijo, “Lo sé, y debiste haber esperado el fin de semana para tu excursión. Pero, como no lo hiciste, pintarás la barda.” Fue asi como Tom Sawyer se vio frente a una cerca, que le pareció en ese momento la más larga del mundo, con una brocha y un cubo lleno de cal. Tom exclamó, “¡Maldición! ¡Nunca terminaré!” Mientras, los otros chicos, vestidos con sus mejores galas, iban hacia la plaza. Uno de ellos le gritó, “¡Eh, Tom! ¿No vienes?” Sin responder a Joe Harper, el chico siguió pensando, con envidiable concentración. Joe se acercó y brincando la barda, dijo, “¡Tom!¿Qué te pasa?¿Estas sordo?” Tom le dijo, “¿Eh?¡Oh, perdona Joe! No te había visto.” Joe le dijo, “¿Vamos a la plaza?¡Todos los muchachos estan ya ahí!” Tom siguió trabajando y dijo, “Mmmmm, no, no puedo. Esto me parece más interesante que ir a escuchar las mismas bobadas de todos los sábados.” Joe le dijo, “Pero…¡Jugaremos a ser los bomberos de San Francisco, y les echaremos agua a las niñas!¡Ja!¡Será divertido ver como corren!” Tom dijo, “¡Me parece mas divertido pintar. ¡Jugar! Juego todos los días. Sin embargo, blanquear la cerca…¡Toda la cerca!¡Ah!¡Eso si que es glorioso! No te imaginas lo que gozo con cada pincelada…¡Ja!¡Esto si que es un juego nuevo!” Joe contemplaba a Tom dar brochazo tras brochazo, y pensó, “¡De veras parece disfrutarlo!” Hasta que Joe le dijo, “Oye Tom…¿Me dejas dar una o dos pinceladas?” Tom le dijo, “¿Estas loco?¡Por nada del mundo dejaría que otro jugara con mi brocha!” Joe sacó una manzana de su bolsa y dijo, “¡Por favor, Tom! Si me dejas, te daré esta manzana que acabo de robar del huerto de James Partner.” Tom lo pensó y exclamó, “Mmmm.” Tom continuó su tarea, y dijo, “No me interesa tu oferta. ¡Anda! Ve con los otros a la plaza y déjame disfrutar de esto yo solo.” Joe mostro un escarabajo y dijo, “Bueno, además de la manzana, te daré este escarabajo… ¿Eh? ¿Qué dices? ¿Aceptas?” Tom dio la escoba llena de pintura, y dijo, “Está bien, pero solo unos cuantos brochazos.” A continuación, Tom se sentó a degustar de la manzana. “¡Crunch!” “¡Crunch!” “¡Hazlo con cuidado!” En ese momento dos muchachos bien vestidos pasaron frente a la barda. Uno de ellos dijo, “¿Qué haces Joe? ¿Ahora trabaja los sábados?” Joe se detuvo de trabajar, y les dijo, “¡Oh, no! ¡Esto no es un trabajo! ¡Es un juego y resulta muy divertido!” Uno de los jóvenes le dijo, “¿De veras? ¿Me dejas probar?” Joe dijo, “Si quieres…pero pide permiso a Tom.” Y de esta manera Tom Sawyer astutamente logró que los niños del pueblo, trabajarán por él, y además le pagáran por hacerlo. Y mientras Tom los veía trabajar, otro niño se acercó y le dijo, “Yo también quiero pintar. ¿Aceptas cuatro tachuelas doradas?” Tom le dijo, “Seguro.” Al mediodía, la cerca había sido blanqueada, y nuestro amigo tenía numerosos tesoros en su haber. Tom revisaba las ganancias que los niños le habían dado, “Catorce moscas muertas, una rata, un gato bizco, dos escarabajos…” Tom seguía comiendo, “¡Crunch!...una pelota, un pedazo de chocolate, una linterna…¡Vaya! ¡Esto no estuvo nada mal!” Tía Polly no confiaba en él, y pensaba, “¡Ese Tom debe haberse escapado ya!” Pero cuando vio la cerca, exclamó, “¡Dios mío! ¡Está blanca como la nieve!” Tía Polly cubrió de besos a su sobrino, “¡Mua!” “¡Mua!” Y le dijo, “¿Lo ves? Cuando quieres, sabes hacer bien las cosas.” Y hasta lo premió, y le dijo, “Toma esta moneda. Ponte el traje de calle, y ve a comprar caramelos.” Tom le dijo, “¡Oh, gracias, Tía Polly!” El lunes siguientes, en el aula de la escuela, todos los alumnos recitaban la tabla de multiplicar. “Dos por Siete, catorce. Dos por ocho, dieciséis. Dos por nueve dieciocho.” Tom bostezaba, pro súbitamente, su modorra terminó. Tom pensó, “¡Caramba! ¡A esa niña nunca la había visto!” Se trataba de una linda jovencita con el rostro cubierto de pecas. Tom mirándola desde atrás, pensó, “Es el primer día que viene a la escuela. ¡Debe ser nueva en el pueblo!” Notando la interesante mirada del chico, ella se ruborizó. A la salida, Tom la alcanzó, y caminó un buen rato silenciosamente junto a ella. Cuando ella se detuvo, ante la casa más grande del pueblo, Tom preguntó, “¿Aquí vives?” Becky dijo, “¡Vaya! Creí que no tenías lengua.” Tom dijo, “Es que…pensaba. Y cuando pienso no hablo.” Cuando la niña se retiraba a entrar a su casa, Tom le dijo, “Espera, dime, ¿Cómo te llamas?” La niña dijo, “Becky Thatcher. Mi padre es el nuevo juez.” Tom exclamó enamorado, “Ah.” Amigablemente charlaron un poco más. Becky tenía que entrar, pero antes de irse…tiró como al descuido una pequeña rosa blanca. Misma que los dedos del pie desnudo de Tom, apresaron casi enseguida. Tom se quedó allí un buen rato, disfrutando de sus propios sentimientos. Mientras olía la flor, Tom pensó, “¡Oh, Amy, lo siento! ¡Ya no cortaré manzanas para ti! ¡Ahora Becky Thatcher será mi dama!” Se fue haciendo de noche, pero para un enamorado, el tiempo evidentemente no existe. Una luz se encendió en la planta baja, y Tom fue hacia ella, como un mosquito, atraído por el resplandor, pensando, “Seguramente es Becky.” Llegó con el corazón latiendo fuertemente, bajo la ventana iluminada, pensando, “¡Podré verla una vez más!” Pero de pronto, algo así como el diluvio universal cayó sobre él. Era una mujer afroamericana, que tiraba desde la ventana de arriba una cubeta de agua, diciendo, “¡Ya la ve loj polloj amita!” Y el pobre chico quedó en un momento, no sólo desilusionado, sino también empapado hasta los huesos. La mujer mulata cerro simplemente la ventana, y dijo, “¿Hacemos café para la cena, mi ama?” Ya en casa, Tom se mantuvo ceñudo, aunque había regresado a casa su simpática prima Mary, después de unas vacaciones en el campo. Una mañana mientras desayunaban en la mesa, Sid dijo a Tom, “¿Qué tienes? ¿Te comió la lengua el ratón?” Tom le dijo, “¡Bah! ¡Yo no hablo con lambiscones!” Los dedos de Sid, soltaron antes de tiempo la azucarera. y ésta cayó al suelo, haciéndose mil pedazos. Al escuchar el ruido, tía Polly acudió enseguida, diciendo, “¿Qué fue eso? ¡Oh!” Tom pensó con satisfacción, “Ahora sí será Sid, quien resulte castigado.” Pero tía Polly se dirigió furiosa a quien siempre cometía travesuras, y pellizcando la oreja de Tom, le dijo, “¡Otra vez haciendo de las tuyas, Tom! ¡Vamos, sube a tu cuarto! ¡No quiero verte más!” Tom exclamó, “P˗Pero…” Mientras Tom subia a su cuarto, Tía Polly le gritó, “¡No me repliques! ¡Estoy verdaderamente cansada de tus maldades!” Pero Mary aclaró todo, diciendo a Tía Polly, “Mamá, no ha sido Tom, sino Sid quien dejó caer la azucarera.” Tía Polly exclamó al darse cuenta de su error, “¡Oh Dios! ¡He sido injusta con mi muchachito! ¡Nunca sé cómo tratarlo! Mañana le pediré perdón.” Pero mañana sería demasiado tarde, y Tom decidió escapar de casa, y trepando por la ventana de su habitación, pensó, “Será mejor que me vaya. Tía Polly ha dicho que no me quiere ver. De todo me echa la culpa a mí…¡Estoy harto y no quiero ser una carga para nadie!” Mientras Tom caminaba de noche, llevando unas cosas envueltas en un trapo, pensó, “Desde ahora pagaré solo por el mundo. ¡Esa pobre señora descansará de mí, y yo no tendré que ir más a la escuela!” Pero alguien más deambulaba a deshoras por los caminos, era un niño quien llevaba a un gato muerto colgando, quien exclamó, “¡He Tom!” Tom le dijo, “¡Hola Huck! ¿A dónde llevas ese gato?” Aquel otro caminante nocturno, era nada menos que Huckleberry Finn, el paria número uno de la región. Huck dijo, “Al cementerio…¡Caramba! Debo apurarme, ya va a ser media noche.” Tom le preguntó “¿Vas a darle santa sepultura?” Huck le dijo, “¡NO! ¡No…! Voy a ponerlo cerca de la tumba del viejo Hosé Williams.” Tom le dijo, “Pero…¿No es ese el hombre que colgaron la semana pasada?” Huck le dijo, “Por eso mismo Tom, fue un pillo y, sin duda, su alma bajada a los infiernos.” Tom preguntó, “¿Y qué tiene que ver eso con el gato?” Huck lo miró desdeñoso, y dijo, “¡Caramba Tom! ¿No te enseñan nada en la escuela a la que vas casi todas las mañanas?” Y dijo una cosa bastante disparatada, aunque con aire docto y sabio. “Es el último procedimiento científico que se ha descubierto para curar las verrugas.” Y enseguida explicó a Tom, el inusitado procedimiento. “Para que de resultado, hay que llevar al gato muerto al cementerio. Se le deja sobre la tumba de alguien que ha sido en vida un malvado. Enseguida, acudirán los demonios, aunque tú no puedas verlos para saber que están allí, bastará con huir quejidos, y sentir un horrible escalofrío. Los demonios se llevarán el alma del difunto, y entonces tú ordenarás: ¡Gato, sigue al diablo! Y por último: ¡Verrugas, sigue al gato! Las verrugas desaparecerán enseguida. ¡No falla!” Caminaron un poco más, y Tom dijo, “Pues ya estamos en el cementerio. Ahora veremos si es verdad lo que dices.” Ambos ingresaron, Tom seguía a Huck, quien dijo, “Por aquí esta la tumba de Hoss.” Pero de pronto, Tom exclamó, “¡Shshshs. ¡Se oyen ruidos!” Huck exclamó, “¡Dios mio! ¿Será que los demonios se estan llevando al pobre viejo?” Se agazaparon tras la tumba vecina. Huck dijo, “Demonios o no, no deben vernos.” Las figuras de tres hombres se perfilaron en la oscuridad. Huck reconoció a alguien en las figuras, y dijo, “El más bajo es Muff Potter y, el que tiene la linterna es el Indio Joe.” Tom dijo, “¿Qué habrán venido a hacer aquí?” Huck dijo, “No lo sé, tal vez quieran curarse también las verrugas.” Tom dijo, “Lo dudo, están escarbando. Pero no veo bien al tercer hombre.” Los niños no se atrevieron a moverse. Huck dijo, “Será mejor que esperemos a que se vayan.” Un buen rato después, Tom exclamó, “¡Caramba! ¡Están desenterrando a Hoss Williams!” Ambos se quedaron pálidos, y un frío mortal, les invadió. Huck comenzó a sudar y dijo, “T˗Tengo m˗miedo Tom.” Tom dijo, “Yo también, Huck.” El Indio Joe y Muff Potter sacaron el féretro de la fosa. Uno de los hombres exclamó, “¡Uff! ¡Como pesa!” Indio Joe excamó, “¡Deja de quejarte y apura!” Usando un hacha Muff abrió el féretro y exclamó, “¡Ya está!” Y pusieron el cuerpo de Hoss Williams sobre unas angarillas. Muff exclamó, “¡Listo doctor!” Fue entonces que los dos chiquillos pudieron ver claramente al tercer profanador de tumbas. Tom exclamó, “¡Es el doctor Robinson!¡El médico del pueblo!” El doctor dijo, “Debemos darnos prisa. Hay que llevar el cuerpo al sótano de mi casa, donde podré diseccionarlo y estudiar su anatomía.” Potter se preparaba a continuar la tétrica tarea, pero el Indio Joe lo detuvo con un gesto, y se volvió hacia el doctor, diciendo, “Antes de seguir debe darnos cinco dólares más, Robinson.” El tercer hombre montó en cólera, y les dijo, “¿Cómo? ¿Pretende ahora esquilmarle? ¡Les pagué ya por adelantado! ¡Y no les daré un centavo más!” Muff dijo, “Entonces…el muerto se queda aquí…¡Je! ¡Tan sencillo como eso!” El doctor exclamó, “¡Canallas!” Muff amenazó, “¡Cuidado con lo que dice, Doc! ¡Ahora está en nuestras manos!” El doctor Robinson lanzó un puñetazo a Muff. Potter y el doctor rodaron por el suelo. El doctor lo tenía bajo el suelo, diciendo, “¡Maldito vago, yo te enseñaré a cumplir tratos!” Ciego de rabia, Robinson tomó la pala con la cual habían desenterrado a Hoss, diciendo, “¡Ahora verás!” Robinson le pegó en la frente con el mango de la pala. Pero de pronto, un gesto de dolor desfiguró al joven rostro del médico, y cayó desangrándose sobre el inconsciente Muff. El doctor tenía el cuchillo muellero de Potter, clavado en la espalda. La luna asomaba en ese momento, dando una horrible claridad a la escena. Indio Joe exclamó, “¡Hace tiempo que quería bajarle los humos a este doctorcito!” Y los dos niños corrían como si el mismísimo demonio los persiguiera. El Indio Joe colocó el cuchillo en la mano del inconsciente Potter, pensando, “¡Este pobre idiota cargará con la culpa del crimen!” Y el idiota, en cuestión segundos después, entre abrió los ojos, exclamando, “¡Ahhh! ¡M˗Mi cabeza!” Y al incorporarse, vio el doctor muerto sobre él. Potter exclamó, “P˗Pero…¿Q˗Qué qué ha p˗pasado aquí Joe?” Potter le quitó el cuchillo de la espalda y exclamó, “¡N˗No puede ser! ¡L˗Lo maté! ¡Dios mío!” Antes de que el Indio dijera una palabra, Potter lanzaba lejos de sí con horror su cuchillo ensangrentado. Y su compañero lo miraba con aire afectadamente preocupado. Mientras Indio Joe levantaba el cadáver, dijo, “¡Caramba Muff, ahora sí que te has metido en un lío!” Muff Potter dijo, “¡Yo nunca había matado a nadie! ¿Cómo pude haber hecho esto?” El Indio Joe le dijo, “Él te pegó, y entonces te pusiste como loco; y como tenías el cuchillo en la mano…en fin. ¿Lo mejor será que nos vayamos cuanto antes de aquí!” Aturdido como estaba por el golpe recibido en la cabeza, y la impresión de despertar y verse convertido en asesino, Potters se dejaba llevar. Mientras ambos se retiraban, Indio Joe pensó, “Encontrarán el cuchillo cerca del cadáver. Y no tardarán en saber de quién es.”  Entonces dijo a Potter, “Apura, hombre. Alguien puede venir.” Potter dijo, “Sí, sí, Joe. Quiero estar, cuanto antes, muy lejos de aquí.” Y cuando la Luna emergió de entre las nubes nuevamente, iluminó una tumba abierta, dos cadáveres, y un cuchillo ensangrentado, todo sumergido en la soledad y el silencio. Entretanto, los chicos habían llegado al pueblo, y se despedían con un juramento. Uniendo sus muñecas ensangrentadas por una herida de navaja, Huck dijo, “¡Por mi sangre que no diré nunca nadie lo que he visto!” Tom dijo, “¡Ahora somos hermanos en el secreto!” Y el pacto quedó sellado. Olvidándose de sus resentimientos y de su intento de huida, Tom regresó a casa, y durmió el resto de la noche como un bendito.  Al día siguiente, un vecino entró súbitamente con las más escandalosa noticia que se había dado en el pueblo desde su fundación, “¡Polly! ¡Polly! ¡Un crimen! ¡Ha habido un crimen! ¡Y en el cementerio!” Tom sintió que la comida se le atragantaba. El vecino dijo, “Desenterraron el cuerpo de Hoss Williams, y junto a él, estaba el doctor Robinson muerto.” Tom se atragantó, “¡Gulp!” El vecino acercó su boca al oído de Tía Polly, y dijo, “Y ya se sabe quién es el asesino.” Tía Polly exclamó, “¿Tan pronto lo descubrieron?” El vecino le dijo, “Sí, sí. El cuchillo de ese vagabundo de Muff Potter fue encontrado lleno de sangre cerca del lugar del crimen.” Tía Polly dijo, “¡Válgame el señor!” Mientras tanto, Tom se quejaba, “¡Ayy!” Tía Polly se acercó a Tom y le dijo, “¡Dios mío! ¡Tom! ¿Qué te ocurre?” Tom exclamó haciendo una mueca de dolor, “¡Mi estómago, Tía Polly! ¡Ay! ¡Ay! ¡No lo soporto!” El vecino, al ver aquello, dijo, “¡Pobre chico! No debí contar lo del crimen delante de él. Seguramente le ha impresionado.” Tía Polly dijo, “Y sí han matado al doctor Robinson, ya no tenemos médico en el pueblo. Así que tendré que darle uno de mis remedios casero tom pasó súbitamente del dolor al terror remedios caseros.” Tom pasó rápidamente del horror al terror, y pensó, “¿Remedios caseros?¡Oh, no!” A los pocos minutos, Tía Polly llegó con una bebida caliente, y dijo, “Toma esto, querido.” Tom exclamó, “Pero, sí y˗ya me siento bien, tía.” Tía Polly insistió, “¡He dicho que lo tomes! Si no, pensaré que tu malestar ha sido una falsa para no ir a la escuela.” No era fácil discutir con la Tía Polly, y Tom tuvo que tomarlo. Tía Polly exclamó, “¡Eso es! ¡Todo! ¡Todo! ¡Hasta la última gota!” El vecino se retiró, pensando, “¡Ugh! ¡Pobre muchacho!” Al juicio de Muff Potter, acudió todo el pueblo. El juez anunció, “¡Que comparezca el testigo de cargo!” Para sorpresa del propio Muff, y de Huck, y Tom, el Indio Joe declaró haber presenciado el cruel asesinato, “¡Yo mismo lo vi, señor juez! ¡Él lo mató por la espalda!” Y como era de esperarse, el juez golpeó su martillo, y dijo, “Muff Potter, en nombre del estado, te declaró culpable de profanar una tumba, y asesinar alevosamente a un hombre. ¡Tu castigo será la horca!” Aquella noche Tom Sawyer no durmió bien. Horribles imágenes lo perseguían en sueño. En medio de una pesadilla, Tom exclamaba, “¡No Muff! ¡No me lleves! ¡Diré la verdad!”  En la pesadilla, Muff lo tomaba, y le decía, “¡Chiquillo hipócrita! ¡No fuiste capaz de decir que yo era inocente! ¡Ahora quedarás aquí colgado en la horca, como yo! ¡Y, después, bajarás conmigo al infierno!” En el sueño Tom veía a Huck gritándole, “¡Tom, Tom, auxilio!” Eso, mientras Huck era perseguido por el Indio Joe. Tom despertó sobresaltado y furioso, diciendo, “¡No! ¡No lo mates!¡Oh!” Sid se despertó, exclamando, “¿Eh?” Enseguida, Sid se levantó de la cama, y yendo hasta Tom, quien ya se habia levantado, le dijo, “¿Qué te ocurre, Tom? ¿Quieres que llame a Tía Polly para que te dé otra cucharada de su remedio? Me parece que tienes fiebre.” La respuesta fue rotunda y elocuente. Tom le lanzó un puñetazo en el ojo. Enseguida, Sid c comenzó a llorar, diciendo, “¡Buu! ¡Buuuu! ¡Mira cómo me has dejado el ojo! ¡Se lo diré a Tía Polly!” Tom tomó un pañuelo y le amarró la boca con el pañuelo, diciendo, “¡No le dirás nada, gallina!” Enseguida, Tom lo amarró de los pies y las manos, y le dijo, “¡Así aprenderás a no ser chismoso!” Esa mañana, Muff Potter lloraba en su celda. “¡Ay! ¡No, yo no soy un asesino! ¡Y no quiero morir!” De pronto, Muff escuchó un ruido proveniente de afuera. “¡Pst!¡Pst! ¡Potter!” Potter exclamó, “¿Eh? ¿Quién me llama?” Muff Potter vio una manita infantil aferrada al barrote de la celda. Y luego la nariz de Tom Sawyer, quien dijo, “¡Soy yo, Muff!¡Te traigo comida!” Y un pequeño paquete fue entregado al prisionero. Potter exclamó, “¡Oh, gracias chico! ¡Tú eres el único que se ha acordado de mí! ¡Ahora todos me detestan!” Tom, quien estaba trepado arriba de la espalda de Hukc, le dijo, “Aquí está también Huck. Él te estima como yo. Y sabe…quiero decir, cree que tú no asesinaste a ese hombre.” Los ojos de Muff se humedecieron, y dijo, “¡Nunca olvidaré esto muchacho! Y cuando esté allá, en el otro mundo, rezaré por ustedes, porque sean felices y tengan todas las cosas buenas que yo no tuve.” Para entonces, Tom lloraba tanto o más que el desdichado Muff. Tom exclamó, “¡N˗No diga eso! ¡Sniff! ¡Ellos no pueden matarte!” Sin sospechar que con su desaliento hacía sentirse aún más culpable a Tom, Muff prosiguió gimoteando. “¡Oh, sí! ¡Sí que lo harán! ¡Creen que la sociedad debe vengar un crimen con la muerte del asesino! Aunque no sean capaces de reconocer la verdad, al verdadero culpable. ¿No lo ves? Se ensañan conmigo, que soy un pobre vagabundo, un ser a quien nadie le ha dado la oportunidad de ser mejor.” Las lágrimas de Tom, trepado en la espalda de Huck, caían sobre Huckleberry Finn, quien dijo, “¿Qué pasa? ¿Te estás derritiendo? ¡Uf! ¡Apura que no aguanto más!” La manita del niño y la mano del acusado se estrecharon a través de los barrotes. Muff dijo, “Adiós Tom. Se bueno muchacho, y sobre todo, trata de ser feliz.” Tom exclamó, “¡Oh Muff! Yo…” Tom no pudo resistir más, y salió corriendo, diciendo, “¡No te matarán, Muff¡ ¡No dejaré que lo hagan!” Huck solo dijo, “Y ahora…¿Qué le pasa a ese loco?” Después, Huck tardó horas en encontrar a Tom, quien meditaba en el muelle del rio. Huck dijo, “¡Vaya! ¡Debí imaginar que estabas aquí!” Aún no había rastros de llanto en las mejillas del niño. Tom dijo, “No puedo callar más Huck. Debemos decirlo todo, o un hombre morirá por nuestra causa. ¡Será como si lo hubiéramos matado!” Huck patió con rabia una inocente piedrecita, y dijo, “¡Y yo que creí que eras un sujeto duro y valiente! ¡Bah! Todos ustedes los niñitos que tienen familia, son iguales: blanduchos e incapaces de respetar un pacto!” Automáticamente Tom se puso en pie y se limpió las manos de un manotazo, y dijo, “¡Yo no soy blando! ¡Te lo demostraré!” Huck dijo, “¡Ja! ¿Y cómo me demostrarás? ¿Corriendo a decirle al juez lo que vimos? ¡Claro! Tú tienes la protección de tu tía. Así que, si escapa el Indio Joe no te podrá hacer ningún daño. Pero yo, que duermo en los barriles vacíos que la gente desecha; y como lo que encuentro por allí. Yo…que no tengo padre madre o tía que me proteja…¡Yo sí que estaré a su merced! ¡Y él se cebará conmigo! Me torturará antes de matarme, como hacen los indios. Me pondrá desnudo, y con el cuerpo cortado con todas las partes, sobre un hormiguero…hasta que me desangre…¡Ah! ¡Pero a ti solo te importa Muff!” La cara de terror de Tom era de antología, y exclamó, “N˗No había pensado en eso, Huck.” Así que Tom claudicó, y dijo, “Perdóname Huck, no hablaré, te lo prometo. ¡Nadie te hará daño! ¡Tú eres mi mejor amigo!” Transformándose de pronto en un animoso espadachín, Huck tomó una vara, y dijo a Tom, “¡Entonces en guardia! ¡Sé que tú eres el vengador negro de la flota española! ¡Así que te mataré, porque no hay lugar en el océano para dos corsarios como tú y yo!” Y con la misma facilidad para pasar de las lágrimas al terror, y del terror al juego, el vengador negro de la flota española, tomó otra vara y respondió el reto. Tom dijo, “¡Seré yo quien acabe contigo, Mano Roja!” Huck dijo, mientras peleaban, “¡Lo veremos!” Un tercer pirata se unió al combate, diciendo, “¡Eh! ¡Aquí viene el terror de los mares! ¿Cómo se atrevéis a luchar en mi ausencia, bellacos?” Pero el terror de los mares había olvidado la espada. Y cuando Tom y Huck se acercaron a él, el terror de los mares levantó las manos en señal de paz, cuando Tom dijo, “¿Eh? ¡Contra él, Mano Roja!” Huck dijo, “¡Pagará caro habernos hablado así!” El terror de los mares dijo, “¡No! ¡No! ¡Eh! ¡Esperen!” Y el terror de los mares se vio obligado a huir, seguido muy de cerca de los otros dos espadachines, quienes se habían olvidado por completo de la triste suerte que esperaba a Muff Potter. Mientras Huck y Tom lo perseguían, Tom gritó, “¡Morirás en nuestras manos, lagartija!” El Terror de los Mares gritaba, mientras huía, “¡Ya basta, Tom! ¡No más juegos!” Tom le dijo, “¡No soy Tom! ¡Soy el Vengador Negro de la flota española!” Huck gritó, “¡Y yo el pirata Mano Roja! ¡Je, Je, Je, Je!” Y así, llegó el día de la ejecución. Tía Polly, viendo desde la ventana, dijo a Sid, “¡Pobre hombre! Aunque sea un malvado, merecería un poco de compasión.” Sid preguntó, “¿Podemos ir a ver cómo lo ahorcan, tía Polly?” Tía Polly dijo, “¡Claro que no, muchacho! ¡Rezaremos desde aquí por su alma!” La soga fue colocada alrededor del cuello de Muff, que parecía resignado con su suerte, estando arriba de un caballo. Pero de pronto, un hombre que venía en una diligencia, comenzó a gritar, “¡Alto! ¡Se suspende la ejecución! ¡Hay otro testigo dispuesto a declarar, y dice que muy no ha sido el asesino!” Se celebró un nuevo juicio, al que asistió aún más lleno de curiosidad, el pueblo entero. Se trataba de Tom Sawyer, que estaba dispuesto a decir toda la verdad. Tom habló y dijo, “Otro niño que me pidió no decir su nombre y yo, habíamos ido a llevar un gato al cementerio y…” Los ojos terribles y amenazantes del Indio Joe, permanecían clavados en él. Pero Tom ni siquiera se volvió a mirarlo y continuó, “Muff fue golpeado y perdió el conocimiento, entonces un hombre apuñaló al doctor por la espalda. Ese hombre fue…¡Oh no!” Tom notó que Indio Joe se había ido. El juez preguntó, “¿Que sucede, chico?” Tom exclamó, “¡Se ha ido! ¡Él se ha ido!” El juez preguntó, “¿Quién se ha ido?” Tom dijo, “¡El Indio Joe! ¡Él es el verdadero asesino!” Se armó un gran revuelo en la sala. Un señor del publico dijo, “Estaba aquí detrás de ti, James.” James dijo, “Se escabulló como un gato.” El juez sonó su martillo y dijo, “¡Orden! ¡Silencio en la sala!” Enseguida, el juez se dirigió al acusado y dijo, “Muff Potter, queda en libertad por falta de cargos. Y formaremos brigadas para dar con el fugitivo y someterlo.” Muff corrió a abrazar a Tom, y le dijo, “¡Gracias muchacho!¡Te debo la vida!” Pero la cara de Tom estaba pálida, como la de un muerto, y pensó, “¡La venganza del Indio Joe recaerá sobre mí! ¡Y será horrible!” Esa noche, en la habitación de los sobrinos de Polly, se oyeron unos extraños maullidos por la ventana, fuera de la casa: “¡MIAU!¡MIAU!” Tom no había podido dormir, y saltó de la cama, pensando, “¡Es la señal de Huck!” Tom tomó unas despensas y salio de la casa. Huck dijo cuando lo vio, “¡Vaya! ¡Creí que no bajarías nunca! ¿Tráelas vituallas?” Tom dijo, “Una pierna entera de jamón.” En eso un tercer muchacho llegaba, diciendo, “¿Quién va? ¡Digan el santo y seña!” Tom y Huck pegaron sus muñecas y exclamaron, “¡Sangre!” El tercer muchacho dijo, “Bueno amigos, aquí está la balsa. Traje galletas y un pedazo de tocino.” Una vez todo a bordo, la balsa se apartó lentamente de la orilla. Tom dijo, “¡Seremos los más fieros piratas que haya habido nunca en el Mississippi!” El tercer joven dijo, “Ha sido una gran idea la de convertirnos en bucaneros, Tom.” Tom los reunió y dijo, “Pues ahora solo viviremos para buscar tesoros, bañarnos en el río, y usar nuestras espadas… ¡Ja! ¡Nada de escuelas ni zapatos, ni regaños! ¡Somos dueños de nuestro propio destino!” Atracaron en una isleta cercana. Huck dijo, “Por lo pronto acamparemos aquí.” El tercer joven dijo, “¿Y la balsa?” Tom dijo, “Déjala a la deriva, Joe. No la necesitaremos. Vamos a construir un Bagel, para navegar por los mares.” Huck dijo, “¿Un que?” Tom dijo, “Un bajel es un barco con velas, cañones, tripulación y todo.” Encendieron una fogata, y desayunaron poco antes del amanecer. Mientras engullían, Joe dijo, “MMM…¡Nunca me había sabido tan rico un pedazo de jamón!” Tom dijo, “Es el sabor de la libertad, amigo.” Los primeros rayos del sol, los encontraron dormidos. Los dos días siguientes, fueron de risas, juegos, comidas al aire libre, y chapoteos. Entre tanto, la tía Polly lloraba desconsolada, “¡Mi pequeño y dulce niño!” Su vecino la consolaba, diciendo, “Lo siento querida, la búsqueda ha terminado. Es seguro que los tres chicos se ahogaron en río.” Tía Polly pensó, “¡No puede ser! ¡Tiene que estar vivo!” Mientras en la isla, Joe Harper fue el primero en sucumbir, y exclamó, “¡Extraño mi casa, Tom!” Tom le dijo, “Pero, ¿Qué clase de blanducho pirata eres? ¡Ahora te quedarás aquí de guardia, mientras Huck y yo exploramos!” Ambos amigos se internaron en la isla. Tom dijo, “Estoy seguro de que en alguna parte de esta isla, hay un tesoro.” Huck dijo, “¿Lo crees Tom? Pues comencemos a buscarlo.” Huck se detubo, y dijo, “Espera, hay que encontrar una señal. Los piratas que entierran tesoros, siempre dejan una.” Atardecía ya cuando Tom y Huck creyeron escuchar voces. Huck exclamó, “¿Quién será?” Se arrebujaron en el hoyo que habían cavado. Y sintieron que sus jóvenes y arrojados corazones, dejaban de latir, al reconocer una de las voces. Huck dijo, “¡Dios mío!¡Es él Tom!¡Estamos perdidos!” En efecto, era el Indio Joe, acompañando a un desconocido, cuya cara, no era precisamente agradable de ver. Indio Joe dijo, “Creo que debemos llevarnos el dinero a un lugar más seguro, Peter.” Y ante los ojos maravillados de los chicos, el indio destapó una caja de whisky, que contenía gran cantidad de monedas de oro y joyas. Indio Joe dijo, “Lo mejor será dejarlo en nuestro escondite número dos, ¿No crees?” Peter dijo, “Sí Joe, así podremos disponer de él, cuando decidamos partir después de la venganza, ¿Eh?” Cuando los dos sujetos se alejaron, Huck y Tom se miraron perplejos. Huck dijo, “¿Lo viste Tom? Tenías mucha razón. ¡Hay un tesoro!” Tom dijo, “¡Si Huck! Pero ellos hablaron también de una venganza. ¡El Indio Joe quiere matarme!” Regresaron a la orilla, y encontraron a, “El Terror de los Mares,” triste y desanimado, diciendo, “¡Mi mamá debe estar preocupada por mí! ¡Snif! ¡No debí haber hecho esto! ¡Snif!”  Al día siguiente era domingo, y celebraban en el templo los oficios funerarios de los tres niños desaparecidos. En una de las bancas dentro de la iglesia, el vecino de tía Polly decía en voz baja a otro de los presentes, “Se dragó el río en busca de los cuerpos y nada.” El hombre le contestó también en voz baja, “Seguramente la corriente los arrastró ¡Infelices Creaturas!” Tía Polly y la señora Harper lloraban a dúo, “¡Era un muchacho tan bueno mi Tom!” “Mi Joe hubiera sido por lo menos abogado!” Al salir de la iglesia, la gente se quedó paralizada por la sorpresa. A la distancia, todos vieron venir a los tres jóvenes. Uno de los feligreses que salía de la iglesia, dijo, “¡No puede ser!” Otro de los feligreses dijo, “¡Son ellos! ¡Allí están, Tom, Hunk, y Joe!” Aquel fue un día de fiesta para toda la población. El vecino de la ti Polly, levantó en brazos a Huck, y exclamó, “¡Yupiii! ¡Huckleberry Finn, nunca me he habías parecido tan apuesto y simpático!” Por su parte, tía Polly tomaba a Tom, diciendo, “¡Tom!¿Cómo pudiste hacerme esto?¡Sufrí tanto creyéndote muerto!” La señora Harper abrazó a Joe, diciendo, “Serás abogado, ¿Verdad Joe? ¿Verdad que lo serás?” Joe dijo, “S˗sí, sí mamá. Lo que tú digas.” Por algún tiempo, los chicos se portaron más o menos bien. Tom volvió a cortejar a Becky Thatcher. Un día, ella le dijo, “¿De veras te gustaría ser pirata?” Tom dijo, “Pues…” Ella le dijo, “Porque yo cuando sea grande, me casaré con un médico, y le ayudaré a curar a la gente.” Tom le dijo, “¡Ah bueno! Entonces… ¡Seré médico, Beck!” Por su parte, Joe estudiaba más que nunca. Mientras Joe leía sus libros, su madre le dijo, “Tienes que ser el mejor abogado de la unión americana, Joe. Solo así te perdonaré lo que me has hecho padecer con tu escapatoria.” Joe dijo, “S˗sí mamá.” Y Huck volvió a vagabundear por los callejones, en busca de cosas para comer, y barriles vacíos donde dormir. Y frecuentemente se encontraba por allí a un viejo amigo vagabundo. Un día, mientras Huck buscaba un barril donde quedarse, exclamó, “¡Oh perdona Muff! No creí que estuviera ocupado el barril.” Muff le dijo, “Te daré lugar muchacho, y te convidare del bizcocho que me ha regalado la viuda Douglas.” Como era tradicional por aquella época del año, se organizó una excursión a las grutas cercanas del pueblo. Tom dijo a Becky, “¿Vendrás con nosotros, Becky?” Ella le dijo, “Claro que sí, Tom. Yo no conozco esas cuevas. Dicen que son enormes y peligrosas.” Tom le dijo, “Pues no te apartes de mí, y así no te perderás.” El día indicado solo un niño permanecía en el pueblo. Era Huck, quien pensaba, “¡Bah! Como no asistió a la escuela, ni tengo padres, ese estirado maestro no ha querido llevarme a la excursión. Pero, yo iré solo a las grutas el día que me plazca.” El barco lleno de escolares, algunas damas solteras, y el maestro Jones, zarpaba en ese momento. Dos horas después, distribuidos en grupos, y cada uno con una vela encendida, penetraban en la gruta. Becky exclamó, “¡Oh! ¡Está muy oscura!” Tom le dijo, “¡No tengas miedo, Becky. ¡Yo te protegeré!” Entonces Huck salía de la casa de la viuda Douglas, con un gran pedazo de pastel. Huck dijo, “G˗gracias por todo, señora.” La viuda Douglas dijo, “¡Vuelve por aquí, pequeño! ¡Te daré una taza de chocolate y bizcochos!” La viuda Douglas pensó, “¡Pobrecito!¡Huérfano y condenado a la soledad! La gente del pueblo debería tratarlo mejor.” Huck no tardó en encontrar un barril, y pensó, “¡Hum! Aquí comeré tranquilo, y luego dormiré una siesta.” Durmió hasta la noche. Y, de pronto, una voz muy desconocida lo despertó. “¡Ha llegado la hora de mi venganza!” Eran el Indio Joe, y el hombre de la cicatriz. Indio Joe dijo, “El juez Douglas me mantuvo casi siempre en la cárcel mientras vivió; y ahora, ¡Su viuda me las pagará!” Huck pudo ver claramente, cómo un cuchillo brillaba en la oscuridad. Indio Joe dijo, “La mataré lentamente, muy lentamente.” Huck arrastrándose para no hacer el menor ruido salió de la otra abertura del tonel. Indio Joe dijo, “¡Esperemos a que apague las luces!” El de cicatriz en la cara dijo, “Después de cumplir su venganza, nos iremos de aquí con el tesoro, ¿Verdad Joe?” Indio Joe dijo, “¡Claro! ¡Claro que sí? Prometí que si me ayudabas, te daría la mitad, y lo haré.” En ese momento, Tom grababa algo en la pared de la gruta, era la frase, “Tom y Becky,” encerrada en un corazón. Tom dijo, “Ya está.” Becky le dijo, “¡Oh Tom Sawyer! ¡Eres un tonto!” De pronto, algo pasó volando rápidamente por encima de la cabeza de Becky, quien exclamó, “¡Ay!” Tom, llevando su vela para alumbrarse, la tomó de la mano y le dijo, “¡Ven!¡Son murciélagos!” Los dos niños se refugiaron en un corredor lateral, y esperaron allí a que la bandada de murciélagos pasará. Becky dijo, “¡Son horribles!” Tom le dijo, “¡Menos mal que no apagaron también mi vela!” Tom, continuando tomado la de la mano, avanzó diciendo, “Creo que ya podemos continuar.” Becky le dijo, “¿Estás seguro de que era por aquí, Tom? Creo que nos hemos apartado mucho de los demás.” Huckleberry Finn llamaba entretanto a una puerta con verdadera desesperación, “¡ABRAN! ¡POR FAVOR!¡ABRAN PRONTO!” Y el Galés, el vecino de la viuda abrió, dijo, “HUCK! ¿Qué quieres a estas horas, muchacho?” Huck le dijo, “LA VIUDA! ¡VAN A MATARLA!” El galés y sus dos hijos entraron en enseguida en casa de la viuda, estando los tres armados con sus rifles. El galés dijo, “¡Tengan cuidado, muchachos! ¡Ese Indio puede estar en cualquier parte!” La señora Douglas se despertó, y bajó las escaleras con un candelabro. Y sin entender nada, dijo, “¡Qué ocurrió allá abajo? ¿Que es todo ese estruendo?” Alcanzaron a ver cómo una sombra trepaba ágilmente la escalera. El galés gritó, “CUIDADO MARIAN!” Y los tres rifles hicieron fuego a la vez. Un hombre rodó escaleras abajo.  Y los tres se acercaron enseguida para saber quién era. El galés lo acomodó boca arriba con su pie, y exclamó, “¡Caramba! Es Peter Smith, el traficante de caballos” Por una ventana, Joe el Indio salía de casa y pasaba corriendo sin hacer el menor ruido como un gato por el traspatio. Solo Huck que había vuelto a su tonel, creyendo que allí estaba más seguro, lo vio, y exclamó, “¡Oh no! ¡Se ha escapado otra vez!” En la gruta, Becky lloraba mortalmente asustada. “¡BU! ¡BUUUU!” ¡Nos hemos extraviado! ¡Moriremos en este horrible lugar antes de que alguien nos encuentre!” Y el barco de vapor tocaba nuevamente su sirena para anunciar el regreso. El galés entretanto explicaba a la viuda Douglas quién le había salvado la vida. La viuda dijo, “¡Oh, siempre dije que ese Huck tenía buen corazón!” Mientras tanto, Huck dormía extenuado, y Tom buscaba desesperadamente una señal que le indicara la salida de aquellas enormes grutas. Mirando una luz a la distancia, Tom pensó, “¡Allá hay una luz!” Dejando a Becky junto a un arroyuelo subterráneo, decidió investigar. Tom dijo a Becky, “No te muevas de aquí. Bebe agua para calmar el hambre, y toma esta galleta.” Tratando de no dejarse llevar por el terror, se internó en el túnel al fondo del cual había visto antes una luz. Tom pensó, “Ni siquiera sé cuánto tiempo llevamos aquí. Tal vez el barco haya partido.” Ésta vez había tomado la precaución de atar el cabo de una cuerda de cometa a una roca, para encontrar el camino de regreso, a donde estaba su compañera. Tom volvió a ver la luz, y pensó, “Allá está…¡Ojalá sea la vela de alguien del pueblo!” Corrió dando gritos. “¡EH!¡AQUÍ!¡SOY TOM SAWYER!¡ESTOY PERDIDO!” Pero de pronto, una enorme figura y terrorífica se plantó ante él con una vela en la mano. Tom exclamó, “¡Oh!” En unos instantes, mil imágenes terribles pasaron por la mente del niño que se acurrucó, como un animalito que va a ser devorado, en un hueco del muro. Cuando volvió a abrir los ojos, Tom creyó que estaba soñando. ¡El Indio Joe pasaba de largo como si no lo hubiera visto! Indio Joe se fue, pensando, “¡Bah! ¡Lo que me faltaba! ¡Uno de estos chiquillos latosos!” Y como una flecha, Tom volvió al lado de Becky, quien le dijo, “¿Has encontrado a alguien, Tom?” Tom se turbó y dijo, “¿Alguien? ¡Oh, no, no! A nadie Becky.” Pasaron una noche y una mañana, antes de que la ausencia de los dos niños fuera notada. La tía Polly tuvo que ir a la casa de la viuda Douglas a preguntar por Tom. “Perdone señora Douglas, ¿No está aquí Tom?” La viuda Douglas le dijo, “¡Oh, no, querida Polly! Los chicos suelen venir y quedarse aquí, después de una excursión, para tomar chocolates y pastel. Pero esta vez, no han venido.” La viuda agregó, “Eso mismo lo explicaba la señora Thatcher, que vino a buscar a su hija.” Cada vez la situación se volvía más alarmante. Los niños y los que asistieron comenzaron a dar algunas pistas, a la señora Tatcher y la tía Polly. “Yo vi a Tom y a Becky avanzar hacia la parte no explorada de la gruta.” “El maestro advirtió a Tom que si se apartaban del grupo, se perderían.” “¡Oh, ese muchacho otra vez hizo de las suyas!” Para entonces se habían formado brigadas que regresarían en lanchones a las grutas. Antes de partir, uno de los hombres de la brigada dijo, “No se preocupen, señoras. ¡Los encontraremos!” El juez Thatcher se unió a la búsqueda, y al despedirse de su esposa, le dijo, “Ten calma, Margaret, traeré a Becky. ¡Y veré que no vuelva a suceder otro accidente así en estas malditas grutas!” Mientras tanto, dentro de la gruta, las velas estaban a punto de extinguirse, y las esperanzas de los niños también. Tom dijo, “Nos hemos comido mi última galleta, Becky. Ahora sólo nos queda rezar.” Becky exclamó, “¡Oh, Tom! ¡Abrázame muy fuerte!” El único que no se había enterado de lo que sucedía era Huck, quien pescaba en el rio, arriba de la rama de un árbol, pensando, “¡HUUMM!...¡Nada como un buen baño de pies, un pescado en el fuego! ¡Después de comer, buscaré un barril para echar una siestecita!” Y en efecto poco después dormía profundamente, en el basurero, dentro de un tonel. Pero despertó sobresaltado, al sentir que la gente corría de un lado a otro. “¡LOS HAN ENCONTRADO!¡LOS NIÑOS HAN APARECIDOS!”  Becky y Tom habían sido hallados tres días después de su extravío por unos pastores. Dos hombres llevaban en sus hombros a los niños perdidos. Uno de ellos dijo, “No pudimos traerlos antes, señor, porque estaban muy débiles. Les dimos de comer y dejamos que descansáran un poco.” La señora Thatcher abrazó a Becky, quien dijo, “Papá ¡Tom se portó como un héroe! Encontró una salida tras esa colina, y me obligó a caminar hacia allí.” Tras horas y horas de oscuridad, el Sol hirió por fin de nuevo los ojos de Tom Sawyer. Tom exclamó, “¡Becky, es el cielo!” Bajaron por la colina y encontraron a un pastor. Tom gritó, “¡A˗AUXILIO!¡ESTUVIMOS PERDIDOS! ¡OH! ¡NO HEMOS COMIDO EN AÑOS!” Tía Polly y la señora Thatcher lloraron aún más. Tía Polly abrazó a Tom y le dijo, “¡Oh Tom! ¡Sniff! ¡No hay remedio! ¡Vas a matarme de un disgusto, hijo!” Huck sonrió divertido, y dijo, “¡Vaya si era el Vengador Negro de la Flota Española, quien se había perdido.” Pasaron algunos días y todo volvió aparentemente a la normalidad, hasta que…los niños se reunieron nuevamente en el rio. Tom llegóóa la orilla del rio y dijo a Huck, quien estaba ya arriba de la balsa, “ “¡Huck! ¿Estás listo?” Huck le dijo, portando una vara como si fiera su espada, “Mano Rosa está siempre listo, capitán.” Ambos siguieron la corriente del rio en la balsa. Por lo visto, aquellos chicos no se cansaban nunca de jugar a los piratas. Y esa noche, en casa de la viuda, se cocinaba un gran pastel. Tía Polly dijo, mientras la viuda sacaba un gran pastel del horno, “¡Está delicioso, Marian! ¡Será una grata sorpresa para los chicos!” Tom apareció lleno de barro, y algo más tarde que de costumbre. Tom dijo, “¡Oh, lo siento Tía Polly! Es que te tengo una sorpresa…” Tía Polly dijo a Tom, “Vamos pronto a casa de la viuda Douglas. Los Thatcher ya están allí. ¡Y también Huckleberry Finn deberá asistir!” Tom dijo, “¿Huck? ¡Caramba! Pues, entonces debo ir por él.” Cuando todos se hubieron reunido, el juez Thatcher habló primero. “Tom Sawyer, pulsar bar la vida de mi hija, quiero ofrecerte desde ahora todo el dinero que sea necesario, para que mediante el estudio, llegues a ser en el futuro un hombre importante.” Enseguida, la viuda Douglas dijo, “Huckleberry Finn, serás desde ahora como mi hijo. Me encargaré de tu educación, y haré de ti un buen ciudadano.” Y aunque no estaba en el programa, Tom habló al final dejando asombrados a todos. “Gracias, juez Thatcher. Gracias, señora Douglas. Resulta que Huckleberry y yo somos muy ricos ahora.” Y Tom dejó caer sobre la mesa, una gran cantidad de joyas y monedas de oro, ante el asombro de todos los presentes. Aprovechando que los allí reunidos, se habían quedado mudos por la sorpresa, explicó: “Hallé una cruz y una marca en el suelo, dentro de la gruta. Y pensé ‘¡El número dos! ¡El Indio Joe se refería a este lugar!’ Cuando Becky y yo nos perdimos en la cueva, exploré los túneles buscando una salida, y entonces escarbé…¡Y allí había una fortuna!” Tom concluyó, “Volví con Huck y la trajimos en una balsa. La mitad es para él, y la otra mitad para tía Polly.” Tía Polly exclamó con lágrimas en los ojos, “¡Oh, Tom!” Pero había algo que intrigaba al juez, y dijo, “Oye Tom, ¿Cómo pudiste volver a entrar en la gruta? ¡Yo mandé tapiar la abertura para que ningún otro excursionista volviste a perder!” El rostro de Tom se volvió color ceniza. Tom exclamó, “¡T˗tapió la entrada? ¡Oh!” Tom se acercó y dijo al juez, “¡EL INDIO! ¡EL INDIO JOE estaba allí dentro! ¡Yo entré por detrás de la colina con Huck! Pero, no creo que el indio conociera esa ruta.” Cuando se volvieron a abrir la gruta, encontraron al pobre hombre, que había muerto de hambre, sed, y desesperación. El juez exclamó, “¡Oh Dios mío! Si hubiera sabido que aún había alguien aquí…” Algunos días después, la campana de la escuela sonaba. Tom y Becky iban de la mano a la escuela. Y mientras la viuda Douglas jalaba de los pies a Huck, quien dormía en su tonel, diciendo, “¡Sal del barril Huckleberry! ¡Dejarás de ser un holgazán! ¡Te pondrás estos zapatos, e iras a la escuela! ¡Me lo he jurado a mí misma!” Tom y Becky rieron.

Tomado de, Joyas de la Literatrura. Año I, No. 10, 15 de abril de 1984. Adaptación: Remy Bastien. Guión: Dolores Plaza. Segunda Adaptación: José Escobar.

domingo, 27 de octubre de 2024

Margaret Alice Murray

   Margaret Alice Murray, nació el 13 de julio de 1863, y murió el 13 de noviembre de 1963, a la edad de 100 años. Margaret Alice Murray fue una egiptóloga, arqueóloga, antropóloga, historiadora y folclorista angloindia.

  Fue la primera mujer nombrada profesora de arqueología en el Reino Unido. Trabajó en el, University College London (UCL) de 1898 a 1935. Fue presidenta de la, Folklore Society, de 1953 a 1955, y publicó ampliamente a lo largo de su carrera.

    Nacida en Calcuta, India británica, en el seno de una familia inglesa de clase media adinerada, Murray dividió su juventud entre India, Gran Bretaña, y Alemania, formándose como enfermera y trabajadora social.
  En 1894, se trasladó a Londres, y comenzó a estudiar egiptología en la University College London, donde entabló amistad con el director del departamento, Flinders Petrie, que la alentó a realizar sus primeras publicaciones académicas, y la nombró profesora adjunta en 1898.
   En 1902-03, Murray participó en las excavaciones de Petrie, en Abydos, Egipto, donde descubrió el templo de Osireion y, en la temporada siguiente, investigó el cementerio de Saqqara, lo que le permitió consolidar su reputación en egiptología.
   Murray complementó su salario en la University College London, dando clases y conferencias públicas en el Museo Británico, y el Museo de Manchester...
...y en 1908, dirigió en éste último museo el desenvolvimiento de Khnum-nakht, una de las momias recuperadas de la Tumba de los Dos Hermanos, la primera vez que una mujer había desenvuelto públicamente una momia.
   Reconociendo que la egiptomanía británica reflejaba la existencia de un interés público generalizado por el Antiguo Egipto, Murray escribió varios libros sobre egiptología, dirigidos a un público general.

    Murray también se involucró estrechamente en el movimiento feminista de la Primera Ola, uniéndose a la, Unión Social y Política de Mujeres, y dedicando mucho tiempo a mejorar la condición de la mujer en la University College London.
   Incapaz de regresar a Egipto debido a la Primera Guerra Mundial, Murray centró su investigación, en la, Teoria del Culto a las Brujas, la hipótesis de que los juicios por brujería de la cristiandad moderna temprana, fueron un intento de extinguir una religión pagana precristiana sobreviviente, dedicada a un dios con cuernos.
   Aunque más tarde fue desacreditada académicamente, la teoría ganó una amplia atención, y demostró tener una influencia significativa en el nuevo movimiento religioso emergente de la WICCA.
   De 1921 a 1931,  Murray realizó excavaciones en sitios prehistóricos en Malta y Menorca, y desarrolló su interés por la folclorística.
   En 1927, se le concedió un doctorado honorario, fue nombrada profesora adjunta en 1928, y se retiró de la University College London, en 1935. Ese año visitó Palestina para ayudar a Petrie, en la excavación de Tall al-Ajjul, y en 1937, dirigió una pequeña excavación en Petra, Jordania.
  Más tarde, Murray asumió la presidencia de la, Folklore Society, y dio conferencias en instituciones como la, Universidad de Cambridge, y el, City Literary Institute, y continuó publicando de manera independiente hasta su muerte.

   El trabajo de Murray en egiptología y arqueología, fue ampliamente aclamado, y le valió el apodo de, "La gran anciana de la egiptología", aunque después de su muerte muchas de sus contribuciones en el campo, se vieron eclipsadas por las de Petrie.
   Por el contrario, el trabajo de Murray en folclorística e historia de la brujería, ha sido desacreditado académicamente, y sus métodos en estas áreas, han sido duramente criticados.
   La influencia de su, Teoría del Culto a las Brujas, tanto en la religión como en la literatura, ha sido examinada por diversos estudiosos, y ella misma ha sido apodada la, "Abuela de la WICCA".

Primeros Años

Juventud 1863-1893

   Margaret Murray nació el 13 de julio de 1863 en Calcuta, la presidencia de Bengala, entonces una importante ciudad militar y capital de la India británica. Vivía en la ciudad con su familia: sus padres, James y Margaret Murray, una hermana mayor llamada Mary, y su abuela y bisabuela paternas.

  James Murray, nacido en la India de ascendencia inglesa, fue un hombre de negocios y gerente de las fábricas de papel de Serampore, que fue elegido tres veces como, Presidente de la Cámara de Comercio de Calcuta.
  Su esposa, Margaret, de soltera Carr, se había mudado a la India desde Gran Bretaña, en 1857, para trabajar como misionera, predicando el cristianismo, y educando a las mujeres hindúes. Continuó con este trabajo después de casarse con James, y dar a luz a sus dos hijas.

   Aunque la mayor parte de su vida transcurrió en la zona europea de Calcuta, que estaba amurallada de los sectores hindúes de la ciudad, Murray conoció a miembros de la sociedad hindú, a través del empleo de diez sirvientes hindúes, por parte de su familia, y durante las vacaciones de su infancia en Mussoorie.
   La historiadora, Amara Thornton, ha sugerido que la infancia hindú de Murray, continuó ejerciendo una influencia sobre ella a lo largo de su vida, expresando la opinión de que Murray podía ser vista como alguien que tenía una identidad transnacional híbrida, que era tanto británica como hindú.
   Durante su infancia, Murray nunca recibió una educación formal, y en su vida posterior expresó orgullo por el hecho de que nunca había tenido que presentarse a un examen, antes de ingresar a la universidad.

    En 1870, Margaret y su hermana Mary fueron enviadas a Gran Bretaña, y se mudaron con su tío John, un vicario, y su esposa Harriet en su casa en Lambourn, Berkshire. Aunque John les proporcionó una educación fuertemente cristiana, y una creencia en la inferioridad de las mujeres, ambas cosas que ella rechazaría, John despertó el interés de Murray por la arqueología, la llevarla a ver monumentos locales.
   En 1873, la madre de las niñas llegó a Europa, y las llevó con ella a Bonn, en Alemania, donde ambas aprendieron a hablar alemán con fluidez. En 1875 regresaron a Calcuta, donde permanecieron hasta 1877.
   Luego se mudaron con sus padres de regreso a Inglaterra, donde se establecieron en Sydenham, al sur de Londres. Allí, pasaron mucho tiempo visitando el, Crystal Palace, mientras su padre trabajaba en la oficina de su empresa en Londres.

   En 1880, regresaron a Calcuta, donde Margaret permaneció durante los siguientes siete años. Se convirtió en enfermera en el, Hospital General de Calcuta, que estaba dirigido por las Hermanas de la Hermandad Anglicana de Clower, y allí participó en los intentos del hospital de lidiar con un brote de cólera.
  En 1881, a los 18 años,
Margaret escuchó acerca de James Murray (sin relación) y su "llamamiento general a los angloparlantes de todo el mundo para que leyeran sus libros locales y le enviaran palabras y citas" para que las pudiera ingresar al, Oxford English Dictionary.
  Murray tenía la costumbre de subir un libro al tejado, para tomar el aire fresco de las primeras horas de la mañana. Margaret Murray junto con William L'Isle, comenzó con la edición del, Tratado Sajón Sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento, del autor Aelfric, del que Margareth envió 300 entradas a James Murray.
   Continuó como voluntaria hasta 1888, enviando un total de 5.000 entradas en tiras de papel de 4" x 6", como le exigía James Murray.

  En 1887, Margareth Murray regresó a Inglaterra, y se mudó a Rugby, Warwickshire, donde se había mudado su tío John, ahora viudo. Aquí empezó a trabajar como trabajadora social para tratar con personas desfavorecidas de la zona. 
   Cuando su padre se jubiló y se mudó a Inglaterra, ella se mudó a su casa en Bushey Heath, Hertfordshire, y vivió con él hasta su muerte en 1891. 
   En 1893 viajó a Madrás, Tamil Nadu, donde se había mudado su hermana con su nuevo marido.

Primeros Años en el University College de Londres: 1894-1905

   Animada por su madre y su hermana, Margareth Murray decidió matricularse en el recién inaugurado departamento de Egiptología del, University College London (UCL) en Bloomsbury, en el centro de Londres.

  El departamento, fundado con una donación de Amelia Edwards, una de las cofundadoras del, Egypt Exploration Fund (EEF), estaba dirigido por el pionero arqueólogo Sir William Flinders Petrie y tenía su sede en la Biblioteca Edwards del Claustro Sur del University College London.
   Margareth Murray comenzó sus estudios en el University College London a los 30 años en enero de 1894, como parte de una clase compuesta principalmente por otras mujeres y hombres mayores. Allí, tomó cursos de egipcio antiguo y copto, que fueron impartidos por Francis Llewellyn Griffith, y Walter Ewing Crum, respectivamente.

   Murray pronto conoció a Petrie, convirtiéndose en su copista e ilustradora, y produciendo los dibujos para el informe publicado sobre sus excavaciones en Qift, Koptos. A su vez, Petrie la ayudó y la alentó a escribir su primer trabajo de investigación, "El Origen de la Propiedad en los Primeros Períodos de la Historia Egipcia", que se publicó en las, Actas de la Sociedad de Arqueología Bíblica, en 1895.
   Al convertirse en la asistente de facto, aunque no oficial, de Petrie, Murray comenzó a dar algunas de las lecciones de lingüística en ausencia de Griffith. En 1898 fue designada para el puesto de profesora adjunta, responsable de enseñar los cursos de lingüística, en el departamento de egiptología; esto la convirtió en la primera profesora de arqueología en el Reino Unido.
  En esta capacidad, pasaba dos días a la semana en la University College London, dedicando los otros días, a cuidar de su madre enferma. Con el tiempo, Murray llegó a impartir cursos sobre historia, religión y lengua del Antiguo Egipto.

  Entre los estudiantes de Murray, a quienes ella llamaba, "la pandilla", había varios que luego realizaron contribuciones notables a la egiptología, entre ellos, Reginald Engelbach, Georgina Aitken, Guy Brunton, y Myrtle Broome.
   Complementó su salario en la University College London, dando clases nocturnas de egiptología en el Museo Británico.

   En ese momento, Murray no tenía experiencia en arqueología de campo, por lo que durante la temporada de campo, de 1902-03 viajó a Egipto para unirse a las excavaciones de Petrie, en, Abydos.
   Petrie y su esposa, Hilda Petrie, habían estado excavando en el sitio desde 1899, después de haber asumido la investigación arqueológica del erudito copto francés, Émile Amélineau.
  Murray se unió al principio como enfermera del sitio, pero posteriormente, Petrie le enseñó a excavar, y le dio un puesto de alto nivel.

    Esto provocó algunos problemas con algunos de los excavadores masculinos, a quienes no les gustaba la idea de recibir órdenes de una mujer. Esta experiencia, junto con las discusiones con otras excavadoras, algunas de las cuales eran activas en el movimiento feminista, llevaron a Murray a adoptar puntos de vista abiertamente feministas.
    Mientras excavaba en, Abydos, Murray descubrió el Osireion, un templo dedicado al dios Osiris que había sido construido por orden del faraón Seti I, durante el período del Imperio Nuevo.
   En 1904, Murray publicó su informe de campo titulado, The Osireion at Abydos; en él, examinó las inscripciones que se habían descubierto en el lugar, para discernir el propósito y el uso del edificio.

   Durante la temporada de campo de 1903-04, Murray regresó a Egipto y, siguiendo instrucciones de Petrie, comenzó sus investigaciones en el cementerio de Saqqara, cerca de El Cairo, que databa del período del Imperio Antiguo.
   Murray no tenía permiso legal para excavar el sitio y, en su lugar, dedicó su tiempo a transcribir las inscripciones de diez de las tumbas que habían sido excavadas, durante la década de 1860 por Auguste Mariette.
   Publicó sus hallazgos en 1905 con el título, Saqqara Mastabas I, aunque no publicaría traducciones de las inscripciones, hasta 1937 con el título, Saqqara Mastabas II. Tanto el, Osireion de Abidos, como las, Mastabas I de Saqqara, resultaron ser muy influyentes en la comunidad egiptológica, y Petrie reconoció la contribución de Murray a su propia carrera.

El Feminismo, la Primera Guerra Mundial y el Folclore: 1905-1920

Al regresar a Londres, Murray asumió un papel activo en el movimiento feminista, trabajando como voluntaria, y donando dinero a la causa, y participando en manifestaciones, protestas y marchas feministas.

    Se unió a la, Unión Social y Política de Mujeres, y estuvo presente en grandes marchas como la, Marcha del Barro, de 1907 y la, Procesión de la Coronación de las Mujeres, de junio de 1911.
Ocultó la militancia de sus acciones para conservar la imagen de respetabilidad dentro del mundo académico.
   Murray también amplió los límites profesionales para las mujeres a lo largo de su propia carrera, y fue mentora de otras mujeres en arqueología y en el mundo académico. Como las mujeres no podían usar la sala común de hombres, hizo campaña con éxito para que la, University College London, abriera una sala común para mujeres, y más tarde se aseguró de que se convirtiera una sala más grande y mejor equipada para ese propósito; más tarde se rebautizó como, Sala Margaret Murray.
   En la, University College London, Murray se hizo amiga de su colega profesora, Winifred Smith, y juntas hicieron campaña para mejorar el estatus y el reconocimiento de las mujeres en la universidad, y Murray se enojó especialmente con el personal femenino, que tenía miedo de molestar u ofender al, establishment, universitario masculino, con sus demandas.
   Creyendo que los estudiantes debían recibir almuerzos nutritivos pero asequibles, durante muchos años formó parte del, Comité del Refectorio de la University College London. Murray asumió un papel administrativo no oficial dentro del, Departamento de Egiptología, y fue en gran medida responsable de la introducción de un certificado formal en arqueología egipcia en 1910.

   Varios museos de todo el Reino Unido, invitaron a Murray a asesorarlos sobre sus colecciones egiptológicas, lo que resultó en que catalogára los artefactos egipcios propiedad del, Museo Nacional de Dublín, el, Museo Nacional de Antigüedades de Edimburgo, y la, Sociedad de Anticuarios de Escocia, siendo elegida Murray miembro de ésta última en agradecimiento.
   Petrie había establecido conexiones con el ala egiptológica del, Museo de Manchester en Manchester, y fue allí donde se habían alojado muchos de sus hallazgos. Murray viajaba a menudo al museo para catalogar estos objetos, y durante el año escolar 1906-07, daba conferencias allí regularmente.

   En 1907, Petrie excavó la, Tumba de los Dos Hermanos, un entierro del Reino Medio de dos sacerdotes egipcios, Nakht-ankh y Khnum-nakht, y se decidió que Murray llevaría a cabo el desenvolvimiento público del cuerpo momificado de este último.
   Tuvo lugar en el museo, en mayo de 1908, lo cual representó la primera vez que una mujer dirigía el desenvolvimiento público de una momia, y asistieron más de 500 espectadores, atrayendo la atención de la prensa. Murray estaba particularmente interesada en enfatizar la importancia que tendría el desenvolvimiento para la comprensión académica del Reino Medio, y sus prácticas funerarias, y arremetió contra los miembros del público, que lo vieron como inmoral;
  Ella declaró que, "cada vestigio de restos antiguos, debe ser cuidadosamente estudiado y registrado sin sentimentalismo y sin temor al clamor de los ignorantes". Posteriormente publicó un libro sobre su análisis de los dos cuerpos, La Tumba de los Dos Hermanos, que siguió siendo una publicación clave sobre las prácticas de momificación del Reino Medio hasta el siglo XXI.

   Murray se dedicó a la educación pública, con la esperanza de infundir en la egiptomanía, una sólida erudición sobre el Antiguo Egipto, y con este fin escribió una serie de libros dirigidos a un público general. En 1905, Murray publicó, Gramática Egipcia Elemental, a la que siguió en 1911, Gramática Copta (sahídica) Elemental.
   En 1913, publicó, Leyendas del antiguo Egipto, para la serie, "La Sabiduría de Oriente," de John Murray.
    Murray estaba particularmente complacida con el creciente interés público en la egiptología, que siguió al descubrimiento de Howard Carter de la tumba del faraón Tutankamón, en 1922.
  Desde al menos 1911, hasta su muerte, en 1940, Murray fue amiga íntima del antropólogo Charles Gabriel Seligman, de la, London School of Economics, y juntos fueron coautores de una variedad de artículos sobre egiptología, dirigidos a un público antropológico.
  Muchos de ellos trataban temas que las revistas egiptológicas no publicaban, como el signo "Sa" para el útero, y por ello se publicaron en la revista, Man, la revista del, Real Instituto Antropológico.
  Fue por recomendación de Seligman que la invitaron a convertirse en miembro del Instituto en 1916.

   En 1914, Petrie lanzó la revista académica, Ancient Egypt, publicada a través de su propia, Escuela Británica de Arqueología en Egipto, (BSAE), que tenía su sede en la, University College London. Dado que a menudo Murray estaba fuera de Londres excavando en Egipto, Murray tuvo que trabajar como editora de facto de la revista, la mayor parte del tiempo.
   También publicó muchos artículos de investigación en la revista, y fue autora de muchas de sus reseñas de libros, en particular, de las publicaciones en alemán, que Petrie no podía leer.

   El estallido de la, Primera Guerra Mundial, en 1914, en la que el Reino Unido entró en guerra contra Alemania y el Imperio Otomano, significó que Petrie y otros miembros del personal, no pudieron regresar a Egipto para las excavaciones.
   En cambio, Petrie y Murray pasaron gran parte del tiempo reorganizando las colecciones de artefactos que habían obtenido en las últimas décadas.
   Para ayudar al esfuerzo bélico de Gran Bretaña, Murray se inscribió como enfermera voluntaria en el Destacamento Aéreo Voluntario de la, Sociedad de la Unión de Mujeres Universitarias, y durante varias semanas estuvo destinada en Saint-Malo, en Francia.

   Después de enfermarse, Murray fue enviada a recuperarse a Glastonbury, Somerset, donde se interesó en la, Abadía de Glastonbury, y el folclore que la rodeaba, que la conectaba con la figura legendaria del Rey Arturo, y con la idea de que el Santo Grial había sido llevado allí por José de Aramea.
   Siguiendo éste interés, publicó el artículo, "Elementos Egipcios en el Romance del Grial," en la revista, Ancient Egypt, aunque pocos estuvieron de acuerdo con sus conclusiones, y fue criticada por hacer saltos sin fundamento con evidencia, por parte de personas como Jessie Weston.

Vida Posterior

El Culto a las Brujas, Malta y Menorca: 1921-1935

   El interés de Murray por el folclore, la llevó a interesarse por los juicios de brujas de la Europa Moderna Temprana.

   En 1917, publicó un artículo en, Folklore, la revista de la, Folklore Society, en el que articuló por primera vez su versión de la teoría del culto a las brujas, argumentando que las brujas perseguidas en la historia europea...
...eran en realidad seguidoras de, "una religión definida con creencias, rituales, y organización tan altamente desarrollados, como los de cualquier culto en última instancia". A esto le siguieron artículos sobre el tema en las revistas, Man y, Scottish Historical Review.
   Articuló estos puntos de vista con más detalle, en su libro de 1921, The Witch-Cult in Western Europe, publicado por, Oxford University Press, después de recibir una revisión positiva de colega, de Henry Balfour, y que recibió tanto críticas como apoyo en el momento de su publicación.
   Muchas revisiones en revistas académicas fueron críticas, y los historiadores afirmaron que Murray había distorsionado y malinterpretado los registros contemporáneos que estaba utilizando, pero el libro, no obstante, fue influyente.

   Cuando de repente me di cuenta de que el llamado, Diablo, era simplemente un hombre disfrazado, me sobresalté, casi me alarmé, por la forma en que los hechos registrados encajaban y demostraban que las brujas, eran miembros de una forma de religión antigua y primitiva, y que los archivos habían sido realizados por miembros de una forma nueva y perseguidora.

Margaret Murray, 1963

   Como resultado de su trabajo en este campo, Murray fue invitada a proporcionar la entrada sobre, "brujería," para la decimocuarta edición de la, Encyclopædia Britannica, en 1929. Murray aprovechó la oportunidad para propagar su propia teoría del culto a las brujas, sin mencionar las teorías alternativas propuestas por otros académicos.
   Su entrada se incluiría en la enciclopedia hasta 1969, volviéndose fácilmente accesible al público, y fue por esta razón que sus ideas sobre el tema, tuvieron un impacto tan significativo. Murray recibió una recepción particularmente entusiasta, por parte de ocultistas como
Dion Fortune,
Lewis Spence,
Ralph Shirley, y
J. W. Brodie Innes, quizás porque sus afirmaciones sobre una antigua sociedad secreta, coincidían con afirmaciones similares comunes entre varios grupos ocultistas. Murray se unió a la, Folklore Society, en febrero de 1927, y fue elegida para el consejo de la sociedad un mes después, aunque se retiró en 1929. 
   Murray reiteró su teoría del culto a las brujas en su libro de 1933, El Dios de las Brujas, que estaba dirigido a un público más amplio y no académico. En este libro, eliminó o suavizó lo que consideraba los aspectos más desagradables del culto a las brujas, como el sacrificio de animales y niños, y comenzó a describir la religión en términos más positivos como, "la vieja religión".

    En la University College London, Murray fue ascendida a profesora en 1921, y a profesora titular, en 1922. De 1921 a 1927, Murray dirigió excavaciones arqueológicas en Malta, asistida por Edith Guest, y Gertrude Caton Thompson.
  Excavó los monumentos megalíticos de la Edad de Bronce de, Santa Sofía, Santa Maria tal-Bakkari, Għar Dalam y, Borġ in-Nadur, todos ellos amenazados por la construcción de un nuevo aeródromo.
   En esto, Murray recibió financiación del, Fondo Conmemorativo Percy Sladen. El informe de excavación en tres volúmenes que Murray escribió, llegó a ser considerado una publicación importante en el campo de la arqueología maltesa.
   Durante las excavaciones, Murray se interesó por el folclore de la isla, lo que dio como resultado la publicación, en 1932, de su libro, Maltese Folktales, gran parte del cual era una traducción de historias anteriores recopiladas por Manuel Magri, y su amiga Liza Galea.
   En 1932, Murray regresó a Malta para ayudar en la catalogación de la colección de cerámica de la Edad de Bronce que se conservaba en el, Museo de Malta, lo que dio como resultado otra publicación, Corpus of the Bronze Age Pottery of Malta.

    A raíz de su trabajo en Malta, Louis Clarke, conservador del, Museo de Etnología y Antropología de Cambridge, la invitó a dirigir excavaciones en la isla de Menorca, entre 1930 y 1931.
  Con la ayuda de Edith Guest, Murray excavó los yacimientos talayóticos de, Trepucó, y, Sa Torreta de Tramuntana, lo que dio lugar a la publicación de, Cambridge Excavations in Minorca.
   Murray también siguió publicando obras sobre egiptología para un público general, como, Egyptian Sculpture (1930) y Egyptian Temples (1931), que recibieron críticas en gran medida positivas.
   En el verano de 1925, Murray dirigió un equipo de voluntarios para excavar, Homestead Moat, en Whomerle Wood, cerca de Stevenage, Hertfordshire; Murray no publicó un informe de excavación, y no mencionó el evento en su autobiografía, por lo que sus motivos para llevar a cabo la excavación, siguen sin estar claros.

   En 1924, la University College London promovió a Murray al puesto de profesora asistente, y, en 1927, se le otorgó un doctorado honorario por su carrera en egiptología. Ese año, Murray recibió la tarea de guiar a, María de Teck, la reina consorte britanica, por el departamento de egiptología durante la visita de esta última a la University College London.
    Las presiones de la actividad académica de enseñanza de Murray, se habían aliviado en este punto, lo que le permitió a Murray, pasar más tiempo viajando internacionalmente; en 1920 regresó a Egipto, y en 1929 visitó Sudáfrica, donde asistió a la reunión de la, Asociación Británica para el Avance de la Ciencia, cuyo tema era la prehistoria del sur de África.
  A principios de la década de 1930, Murray viajó a la Unión Soviética, donde visitó museos en Leningrado, Moscú, Járkov y Kiev, y luego, a fines de 1935, Murray emprendió una gira de conferencias por Noruega, Suecia, Finlandia y Estonia.

   Aunque había alcanzado la edad legal de jubilación, en 1927, y, por lo tanto, no se le podía ofrecer otro contrato de cinco años, Murray fue nombrada nuevamente anualmente hasta 1935. En este punto, se retiró, expresando la opinión de que estaba contenta de dejar la University College London, por razones que no aclaró.
  En 1933, Petrie se había retirado de la, University College London y se había mudado a Jerusalén en el Mandato Británico de Palestina con su esposa; por lo tanto, Murray asumió el cargo de editor de la revista Ancient Egypt, rebautizándola, Ancient Egypt and the East para reflejar su creciente interés en la investigación de las sociedades antiguas que rodeaban e interactuaban con Egipto.
  La revista cerró en 1935, tal vez debido a la jubilación de Murray.
   Luego, Murray pasó algún tiempo en Jerusalén, donde ayudó a los Petrie en su excavación en, Tall al-Ajjul, un montículo de la Edad de Bronce al sur de Gaza.

Petra, Cambridge y Londres: 1935-1953

  Durante el viaje de Murray a Palestina, en 1935, aprovechó la oportunidad para visitar Petra, en la vecina Jordania. Intrigada por el lugar, en marzo y abril de 1937, Murray regresó para realizar una pequeña excavación en varias cuevas del lugar, y posteriormente escribió un informe de excavación, y una guía sobre Petra.

   De regreso en Inglaterra, de 1934 a 1940, Murray colaboró ​​en la catalogación de antigüedades egipcias en el, Girton College, Cambridge, y también dio conferencias sobre egiptología en la universidad, hasta 1942.
   Su interés por el folclore en general continuó, y escribió la introducción a, Lincolshire Folklore, de Ethel Rudkin, en la que analizaba la superioridad de las mujeres como folcloristas respecto de los hombres.

   Durante la Segunda Guerra Mundial, Murray evadió el bombardeo de Londres, mudándose a Cambridge, donde se presentó como voluntaria para un grupo, probablemente el, Army Bureau of Current Affairs o, The British Way and Purpose, que educaba al personal militar para prepararlos para la vida de posguerra.
   Con base en la ciudad, Murray se embarcó en una investigación sobre la historia moderna temprana de la ciudad, examinando documentos almacenados en las iglesias parroquiales locales, Downing College y la Catedral de Ely; nunca publicó sus hallazgos. En 1945, Murray se involucró brevemente en el caso de asesinato, "¿Quién puso a Bella en Wych Elm?".

   Después de que terminó la guerra, Murray regresó a Londres, y se instaló en una habitación en, Endsleigh Street, que estaba cerca del University College London, y el Institute of Archaeology (entonces una institución independiente, ahora parte del UCL); Murray continuó su participación en el primero, e hizo uso de la biblioteca del segundo.
   La mayoría de los días, Murray visitaba el, Museo Británico para consultar su biblioteca, y dos veces por semana, impartía clases de educación para adultos sobre la historia y la religión del Antiguo Egipto en el, City Literary Institute; tras jubilarse de este puesto, nombró a su antigua alumna, Veronica Seton-Williams, para reemplazarla.

     El interés de Murray por popularizar la egiptología entre el público en general continuó; en 1949 publicó, Ancient Egyptian Religious Poetry, su segundo trabajo para la serie, "The Wisdom of the East" de John Murray. Ese año también publicó, The Splendour That Was Egypt, en el que recopiló muchas de sus conferencias en la University College London.
    El libro adoptó una perspectiva difusionista, que argumentaba que Egipto, influyó en la sociedad grecorromana y, por lo tanto, en la sociedad occidental moderna.
   Esto fue visto como un compromiso entre la creencia de Petrie de que otras sociedades influyeron en el surgimiento de la civilización egipcia, y la visión altamente hiperdifusionista, poco ortodoxa, y muy criticada de, Grafton Elliot Smith, de que Egipto era la fuente de toda la civilización global. El libro recibió una recepción mixta de la comunidad arqueológica.

Últimos Años: 1953-1963

   En 1953, Murray fue designada presidenta de la, Folklore Society, tras la dimisión del expresidente Allan Gomme. La Sociedad había contactado inicialmente con John Mavrogordato, para el puesto, pero él había declinado, y Murray aceptó la nominación varios meses después. Murray permaneció como presidenta durante dos mandatos, hasta 1955.

   En su discurso presidencial de 1954, "Inglaterra como Campo para la Investigación del Folclore", Murray lamentó lo que veía como el desinterés del pueblo inglés en su propio folclore, en favor del de otras naciones. Para el número de otoño de 1961 de, Folklore, la sociedad publicó un homenaje a Murray para conmemorar su 98 cumpleaños.
    El número contenía contribuciones de varios académicos que le rindieron homenaje, con artículos que trataban sobre arqueología, hadas, símbolos religiosos del Cercano Oriente, canciones populares griegas, pero notablemente no sobre brujería, posiblemente porque ningún otro folclorista, estaba dispuesto a defender su teoría del culto a las brujas.

   En mayo de 1957, Murray había defendido las polémicas afirmaciones del arqueólogo, T. C. Lethbridge, de que había descubierto tres figuras de tiza precristianas en,
   Wandlebury Hill, en las colinas de Gog Magog, Cambridgeshire. En privado, expresó su preocupación por la realidad de las figuras. Posteriormente, Lethbridge escribió un libro,  en el que defendía la teoría de Murray del culto a las brujas, en el que buscaba los orígenes del culto, en la cultura precristiana. En 1960, Murray donó su colección de documentos, que incluía correspondencia con una amplia gama de personas de todo el país, al Archivo de la Sociedad de Folklore, donde ahora se la conoce como, "la Colección Murray".

    Fuí a la fiesta de su centenario, donde se sentó en el trono, no hay otra palabra para describirlo, rodeada de familiares y amigos. Una prima lejana, lo que nosotros llamaríamos una señora mayor de ochenta años, traía saludos de parientes aún más lejanos de Australia y de repente olvidó, como le sucede a mucha gente que tiene la mitad de su edad y un tercio de la de Ma Murray, un nombre.
"Qué estúpida soy, prima Margaret", dijo, "qué estúpida, es ese nombre que se me ha ido de la cabeza". Ma Murray fijó sus ojos en esta anciana, veinte años menor que ella, ojos fríos en los que el sentimiento parecía extinguirse en la neutralidad de la eternida, y dijo con gentileza y amabilidad: "No es estupidez, querida. No es estupidez: sólo pereza mental".

Glyn Daniel, 1964

    Murray, que padecía artritis, se había mudado a una casa en North Finchley, al norte de Londres, donde la cuidaba una pareja de jubilados que eran enfermeras capacitadas; desde allí, ocasionalmente tomaba taxis hasta el centro de Londres, para visitar la biblioteca de la University College London. En medio de su mala salud, en 1962 Murray se mudó al Queen Victoria Memorial Hospital, Welwyn, Hertfordshire, donde podía recibir atención las 24 horas; vivió aquí durante los últimos 18 meses de su vida.
   Para celebrar su centenario, el 13 de julio de 1963, un grupo de sus amigos, antiguos alumnos, y médicos, se reunieron para una fiesta en la cercana Ayot St. Lawrence. Dos días después, su médico la llevó a la University College London para una segunda fiesta de cumpleaños, a la que asistieron nuevamente muchos de sus amigos, colegas, y antiguos alumnos; fue la última vez que visitó la universidad.
   En Man, la revista del, Royal Anthropological Institute, se señaló que Murray era, "la única miembro del Instituto que [llegó a su centenario] en memoria viva, si no en toda su historia".
   Ese año  Murray publicó dos libros; uno fue, The Genesis of Religion, en el que argumentó que las primeras deidades de la humanidad, habían sido diosas, en lugar de dioses masculinos.
   El segundo fue su autobiografía, My First Hundred Years, que recibió críticas predominantemente positivas. Murray murió el 13 de noviembre de 1963, y su cuerpo fue incinerado.

La Hipótesis de Murray Sobre el Culto a las Brujas

   Las folcloristas posteriores, Caroline Oates, y Juliette Wood, han sugerido que Murray era más conocida por su teoría del culto a las brujas, y la biógrafa Margaret S. Drower, expresó la opinión de que fue su trabajo sobre este tema, el que, "quizás más que cualquier otro, la hizo conocida al público en general".

   Se ha afirmado que el de Murray, fue el, "primer estudio feminista de los juicios de brujas", además de ser el primero en haber, "empoderado a las brujas," al darles a las acusadas, en su mayoría mujeres, tanto libre albedrío como una voz distinta a la de sus interrogadores.
  La teoría era errónea, en parte porque toda su formación académica era en egiptología, sin conocimientos previos de historia europea, pero también porque exhibió una, "tendencia a generalizar descontroladamente sobre la base de evidencia muy endeble".

   Sin embargo, Oates y Wood, notaron que las interpretaciones de Murray de la evidencia, encajaban dentro de perspectivas más amplias sobre el pasado que existían en ese momento, afirmando que, "Murray no estaba aislada en su método de leer los orígenes rituales antiguos en mitos posteriores."
  En particular, su enfoque estuvo influenciado por el trabajo del antropólogo, James Frazer, quien había defendido la existencia de un mito omnipresente de un dios que muere y resucita, y también estuvo influenciada por los enfoques interpretativos de E. O. James, Karl Pearson, Herbert Fleure y Harold Peake.

Argumento

   En, The Witch-Cult in Western Europe, Murray afirmó que había restringido su investigación a Gran Bretaña, aunque recurrió a fuentes de Francia, Flandes y Nueva Inglaterra. Trazó una división entre lo que denominó, "Brujería Operativa", que se refería a la realización de hechizos y encantamientos con cualquier propósito, y "Brujería Ritual", con la que se refería a, "la antigua religión de Europa occidental", una fe basada en la fertilidad que también denominó, "el culto diánico".

   Murray afirmó que el culto, "muy probablemente," alguna vez había estado dedicado a la adoración de una deidad masculina, y una "Diosa Madre", pero que, "en el momento en que se registra el culto, la adoración de la deidad masculina parece haber reemplazado a la de la femenina".
   En su argumento, Murray afirmó que la figura a la que se hace referencia como el Diablo, en los relatos de los juicios, era el dios de las brujas, "manifestado y encarnado", a quien las brujas ofrecían sus oraciones. Murray afirmó que en las reuniones de brujas, el dios era personificado, generalmente por un hombre o, a veces, por una mujer o un animal; cuando un humano personificaba a esta entidad, Murray afirmó que generalmente iban vestidos de manera sencilla, aunque aparecían con el traje completo para los aquelarres de las brujas.

    Los miembros se unían al culto ya sea como niños o adultos a través de lo que Murray llamó, "ceremonias de admisión"; Murray afirmó que los solicitantes tenían que aceptar unirse por su propia voluntad, y comprometerse a dedicarse al servicio de su deidad.
   También afirmó que en algunos casos, estos individuos tenían que firmar un pacto, o eran bautizados en la fe. Al mismo tiempo, afirmó que la religión se transmitía en gran medida de forma hereditaria. Murray describió la religión como dividida en aquelarres que contenían trece miembros, liderados por un oficial del aquelarre que a menudo era llamado el, "Diablo" en los relatos de los juicios, pero que era responsable ante un, "Gran Maestro".
  Según Murray, los registros del aquelarre se guardaban en un libro secreto, y el aquelarre también disciplinaba a sus miembros, hasta el punto de ejecutar a aquellos considerados traidores.

   Describiendo este culto de brujas como, "una religión alegre", afirmó que los dos festivales principales que celebraba eran la víspera de mayo y la víspera de noviembre, aunque otras fechas de observación religiosa eran, el 1 de febrero, y el 1 de agosto, los solsticios de invierno y verano, y la Pascua.
   Afirmó que la, "Reunión General de todos los miembros de la religión," se conocía como Sabbaths, mientras que las reuniones rituales más privadas se conocían como, Esbats. Los Esbats, afirmó Murray, eran ritos nocturnos que comenzaban a medianoche, y eran, "principalmente para negocios, mientras que el Sabbath era puramente religioso".
  En el primero, se realizaban ritos mágicos con fines tanto malévolos como benévolos. Afirmó que las ceremonias del Sabbat implicaban que las brujas rindieran homenaje a la deidad, renovando sus, "votos de fidelidad y obediencia," hacia él, y proporcionándole relatos de todas las acciones mágicas que habían llevado a cabo desde el Sabbat anterior.
  Una vez concluido este asunto, se realizaban las admisiones al culto o los matrimonios, se llevaban a cabo ceremonias y ritos de fertilidad, y luego el Sabbat finalizaba con banquetes y bailes.

   Las reacciones extremadamente positivas y negativas a el libro, The Witch-Cult in Western Europe, así como su legado en la religión y la literatura, se registran como respuestas a su forma y contenido fantásticos y, especialmente, a su implicación de una historia alternativa, centrada en la mujer, de la religión occidental. Al menos una reseña contemporánea, le devuelve la sugerencia de Murray de una continuidad entre las brujas premodernas y las mujeres contemporáneas en un ataque ad hominem.

Mimi Winick, 2015

   Considerando que la brujería ritual era, "un culto a la fertilidad", afirmó que muchos de sus ritos estaban diseñados para asegurar la fertilidad y la lluvia.
  Murray afirmó que había cuatro tipos de sacrificios realizados por las brujas: el sacrificio de sangre, en el que el neófito escribe su nombre con sangre; el sacrificio de animales; el sacrificio de un niño no cristiano, para obtener poderes mágicos; y el sacrificio del dios de las brujas mediante el fuego, para asegurar la fertilidad.
  Interpretó los relatos de brujas que cambiaban de forma a varios animales, como representativos de un rito en el que las brujas se vestían como animales específicos que consideraban sagrados.
  Afirmó que los relatos de familiares se basaban en el uso de animales por parte de las brujas, que dividió en, "familiares adivinatorios" utilizados en la adivinación y, "familiares domésticos" utilizados en otros ritos mágicos.

   Murray afirmó que una religión precristiana basada en la fertilidad, había sobrevivido al proceso de cristianización en Gran Bretaña, aunque llegó a ser, "practicada solo en ciertos lugares, y entre ciertas clases de la comunidad".

  Ella creía que las historias folclóricas de hadas en Gran Bretaña, se basaban en una raza superviviente de enanos, que continuaron viviendo en la isla hasta el período moderno temprano.
  Afirmó que esta raza seguía la misma religión pagana que las brujas, lo que explica la conexión folclórica entre las dos.
   En los apéndices del libro, también afirmó que Juana de Arco y Gilles de Rais eran miembros del culto de las brujas y fueron ejecutados por ello, una afirmación que ha sido refutada por los historiadores, especialmente en el caso de Juana de Arco.

   El historiador posterior, Ronald Hutton, comentó que, The Witch-Cult in Western Europe, “se basaba en una pequeña cantidad de investigación de archivo, con un uso extensivo de registros de juicios impresos en ediciones del siglo XIX, además de panfletos y obras de demonología, de principios de la era moderna".
    También señaló que el tono del libro era en general, "seco y clínico, y cada afirmación estaba meticulosamente anotada a pie de página con una fuente, con abundantes citas". No fue un éxito de ventas; en sus primeros treinta años, solo se vendieron 2020 copias.
   Sin embargo, llevó a muchas personas a tratar a Murray como una autoridad en el tema; en 1929, fue invitada a proporcionar la entrada sobre, "Brujería" para la Encyclopædia Britannica, y la utilizó para presentar su interpretación del tema como si fuera universalmente aceptada en la erudición.
   Permaneció en la enciclopedia hasta que fue reemplazada en 1969.

   Murray siguió a, The Witch-Cult in Western Europe, con, The God of the Witches, publicado por la editorial popular, Sampson Low en 1931; aunque similar en contenido, a diferencia de su volumen anterior, estaba dirigido a un público de mercado masivo.
   El tono del libro, también difería fuertemente de su predecesor, conteniendo, "lenguaje emocionalmente inflado y coloreado con fraseología religiosa," y refiriéndose repetidamente al culto de las brujas, como, "la vieja religión".
  En este libro, Murray también, "recortó o suavizó," muchas de las afirmaciones hechas en su volumen anterior, que habrían pintado al culto, bajo una mala luz, como aquellas que discutían sobre sexo, y el sacrificio de animales y niños.

  En este libro, Murray comenzó a referirse a la deidad de las brujas como el Dios Cornudo, y afirmó que era una entidad que había sido adorada en Europa, desde el Paleolítico. Murray afirmó además, que en la Edad del Bronce, el culto a la deidad se podía encontrar en toda Europa, Asia y partes de África, y afirmó que la representación de varias figuras con cuernos de estas sociedades, lo demostraba.
    Entre las pruebas citadas se encontraban las figuras con cuernos encontradas en, Mohenjo-Daro, que a menudo se interpretan como representaciones de Pashupati, así como las deidades, Osiris y Amón, en Egipto, y el Minotauro de la Creta minoica.
   Dentro de la Europa continental, Murray afirmó que el Dios con cuernos, estaba representado por Pan, en Grecia, Cernunnos en la Galia, y en varias tallas rupestres escandinavas. Afirmando que esta divinidad había sido declarada el Diablo por las autoridades cristianas, Murray afirmó sin embargo, que su culto fue testificado en sociedades oficialmente cristianas hasta el período moderno, citando prácticas folclóricas como el, Dorset Ooser, y la, Feria de Puck, como evidencia de su veneración.

  En 1954, Murray publicó, The Divine King in England, en el que amplió en gran medida la teoría, tomando influencia de, The Golden Bough, de Frazer, un libro antropológico que afirmaba que las sociedades de todo el mundo, sacrificaban a sus reyes a las deidades de la naturaleza.
   En su libro, Murray afirmó que ésta práctica había continuado en la Inglaterra medieval y que, por ejemplo, la muerte de Guillermo II, fue en realidad un sacrificio ritual. Ningún académico tomó en serio el libro, y fue ignorado por muchos de sus partidarios.

Recepción Académica

Apoyo Temprano

   Tras su publicación inicial, la tesis de Murray obtuvo una recepción favorable por parte de muchos lectores, incluidos algunos académicos importantes, aunque ninguno de ellos era experto en los juicios de brujas.

   Los historiadores de la Gran Bretaña moderna temprana, como George Norman Clark, y Christopher Hill, incorporaron sus teorías en su trabajo, aunque este último posteriormente se distanció de la teoría.

   Para la reimpresión de 1961 de, The Witch-Cult in Western Europe, el historiador medieval, Steven Runciman, proporcionó un prólogo en el que aceptaba que algunos de los, "detalles menores," de Murray, pueden estar abiertos a la crítica, pero en el que, por lo demás, apoyaba su tesis.
   Las teorías de Murray, fueron recapituladas por Arno Runeberg, en su libro de 1947, Witches, Demons and Fertility Magic, así como por Pennethorne Hughes, en su libro de 1952, Witches.
  Como resultado, el historiador canadiense Elliot Rose, escribiendo en 1962, afirmó que las interpretaciones de Murray sobre los juicios de brujas, "parecen tener, en el momento de escribir, una influencia casi indiscutible en los niveles intelectuales más altos", siendo ampliamente aceptadas entre, "la gente educada".

   Rose sugirió que la razón por la que la teoría de Murray obtuvo tanto apoyo, fue en parte debido a sus, "imponentes credenciales" como miembro del personal de la, University College London, una posición que le dio a su teoría una mayor legitimidad a los ojos de muchos lectores.
  Rose sugirió además que la visión de
Murray, era atractiva para muchos, ya que confirmaba, "la imagen general de la Europa precristiana con la que estaría familiarizado un lector de Frazer o [Robert] Graves".
   De manera similar, Hutton sugirió que la causa de la popularidad de la teoría de
Murray, era que, "apelaba a muchos de los impulsos emocionales de la época", incluyendo, "la noción de la campiña inglesa, como un lugar atemporal lleno de secretos antiguos", la popularidad literaria de Pan, la creencia generalizada de que la mayoría de los británicos habían seguido siendo paganos mucho después del proceso de cristianización, y la idea de que las costumbres populares representaban supervivencias paganas.
  Al mismo tiempo, sugirió Hutton, parecía más plausible para muchos, la idea racionalista previamente dominante de que los juicios de brujas, eran el resultado de un engaño, o delirio masivo.

   En relación con esto, la folclorista, Jacqueline Simpson, sugirió que parte del atractivo de la teoría de Murray, era que parecía dar un, "enfoque sensato, desmitificador y liberador a un argumento de larga data, pero estéril," entre los racionalistas que negaban que hubiera habido brujas...
   ...y aquellos, como Montague Summers, que insistían en que había habido una conspiración satánica real, contra la cristiandad en el período moderno temprano, repleto de brujas con poderes sobrenaturales.
  "Qué refrescante", señaló la historiadora Hilda Ellis Davidson, "y emocionante fue su primer libro en ese período. Un enfoque nuevo y sorprendente".

Críticas Tempranas

   Las teorías de Murray nunca recibieron el apoyo de los expertos en los juicios de brujería de la Edad Moderna, y desde sus primeras publicaciones en adelante, muchas de sus ideas fueron cuestionadas por aquellos que destacaron sus, "errores fácticos, y fallas metodológicas".

   De hecho, la mayoría de las revisiones académicas de su trabajo, producidas durante las décadas de 1920, y 1930, fueron en gran parte críticas. George L. Burr revisó sus dos libros iniciales sobre el culto a las brujas, para la, American Historical Review.
   Burr afirmó que ella no estaba familiarizada con las, "historias generales cuidadosas de los académicos modernos," y la criticó por asumir que los relatos de los juicios de brujeria, reflejaban con precisión las experiencias genuinas de brujería de las brujas acusadas, independientemente de si esas confesiones, habían sido obtenidas mediante tortura y coerción.
   También la acusó de usar selectivamente la evidencia para servir a su interpretación, por ejemplo, omitiendo cualquier evento sobrenatural o milagroso, que aparecía en los relatos de los juicios. W. R. Halliday, fue muy crítico en su reseña de, Folklore, al igual que E. M. Loeb, en su reseña de, American Anthropologist.

  Sin duda, es prematuro hablar de algo que, según se reconoce, es tan inmaduro. Cuando la señorita Murray haya ampliado su estudio a todos los países en los que pueda encontrar el "culto"; cuando haya tratado con documentos más dignos del nombre de registros que los libros de bolsillo y los reportes sin forma, que nos tienen que servir para los juicios británicos;
   cuando haya rastreado el aquelarre y el interrogatorio a través de los siglos de caza de brujas y herejes, que precedieron a los británicos; cuando haya confiado en sí misma para estudiar el trabajo de otros estudiantes, y sopesar de manera justa sus conclusiones frente a las suyas, a la luz de las pruebas adicionales que puedan aportar: entonces tal vez haya modificado sus puntos de vista. Ya sea que los cambie o los confirme, entonces se habrá ganado el derecho a ser escuchada.

George L. Burr, 1922

   Poco después, una de las principales especialistas en las actas de los juicios, Cecile L'Estrange Ewen, publicó una serie de libros que rechazaban la interpretación de Murray. Rose sugirió que los libros de Murray, sobre el culto a las brujas, "contienen una increíble cantidad de pequeños errores, de hecho, o de cálculo, y varias inconsistencias de razonamiento".
   Rose aceptó que su caso, "quizás, todavía podría ser probado por alguien más, aunque lo dudo mucho". Destacando que hay una brecha de alrededor de mil años entre la cristianización de Gran Bretaña y el comienzo de los juicios de brujas allí, Rose argumenta que no hay evidencia de la existencia del culto a las brujas en ningún lugar en el período intermedio.
   Además, Rose critica a Murray por tratar a la Gran Bretaña precristiana, como una entidad social y culturalmente monolítica, cuando en realidad, contenía una variedad diversa de sociedades y creencias religiosas. También Rose cuestiona la afirmación de Murray, de que la mayoría de los británicos en la Edad Media, seguían siendo paganos, como, "una visión basada únicamente en la ignorancia".

   Murray no respondió directamente a las críticas a su trabajo, sino que reaccionó a sus críticos de manera hostil; en su vida posterior, afirmó que finalmente dejó de leer reseñas de su trabajo, y creía que sus críticos, simplemente actuaban por sus propios prejuicios cristianos, hacia la religión no cristiana.
   Jacqueline Simpson señaló que a pesar de estas revisiones críticas, dentro del campo de la folclorística británica, se permitió que las teorías de Murray, "pasaran sin aprobación pero sin cuestionamiento, ya sea por cortesía o porque nadie estaba realmente interesado lo suficiente como para investigar el tema".
   Como prueba, señaló que no se publicaron artículos de investigación sustanciales sobre el tema de la brujería, en, Folklore, entre el de Murray, en 1917, y el de Rossell Hope Robbins, en 1963.
   Jacqueline Simpson destacó que cuando se publicaron estudios regionales del folclore británico en este período, por folcloristas como, Theo Brown, Ruth Tongue, o Enid Porter, ninguno adoptó el marco murrayita para interpretar las creencias sobre la brujería, lo que evidencía su afirmación de que, las teorías de Murray fueron ampliamente ignoradas por los estudiosos de la folclorística.

Recházo Académico

  El trabajo de Murray fue cada vez más criticado después de su muerte en 1963, y el recházo académico definitivo de la Teoría del Culto a las Brujas de Murray, ocurrió durante la década de 1970.

   Durante estas décadas, una variedad de académicos en Europa y América del Norte, como Alan Macfarlane, Erik Midelfort, William Monter, Robert Muchembled, Gerhard Schormann, Bente Alver y Bengt Ankarloo, publicaron estudios en profundidad de los registros de archivo de los juicios de brujas, sin dejar ninguna duda de que las mujeres juzgadas por brujería, no eran practicantes de una religión precristiana sobreviviente.
   En 1971, el historiador inglés, Keith Thomas, declaró que sobre la base de esta investigación, había, "muy poca evidencia que sugiriera que las brujas acusadas fueran adoradoras del diablo, o miembros de un culto pagano de la fertilidad". Afirmó que las conclusiones de Murray, eran, "casi totalmente infundadas," porque ignoró el estudio sistemático de los relatos del juicio proporcionados por Ewen y, en cambio, utilizó fuentes de manera muy selectiva para argumentar su punto de vista.

   En 1975, el historiador Norman Cohn, comentó que el, "conocimiento de Murray de la historia europea, incluso de la historia inglesa, era superficial y su comprensión del método histórico, era inexistente", añadiendo que sus ideas estaban, "firmemente establecidas en una versión exagerada y distorsionada del molde frazeriano". Ese mismo año, el historiador de la religión,
  Mircea Eliade, describió el trabajo de Murray como, "irremediablemente inadecuado", que contenía, "errores innumerables y espantosos". En 1996, la historiadora feminista,
   Diane Purkiss afirmó que, aunque la tesis de Murray era, "intrínsecamente improbable," y contaba con, "poca o ninguna lealtad dentro de la academia moderna", sentía que los académicos masculinos como, Thomas, Cohn, y Macfarlane, habían adoptado injustamente un enfoque androcéntrico, mediante el cual, contrastaban su propia interpretación, masculina y metodológicamente sólida, con la "creencia feminizada" de Murray, sobre el culto a las brujas.

  Por supuesto, es posible que esta, "vieja religión," haya persistido en secreto, sin dejar ninguna prueba, como también es posible que, bajo la superficie de la Luna, se encuentren grandes depósitos de queso Stilton. Todo es posible, pero, es absurdo afirmar la existencia de algo de lo que no hay pruebas. Los partidarios de Murray, nos piden que nos traguemos un sándwich muy peculiar: un gran trozo de la prueba falsa entre dos rebanadas gruesas de ninguna prueba en absoluto.

Jeffrey B. Russell y Brooks Alexander, 2007

   Hutton afirmó que Murray había tratado su material de origen con, "abandono imprudente", en el sentido de que había tomado, "detalles vívidos de supuestas prácticas de brujería," de, "fuentes dispersas en una gran extensión de espacio y tiempo," y luego, declaró que eran normativas del culto en su conjunto.
   Jacqueline Simpson describió cómo Murray había seleccionado su uso de la evidencia de manera muy específica, particularmente al ignorar y/o racionalizar cualquier relato de eventos sobrenaturales o milagrosos en los registros de los juicios, distorsionando así los eventos que estaba describiendo.
    Así, señaló Simpson, Murray racionalizó las afirmaciones de que el Diablo de pezuña hendida, se apareció en el aquelarre de las brujas, al afirmar que era un hombre con un tipo especial de zapato, y afirmó de manera similar, que las afirmaciones de las brujas, de haber volado por el aire en escobas, en realidad se basaban en su práctica de saltar sobre escobas, o untarse ungüentos alucinógenos.
   El historiador, Jeffrey Burton Russell, que escribe con el autor independiente, Brooks Alexander, coincidió con ésta valoración, y afirmó que, “el uso que Murray hace de las fuentes, en general, es espantoso”. Ambos continuaron afirmando que, “hoy en día, los académicos están de acuerdo en que Murray no solo estaba equivocada: estaba completamente y vergonzosamente equivocada en casi todas sus premisas básicas”.

   Se ha citado al historiador italiano, Carlo Ginzburg, como alguien dispuesto a dar, “un ligero apoyo” a la teoría de Murray. Ginzburg afirmó que, aunque su tesis había sido, “formulada de una manera totalmente acrítica”, y contenía, “serios defectos”, sí contenía, “un núcleo de verdad”.
   Ginzburg afirmó que en su opinión, ella tenía razón al afirmar que la brujería europea tenía, "raíces en un antiguo culto a la fertilidad", algo que, según él, estaba justificado por su trabajo de investigación de los benandanti, una tradición visionaria agraria registrada en el distrito de Friuli, en el noreste de Italia, durante los siglos XVI y XVII.
   Varios historiadores y folcloristas han señalado que los argumentos de Ginzburg, son muy diferentes a los de Murray: mientras que Murray argumentó a favor de la existencia de un culto de brujas precristiano, cuyos miembros se reunían físicamente durante los Sabbats de las brujas, Ginzburg argumentó que algunas de las tradiciones visionarias europeas que se fusionaron con la brujería, en el período moderno temprano, tenían sus orígenes en religiones de fertilidad precristianas.
   Además, otros historiadores han expresado críticas a la interpretación de Ginzburg de los benandanti; Cohn afirmó que no había, "nada en absoluto," en el material original que justificara la idea de que los benandanti eran la, "supervivencia de un culto a la fertilidad milenario".
   Haciéndose eco de estas opiniones, Hutton comentó que la afirmación de Ginzburg, de que las tradiciones visionarias de los benandanti eran una supervivencia de las prácticas precristianas, era una idea que se basaba en, "fundamentos materiales y conceptuales imperfectos".
   Añadió que la, "suposición" de Ginzburg de que, "lo que se estaba soñando en el siglo XVI, había sido de hecho representado en ceremonias religiosas," que databan de, "tiempos paganos", era enteramente, "una inferencia propia," y no una respaldada por la evidencia documental.

Vida Personal

   En una investigación de la historia del Departamento de Egiptología de la University College London, la historiadora, Rosalind M. Janssen, afirmó que, Murray era, "recordada con gratitud, e inmenso afecto por todos sus antiguos alumnos. Una profesora sabia, e ingeniosa, dos generaciones de egiptólogos han estado en deuda con ella para siempre".

  Además de enseñarles, Murray era conocida por socializar con sus alumnos de la, University College London, fuera del horario de clase.

    El arqueólogo, Ralph Merrifield, que conocía a Murray a través de la, Folklore Society, la describió como una, "erudita diminuta y amable, que irradiaba inteligencia y fuerza de carácter, hasta una edad muy avanzada".
    Davidson, que también conocía a Murray a través de la Sociedad, señaló que en sus reuniones, "ella se sentaba cerca del frente, una anciana encorvada, y aparentemente inocente, que dormitaba pacíficamente, y luego, en medio de una discusión, intervenía de repente con un comentario relevante y penetrante que demostraba que no se había perdido ni una palabra del argumento".
  La folclorista, Juliette Wood, señaló que muchos miembros de la,
Folklore Society, "la recuerdan con cariño", y agregó que Murray había estado, "especialmente interesada en alentar a los investigadores más jóvenes, incluso a aquellos que no estaban de acuerdo con sus ideas".

   Uno de los amigos de Murray en la Sociedad, E. O. James, la describió como, "una mina de información, y una inspiración perpetua, siempre dispuesta a impartir sus vastos y variados acervos de conocimiento especializado sin reservas, o, dicho sea de paso, con mucho o ningún respeto por las opiniones y conclusiones generalmente, aceptadas de los expertos". 
  Hilda Elis 
Davidson la describió como, "nada asertiva [...] [ella] nunca impuso sus ideas a nadie. [En relación con su Teoría del Culto a las Brujas], de hecho se comportó más bien como alguien que fuera un miembro completamente convencido de alguna secta religiosa inusual, o tal vez, de los masones, pero que nunca, bajo ningún concepto, se metió en discusiones sobre ello en público". 
   El arqueólogo, Glyn Daniel, observó que Murray permaneció mentalmente alerta, hasta su vejez, comentando que, "su vigor, franqueza y energía despiadada, nunca la abandonaron".

    Murray nunca se casó, sino que dedicó su vida a su trabajo, y por esta razón, Hutton la comparó con otras dos destacadas académicas británicas de la época, Jane Harrison, y Jessie Weston.
   La biógrafa de Murray, Kathleen L. Sheppard, afirmó que estaba profundamente comprometida con la divulgación pública, en particular en lo que se refería a la egiptología, y que como tal, "quería cambiar los medios por los cuales el público obtenía conocimiento sobre la historia de Egipto: deseaba abrir las puertas del laboratorio científico e invitar al público a entrar". Consideraba que viajar era una de sus actividades favoritas, aunque, debido a las restricciones de su tiempo y sus finanzas, no podía hacerlo regularmente; su salario seguía siendo pequeño, y los ingresos por sus libros, eran escasos.

    Criada como cristiana devota, por su madre, Murray se había convertido inicialmente en maestra de escuela dominical para predicar la fe, pero después de entrar en la profesión académica, rechazó la religión, ganándose una reputación entre otros miembros de la, Folklore Society, como una notable escéptica y racionalista.  
   Murray era abiertamente crítica de la religión organizada, aunque continuó manteniendo una creencia personal en un Dios de algún tipo, contando en su autobiografía que creía en, "un poder invisible que gobierna", "al que la ciencia llama Naturaleza, y la religión llama Dios".
  Murray también era creyente y practicante de magia, realizando maldiciones contra aquellos que sentía que lo merecían; en un caso, maldijo a un compañero académico, Jaroslav Černý, cuando sintió que su ascenso al puesto de profesor de Egiptología, en lugar de su amigo, Walter Bryan Emery, era indigno.
     Su maldición implicaba mezclar ingredientes en una sartén, y se llevó a cabo en presencia de dos colegas. En otro caso, se dijo que había creado una imagen de cera del Kaiser Guillermo II, y luego la había fundido durante la Primera Guerra Mundial.
    Ruth Whitehouse sostiene que, dada la falta de mención de Murray de tales incidentes en su autobiografía, y su enfoque generalmente racional, un, "espíritu de travesura," en oposición a, "una creencia real en la eficacia de los hechizos," puede haber motivado su práctica de magia.

Legado

En la Academia

    Hutton señaló que Murray fue una de las primeras mujeres en, "tener un impacto serio en el mundo de la erudición profesional", y el arqueólogo, Niall Finneran, la describió como, "uno de los personajes más grandes de la arqueología británica de posguerra".

   Tras su muerte, Daniel se refirió a ella como, "la gran anciana de la egiptología", y Hutton señaló que la egiptología representaba, "el núcleo de su carrera académica". En 2014, Thornton se refirió a ella como, "una de las egiptólogas más famosas de Gran Bretaña".

    Sin embargo, según la arqueóloga, Ruth Whitehouse, las contribuciones de Murray a la arqueología y la egiptología a menudo se pasaban por alto, ya que su trabajo se veía eclipsado por el de Petrie, hasta el punto de que a menudo, se la consideraba principalmente como una de las asistentes de Petrie, en lugar de una académica por derecho propio.
   Cuando se retiró, Murray había llegado a ser muy valorada dentro de la disciplina, aunque, según Whitehouse, la reputación de Murray decayó después de su muerte, algo que Whitehouse atribuyó al recházo de su, Teoría del Culto a las Brujas, y al borrado general de las mujeres arqueólogas de la historia, dominada por los hombres de la disciplina.

   En su obituario para Murray en, Folklore, James señaló que su muerte fue, "un evento de interés e importancia inusuales en los anales de la Folk-Lore Society, en particular, así como en la esfera más amplia en la que su influencia se sintió en tantas direcciones y disciplinas". Sin embargo, folcloristas académicos posteriores, como Simpson y Wood, han citado a Murray, y su Teoría del Culto a las Brujas, como una vergüenza para su campo, y para la, Folklore Society, específicamente.
Jacqueline Simpson sugirió que la posición de Murray, como presidente de la Sociedad, fue un factor causal en la actitud desconfiada que muchos historiadores mantuvieron hacia la folklorística, como disciplina académica, ya que erróneamente llegaron a creer que todos los folcloristas respaldaban las ideas de Murray.
   De manera similar, Catherine Noble, afirmó que, "Murray causó un daño considerable al estudio de la brujería".

   En 1935, la University College London, introdujo el, Premio Margaret Murray, otorgado al estudiante que se considera que ha producido la mejor disertación en egiptología; continuó presentándose anualmente hasta el siglo XXI. En 1969, la University College London, nombró una de sus salas comunes en su honor, pero se convirtió en una oficina, en 1989.

  Ningún folclorista británico puede recordar a la Dra. Margaret Murray sin sentirse avergonzado, y con una sensación de paradoja. Murray es una de las pocas folcloristas, cuyo nombre llegó a ser ampliamente conocido por el público, pero entre los académicos, su reputación es merecidamente baja; su teoría de que las brujas eran miembros de una enorme sociedad secreta, que preservaba un culto prehistórico a la fertilidad a través de los siglos, se considera ahora basada en métodos profundamente defectuosos y argumentos ilógicos.
El hecho de que, en su vejez y después de tres libros cada vez más excéntricos, fuera nombrada presidenta de la, Folkloristic Society, sin duda debe haber dañado la reputación de la Sociedad, y posiblemente el estatus de la folklorística en este país; ayuda a explicar la desconfianza que algunos historiadores aún sienten, hacia nuestra disciplina.

Jacqueline Simpson, 1994

    En junio de 1983, la reina Isabel, la Reina Madre, visitó la sala y recibió como regalo una copia de, Mis primeros Cien Años, de Murray. La, University College London, también posee dos bustos de Murray, uno guardado en el Museo Petrie, y el otro en la biblioteca del Instituto de Arqueología de la University College London.
   Esta escultura fue encargada por una de sus estudiantes, Violet MacDermot, y producida por el artista, Stephen Rickard. La, University College London, también posee una pintura de acuarela de Murray, de Winifred Brunton; anteriormente exhibida en la Galería Petrie, luego fue colocada en los almacenes de la Colección de Arte.
   En 2013, en el 150 aniversario del nacimiento de Murray y el 50 de su muerte, Ruth Whitehouse del Instituto de Arqueología de la, University College London,  describió a Murray como, "una mujer notable," cuya vida, "bien valía la pena celebrar, tanto en el mundo arqueológico en general como especialmente en la University College London".

   La historiadora de arqueología, Rosalind M. Janssen, tituló su estudio de egiptología en la University College London,  Los Primeros Cien Años, "como un tributo," a Murray. La amiga de Murray, Margaret Stefana Drower, escribió una breve biografía de ella, que se incluyó como capítulo, en el volumen editado en 2004 sobre, Breaking Ground: Pioneering Women Archaeologists.
   En 2013, Lexington Books, publicó, La Vida de Margaret Alice Murray: El Trabajo de una Mujer en Arqueología, una biografía de Murray escrita por Kathleen L. Sheppard, entonces profesora adjunta en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Missouri; el libro se basó en la tesis doctoral de Sheppard, producida en la, Universidad de Oklahoma.
   Aunque lo caracteriza como, "escrito de manera clara y atractiva", un crítico señaló que el libro de Sheppard se centra en Murray como, "científica" y, como tal, no analiza la participación de Murray en las prácticas mágicas y su relación con la WICCA.

En WICCA

   Las teorías de Murray sobre el culto a las brujas, proporcionaron el modelo para la religión pagana contemporánea de WICCA, y se hace referencia a Murray como la, "Abuela de WICCA". El erudito en estudios paganos, Ethan Doyle White, afirmó que fue la teoría que, "formó la narrativa histórica alrededor de la cual se construyó WICCA ", ya que en su surgimiento en Inglaterra durante los años 1940 y 1950, WICCA afirmó ser la supervivencia de este culto a las brujas.

   La estructura teológica de WICCA, que gira en torno a un Dios con cuernos, y una Diosa Madre, fue adoptada de las ideas de Murray sobre el antiguo culto a las brujas, y los grupos wiccanos se denominaron aquelarres y sus reuniones se denominaron esbats, ambas palabras que Murray había popularizado.
  Al igual que con el culto de las brujas de Murray, los practicantes de WICCA ingresaban a través de una ceremonia de iniciación; Las afirmaciones de Murray de que las brujas escribían sus hechizos en un libro, pueden haber sido una influencia en el, Libro de las Sombras, de WICCA.
  El sistema temprano de festividades estacionales de WICCA también se basaba en el marco de Murray.

   Al señalar que no hay evidencia de que WICCA existiera antes de la publicación de los libros de Murray, Merrifield comentó que para aquellos en la Gran Bretaña del siglo XX, que deseaban formar sus propios aquelarres de brujas, "Murray puede haber parecido la hada madrina ideal, y su teoría se convirtió en el carruaje de calabaza que podría transportarlos al reino de la fantasía que anhelaban".

   El historiador, Philip Heselton, sugirió que el, aquelarre de New Forest, el supuesto grupo wiccano más antiguo, fue fundado alrededor de 1935, por esoteristas conscientes de la teoría de Murray, y que pueden haber creído que eran miembros reencarnados del culto de las brujas.
   Fue Gerald Gardner, quien afirmó ser un iniciado del, aquelarre de New Forest, quien estableció la tradición de la WICCA gardneriana, y popularizó la religión; según Simpson, Gardner fue el único miembro de la, Folklore Society, que aceptó, "de todo corazón," la hipótesis del culto a las brujas de Murray.
   El dúo se conocía, y Murray escribió el prólogo del libro de Gardner, de 1954, Witchcraft Today, aunque en ese prólogo, no especificó explícitamente si creía en la afirmación de Gardner, de que había descubierto una supervivencia de su culto a las brujas. En 2005, Noble sugirió que, "el nombre de Murray podría estar casi olvidado hoy si no fuera por Gerald Gardner".

  A medida que la religión [de Wicca] emergía, muchos practicantes veían a quienes habían sufrido en los [juicios de brujas de la Edad Moderna] como sus antepasados, adoptando así la hipótesis del culto a las brujas de Murray, que proporcionaba a la WICCA una historia que se remontaba a los confines del pasado antiguo. Cuando los historiadores desafiaron y demolieron esta teoría en los años 1960 y 1970, muchos wiccanos se sorprendieron.
  Algunos aceptaron que la teoría no era realmente legítima, y ​​en cambio retrataron la historia de Murray, como una historia mítica de la tradición, y trataron de enfatizar otros antecedentes históricos de la religión. Sin embargo, otros practicantes defendieron vehementemente la hipótesis de Murray contra la crítica académica, considerándola un importante artículo de fe.

Ethan Doyle White, 2016

   Las teorías de Murray sobre el culto a las brujas, probablemente también fueron una influencia central en las tradiciones wiccanas, no gardnerianas, que se establecieron en Gran Bretaña y Australia, entre 1930 y 1970, por personas como Bob Clay-Egerton, Robert Cochrane, Charles Cardell y Rosaleen Norton.
  La prominente wiccana, Doreen Valiente, buscó con avidez lo que creía que eran otros restos supervivientes del culto a las brujas de Murray, en Gran Bretaña. Doreen Valiente, siguió comprometida con la creencia en el culto a las brujas de Murray después de su rechazo académico, y describió a Murray como, "una mujer notable".

   En San Francisco, a finales de la década de 1960, los escritos de Murray estuvieron entre las fuentes utilizadas por, Aidan A. Kelly, en la creación de su tradición wiccana, la Nueva Orden Ortodoxa Reformada del Amanecer Dorado.
   En Los Ángeles, a principios de los años 1970, Zsuzsanna Budapest las utilizó cuando estaba estableciendo su tradición de orientación feminista de la WICCA Diánica.
  La teoría del culto a las brujas de Murray, también proporcionó la base para las ideas expuestas en, Witchcraft and the Gay Counterculture, un libro de 1978, escrito por el activista de liberación gay estadounidense, Arthur Evans.

   Los miembros de la comunidad wiccana, gradualmente se dieron cuenta del rechazo de la academia, a la teoría del culto a las brujas. En consecuencia, la creencia en su verdad literal, disminuyó durante los años 1980 y 1990, y muchos wiccanos comenzaron a verla como un mito, que transmitía verdades metafóricas o simbólicas.
  Otros insistieron en que los orígenes históricos de la religión, no importaban y que, en cambio, la WICCA estaba legitimada por las experiencias espirituales que brindaba a sus participantes.
   En respuesta, Hutton escribió, The Triumph of the Moon, un estudio histórico que explora el desarrollo temprano de la WICCA;
  En su publicación en 1999, el libro ejerció un fuerte impacto en la comunidad pagana británica, erosionando aún más la creencia en la teoría de Murray entre los wiccanos. Por el contrario, otros practicantes se aferraron a la teoría, tratándola como un importante artículo de fe, y rechazando la erudición, post-murrayita, sobre la brujería europea.
  Varios practicantes destacados, continuaron insistiendo en que la WICCA era una religión con orígenes que se remontaban al Paleolítico, pero otros rechazaron la validez de la erudición histórica, y enfatizaron la intuición y la emoción como árbitro de la verdad.
Algunos wiccanos, "contrarrevisionistas," entre ellos Donald H. Frew, Jani Farrell-Roberts y Ben Whitmore, publicaron críticas en las que atacaban la erudición, post-murrayita, en cuestiones de detalle, pero ninguno defendió completamente la hipótesis original de Murray.

En Literatura.

 Simpson señaló que la publicación de la tesis de Murray en la, Encyclopædia Britannica, la hizo accesible a, "periodistas, cineastas, novelistas populares, y escritores de suspenso", quienes la adoptaron, "con entusiasmo". Influyó en la obra de Aldous Huxley y Robert Graves.

   Las ideas de Murray dieron forma a la representación del paganismo en la obra de la novelista histórica, Rosemary Sutcliff.
  Las ideas de Murray sobre la religión, también se pueden discernir en las ficciones de otro novelista histórico británico, Henry Treece.
   También fue una influencia para el autor de terror estadounidense, H. P. Lovecraft, quien citó, El Culto de las Brujas en Europa Occidental, en sus escritos sobre el, culto ficticio de Cthulhu.

   La autora, Sylvia Townsend Warner, citó el trabajo de Murray sobre el culto a las brujas como una influencia en su novela de 1926, Lolly Willowes, y envió una copia de su libro a Murray, en agradecimiento, y las dos se reunieron para almorzar poco después.
   Sin embargo, hubo alguna diferencia en sus descripciones del culto a las brujas; mientras que Murray había representado un culto organizado precristiano, Warner describió una vaga tradición familiar que era explícitamente satánica. En 1927, Warner dio una conferencia sobre el tema de la brujería, exhibiendo una fuerte influencia del trabajo de Murray.
   Al analizar la relación entre Murray y Warner, la erudita en literatura inglesa, Mimi Winick caracterizó a ambas como, "comprometidas en imaginar nuevas posibilidades para las mujeres en la modernidad".

  La novela de fantasía, Lammas Night, se basa en la misma idea del papel de la familia real.
(Wikipedia en Ingles)