Durante todo este tiempo, y
especialmente durante los últimos 30 años, nuevos peligros acechan a los
habitantes del planeta. Unos de ellos son la utilización y explotación
indiscriminada de los recursos naturales y la contaminación del medio ambiente,
que se agravan con la condición de no imponer limitaciones al libre comercio.
El mensaje de la OMC ,
durante una de sus reuniones ministeriales ha sido, “No a la protección ambiental si ésta significa restricción comercial.”
Con la expansión de los
mercados se ha incrementado el uso de materia prima de origen animal, vegetal y
mineral para la elaboración de los productos, sin importar destruir selvas,
provocar sequías y hambrunas, desecar y contaminar ríos y lagos, producir
nuevas enfermedades a hombres y animales, erosionar la tierra cultivable, sumir
en la miseria a incontables poblaciones, ni contaminar el aire con deshechos
tóxicos.
El paisaje urbano y rural ha
cambiado por el hombre a causa del cultivo agrícola organizado. Las montañas
han sido cortadas para construir carreteras y vías de ferrocarril. Los bosques
y praderas han desaparecido para construir casas. Además, se han desviado ríos
y construido industrias contaminantes.
Es imposible tratar de
conservar la naturaleza como está, porque debido a las necesidades propias del
hombre actual, se vuelve necesario cambiarla. Para juzgar lo que sucedería en
el futuro, debemos basarnos en la experiencia acumulada. La degradación del
medio ambiente es un fenómeno global.
Los gobiernos no han creado estrategias
adecuadas para proteger el medio ambiente, ni se ha educado ni concientizado
adecuadamente a la población para solucionar tales problemas. Existen
organismos no gubernamentales, como Greenpace,
que se preocupan por evitar la tala inmoderada de árboles, la contaminación del
agua y el aire, el uso de aerosoles e insecticidas, la producción de alimentos
transgénicos, la caza inmoderada de animales en peligro de extinción, etcétera.
Sin embargo, no se toma en cuenta con la seriedad que se necesita.
Se trata de un problema
prioritario de seguridad nacional que debe atenderse considerando su
importancia vital. Por otra parte, los Estados poderosos quieren el control y
la explotación de los países ricos en recursos naturales, lo cual ha generado
conflictos bélicos, que, a su vez, también aumentan la destrucción del medio
ambiente, y la contaminación en tierra, ríos y mares.
Otro de los grandes problemas
que forman parte de la vida cotidiana es el narcotráfico. Su presencia corrompe
a autoridades civiles y militares, sumiendo en la drogadicción y la dependencia
a millones de niños, jóvenes y adultos. La drogadicción se ha convertido en un
gran problema social que destruye física y mentalmente a los invididuos. Además,
la drogadicción provoca delincuencia, trastornos en la educación, en la
producción, por inasistencia a los centros de trabajo, así como problemas
familiares.
Otros males de nuestro tiempo
son el desempleo, la explosión demográfica y los trastornos psicológicos como
son el estrés y la depresión, provocados por cuestiones tanto económicas como
sociales. El hombre se preocupa mas por producir y poseer cosas, que por pensar
y buscar satisfactores para su crecimiento espiritual y emocional. Vivimos en una
sociedad de consumo donde la riqueza está mal repartida, donde se manipula, se
controla y se deshumaniza al hombre. Una sociedad que tiene un Big Brother que
vigila, que dice lo que se tiene que hacer.
Este es el mundo donde nos
tocó vivir. Tenemos que convivir en él de la mejor manera. Debemos construir
nuestro presente construyendo al mismo tiempo nuestro futuro. Esto debe
conducirnos a una reflexión histórica y razonada, con un sentimiento de
comunidad y de humanismo, buscando la preservación de la individualidad, pero
sin perder la vista del conjunto. Así mismo, se necesita una orientación
racional con principios morales, que construya nuestra propia historia con base
en el respeto de otras lenguas, otras culturas, otros pensamientos, otras formas
de vida. Busquemos un mundo globalizado en las prácticas humanas, en la
justicia, en la responsabilidad, en la dignidad, para encontrar una forma de
vivir a la altura de nuestras esperanzas y de nuestras aspiraciones.
El término Postmodernismo o Posmodernidad designa generalmente un amplio número de movimientos artísticos,
culturales, literarios y filosóficos del siglo XX, definidos en diverso grado y
manera por su oposición o superación del modernismo. En sociología, en cambio,
los términos Posmoderno, o Posmodernizacion
se refieren al proceso cultural observado en muchos países en las últimas dos
décadas, identificado a principios de los 70s. Esta otra acepción de la palabra
se explica bajo el termino Posmaterialismo.
Las diferentes corrientes del
movimiento posmoderno aparecieron durante la segunda mitad del siglo XX. Aunque
el término se aplica a corrientes muy diversas, todas ellas comparten la idea
de que el proyecto modernista fracasó en su intento de renovación radical de
las formas tradicionales del arte y la cultura, el pensamiento y la vida
social.
Uno de los mayores problemas
a la hora de tratar este tema resulta justamente el llegar a un concepto o definición
precisa de lo que es la Posmodernidad.
La dificultad en esta tarea resulta de diversos factores, entre los cuales los
principales inconvenientes son la actualidad, y por lo tanto, la escasez e
impresición de los datos a actualizar. Así también, esta dificultad se da gracias
a la falta de un marco teórico valido para poder analizar extensivamente todos
los hechos que se van dando a lo largo de este complejo proceso que se llama Postmodernismo. Pero el principal
obstáculo proviene justamente del mismo proceso que se quiere definir, porque
es eso precisamente lo que falta en esta era: un sistema, una totalidad, un
orden, una unidad, en definitiva, una coherencia.
Se suele dividir a la Posmodernidad en tres sectores,
dependiendo de su área de influencia. Como un periodo histórico, como una
actitud filosófica, o como un movimiento artístico. Histórica, ideológica y
metodológicamente diversos, comparten sin embargo un parecido de familia
centrado en la idea de que la renovación radical de las formas tradicionales en
el arte, la cultura, el pensamiento y la vida social impulsada por el proyecto
modernista, fracasó en su intento de lograr la emancipación de la humanidad, y
de que un proyecto semejante es imposible o inalcanzable en las condiciones
actuales. Frente al compromiso riguroso con la innovación, el progreso y la
critica de las vanguardias artísticas, intelectuales y sociales, al que
considera una forma refinada de teología autoritaria, el Postmodernismo defiende la hibridación, la cultura popular, el
descentramiento de la autoridad intelectual y científica y la desconfianza ante
los grandes relatos.
Dónde y Cuándo Surgió el Postmodernismo
Si bien la acepción más
frecuente de Posmodernidad se
popularizó a partir de la publicación de, La
Condición Posmoderna, de Jean-François Lytoard en 1979, varios autores
habían empleado el término con anterioridad. Es muy importante destacar que no
deben confundirse los términos Modernidad
y Modernismo con Posmodernidad y Postmodernismo, respectivamente. Modernidad se refiere a un periodo histórico muy amplio que supone
referirse a sus características políticas, sociales, económicas, etc. Así
podríamos, por ejemplo, hablar de la civilización o cultura moderna en un
sentido muy amplio y ese es el sentido que generalmente se le da en el ámbito
de la filosofía política, la teoría sociológica y la teoría critica. Siguiendo
el mismo ejemplo, puede hablarse de la cultura posmoderna. En este segundo
caso, podemos hablar de la literatura modernista o posmodernista, al igual que
en el arte. Por ejemplo, suele decirse que la ciudad de las Vegas en E.E.U.U.
es un caso paradigmático de arquitectura posmodernista. La confusión entre
ambos planos ha generado muchas dificultades de comprensión y debe tenerse
siempre en cuenta.
En sentido estético, el
pintor ingles John Watkin Chapman designó como “Postmodernismo” una corriente pictórica que intentaba superar las
limitaciones expresivas del impresionismo sin recaer en el convencionalismo de
la pintura académica. El termino no se popularizó, prefiriéndose la designación
de “Postimpresionismo” sugerida por el
critico Roger Fry. Aunque el Postmodernismo
en este sentido no guarda más que una relación muy lejana con el Postmodernismo tal como se entiende
habitualmente, coincidiendo por lo general, de hecho, con los principios
teóricos y metodológicos del modernismo
artístico, la relación de ambigüedad entre la superación y la conservación que
dificulta la definición del mismo, ya se hace aparente aquí. En el sentido
cultural mas amplio, o mas bien dicho, en el sentido de civilización, el uso
que Arnold J. Toynbee haría del término para indicar la crisis del humanismo a
partir de la década de 1870 está relacionado fracturas amplias que exceden con
mucho los aspectos estéticos y se relacionan con la organización social en su
conjunto, como también lo observaría Marx, Freud y Nietzsche.
En 1934 el critico literario
Federico De Onis empleó por primera vez el término Postmodernismo
como una reacción frente a la intensidad experimental de la poesía modernista o vanguardista,
identificada sobre todo con la producción de la primera época de Rubén Darío.
De Onis siguiere que los distintos movimientos de retorno o recuperación (de la
sencillez lírica, de la tradición clásica, del prosaísmo sentimental, del
naturalismo, de la tradición bucólica, etc.) son provocados por la dificultad
de las vanguardias, que las aísla del público. Varios de estos rasgos
reaparecerán en análisis posteriores, aunque la obra de De Onis no dejó huella
directa en la tradición teórica.
El úso del término por Bernard
Smith en 1945 para designar la critica a la abstracción por parte del realismo
soviético y por Charles Olson para indicar la poesía de Ezra Pound estaba a
caballo entre las dos concepciones anteriores. Si bien subrayaba la ruptura con
las tendencias del modernismo, se carecía de un armazón teórico que permitiese
distinguir la producción de las vanguardias, en si compleja y multiforme, de la
de sus críticos de una manera decisiva.
Solo a fines de la década de 1950, a partir de los
trabajos de los críticos literarios Harry Levin, Irving Howe, Ihab Hassan,
Leslie Fiedler y Frank Kermode, el término comenzó a utilizarse de una manera
sistemática para designar la ruptura de los escritores de posguerra con los
rasgos emancipatorios y vanguardistas del modernismo, concebido este último
como la exploración programática de la innovación, la experimentalidad, la
autonomía critica y la separación de lo cotidiano. La concepción no estaba
exenta de dificultades y algunos autores a los que Levin y Howe, ambos intelectuales
“comprometidos” y de izquierda, criticaron, como Samuel Beckett, fueron
simultáneamente percibidos por otros teóricos de la cultura, entre ellos,
Theodor Adorno, un modernista destacado en derecho propio, como la forma mas
refinada de modernismo. Sin embargo, lo central de esta noción, el Posmodernismo como renuncia a la
teleología emancipadora de las vanguardias, sigue siendo considerado el rasgo
más distintivo del Posmodernismo.
El rasgo fundamental de la
ruptura no estuvo en la corrección de la frialdad y las deficiencias
arquitectónicas de los edificios modernistas, sino en el recházo absoluto de la
posibilidad de producir una innovación verdaderamente radical. El eje del
pensamiento moderno, tanto en las artes como en las ciencias, había estado
centrado en la idea de evolución o progreso, entendido como la reconstrucción
de todos los ámbitos de la vida a partir de la sustitución de la tradición o
convención por el examen radical no solo del saber transmitido, como por
ejemplo la forma sinfónica en música, el retrato de corte en pintura o la
doctrina clásica del alma en antropología filosófica, sino también de las
formas aceptadas de organizar y producir ese saber, como la tonalidad, la
perspectiva o la primacía de la conciencia. La noción de discontinuidad había
adquirido dignidad filosófica a través de la interpretación marxista y
nietzscheana de la dialéctica de Hegel.
En el sentido cultural o de
civilización podemos señalar que las tendencias posmodernas se han
caracterizado por la dificultad de sus planteamientos, ya que no forman una
corriente de pensamiento unificada. Sólo podemos indicar unas características
comunes que son en realidad fuente de oposición frente a la cultura moderna o
indican ciertas crisis de esta. Por ejemplo, la cultura moderna se
caracterizaba por su pretensión de progreso, es decir, se suponía que los
diversos progresos en las diversas áreas de la técnica y la cultura
garantizaban un desarrollo lineal marcado siempre por la esperanza de que el
futuro seria mejor. Frente a ello, la Posmodernidad
plantea la ruptura de esa linealidad temporal marcada por la esperanza y el
predominio de un tono emocional nostálgico o melancólico. Igualmente, la Modernidad planteaba la firmeza del
proyecto de la ilustración de la que se alimentaron, en gado variable, todas
las corrientes políticas modernas, desde el liberalismo hasta el marxismo,
nuestra definición actual de la democracia, y los derechos humanos.
La Posmodernidad plantea posiciones que señalan que ese núcleo ilustrado
ya no es funcional en un contexto multicultural, que la lustración, a pesar de
sus aportaciones, tuvo un carácter etnocéntrico y autoritario-patriarcal basado
en la primacía de la cultura europea y que, por ello, o bien no hay nada que rescatar
de la Ilustración, o bien aunque ello
fuera posible, ya no seria deseable. Por ello, la filosofía posmoderna ha
tenido como uno de sus principales aportes el desarróllo del multiculturalismo
y los feminismos de la diferencia.
Los principales opositores a
los planteamientos de la Posmodernidad
han sido los miembros de la teoría
crítica y los marxistas más contemporáneos que, si bien reconocen los fallos de
la Modernidad y su centro ilustrado,
reconocen como valiosos e irrenunciables ciertos valores democráticos de
igualdad y ciudadanía. Dichos valores, plantean estos autores, como por ejemplo
Jürgen Habermas, son la única salvaguarda frente a la fragmentación social y la
precarización del estado nacional. Por ello plantean que, más que buscar una Posmodernidad, hay que llevar a cabo,
como proyecto filosófico y político, una nueva ilustración de la modernidad.
Luego de los atentados del 11
de septiembre y los profundos cambios geopolíticos que éstos conllevaron,
además del debilitamiento de la fuerza jurídica vinculante de los derechos
humanos, la discusión de la Posmodernidad
perdió empuje, ya que, como hemos dicho antes, ésta se caracteriza (por lo
menos hasta el momento) por sus definiciones por negación. El término Posmodernidad ha dado paso a otros
términos como Modernidad Tardía,
Modernidad Líquida, Sociedad del Riesgo, Globalización, Capitalismo Tardío
o Cognitivo, que se han vuelto
categorías más eficientes de análisis que la de Posmodernidad. En cambio, el Posmodernismo
sigue siendo una categoría que en los ámbitos estéticos se ha manifestado muy
productiva y no necesariamente contradictorio respecto a las recién
indicadas.
Principales Características del Pensamiento Posmodernista.
Es anti dualista: Los posmodernistas aseveran que la filosofía
occidental creó dualismos y así excluyó del pensamiento ciertas perspectivas.
Por otro lado, el Posmodernismo
valora y promueve el pluralismo y la diversidad más negro o moreno contra
blanco, occidente contra oriente, hombre contra mujer. Asegura buscar los
intereses de “los otros,” los
marginados y oprimidos por las idolologías modernistas y las estructuras
políticas y sociales que les apoyaban.
Cuestiona los Textos. Los posmodernistas también afirman que los
textos históricos, literarios, o de otro tipo, no tiene autoridad u objetividad
inherente para revelar la intención del autor, ni pueden decirnos “qué sucedió en realidad.” Mas bien
estos textos reflejan los prejuicios, cultura, y era particulares del escritor.
El Giro Lingüístico: Es Posmodernismo
argumenta que el lenguaje moldea nuestro pensamiento y que no puede haber
ningún pensamiento sin lenguaje. Así que el lenguaje crea literalmente la
verdad. La verdad como perspectiva: Además, la verdad es cuestión de
perspectiva o contexto más que ser algo universal. No tenemos acceso a la
realidad, a la forma en que son las cosas, sino solamente a lo que nos parecen
a nosotros.
En contraposición con la Modernidad, la Posmodernidad es la época
del desencanto. Se renuncia a las utopías y a la idea de progreso. Se produce
un cambio en el orden económico capitalista, pasando de una economía de
producción hacia una economía de consumo. Desaparecen las grandes figuras
carismáticas, y surgen infinidad de pequeños ídolos que duran hasta que surge
algo mas novedoso y atractivo. La revalorización de la naturaleza y la defensa
del medio ambiente se mezclan con la compulsión al consumo.
Los medios masivos y la
industria del consumo se convierten en centros de poder. Deja de importar el
contenido del mensaje, para revalorizar la forma en que es transmitido y el
grado de convicción que pueda producir. Desaparece la ideología como forma de
elección de los líderes políticos siendo reemplazada por la imagen. Hay una
excesiva emisión de información (frecuentemente contradictoria), a través de
todos los medios de comunicación. Los medios masivos se convierten en
transmisores de la verdad, lo que se expresa en el hecho de que lo que no
aparece por un medio de comunicación masiva, simplemente no existe para la
sociedad. El receptor se aleja de la información recibida quitándole realidad y
pertinencia, convirtiéndola en mero entretenimiento. Se pierde la intimidad y
la vida de los demás se convierte en un show (susceptible, además, de
valoración económica).
Desacralización de la
política: Pérdida de fe en el poder público. Desmitificación de los líderes.
Despreocupación ante la injusticia. Desaparición de idealismos.
Cuestionamiento de las Grandes Religiones
Los individuos solo quieren vivir el presente. El futuro y el pasado
pierden importancia. Hay una búsqueda de lo inmediato. Proceso de pérdida de la
personalidad individual. La única revolución que el individuo esta dispuesto a
llevar a cabo es la interior. Se rinde culto al cuerpo y la liberación
personal. Se vuelve a lo místico como justificación de sucesos. Hay una
constante preocupación respecto a los grandes desastres y al fin del mundo.
Pérdidas de fe en la razón y la ciencia, pero en contrapartida se rinde culto a
la tecnología. El hombre basa su existencia en el relativismo y la pluralidad
de opciones, al igual que el subjetivismo impregna la mirada de la realidad.
Pérdida de la ambición
personal de auto superación. Desaparición de la valoración del esfuerzo.
Existen divulgaciones diversas sobre la iglesia y la creencia en un Dios.
Aparecen grandes cambios en torno a las diversas religiones. Desaparece la
literatura fantástica. La gente se acerca cada vez mas a la inspiración ‘vía satelital.’ Las personas aprenden a
compartir la diversión vía internet. Se crean teorías de la conspiración
permanente, para explicar los grandes problemas económicos, políticos,
sociales, religiosos, y medioambientales.
Como Actitud Filosófica
La identificación del
concepto Posmodernidad como una
entidad distinta del Modernismo, y el
esclarecimiento de los vínculos entre ambos, es una situación aún constante en
la teoría poscontemporánea. Se considera a Friderich Wilhem Nietzsche el primer
posmoderno, pero hay intérpretes que se remontan a ciertas actitudes
posmodernas de algunos sofistas. Sin embargo, uno de los problemas de esto es
que en realidad el Posmodernismo es
el resultado de diferentes ecuaciones, pensamientos y tecnicismos en los
distintos campos de la cultura occidental. Así, en el campo científico, la
teoría de la relatividad y posteriormente la física nuclear, revolucionaron la
física moderna newtoniana, la forma mecanicista de interpretar el universo. Del
mismo modo lo ha hecho en el campo filosófico.
En la ciencia han sido muy
importantes la Teoría del Caos, o la
imposibilidad de predecir hechos suficientemente futuros, y la transcripción
del Principio de Incertidumbre de
Heisenberg, nombre que define una de las mayores características del
pensamiento Posmoderno así como las consecuencias del Teorema de Bell. Lo mismo ha ocurrido en el área de la
epistemología y de la filosofía con el devenir del psicoanálisis. Aunque Freud
ha sido siempre tratado como un autor clásico en el sentido que si bien critica
algunos aspectos de la cultura moderna, especialmente en El Malestar de la Cultura, algunos de sus seguidores como Lyotard y
Vattimo se han deslizado hacia planteamientos posmodernos.
El filósofo italiano Gianni
Vattimo define el pensamiento posmoderno con claridad: en él, lo importante no
son los hechos sino sus interpretaciones. Así como el tiempo depende de la
posición relativa del observador, la certeza de un hecho no es más que eso, una
verdad relativamente interpretada y por lo mismo, incierta. El modelo
determinista de la causalidad, de la verdad de un sujeto fuerte al estilo de
Hegel, Kant, e incluso Marx y el planteamiento del tiempo lineal como el de
Leibniz, son puestos en tela de juicio.
En la literatura, el Posmodernismo provocó la fusión del espacio
y del tiempo en la narración y la percepción difusa de la realidad, así como
los distintos puntos de vista de los narradores, junto a la simultaneidad de
los géneros. Especialmente en la novela, el
Posmodernismo llevó a la ruptura de las técnicas clásicas, abolidas por una
absoluta libertad tanto de estilo, forma y fondo. La literatura de imágenes,
donde la realidad y la ficción comparten
el mismo espacio-tiempo, se asemeja a la cinematografía, donde los dibujos
animados comparten los mismos lugares y la misma vida que los actores de carne
y hueso.
La Posmodernidad, por mas polifacética que parezca, no significa una ética de carencia de valores en el sentido moral, pues precisamente su mayor influencia se manifiesta en el actual relativismo cultural y en la creencia de que nada es totalmente malo ni absolutamente bueno. La moral posmoderna es una moral que cuestiona el cinismo religioso predominante en la cultura occidental y hace hincapié en una ética basada en la intencionalidad de los actos y la comprensión inter y transcultural de corte secular de los mismos. Es una nueva forma de ver la estética, un nuevo orden de interpretar valores, una nueva forma de relacionarse, intermediadas muchas veces por los factores posindustriales; todas estas y muchas otras son características de este modo de pensar posmoderno.
La Posmodernidad, por mas polifacética que parezca, no significa una ética de carencia de valores en el sentido moral, pues precisamente su mayor influencia se manifiesta en el actual relativismo cultural y en la creencia de que nada es totalmente malo ni absolutamente bueno. La moral posmoderna es una moral que cuestiona el cinismo religioso predominante en la cultura occidental y hace hincapié en una ética basada en la intencionalidad de los actos y la comprensión inter y transcultural de corte secular de los mismos. Es una nueva forma de ver la estética, un nuevo orden de interpretar valores, una nueva forma de relacionarse, intermediadas muchas veces por los factores posindustriales; todas estas y muchas otras son características de este modo de pensar posmoderno.
Uno de los síntomas sociales
más significativos de la Posmodernidad se
encuentra en la saga de películas, Matrix,
donde el realce de la estética y la ausencia de culpa causal, unidos a la
percepción de un futuro y una realidad inciertas, se hacen evidentes. Otros
ejemplos más relevantes los encontramos en Blade
Runner, irreversible y un ejemplo español de culto Smoking Room. En todos
ellos observamos preeminencia de los fragmentos sobre la totalidad, ruptura de
la linealidad temporal, abandóno de la estética de lo bello al estilo kantiano,
pérdida de la cohesión social y, sobre todo, le primacía de un tono emocional
melancólico y nostálgico.
Los pensadores más destacados
de las corrientes posmodernas son Giles Deleuze, Jean Baudrillard,
Jean-François Lyotard, Jacques Lacan, Michel Foucault, Gianni Vattimo, Jacques
Derrida, Giles Lipovetsky, Slavoj Zizek, Alain Badiou, Durkheim (padre de la
Teoría Funcionalista), Bernstein, Bourdieu, entre otros.
La Posmodernidad en la Historia
Los historiadores también se
ha vuelto influidos pos las teorías
posmodernas, llegando incluso a plantearse su profesión. La Posmodernidad afecta a la historiografía
de dos modos:
Niegan la posibilidad de construir grandes relatos, es decir, niega el
empirismo histórico como base de sus paradigmas.
Niega la posibilidad de reconstruir el pasado ya que los documentos no
son pruebas reales de lo sucedido sino discursos y representaciones.
Estas teorías han provocado dos grandes cambios:
El interés por estudiar la historia cultural de las minorías y los
sujetos subalternos. Se considera el congreso celebrado en Cornell en 1980 como
la entrada en escena de esta tendencia. A pesar de esto, la Posmodernidad sigue avanzando y ha
llegado a nuestros días siendo así tan o mas importante que lo anterior. Los
historiadores han tenido que debatir reflexionando hacia el ámbito del lenguaje
y sobre la epistemología de la historia social. También se puede señalar como
causa de este debate la introducción de la filosofía, la reorientación de las
ciencias sociales al análisis histórico y el surgimiento de perspectivas
metodológicas nuevas: las “micro” y las culturales. El impacto de estas teorías
ha provocado dos reacciones: por un lado nos encontramos con los que han
rechazado cualquier intento de reconstruir el pasado, pues ello supondría
incurrir en una violencia epistemológica. Así pues, lo les queda más que
estudiar la cultura como conjunto de símbolos. Por otro lado, los historiadores
han asumido lo positivo y constructivo para modernizar las formas de escribir
historia. Éste es el caso de la microhistoria, una tendencia de historia
cultural nacida en Italia en los setenta. El objeto de estudio es el conflicto
cotidiano en su escala mas reducida, en el sujeto. Estudia la cultura como una
jaula donde el individuo puede ejercer su libertad de forma limitada. Giovanni
Levi y Carlo Ginzburg son dos grandes “microhistoradores.”
Otros intentos de compatibilizar la historia y posmodernismo lo representan
autores como N.Z. Davis, que han explicado pequeños conflictos pero
trascendiendo de las explicaciones economicistas y dando paso a los valores
morales y éticos de los sujetos sociales.
Posmodernismo y Psicología.
Según Rodolfo Vázquez Rocca, la psicología posmoderna se
caracteriza por el análisis del yo como una fragmentación en la esencia del
sujeto. En un ejemplo clásico es como si un espejo se rompiera y las miles de
imágenes resultantes fueran la imagen interna del ser.
Existen dos versiones de psicología posmoderna:
La Lacaniana. Según esta escuela
la terapia debe ser ejercida siguiendo las indicaciones de Lacan, de
vertiente psicoanalítica y lingüística. Según él, la definición del rol del
terapeuta es parcialmente pasivo y solo busca ser el medio de comunicación del
paciente con su yo oculto que se manifiesta por medios lingüísticos. La idea de
un financiamiento posmoderno ha sido fuente de arduas discusiones que continúan
aún.
La desintegración de enfoques, según la cual pueden ser aplicados en un
paciente, en una misma terapia, diferentes técnicas provenientes de diferentes
enfoques teóricos.
La psicología posmoderna
permite como una de sus características más importantes la integración con
otras áreas como son: el uso de medicamentos psiquiátricos, terapias de
relajación e incluso técnicas heredadas de la Nueva Era y de otros enfoques que
no entran en algunas ocasiones en el campo de lo estrictamente científico. Es
decir, de hecho la misma posmodernidad es lo que hace posible que esta
enciclopedia exista y que ideas tan contradictorias entre si como que la
terapia lacaniana constituya una practica posmoderna aparezcan en una
definición de la psicología posmoderna.
El Posmodernismo en Sentido Artístico
El posmodernismo en sentido
artístico abarca un gran número de corrientes desde los años 1950 hasta la
actualidad; es difícil precisar en general los límites entre las realizaciones
más arriesgadas del modernismo y las primeras obras posmodernas, aunque algunas
artes, entre las que destacan la arquitectura, gozaron de un movimiento
posmoderno programático y organizado desde muy temprano. Probablemente el
primer desarrollo artístico deliberadamente posmoderno tuvo lugar en la
arquitectura. Los arquitectos vanguardistas de la primera mitad del siglo XX.
Los rasgos mas notables del arte posmoderno son la valoración de lasa formas
industriales y populares, el debilitamiento de las berreras de genero y el uso
deliberado e insistente de la intertextualidad, expresada frecuentemente
mediante el collage o pastiche. El cine y la televisión son hoy en día algunos de los medios de
comunicación más capaces de manifestar las características de ese arte.
Jürgen Habermas: Este autor ha sido el principal crítico de la
nuevas corrientes posmodernistas. Para este autor, la posmodernidad en realidad
se presenta como anti modernidad. Él define a los posmodernistas como `jóvenes
conservadores’ y dice que estos recuperan la experiencia básica de la
modernidad estética. Reclaman como suyas las confesiones de algo que es
subjetivo, liberado de las obligaciones del trabajo y la utilidad y con esta
experiencia dan un paso fuera del mundo moderno. Este autor defendía la
diversidad de las diferentes culturas bajo el primado de los derechos humanos
como base normativa de “una vida libre de dominación.” Ello supone llevar a
cabo una segunda Ilustración de la modernidad, que corrija sus fallos, el
tiempo que preserve sus logros ciudadanos y democráticos.
Jean-François Lyotard: Este autor criticó la sociedad actual
posmoderna por el realismo del dinero, que se acomoda a todas las tendencias y
necesidades, siempre y cuando tengan poder de compra. Criticó los
metadiscursos: idealistas, iluministas, el cristiano, el marxista, y el
liberal, incapaces de conducir a la liberación. La cultura posmoderna se
caracteriza por la incredulidad con respecto a los metarelatos, invalidados por
sus efectos prácticos y actualmente no se trata de proponer un sistema
alternativo al vigente, sino de actuar en espacios muy diversos para producir
cambios concretos. El criterio actual de operatividad es tecnológico y no el
juicio sobre lo verdadero y lo justo. Defendía la pluralidad cultural y la
riqueza de la diversidad.
Andreas Huyssen: Para este autor, existe una relación entre
modernismo estético y el posestructuralismo (que es una variante de modernismo
confiado en su rechazo de la representación y la realidad en su negación del
sujeto, la historia, etc.) Este autor defiende que la cultura posmoderna
debería ser captada en sus logros y sus perdidas, en sus promesas y
perversiones e intenta defender con sus obras
(Dialéctica Escondida, Guía de la Posmodernidad…) que si las vanguardias
intentaron cambiar el mudo, mas lo hizo la tecnología, la industria cultural.
El surgimiento de la cultura posmoderna se debió a las nuevas tecnologías que
se apoyan en el lenguaje: los medios de comunicación y la cultura de la imagen.
Según Lyotard, las tecnologías comunicativas han producido una sociedad de la
información.
Gianni Vattimo: Para Vattimo, hemos entrado en la posmodernidad, una
especia de ‘babel informativa,’ donde la comunicación y los medios adquieren un
carácter central. La posmodernidad marca la superación de la modernidad
dirigida pos las concepciones unívocas de los modelos cerrados, de las grandes
verdades, de fundamentos consistentes, de la historia como huella unitaria del
acontecer. La Posmodernidad abre el camino, según Vattimo, a la tolerancia, a
la diversidad. Es el paso del pensamiento fuerte, metafísico, de las
cosmovisiones filosóficas bien perfiladas, de las creencias verdaderas, al
pensamiento débil, a un modalidad de nihilismo débil, a un pasar despreocupado
y, por consiguiente, alejado de la acritud existencial. Para Vattimo, las ideas
de la posmodernidad y del pensamiento débil esta estrechamente relacionadas con
el desarrollo del escenario multimedia, con la toma de posición mediática en el
nuevo esquema de valores y relaciones. Con base en el trabajo de este autor se
ha realizado múltiples trabajos en la teoría de los medios de comunicación en
la posmodernidad.
Rosa María Rodríguez Magda:
Para esta autora, si la posmodernidad postulaba en fin delos Grandes Relatos,
ahora habríamos entrado a una nueva etapa que denomina Transmodernidad,
caracterizada por la aparición de un nuevo Gran Relato: La Globalización. Este
paradigma debe recuperar los retos de la modernidad, asumiendo las críticas
posmodernas. Su teoría se inscribe en la línea de las aportaciones realizadas
por Baudrillard, Bauman, y Zizek.
Literatura y Posmodernidad.
Aunque no es fácil hablar de autores posmodernos, si se reconocen
características de la posmodernidad en muchos de los autores de la literatura
contemporánea, como los estadounidenses, Paul Auster, Thomas Pynchon y el
francés, Michel Houellebecq o también Bernardo Atxaga, Ariel Garaffo, y Juan
Manuel Tucky junto a muchos otros.
Amor Líquido
Amor líquido es un concepto creado por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman,
desarrollado en su obra Amor Líquido.
El libro trata acerca de los vínculos humanos, para describir el tipo de
relaciones interpersonales que se desarrollan en la posmodernidad. Estas, según
el autor, están caracterizadas por la falta de solidez, y por una tendencia a
ser cada vez más fugaces, superficiales, etéreas y con menor compromiso. Aunque
el concepto suela usarse para las relaciones basadas en el amor romántico,
Bauman también desarrolla el concepto
para hablar en general de la liquidez del amor al prójimo.
Bauman explica como en las
sociedades del capitalismo avanzado aparecen algunas tendencias que afectan a
como se entienden las relaciones personales. La tendencia al individualismo
hace ver las relaciones fuertes como un peligro para los valores de autonomía personal. A esto se une la
generalización de la ideología consumista que provoca la mercantilización de
varios ámbitos de la vida. En este sentido, el resto de personas empiezan a
verse como mercancías para satisfacer alguna necesidad, y el amor se convierte
en una suerte de consumo mutuo guiado por la racionalidad economicista donde el
ethos económico invade las relaciones personales.
En este contexto los vínculos
afectivos estables se convierten en una hipoteca. La idea de matrimonio, el
“hasta que la muerte los separe,” deviene un plazo inasumible en una sociedad
marcada por el eterno presente y el usar y tirar de la sociedad de consumo.
Vivir juntos, por ejemplo,
adquiere el atractivo del que carecen los vínculos de afinidad. Sus intenciones
son modestas, no se hacen promesas, y las declaraciones, cuando existen, no son
solemnes, ni están acompañadas por música de cuerda ni manos enlazadas. Casi
nunca hay una congregación como testigo y tampoco ningún plenipotenciario del
cielo para consagrar la unión.
Uno pide menos, se conforma
con menos y, por lo tanto, hay una hipoteca menor para pagar, y el plazo del
pago es menos desalentador. Z.Bauman (2005).
Las relaciones por internet se convierten en el modelo que se exporta al
resto de relaciones de la vida real. De hecho, más que relaciones, se buscan
conexiones, ya que estas no necesitan de implicación ni profundidad. En las
conexiones, cada uno decide cuando y como conectarse, y siempre puede pulsar la
tecla suprimir.
Criticas.
Gil Calvo encuadra el concepto dentro del pensamiento débil de los
ensayos posmodernos, que él denomina irónicamente ensayismo líquido,
considerando que la obra de Bauman no crea conceptos originales, sino que
recicla viejas teorías con un objetivo comercial. Desde los estudios de género
se ha hecho una critica al concepto por no hacer un análisis de las diferentes
formas de entender el amor que históricamente han tenido hombres y mujeres. En
este sentido, autores como Matamoros sostienen que tradicionalmente las mujeres
amaban solido mientras que los hombres amaban líquido. Por ello, propone
replantear las tesis de Bauman en términos de ¿Porqué ahora las mujeres también
aman líquido? Una posible respuesta seria que una premisa para poder amar líquido
es el tener una independencia personal tal, que pueda llevar a plantearse el
amor como una amenaza a esta. El sistema patriarcal ha provocado que, mientras
que históricamente los hombres pudiesen conceptualizar así las relaciones, para
las mujeres esto solo haya sido posible en las ultimas décadas.