Desordenes Psicológicos
En 1992, el ex-jugador de
Futbol Americano estrella, Earl Campbell, estaba sentado en su carro escuchando
música country cuando de repente se sintió aterrorizado, y su corazón comenzó a
palpitar fuera de control. Después de ser hospitalizado una semana por sospecha
de ataque al corazón, fue diagnosticado, por el contrario, de sufrir trastorno
de pánico. Su temor de tener un trastorno de pánico en público lo orilló a
permanecer en casa, temeroso de aventurarse hacia afuera aún para revisar su
buzón. Había desarrollado agorafobia.
El
22 de enero de 1987, en una conferencia de noticias televisivas, el tesorero de
Pensilvania, R. Bud Dwyer, cometió suicidio colocando el cañón de su pistola en
su boca y jalando el gatillo. Dwyer estaba sufriendo de una profunda depresión, después de su condena bajo cargos de corrupción.
Entre
1972 y 1978, un contratista de construcción de Chicago, de mentalidad exitosa y
cívica, llamado John Wayne Gacy, asesinó a 33 muchachos y hombres jóvenes y los
enterró bajo su casa. Después de su captura, Gacy expresó ningún remordimiento,
por el contrario, relató que sus asesinatos a sangre fría, le habían dado
placer. El expediente personal de Gacy indicaba que él tenía un trastorno de
personalidad antisocial.
La Naturaleza de los Trastornos Psicológicos
Es difícil que pase una
semana sin que las noticias reporten casos de trastornos psicológicos extremos
tales como estos. Pero, ¿Cómo determinar cuando una persona tiene trastornos
psicológicos? Y, ¿Cómo se clasifican los trastornos psicológicos? Las
respuestas a estas preguntas son proporcionadas por psicólogos y otros en el
campo de la psicopatología, el estudio de los trastornos psicológicos.
Criterios para el Trastorno Psicológico
Un reciente y ambicioso
estudio, llamado Encuesta Nacional de Comorbilidad, examino la frecuencia de
trastornos psicológicos en los Estados Unidos. La encuesta de más de 8 mil
personas, entre los 15 y los 54 años de edad, encontró que el 29 % ha tenido, al
menos un trastorno psicológico dentro del último año, y 48% ha tenido uno al
menos durante su vida (Kessler, 1994).
Usted probablemente conoce personas cuyos patrones de estado de ánimo,
pensamientos, y acciones, le hagan sospechar, también, que sufren de un trastorno
psicológico. Pero, ¿cuáles son los criterios para tener tal trastorno? Los
principales son las anomalías, las inadaptaciones y la angustia personal.
Siendo Inusual: Anomalías como Criterio
El comportamiento anómalo se
desvía del comportamiento de la “típica”
persona, la norma. Una norma puede ser cualitativa o cuantitativa. El
comportamiento anómalo cualitativo se desvía de los patrones culturalmente
aceptados, quizá incluso pareciendo extraño. Un conductor de un ferrocarril que
anuncia que el tren se detendrá, podría ser normal; un pasajero que anuncia que
el tren se detendrá seria anormal. El comportamiento anómalo cuantitativo se
desvía del promedio estadístico. Una
mujer que se lava sus manos tres veces al día sería alguien normal. Una mujer
que se lava sus manos treinta veces al día sería alguien anormal.
Por
sí mismo, lo anómalo no es un suficiente criterio para determinar la presencia
de un trastorno psicológico. Si la anormalidad cualitativa fuera por sí misma
un criterio suficiente, entonces la gente que alcanza logros extraordinarios,
tales como los ganadores del Premio Nobel, o un campeón Olímpico de decatlón, y
aún un presidente del gobierno estudiantil sería considerado trastornado
psicológicamente. Y si la anormalidad cuantitativa fuera suficiente, entonces
aún un médico quien lava sus manos treinta veces al día, en el curso de mirar
pacientes, sería considerado trastornado psicológicamente.
Por lo tanto, el contexto en el cual el comportamiento “anormal” ocurre, debe ser considerado
antes de decidir que este es sintomático de un trastorno psicológico.
Aún otro problema con usar la
anormalidad como el único criterio al diagnosticar el trastorno psicológico, es
la posibilidad de que el inconformismo pudiera ser considerado un trastorno
psicológico solamente por oponerse a lo establecido. ¿Deberíamos ver a todos
los artistas innovadores y los disidentes políticos como víctimas de trastornos
psicológicos?
Deficiencia en el Funcionamiento: Inadaptabilidad como Criterio
De acuerdo con el criterio de
Inadaptabilidad, usted tendría un trastorno psicológico si su comportamiento
seriamente quebranta su vida social, académica, o vocacional. Como en el
ejemplo, considerando a una persona, tal como Earl Campbell, con el trastorno psicológico
llamado agorafobia, (miedo a estar en lugares públicos). Tal persona tendría
miedo a dejar casa, y podría consecuentemente alejar a los amigos, fallar en la
escuela, y perder un trabajo. Similarmente, una persona que usa drogas o
alcohol excesivamente, podría ser considerada psicológicamente trastornada,
porque tal comportamiento podría interferir con el funcionamiento diario. Pero
el comportamiento inadaptado no es siempre un signo de trastorno psicológico. A
pesar de estudiar para los exámenes, dejar de comer frutas y vegetales, y
conducir 90 millas por hora en una carretera ocupada, son comportamientos
inadaptados, no necesariamente son sintomáticos de un trastorno psicológico.
Sensación de Angustia: Angustia Personal Como Criterio
El criterio de angustia
personal asume que nuestro sentimiento subjetivo de ansiedad, depresión, o
alguna otra desagradable emoción determina si padecemos un trastorno
psicológico. Sin embargo, la angustia personal puede no ser un criterio
necesario y suficiente para determinar la presencia de un trastorno psicológico
(Widiger & Trull, 1991). Algunas personas, como John Wayne Gacy, tienen
trastornos psicológicos sin sentir angustia.
Un comportamiento que es
anormal, inadaptado, o de angustia personal podría indicar que una persona
tiene un trastorno psicológico. Pero no hay un punto único en el que una
persona se mueve de ser psicológicamente sana a ser psicológicamente
trastornada. Cada uno de nosotros varía en cada uno de los criterios. Por lo tanto, hay un grado de subjetividad,
incluso en las mejores respuestas a la
pregunta de cómo el
comportamiento anómalo, inadaptado,
o personalmente angustiante
de una persona debe ser, antes de determinar que él o ella tiene un trastorno psicológico.
Puntos de
Vista Sobre los Trastornos Psicológicos
Aún cuando los psicólogos están de acuerdo
con la presencia de un trastorno psicológico particular, podrían discrepar en
sus causas. En otras palabras, cada uno de ellos favorece a un diferente punto
de vista con respecto a las causas psicológicas del trastorno. Desde los
tiempos antiguos, la gente ha tratado de explicar los patrones inusuales o
dolorosos de comportamiento que ahora llamamos trastornos psicológicos. Muchas
antiguas autoridades griegas asumían que los dioses infringías sobre las
personas trastornos psicológicos para castigarlos por sus fechorías. Sin
embargo, el médico griego Hipócrates (460-377 a.C.), argüía, en cambio, que los
trastornos psicológicos tenían causas naturales.
A pesar de los esfuerzos de Hipócrates y sus
seguidores, las explicaciones sobrenaturales existieron junto a las
explicaciones naturales hasta el siglo XIX. El médico suizo del siglo XVI,
Paracelso, (1493-1541) rechazó el punto de vista sobrenatural. En vez de
atribuir el comportamiento inusual a los demonios, él lo atribuyó a la luna.
Paracelso llamó a tal condición lunacia, y
a la gente que lo exhibía, lunáticos.
Esos términos se derivaban de la palabra latina para “luna.” Usted probablemente ha escuchado a alguien decir en una
noche, cuando la gente está actuando raramente, “Debe haber luna llena esta noche.” Pero, contrario a la creencia
popular, la luna no afecta la incidencia de los crímenes, la enfermedad mental,
o algún otro comportamiento anormal (Rotton & Kelly, 1985). Actuales puntos
de vista sobre trastornos psicológicos lo atribuyen a factores naturales. Los
puntos de vista difieren en el grado en que ellos le atribuyen, a los trastornos
psicológicos, factores biológicos, ambientales o mentales.
El Punto de
Vista Biopsicologico
Hace un siglo, Sigmund Freud observó, “En vista de la íntima conexión entre las
cosas físicas y mentales, vemos hacia el día cuando los caminos del
conocimiento serán abiertos, yendo de la biología y la química orgánica, hacia el
campo del fenómeno neurótico.” (Taulbee, 1983). Como neurólogo, Freud debió
haber aprobado el punto de vista biopsicologico, el cual favorece el estudio de
las causas biológicas de los trastornos psicológicos.
El moderno interés en las causas
biológicas de los trastornos psicológicos, fue estimulado en el siglo XIX cuando
los investigadores descubrieron que un trastorno llamado parálisis general, marcado por un notable deterioro mental, era
causado por una infección de sífilis. Investigadores del siglo XIX también
encontraron que un toxico químico también podía inducir trastornos
psicológicos. De hecho, El Sombrerero Loco, de Alicia en el País de las Maravillas, exhibía síntomas psicológicos
causados por ingestión accidental de mercurio, el cual era usado en la
fabricación de sombreros de fieltro. Este fue el origen de la frase, Loco como
un sombrerero (O’Carroll et al., 1995). Hoy en día, los investigadores
biopsicologicos están interesados especialmente en el papel de la herencia,
daño cerebral, y química cerebral, en el desarrollo de los trastornos
psicológicos.
El Punto de
Vista Psicoanalítico
El Punto de
Vista Psicoanalítico, originado en la medicina, creció del punto de vista
biopsicologico. Pero en vez de mirar en causas biológicas subyacientes en los
trastornos psicológicos, el punto de vista psicoanalítico ve por las causas
subconscientes. Sigmund Freud enfatizaba el continuo conflicto entre los
impulsos biológicos innatos, particularmente el sexo, el cual demandaba
expresión, y las normas de la sociedad que inhibían su expresión. De acuerdo
con Freud, los conflictos de sexo y agresión podían ser reprimidos hacia la
mente subconsciente, lo que podía llevar a sentimientos de ansiedad causados
por una energía sexual o agresiva reprimidas. Freud afirmaba que podíamos ganar
un alivio parcial de esa ansiedad recurriendo a mecanismos de defensa. Si
nuestros mecanismos de defensa eran inadecuados o demasiado rígidos, podíamos
desarrollar trastornos psicológicos.
Ambos, tanto el punto de vista
Biopsicologico como el punto de vista psicoanalítico, apoyan el llamado modelo médico, el cual asume que un
comportamiento perturbador o una experiencia consciente molesta, es en realidad
un síntoma de un proceso subyacente, ya sea en el cerebro o en la mente
subconsciente. El modelo medico ha contribuido a un vocabulario medico que es
compartido por ambos, tanto médicos como profesionales de la salud mental.
Estos incluyen términos tales como, cura,
paciente, tratamiento, diagnosis, enfermedad mental y hospital mental.
El Punto de
Vista Conductista
El punto de vista conductista surge en
oposición al punto de vista psicológico, que miraba hacia las causas mentales
del comportamiento. Aquellos que favorecen el punto de vista conductista, en la
tradición de B. F. Skinner, ven en el medio ambiente y en el aprendizaje de comportamientos
inadaptados, las causas de los trastornos psicológicos. Los trastornos
psicológicos pueden surgir en las personas cuyo comportamiento inapropiado es
reforzado o cuyo comportamiento adecuado es castigado o extinguido.
Los teóricos social-cognitivos, tales como
Albert Bandura, añadirían que debemos de desarrollar un trastorno psicológico si
observamos el comportamiento de otra persona. Por ejemplo, una persona podría
desarrollar una fobia, (un temor irreal), por perros tanto por ser mordido por un
perro, como por observar a alguien siendo mordido por un perro.
Aquellos que favorecen el punto de vista
conductista, con su énfasis en factores ambientales, también podrían ser más
proclives a considerar los efectos negativos de las condiciones socioeconómicas
en el bienestar psicológico. Por ejemplo, la pobreza es un factor pre
dispositivo en una variedad de trastornos psicológicos. El resultado de una
investigación, en residentes de New Havent Connecticut, encontró que la pobreza
está asociada con un alto riesgo de casi todos los trastornos psicológicos.
Esto se mantiene cierto tanto para jóvenes, como para viejos, hombres y
mujeres, anglos y afros (Bruce, Takeuchi, & Leaf, 1991).
El Punto de Vista Cognitivo
El filosofo estoico griego, Epicteto,
(60-120 d.C.) enseño que, “los hombres
son perturbados por no por las cosas, sino por las opiniones que ellos toman de
las cosas.” Esta es la suposición central del punto de vista cognitivo, el
cual sostiene que los trastornos psicológicos surgen de las inapropiadas formas
de pensar acerca de uno mismo y del mundo. La teoría personal de George Kelly,
la teoría cognitiva más elaborada de la personalidad, observa las construcciones
personales de la gente, para determinar si tienen un trastorno psicológico. La
gente que falla mantener un bastante estable, pero flexible conjunto de
construcciones personales, son más proclives a sufrir de trastornos
psicológicos (Button, 1983).
Muchos teóricos cognitivos suponen que las
personas con trastornos psicológicos mantienen creencias irracionales, lo que
les guía a disturbios emocionales o comportamientos inadaptados. Aún recientes
estudios indican que las personas con trastornos psicológicos, marcados por
altos niveles de ansiedad o depresión, podrían pensar más racional y
objetivamente que otras personas acerca de ellos mismos y el mundo (Taylor
& Brown, 1988). Esto es, las personas sin trastornos psicológicos podrían
ser optimistamente irrealistas y ver el mundo a través de unos “lentes color de rosa.”
El Punto de
Vista Humanista
Los psicólogos que favorecen el punto de
vista humanístico, principalmente Carl Rogers y Abraham Maslow, enfatizan la
importancia en la autorrealización, lo cual es el cumplimiento de los
potenciales de uno. De acuerdo con Rogers y Maslow, los trastornos psicológicos
ocurren cuando la gente falla en alcanzar su potencial, quizás a causa de
otros, especialmente sus padres, desalentándolos a expresar sus verdaderos
deseos, pensamientos e intereses. Esta consideración positiva condicional puede
llevar a la persona a desarrollar una auto-imagen pública que es favorable para
otros, pero muy diferente de su imagen privada real. La angustia causada por
la falla en actuar en concordancia con los deseos, pensamientos, e intereses
propios de uno, puede llevar a desarrollar un trastorno psicológico.
El Punto de
Vista de Diátesis Estrés
Ningún punto de vista provee una adecuada
explicación de trastornos psicológicos. Esto ha llevado a emerger el punto de
vista de diátesis estrés, el cual mantiene que las personas difieren en su
predisposición biológica para desarrollar trastornos psicológicos (Fowles,
1992). Esa predisposición es llamada diátesis, y es determinada parcialmente
por la herencia. Una persona con una predisposición a desarrollar trastornos
psicológicos, puede resistir aún extremadamente altos niveles de estrés
psicológicos. Resultados de investigaciones en apoyo al modelo diátesis-estrés
indican que el estrés social interactúa con predisposiciones psicológicas para
causar algún trastorno psicológico, incluyendo depresión mayor (Monroe &
Simons, 1991) y esquizofrenia (Fowles, 1992).
Clasificación
de los Trastornos Psicológicos
A lo largo de los Siglos, autoridades han
distinguido una variedad de trastornos psicológicos, caracterizado cada uno por
su propio conjunto de síntomas. En 1883, el psiquiatra alemán Emil Kraepelin
(1856-1926) ideó el primer sistema moderno de clasificación (Angst, 1993).
Hoy en día, el sistema de clasificación más ampliamente usado para los
trastornos psicológicos es la cuarta edición del Diagnostico y Estadística del Manual de Trastornos Mentales (DSM-IV), publicado por la Asociación Norteamericana de
Psiquiatría.
El DSM-IV: Categorizando los Trastornos Psicológicos
El DSM-IV, el cual fue publicado en 1994, es una versión revisada del DSM-III, el cual fue publicado en 1980
(y revisado en 1987 como el DSM-III-R).
Fue precedido por el DSM-II en 1968,
y el DSM-I en 1952. El DSM-IV provee un medio de comunicación entre
los profesionales de la salud mental, ofreciendo una estructura de investigación
sobre las causas de los trastornos (Clark, Watson, & Reynolds, 1995).
El DSM-I y el DSM-II, los cuales estaban basados en la teoría psicoanalítica, dividían
los trastornos en neurosis y psicosis. Una neurosis envolvía ansiedad, un
moderado trastorno de las relaciones sociales, y un relativo buen contacto con
la realidad. Una psicosis, por el contario, envolvía trastornos mentales,
comportamientos bizarros, un severo trastorno de las relaciones sociales, y un
relativo pobre contacto con la realidad. El DSM-III
y el DSM-IV abandonaron esta orientación
psicoanalítica y en vez de ellos consideraron de los factores biológicos, psicológicos
y sociales en el diagnostico de los trastornos psicológicos.
El DSM-IV provee cinco ejes para
diagnosticar los trastornos psicológicos. El eje I contiene dieciséis categorías
principales de trastornos psicológicos. El eje II contiene desordenes de la
personalidad y retardo mental. El eje III contiene las condiciones médicas que podrían
afectar el trastorno psicológico de la persona. El eje IV contiene las fuentes
de estrés sociales y ambientales bajo las cuales la persona ha estado
recientemente. Y el eje V contiene un estimado del nivel de funcionamiento de
la persona.
La Lista de los Trastornos Clínicos del Eje I
1.-Trastornos usualmente
diagnosticados primero en la infancia, niñez, o adolescencia. Trastornos que
aparecen antes de la madurez. Ejemplos incluyen el tartamudez, enuresis
nocturna (Cama mojada), trastorno de déficit de atención/ desorden de
hiperactividad.
2.-Delirio, demencia, y amnesia y
otros trastornos cognitivos. Trastornos del cerebro causados por las drogas,
las toxinas, edad, o enfermedad. Ejemplos incluyen (confusión mental extrema), y
demencia (causada por el deterioro del intelecto).
3.-Trastornos mentales debido a
condiciones medicas generales. Trastornos debidos a una condición médica no
clasificada en ninguna parte. Ejemplos incluyen, trastornos catatónicos debidos
a…, cambios de personalidad debidos a…, y trastornos mentales debidos a…
4.-Trastornos de Sustancias
Relacionadas. Trastornos que involucran dependencia a drogas psicoactivas
en detrimento del funcionamiento diario. Ejemplos incluyen, dependencia a la cocaína,
heroína, alcohol, o mariguana.
5.-Esquizofrenia y otros
trastornos psicóticos. Trastornos asociados con una marcada desorganización
de la percepción, cognitiva, emocional, y de comportamiento. Ejemplos incluyen, esquizofrenia
paranoide, esquizofrenia catatonica, y esquizofrenia desorganizada.
6.-Trastornos del estado de Ánimo.
Trastornos marcados por severas perturbaciones mentales. Ejemplos incluyen, Depresión
mayor y trastorno bipolar.
7.-Trastornos de Ansiedad. Trastornos
asociados con ansiedad extrema. Ejemplos incluyen, Fobia, trastorno de pánico,
trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obsesivo-compulsivo, y trastorno
de estrés postraumático.
8.-Trastornos Somatoformes. Trastornos
que involucran síntomas físicos, tales como parálisis o pérdida de
sensibilidad, sin una causa física. Ejemplos incluyen, hipocondrías y trastorno
de conversión.
9.-Trastornos Ficticios.
Trastornos en donde la persona falsifica síntomas de trastornos físicos o psicológicos.
Ejemplos incluyen, mentir en cuanto a síntomas o inducir síntoma.
10.-Trastorno Disociativo. Trastornos
en donde la conciencia consciente está separada de los pensamientos,
sentimientos y memorias relevantes de la persona. Ejemplos incluyen, amnesia disociativa
y fuga disociatva.
11.-Trastornos sexuales y de
identidad de género. Trastornos caracterizados por disfunciones sexuales,
parafilias (prácticas sexuales desaprobadas culturalmente), o confusión sobre
la identidad de género de uno. Ejemplos incluyen trastornos de erección
masculinos, trastornos orgásmicos femeninos, exhibicionismo, masoquismo sexual,
y transexualismo.
12.-Trastornos alimenticios.
Trastornos que involucran patrones alimenticios inadaptados. Ejemplos incluyen, anorexia nerviosa y bulimia nerviosa.
13.-Trastornos del sueño.
Trastornos marcados por una ruptura del ciclo soñar-despertar. Ejemplos
incluyen, insomnio, narcolepsia, hipersomnia y apnea del sueño.
14.-Trastorno del impulso-control
no en otra parte clasificado. Trastornos asociados con la inhabilidad de
resistir el impulso de cometer ciertos actos inadaptados.
15.-Trastorno de Adaptación. Trastorno en el cual la persona falla en
adaptarse adecuadamente a importantes factores de estrés. Ejemplos incluyen, la
inhabilidad de adaptarse al divorcio o a reveses financieros.
16.-Otras condiciones que podrían ser el foco de atención clínica.
Trastornos que no caen dentro de otra categoría. Ejemplos incluyen factores psicológicos
que afectan condiciones medicas, problemas relacionales, y problemas relacionados
con abuso o negligencia.
Un ejemplo de diagnostico multiaxial
Eje I
|
Dependencia al Alcohol
|
Eje II
|
Trastorno de Personalidad Antisocial
|
Eje III
|
Cirrosis alcohólica del hígado.
|
Eje IV
|
Perdida de trabajo, amenaza de desalojo, separación de la esposa.
|
Eje V
|
Actual nivel de funcionamiento: 40.
Mas alto nivel de funcionamiento el año pasado: 55.
|
Debido a que el DSM-IV es relativamente nuevo, ha habido
mucho mas investigación en el DSM-III. El
DSM-III fue una mejora sobre previos sistemas
de diagnósticos pero encontró critica (McReynolds, 1989). La investigación encontró
que, en conjunto, las categorías de diagnostico del DMS-III tenían solamente
una modesta validez y confiabilidad (Eysenck, Wakefield, & Friedman, 1983).
La confiabilidad de un diagnóstico se refiere a la medida en que diferentes evaluadores
alcanzan el mismo diagnostico. Por ejemplo, ¿estarán de acuerdo varios psicólogos
clínicos de manera independientemente, que una persona dada tiene esquizofrenia? La validez
de un diagnostico se refiere a la medida en la que un diagnostico es correcto. Por
ejemplo, ¿Tiene realmente esquizofrenia una persona que ha sido valuada con
esquizofrenia?
Observe que la creación de categorías en el DSM es en realidad un
ejercicio de elaboración de conceptos. Cada categoría, ya sea “trastorno de pánico,”
“depresión mayor,” o “personalidad antisocial” es un concepto que es definido
por ciertas características. Pero los conceptos de trastornos psicológicos son
conceptos naturales, y estos tienen “fronteras difusas.” Esto significa que diferentes trastornos podrían
compartir ciertas características y que una persona podría exhibir algunas pero
no todas las características de un trastorno particular. Esto hace difícil de
lograr una alta confiabilidad y validez en el diagnostico.
Aunque muchos profesionales norteamericanos
de la salud mental encuentran fallo el DSM-III,
una encuesta en profesionales de la salud mental en 42 otros países, encontró aprobación
general en él (Maser, Kaelber, & Weise, 1991). El DSM-IV tiene una más fuerte base de investigación que las versiones
previas del DMS (Frances et al., 1995), pero, como sus predecesores, ha sido
criticado por su confianza en el modelo medico (Sanua, 1994).
Critica sobre el Diagnostico de los Trastornos Psicológicos
Debido a la extendida
confianza en el DSM, algunos investigadores critican los potenciales efectos
negativos en la diagnosis de los trastornos psicológicos. Esta actitud crítica fue
inspirada en parte, en un estudio clásico sobre los efectos de la diagnosis.
Anatomía de un Estudio de Investigación Clásico
¿Podría ser una persona sana
reconocida en un hospital de salud mental?
Base Lógica:
El estudio fue conducido por
el psicólogo David Rosenhan (1973). Se preguntaba si una persona normal y sana,
quejándose de síntomas de esquizofrenia, podría obtener admisión en un hospital
mental, y si una vez que fuese admitida, el personal podría descubrir su pretensión.
Método:
Rosenhan tuvo a ocho personas
aparentemente normales, incluyendo a él mismo, logrando admisión a diferentes hospitales mentales, llamando al hospital para hacer citas y luego quejándose de escuchar
voces que decían “vacio, hueco, golpe.”
Escuchar voces imaginarias es un síntoma de esquizofrenia.
Resultados y Discusión.
Los ocho “Pseudopacientes” fueron admitidos a doce hospitales en cinco
estados, sus estancias oscilando entre 7 y 52 días. Durante sus estancias,
ellos se comportaron normalmente, no quejándose de escuchar voces, y algunas
veces escribiendo cientos de páginas de notas sobre sus experiencias en el
hospital. Aunque ningún miembro del personal descubrió que los pseudopacientes
estaban fingiendo, varios pacientes verdaderos los acusaron de ser periodistas
o profesores investigadores de hospitales mentales. Rosenhan concluyó que el
diagnostico de los trastornos psicológicos es influenciado mas por preconcepciones
y por el contexto en el cual encontramos a una persona, que por cualquier otra característica
objetiva de la persona.
Pero
el psiquiatra Robert Spitzer, quien ayudo a desarrollar el DSM-III, afirmaba que Rosenhan malinterpretó los resultados el
estudio (Spitzer, 1975). Primero, la admisión del los pseudopacientes al
hospital mental fue justificada, debido a que gente que reporta escuchar voces imaginarias
podría tener esquizofrenia. Segundo, las personas con esquizofrenia podrían
tener largos periodos de tiempo sin exhibir síntomas obvios del trastorno. Así,
los miembros del personal que observaron a los pesudopacientes durante su
estancia no tenían razón para concluir que estaban fingiendo. Sin embargo, el
poder de la etiqueta "mentalmente enfermo" para colorear nuestro juicio de una
persona fue apoyado por otro estudio. Cuando sujetos observaron a personas etiquetadas
como pacientes mentales (quienes en realidad no lo eran), o gente similar no
dada esa etiqueta, fueron más proclives a calificar a los supuestos pacientes
mentales como siendo “inusuales.”
(Piner & Kahle, 1984).
El líder
crítico en los diagnósticos de etiquetas es el psiquiatra Thomas Szasz (1960),
quien ha ido tan lejos en hasta llamar a la enfermedad mental esquizofrenia, un
“mito.” Él piensa que los
comportamientos que llegan a ser etiquetados como “enfermedades mentales” son en realidad “problemas en la vida.” De acuerdo con Szasz, etiquetar a personas
como enfermos mentales, erróneamente culpa su funcionamiento inadaptado sobre
una enfermedad. Él piensa que la noción de “enfermedad
mental” es una espada de dos filos: podría disculpar un comportamiento
atroz cometido por aquellos etiquetados como “mentalmente enfermos.” Szasz afirma que la enfermedad mental es un
mito que ha provocado respuestas críticas de otros profesionales de la salud
mental (Bentall & Pilgram, 1993), como se indica en el siguiente
comentario:
Este mito tiene una atracción seductora para muchas
personas, especialmente si ellos no tienen que lidiar clínicamente con individuos
y sus familias experimentando la angustia, la confusión y el terror de la
esquizofrenia. Desafortunadamente informarles a los esquizofrénicos y a sus
parientes que ellos están teniendo una experiencia mitológica no parece ser
apreciado por ellos y no es particularmente útil (Kessler, 1984).
Los muchos profesionales de la salud mental
que han ayudado a crear el DSM-IV no
ven los trastornos psicológicos que se analizan como mitos. Las categorías más
importantes de los trastornos psicológicos incluyen, trastornos de ansiedad, trastornos somatoformes, trastorno disociativo,
trastorno de estado de ánimo, trastorno de esquizofrenia, y trastornos de la personalidad.
Trastorno de Ansiedad: Cuando la Ansiedad se Convierte en Destructiva
Usted ciertamente ha
experimentado ansiedad cuando aprendió a manejar, tomó un examen importante, o
fue a su primera cita de pareja. La ansiedad es un sentimiento de aprensión
acompañado de miedo comprensivo, y una excitación del sistema nervioso simpático,
lo que produce un incremento del sudor, del ritmo cardiaco y del ritmo de
respiración. Aunque la ansiedad es una parte normal y beneficiosa de la vida
diaria, nos advierte sobre amenazas potenciales, en los trastornos de ansiedad,
si llegan a ser intensos, crónicos, y perjudiciales en el funcionamiento
diario. Cerca del 10 al 15% de los adultos norteamericanos sufren de trastornos
de ansiedad (Robin et al., 1984), el cual incluye trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, fobias, y trastorno obsesivo-compulsivo.
Trastorno de Ansiedad Generalizada: Viviendo con Ansiedad Crónica
Aunque nosotros normalmente
experimentamos ansiedad en respuesta a situaciones estresantes, la persona con trastorno de ansiedad generalizada está
en constante estado de ansiedad, que existe independientemente de cualquier
situación estresante particular. En esencia, la ansiedad llega a ser uno de los
rasgos cardinales de la personalidad (Rapee, 1991). La característica central
del trastorno de ansiedad generalizado es la preocupación. La persona se
preocupa constantemente casi por cualquier cosa, incluyendo trabajo, estudio,
finanzas, y relaciones sociales. Casi el 5% de la población sufre el trastorno
de ansiedad generalizada, algunas veces durante su vida (Wittchen et al.,
1994); es más común en mujeres que en los hombres (Roy et al., 1995).
¿Cómo se explica el desarrollo del trastorno
de ansiedad generalizada? Los
investigadores biopsicologicos buscan en la herencia, la neuroquímica, y la
excitación cerebral las respuestas. Los hijos de victimas del trastorno de
ansiedad son 7 veces más proclives a desarrollarlo de lo que son los hijos de
padres que no son víctimas. Samuel Turner, un investigador líder en la ansiedad
señala
que aunque esto apunta a una
base genética posible para los trastornos de ansiedad, ello no nos
permite concluir que los trastornos de ansiedad son mas ocasionados por herencia
común que por experiencias de la vida comunes (Turner, Beidel, & Costello,
1987). Más fuerte, pero también inconcluyente, es la evidencia de una base
hereditaria para el trastorno de ansiedad. Una investigación muestra un índice de concordancia mayor para gemelos idénticos, quienes comparten
un 100% de sus genes, en comparación con los
gemelos fraternales, quienes no son mas similares genéticamente que los
hermanos no gemelos (Torgersen, 1983). El índice de concordancia es la
probabilidad de que una persona desarrollará un trastorno psicológico, dado que
un familiar posee el trastorno.
Ya
sea si es causado por herencia o por experiencia, la ansiedad está asociada con
un exceso de actividad en las neuronas de serotoninas (Eison & Eison, 1994)
lo que es reducido por drogas usadas para tratar la ansiedad. La tomografía de
emisión de protones (PET) indica que la ansiedad está asociada con un
incremento de excitación cerebral. Más específicamente, el escaneo PET ha
mostrado que cuando los sujetos son colocados en una situación de ansiedad
inducida, muestran un incremento en la excitación de sus lóbulos temporales
(Reiman et al., 1989).
Trastorno de Pánico: Siendo
abrumado por la Ansiedad
Los
teóricos biopsicologicos y cognitivos están en desacuerdo sobre las causas del
trastorno de pánico (McNally, 1990). Los teóricos biopsicologicos observan que
el trastorno de pánico corre en familias, con un índice de concordancia entre
miembros de la familia de cerca del 20% (Crowe, 1990) El índice de concordancia
es más alto para gemelos idénticos que para gemelos fraternos (Torgerson,
1989). Nuevamente, estos hallazgos aluden a, pero no son garantía, de una
predisposición genética del trastorno de pánico (Kandler et al., 1995). El
escaneo PET ha implicado los lóbulos temporales, porque la gente con trastorno
de pánico muestra una mayor actividad en el lóbulo temporal derecho que en el
izquierdo, lo que no se encuentra en otras personas (Reiman et al., 1984).
De acuerdo con los teóricos
cognitivos, el trastorno de pánico resulta del pensamiento erróneo (Cox, 1996),
atribuyendo erróneamente los síntomas físicos de excitación causados por
factores tales como la cafeína, el ejercicio, estrés leve, o memorias
emocionales, a serios trastornos mentales o físicos. La ansiedad de separación
evocada por el recuerdo de una persona importante en la vida de uno que una ha
perdido, es especialmente probable para instigar un ataque de pánico (Free,
Winget, & Whitman, 1993). El pensamiento catastrófico sobre los menores
síntomas físicos pueden inducir a la ansiedad abrumadora que caracteriza al trastorno de pánico
(Agras, 1993). Esta explicación cognitiva del pánico es común en la teoría de
la emoción de los dos factores de Schachters, porque asume que el pánico ocurre
cuando una excitación inexplicable es atribuida a una fuente catastrófica.
Fobias: Exhibiendo Temores Irracionales
La palabra Fobia, proviene del Fobos,
el nombre del Dios griego del miedo, y se refiere a la experiencia de un temor
excesivo e inexplicable. La persona se da cuenta de que el miedo es irracional
pero no puede controlarlo. La fobia podría tener consecuencias desadaptivas.
Por ejemplo, los pacientes con claustrofobia (miedo a los espacios cerrados)
están algunas veces tan aterradas en someterse al diagnostico de imágenes de
resonancia magnética, lo cual les requiere yacer quietos por más de una hora o
más (Kilborn & Labbe, 1990). Las fobias están entre los mas comunes
trastornos psicológicos afligiendo a cerca del 6% de los norteamericanos (Boyd
et al., 1990).
Los principales casos de fobias son las fobias simples, fobias sociales, y
agorafobia. Una fobia simple es un temor intenso e irracional hacia un objeto
específico o una situación específica, tal como una araña o las alturas. La
gente con fobias simples podría hacer un gran esfuerzo para evitar objetos y
situaciones que ellos temen. Algunas fobias son:
Fobia
|
Objeto Temido
|
Acrofobia
|
Lugares Altos
|
Ailurofobia
|
Gatos
|
Algofobia
|
Dolor
|
Acuafobia
|
Agua
|
Aracnofobia
|
Arañas
|
Astrafobia
|
Relámpagos
|
Claustrofobia
|
Lugares Cerrados
|
Cinofobia
|
Perros
|
Hematofobia
|
Sangre
|
Misofobia
|
Suciedad
|
Nicrofobia
|
Obscuridad
|
Monofobia
|
Estar Solo
|
Ocolofobia
|
Multitudes
|
Tanatofobia
|
Muerte
|
Triscaidecafobia
|
Número 13
|
Xenofobia
|
Extranjeros
|
Zoofobia
|
Animales
|
Las
personas con fobia social temen el escrutinio del público, quizás guiándolos a
evitar practicar deportes, hacer llamadas telefónicas, o interpretar música en
público (Cox & Kenardy, 1993). Existe evidencia de diferencias
neurotransmisoras y neurológicas entre personas con fobia social y personas sin
ella (Miner & Davidson, 1995). La fobia social es promovida por una
creciente atención auto enfocado, la cual es más probable bajo condiciones de
alto estrés psicológico (Hope, Gansler, & Heimberg, 1989). Usted ha
recibido un indicio de esta experiencia si usted ha notado que su boca se seca,
sus palmas sudan, y su corazón late fuertemente justo antes de hacer una
presentación oral en clase. La fobia social parece tener sus orígenes en la
niñez, cuando niños tímidos más proclives que los niños extrovertidos llegan a
ser adultos con fobia social (Stemberger et al., 1995).
La
agorafobia es el miedo a estar en público. La palabra agorafobia, del término
griego “miedo al mercado” fue acuñado en 1871 para describir el caso de cuatro
hombres que tenían miedo a estar en la plaza de la ciudad (Boyd & Crump,
1991). Los agorafobicos típicamente tienen un historial de ataques de pánico. Tienden
a evitar lugares públicos porque temen la vergüenza de tener testigos de sus
ataques de pánico. (Clum & Knowels, 1991). Esto le hace evitar fiestas, eventos
deportivos y centros comerciales. En casos extremos estas personas pueden
volverse prisioneros en su propia casa, aterrados de dejarla por cualquier
razón. Debido a que la agorafobia interrumpe cada aspecto de la vida de la
víctima, es la fobia más común vista por los psicoanalistas.
Ciertas
personas tienen una predisposición biológica, posiblemente hereditaria, para
desarrollar fobias. Una parte de la evidencia de esto es que los gemelos
idénticos tienen un mayor índice de concordancia que los gemelos fraternos
(Kendler et al., 1995). De acuerdo con Martin Seligman (1971) la evolución nos
ha preparado biológicamente para desarrollar fobias de potenciales peligros
naturales o situaciones, tales como el fuego, serpientes, y alturas. Los primeros
seres humanos quienes estaban predispuestos biológicamente para evitar estos
peligros eran más proclives a sobrevivir lo suficiente para reproducirse y,
como resultado, pasar esta predisposición a sus crías en sus genes. Esto podría
explicar porque las fobias que involucran objetos naturales potencialmente
peligrosos, tales como las serpientes, son más persistentes que las fobias que
involucran usualmente objetos naturales seguros, tales como flores (McNally,
1987). Aunque algunos investigadores cuestionan la noción de preparación
heredada para ciertos objetos o situaciones (Davey, 1995), existe investigación
experimental que apoya esa noción. Por ejemplo, cuando el miedo es inducido por
serpientes de apareamiento o casas con descargas eléctricas, el miedo a las
serpientes dura más dada la experiencia (Ohman. Erixon, & Lofberg, 1975).
La noción de que estamos genéticamente predispuestos genéticamente para temer
ciertas cosas tiene algo en común con el concepto de arquetipo de Jung.
El
psicoanálisis cree que las fobias son causadas por una ansiedad desplazada por
un objeto o una situación temida, sobre otra situación u objeto. Una vez
desplazada la ansiedad, la persona mantiene la fuente verdadera
inconscientemente. Un caso clásico de psicoanálisis es el del pequeño Hans, un
niño de cinco años que tenía miedo a salir afuera por su temor a los caballos. Despues
de escuchar sobre los antecedentes del caso, Sigmund Freud atribuyó la fobia a
una inadecuada resolución del complejo de Edipo. Freud afirmaba que Hans tenía
un deseo incestuoso por su madre y un miedo de ser castigado por ellos siendo
castrado por sub padre. Hans desplazó el miedo por su padre hacia los caballos,
permitiéndole mantener su sentimiento de deseo incestuoso inconscientemente.
En contraste, los teóricos
conductistas afirman que las fobias son respuestas aprendidas de situaciones de
la vida. Las fobias se desarrollan gracias al aprendizaje, ya sea de
experiencias personales, o a través de la observación de gente fóbica (Ost,
1985). Por ejemplo, la fobia del pequeño Hans podría ser atribuida a un
terrible incidente observado donde caballos enjaezados a un carro cayeron y
luego lucharon por ponerse de pie (Strafford-Clark, 1965).
Las
explicaciones cognitivas-conductistas indican la auto eficacia. La gente fóbica
podría creer que carece de la habilidad para arreglárselas con situaciones
estresantes. Las investigaciones indican que los sentimientos de auto eficacia
de una persona fóbica, con relación a la situación temida es un factor más
importante en fobias que el nivel de ansiedad de la persona o la percepción del
peligro (William, Turner, & Peer, 1985).
Las explicaciones cognitivas de
la fobia enfatizan la importancia de creencias exageradas sobre la nocividad
del miedo inducido sobre el objeto o la situación (Thorpe, & Salkovski,
1995). Un estudio con gente con fobia a las arañas, encontró que ellos
verdaderamente mantienen creencias mas irracionales acerca de lo que sucedería
si confrontaran a una araña, incluyendo su reacción a ello (Arntz et al.,
1993).
Trastorno Obsesivo-Compulsivo: Sintiéndose Compelido a Pensar Ciertos Pensamiento o a Realizar Ciertas Acciones.
Si usted alguna vez a sido
incapaz de mantener un anuncio publicitario de estar continuamente corriendo
dentro de su mente, usted ha experimentado una leve obsesión, el cual es un
pensamiento persistente y recurrente. Las obsesiones pueden perpetuarse al sí
mismas, debido a que el simple acto de tratar de suprimir un pensamiento lo hará
mas proclive de entrar en su conciencia (Wegner et al., 1987). ¿Alguna vez ha
revisado su reloj de alarma para asegurarse
que fue ajustado la noche anterior para un examen temprano en la mañana? Si es
así, usted ha experimentado una leve compulsión, la cual es una acción repetitiva
que usted se ha sentido compelido a realizar. Las personas cuyas compulsiones y
obsesiones interfieren en su diario funcionamiento sufren de un trastorno
compulsivo obsesivo. Este trastorno se encuentra en aproximadamente el 3% de la
población (Rasmussen & Eisen, 1990). Las compulsiones más comunes son limpiar
y revisar. La compulsiones menos comunes son conteo y acumulamiento (Ball,
Baer, & Otto, 1996).
Podría
haber una predisposición hereditaria en aquellos que desarrollan el trastorno
compulsivo-obsesivo. Existe evidencia que hay familias por las que corre el trastorno
compulsivo-obsesivo (Rasmussen, 1993), y en un estudio de más de 400 pares de
gemelos, se encontró que lo hereditario representa casi la mitad de la
variabilidad de los síntomas obsesivos de una persona a otra (Clifford, Murray,
& Fulker, 1984).
El
escaneo PET ha encontrado que las personas obsesivo-compulsivas tienen una alta
actividad anormal en los lóbulos frontales (Baxter, 1991). Quizás el
comportamiento compulsivo está dirigido a reducir esta sobreexcitación a
niveles más confortables. Usted podría haber experimentado esto en una forma
leve, quizás usted ha sentido ansiedad sobre sus deberes escolares, usando
horas re arreglando su cuarto, y como resultado ha sentido menos ansiedad.
De
acuerdo al psicoanálisis el trastorno compulsivo-obsesivo es causado por una fijación en
el estado anal, resultado de un rudo entrenamiento en la tasa del baño. Esto
causa un enojo reprimido hacia los padres. El niño se defiende en contra de la
culpa generada por esos sentimientos de enojo y transgresiones postreras,
repitiendo ciertos pensamientos y acciones una y otra vez. Las obsesiones y
compulsiones a menudo tienen un significado simbólico, tal como se representa
en Macbeth de Shakespeare, cuando Lady Macbeth se ocupa en lavarse las manos
compulsivamente después de asesinar al Rey Duncan, ilustrando el rol de la
culpa en algunos casos de trastorno compulsivo-obsesivo (Shafrin, Watkins,
& Charman, 1996). Los teóricos conductistas ven la obsesión y la compulsión
como formas de evitar situaciones de ansiedad inducida. De manera que usted podría
compulsivamente limpiar y organizar su cuarto para evitar la ansiedad de
estudiar para un examen.
Trastornos Somatoformes: Síntomas Físicos sin Causas Físicas
Hipocondría: Exagerando los síntomas físicos
¿Cómo se explica la hipocondría? Los psicoanalistas la ven como una
defensa contra la toma de conciencia de sentimientos de culpabilidad o baja
estima. Los teóricos conductistas argumentan que los hipocondriacos reciben ambos tanto
reforzamientos positivos, tales como ser prodigado con atenciones, como
reforzamientos negativos, tales como el alivio de responsabilidades de trabajo. Los
cognitivistas notan que las personas que desarrollan hipocondría temen a la
enfermedad tanto que llegan a estar demasiado atentos a los cambios de su
cuerpo, llegándo a notar y exagerar
aun los más minimos cambios. Un estudio que compara 60 personas con hipocondría y 60
personas sin ella, encontró que los hipocondriacos eran más proclives a
interpretar los síntomas físicos como indicativos de una enfermedad. Ellos
parecen presumir que ser completamente sano, significa ser completamente libre
de síntomas (Barsky et al., 1993). Hay evidencia apoyando cada uno de estas
opiniones, pero ninguna es claramente superior a las otras (Barsky &
Klerman, 1983).
El Trastorno de Conversión:
Perdiendo Habilidades Físicas.
Una persona con trastorno de conversión
exhibe la perdida o la alteración de sus funciones físicas sin alguna causa física aparente.
En casos típicos, la persona experimenta una parálisis muscular, tal como la
dificultad de hablar, o la pérdida sensorial, como por ejemplo la inhabilidad de sentir
un objeto en la piel. Pero la aparentemente perdida de la función esta en
realidad intacta; una muchacha que sufrió por una año de piernas “paralizadas” comenzó a usarlas después
de simplemente habérsele dado bioretroalimentación que le proveyó a ella de
evidencia de actividad en los músculos de sus piernas (Klonoff & Moore,
1986). Los médicos sospechan de la presencia del trastorno de conversión cuando
los pacientes exhiben la belle
indiference, o sea, una falta de preocupación sobre sus síntomas. Un
trastorno de conversión podría también ser diagnosticado por un medico que nota
que los síntomas del paciente son anatómicamente.
Las
teorías que explican el trastorno de conversión tienen una larga, y algunas veces
extraña, historia. Un papiro egipcio, que data de 1900 a.C. atribuía el
trastorno, el cual se creía se limitaba a las mujeres, al útero errante (Jones,
1980). Hipócrates aceptaba esta explicación y llamaba al trastorno histeria, del
vocablo griego para “útero.” Debido a
que Hipócrates creía que el útero vagaba dentro del cuerpo, cuando una mujer
estaba sexualmente frustrada, él prescribía el matrimonio como cura. La opinión
del útero errante perdió credibilidad con el arrobo de la ciencia del siglo XIX.
Los
investigadores biopsicológicos modernos han encontrado que los trastornos
somatoformes corren en familias. El índice de concordancia para gemelos
idénticos es tres veces mayor que para gemelos fraternos (cerca del 30% contra
casi el 10%). Pero no es claro si el más alto índice de concordancia para
gemelos idénticos refleja una mayor similitud genética o una mayor similitud en sus
experiencias de vida (Torgersen, 1986).
A
finales del siglo XIX, Sigmund Freud afirmaba que la histeria era el resultado
de la ansiedad generada por impulsos sexuales reprimidos. La ansiedad era convertida en síntomas físicos simbólicos, tales como las piernas paralizadas, lo que permitía a la mujer evitar que actuara sobre sus impulsos sexuales. Freud
llamó a tales trastornos la histeria de conversión. Hoy en día, para evitar
implicaciones de que el trastorno es estrictamente un problema femenino, es
llamado trastorno de conversión. Hay evidencia de que severos traumas psicológicos,
tales como el abuso sexual, podrían inducir un trastorno de conversión (Rothbaum
& Foa, 1991).
Los teóricos conductistas asumen que el
trastorno somatoforme ocurre porque ellos son reforzados por el incremento de atención
o la reducción en las responsabilidades. Los niños podrían llegar a ser
proclives al trastorno somatoforme después de observar a otros miembros de sus
familias ser reforzados por sus síntomas físicos (Mullins & Olson, 1990).
Explicaciones consistentes con la psicología humanística ve los trastornos
somatoformes como formas de proteger el yo a través de la auto-minusvalía. Las
personas con hipocondría son más proclives a quejarse de los síntomas cuando
saben que va a ser evaluados (Smith, Snyder, & Perkins, 1983). Por ejemplo,
una persona que se queja de dolor de garganta frente a un amenazante compromiso
de discurso, podría no ser culpado por un bajo rendimiento del mismo.
Trastornos Disociativos: La Disociación de la Conciencia
En un trastorno disociativo,
la mente consciente de la persona pierde acceso a sus pensamientos,
sentimientos y memorias. El trastorno disociativo incluye amnesia psicogénica, fuga
psicogénica y múltiple personalidad.
Un trauma temprano, tal como un abuso, sexual, físico, o emocional, podría ser
un factor predisponente (Kluft, 1987).
Amnesia Psicogénica:
Olvidando Memorias Importantes
Mientras era interrogado
sobre su asesinato de Robert F. Kennedy en 1968, Sirhan Sirhan era incapaz de
recordar el incidente (Bower, 1981). El aparentemente sufría de amnesia
psicogénica, la inhabilidad de recordar personalmente memorias significativas
(Coon & Milstein, 1992). Las pérdidas de memoria están usualmente
relacionadas a eventos traumáticos, tales como ser testigo de una catástrofe.
Las víctimas de la amnesia psicogénica típicamente recuperan la memoria perdida, horas o días después. El punto de vista psicoanalítico asume que la
represión de memorias dolorosas causa la amnesia psicogénica. Esto fue apoyado
por un estudio en donde personas que vieron diapositivas de caras normales y
caras desfiguradas, acompañadas por descripciones verbales, tenían un pobre
recuerdo de las descripciones asociadas con las caras desfiguradas
(Christianson &Nilsson, 1984).
Fuga Psicogénica: Huyendo de la Identidad de Uno
En septiembre de 1980, una
mujer joven fue encontrada vagando en Birch State Park, Florida. Ella no podía
recordar quien era y de donde era. Después de su presentación en TV Nacional, una mañana en un Programa de Televisión, ella fue reunida con su familia en
Illinois. Ella sufría de fuga psicogénica, que se caracteriza por la pérdida de
la memoria característica de la amnesia psicogénica, la perdida de la identidad
de uno, y el abandono de la casa de uno. (La palabra Fuga viene de un término
latín que significa huir) La persona puede adoptar una nueva identidad, solo
para emerger del estado de fuga, días, meses o años posteriores, recordando
nada de lo que le sucedió durante el periodo intervenido (Kopelman et al.,
1994). En un caso, una muchacha de 15 años asumió una nueva identidad, hablando
un idioma extranjero que ella había aprendido en la escuela, adoptando nuevos
hábitos de vestido y limpieza, y mostrando nuevas habilidades, intereses, y
rasgos personales por seis días (Venn, 1984).
El Trastorno de Identidad Disociativo: Exhibiendo Múltiples
Personalidades
En 1812 Benjamin Rush, el
fundador de la Psiquiatría Norteamericana, reportó el siguiente caso, que
involucraba a la esposa de un ministro:
En su paroxismo de locura ella reanudó sus hábitos homosexuales, hablaba
francés, y ridiculizaba los principios y prácticas de la secta a la que
pertenecía. En los intervalos de sus ajustes, ella renunciaba a sus hábitos
homosexuales, se convertía en una devota celosa de los principio religiosos y
ceremonias de los metodistas, y olvidaba todo lo que decía y hacia durante los
ataque de su locura. (Carlson, 1981, p. 668)
Este
fue uno de los primeros casos bien documentados del trastorno de múltiple
personalidad (hoy técnicamente conocido trastorno
de identidad disociativa) en donde una persona tiene dos o más
personalidades, que se alternan una con otra, como en la historia de Dr. Jekill
& Mr. Hide (García, 1990). Las múltiples personalidades podrían incluir
hombres y mujeres, niños y adultos, y personas morales e inmorales. Un hombre
quieto y retirado de mediana edad, podría alternarse con un extravagante hombre
joven y promiscuo. Cada personalidad podría tener su propia forma de caminar,
escribir, y hablar, y algunos podrían hasta ser animales (Hendrickson, McCarty,
& Goodwin, 1990).
Usted
está probablemente familiarizado con dos casos de múltiple personalidad que se
hicieron películas famosas: La historia de Chris Sizemore, protagonizada por
Joanne Woodward en “Las Tres caras de
Eva,” y la historia de Sybil Dorsett, protagonizada por Sally Field en el
personaje de Sybil. En la cúspide de su trastorno, Sizemore tenía 22
personalidades distintas. Sus personalidades fueron fnalmente integradas en
1975, y ella continuó giras de conferencia para discutir su experiencia
(Sizemore & Huber, 1988).
Las personas que
desarrollan personalidad múltiple casi siempre han tenido experiencias traumáticas
en su niñez temprana, típicamente incluidas abuso sexual y físico, llevándoles
a escapar hacia sus personalidades alternativas (MacGregor, 1996). Un estudio
de 71 pacientes con trastorno de múltiple personalidad en Holanda, encontró que
el 94.4% tenía una historia de abuso sexual y físico en la niñez (Boon &Draijer, 1993).
Cuando era niña, Chris Sizemore fue testigo de un hombre que se ahogaba,
observó las partes del cuerpo ensangrentadas de un hombre que había sido
cortado en partes en un aserradero, y fue forzada a besar el cadáver de su
abuelo. La madre de Sybil Dorsett, la encerraba en el closet y sexualmente la
torturaba.
Debido
a un marcado incremento en los reportes de casos de personalidad múltiple en la
década de 1980s, algunos investigadores creen que los casos de múltiples
personalidades han sido sobre diagnosticados, y son simplemente el producto de
un papel, o un rol de juego, precisamente como en el caso del “observador oculto.” Esta posibilidad fue demostrada en un
estudio donde los estudiantes fueron hipnotizados y se les pidió revelaran, como yo
oculto en ellos mismos, la personalidad de un multihomicida acusado llamado
“Harry Hodgins” o “Betty Hodgins.” El 80% lo hizo así. Esto indica que por lo
menos algunos presuntos casos de trastorno de personalidad múltiple no son más
que un rol de juego, ya sea intencional o no (Spanos, Weekes, & Bertrand,
1983).
El
término “observador oculto” es un
término utilizado por Ernest Hilgard para designar esa parte consciente de una
persona hipnotizada, que no está bajo control de la hipnosis pero es consciente
de lo que está ocurriendo. Ernest Hilgard mandó a un estudiante ciego
hipnotizado, a quien había inducido sordera hipnóticamente, a que levantara su
dedo índice si escuchaba un sonido. Cuando bloques fueron golpeados cerca de su
cabeza, el estudiante ni siquiera retrocedió. Pero cuando se le preguntó si
alguna parte de su mente, había escuchado realmente el ruido, su dedo se alzó.
Hilgard llamó a esta parte de la mente, el observador
oculto (Hilgard, 1978).
Trastornos del Estado de Ánimo: Siendo Dominado por Extremos Emocionales
Todos nosotros experimentamos
fluctuaciones periódicas en nuestras emociones, tales como ponerse brevemente
depresivo después de fallar en un examen, o brevemente regocijarse después de
obtener una calificación de 10. Pero las personas con trastorno de estado de
ánimo experimentan prolongados periodos de extrema depresión o euforia, a
menudo sin conexión con sus circunstancias actuales lo que interrumpe su
funcionamiento diario. Los trastornos de estado de ánimo incluyen depresión mayor y trastorno bipolar.
Depresión Mayor: Sintiéndose Demasiado Deprimido para Funcionar.
Nosotros normalmente nos
sentimos deprimidos después de perdidas personales. La frecuencia e intensidad
de los episodios depresivos varía de persona a persona. Desde la Segunda Guerra
Mundial, la depresión a llegado a ser 10 veces mas común entre los
norteamericanos (Seligman, 1989), y es ahora considerada el resfriado común de
los trastornos psicológicos. La depresión es tan frecuente y angustiante que,
cuando la columnista de consejos Ann Landers ofreció una octavilla sobre la
depresión a sus lectores, 250 000 le escribieron sobre ello (Holden, 1986).
Las personas con depresión mayor
experimentan angustia mayor de forma tal que interrumpe sus vidas durante
semanas o meses a la vez. Podrían expresar desaliento, impotencia, y pérdida de
auto-estima. Su depresión es usualmente peor en las mañanas (Graw et al., 1991)
Podrían inclusive ser incapaces de conciliar el sueño o permanecer dormidos, y
podrían perder su apetito o comer demasiado, sentirse constantemente fatigados,
o abandonar buenos hábitos de aseo, aislarse de las relaciones sociales, perder el interés en el sexo, encontrar dificultad para concentrarse, y fallar para
realizar sus niveles normales académicos y vocacionales. Entre el 2 y 3% de los
hombres y entre el 5 y 9% de las mujeres sufren de depresión mayor (Asociación
Norteamericana de Psiquiatría, 1991).
Norman
Rosenthal y sus colegas han identificado una forma de depresión llamada trastorno afectivo estacional (Schwartz
et al., 1996). Las victimas sufren de extrema depresión durante ciertas
temporadas, principalmente en invierno. El trastorno afectivo emocional podría
ser causado por la inhabilidad de ajustarse psicológicamente a los cambios
emocionales en los niveles de luz. El trastorno afectivo estacional de invierno
es tratado exponiendo a las víctimas a luz brillante artificial antes del
amanecer o después del anochecer. El método más común es exponer a la persona a
una amplia luz brillante fluorescente por dos horas diariamente, o a una luz todavía
más brillante por una hora y media diaria (Tam, Lam, & Levitt, 1995). Este
tratamiento ha sido exitoso en aliviar la depresión asociada con el trastorno
afectivo estacional. El mecanismo exacto es desconocido, aunque hay evidencia
de que los beneficios benéficos involucran el incremento de actividad de la
serotonina (Lam et al., 1996).
Las
personas que sufren de depresión mayor son más susceptibles al suicidio
(Petronis et al., 1990). Aunque algunos suicidios son hechos en favor del honor,
como en ritual japonés hara-kiri, o con el fin de escapar de un intolerable
dolor que es demasiado fuerte para que ellos lo puedan tolerar, como en algunos casos de cáncer terminal,
la mayoría son asociados con depresión mayor. Hay más de 200 000 intentos de
suicidio cada año en los Estados Unidos, con más de 25 000 fatalidades. Aunque
algunas víctimas de suicidio dejan notas explicando el porque se mataron a sí
mismos, la vasta mayoría no lo hace (O’Donell, Farmer, & Catalan, 1993).
¿Quiénes cometen suicidio?
Roy Baumeister (1990), un investigador líder en desordenes del Yo, cree que las
personas cometen suicidio cuando su auto-imagen se vuelve tan negativa que
es demasiado dolorosa en ellos para soportar. El sexo, el grupo étnico y la edad también
son factores. En la mayoría de los países las mujeres son más proclives que los
hombres a intentar el suicidio, y aún mucho más hombres que mujeres tienen éxito
en ello. Esto sucede porque los hombres usan medios que son más letales, tales como
armas hacia la cabeza, mientras que las mujeres tienden a usar medios que son
menos letales, tales como sobre-dosis de fármacos depresores. Viudas y gente
divorciada, son más proclives a cometer suicidio, que solteros o gente casada
(Canetto & Lester, 1995). Blancos y nativos norteamericanos cometen
suicidio más a menudo que los afroamericanos (Ellis & Range,
1989). Los índices de suicidio son más altos para los grupos de gente mayor que
para los grupos de gente joven (Moscicki, 1995). Aunque los índices de suicidio
son más bajos para los estudiantes de secundaria y el colegio, en comparación
con la gente mayor, el suicidio es una de las causas más comunes de muerte en
personas en edades entre los 14 y los 24 años de edad. El suicidio adolescente
es a menudo asociado con familias disfuncionales (Husain, 1990) y abuso de alcohol
y drogas (Rivinus, 1990). Debido a que aún niños chiquitos cometen suicidio
(Lester, 1995), los padres y el personal de escuelas, deberían estar consientes
de la posibilidad en niños retraídos y deprimidos.
Durante su vida, usted
probablemente conocerá personas que usted sospecha están contemplando el
suicidio. De acuerdo con Edwin Shneidman (1994), una autoridad líder en el tema, al menos
un 90% de las personas que intentan suicidarse, dan advertencias verbales o de
comportamiento antes de intentarlo. Esto hace importante tomar las amenazas
seriamente y tomar acciones apropiadas para prevenir intentos de suicidio. Un
estudio en estudiantes de secundaria encontró que pocos conocen los más
importantes signos de advertencia y las respuestas apropiadas a las amenazas de
suicidio por sus compañeros (Norton, Durlak, & Richards, 1989). Los más
importantes signos de advertencias incluyen cambios en el estado de ánimo y
hábitos, asociados con depresión severa, tales como la apatía emocional,
retraimiento social, malos hábitos de aseo, perdida de interés en actividades
recreacionales, regalar bienes preciados, atar los cabos sueltos de su vida, y
amenazas de suicidio en firme (Shaughnessy & Nystul, 1985).
Shneidman
siguiere que debido a que los intentos de suicidio son usualmente gritos de
ayuda, el simple acto de proveer una respuesta enfática, puede reducir la
inmediata posibilidad de un intento actual. Solo el hablar sobre el problema
puede reducir su aparente monstruosidad y ayudar a la persona a darse cuenta que
otras soluciones, además que el suicidio, son posibles y que sus opciones
incluyen más que una opción entre la muerte, y una vida sin esperanza o
impotente. Usted puede permitir que la persona haga una lista de opciones y
después jerarquizarlas en orden de preferencia. El suicidio ya no podría estar
en el primer lugar de la lista. Una meta inmediata deberá ser aliviar el dolor
psicológico de la persona, interviniendo, si es posible, con quienes podrían
estar contribuyendo con el dolor, ya sea, amigos, amantes, maestros, o miembros
de la familia. Usted podría incluso animar a la persona a buscar ayuda
profesional, incluso si usted tiene que hacer la cita para la persona y
acompañarla a ello. Muchas ciudades tienen una línea telefónica de suicidio las
24 horas del día y centros de atención para proveer ayuda y consejo de
emergencia.
Para prevenir el suicidio los
profesionales han ideado programas formales de advertencia de suicidio. En
algunos programas, asistentes de residentes de colegio son entrenados para
reconocer los signos de advertencias verbales, de comportamiento y
situacionales de suicidio. También se les enseña cómo responder a las amenazas
de suicidio, cómo hacer referencias a consejeros profesionales, y cómo apoyar a
aquellos que buscan terapia (Grosz, 1990). Un estudio de los centros de
prevención de suicidio de Canada encontró que voluntarios descubrieron que es importante adecuar sus respuestas a los visitantes, ser directivos ( o sea, mandar) con algunos y
no directivo con otros (Daigle & Mishara, 1995). Hay evidencia de que los
centros de prevención al suicidio son modestamente efectivos. En los Estados
Unidos la presencia de centros de suicidio en un estado, es asociada con una
disminución de los índices de suicidio (Lester, 1993).
Desorden Bipolar: El Ciclo Maniaco-Depresivo
Una
historia bíblica describe como el rey Saúl desgarró sus vestidos en público,
exhibiendo alternados episodios de euforia y depresión severa, y eventualmente
cometió suicidio. Aunque la historia atribuye su comportamiento a espíritus
malignos, los psicólogos podrían atribuirlo al desorden bipolar. Desorden
bipolar, anteriormente llamado maniaco depresivo, es caracterizado por días o
semanas de manía, alternados con largos periodos de depresión mayor,
típicamente separados por días o semanas de disposición de ánimo normal.
La manía
(del término Griego para “locura”) es caracterizada por euforia,
hiperactividad, ideas grandiosas, locuacidad incoherente, un optimismo poco
realista, y autoestima inflada. Las personas maniacas son sexualmente,
físicamente, y financieramente temerarios. También podrían sobre estimar sus
propias habilidades, aún guiándolos a hacer arrebatados acuerdos de
negocios, o dejar un trabajo sedentario para practicar para las olimpiadas. En
un momento de sus vidas, cerca del 1% de los adultos padecen el desorden bipolar, lo
cual es equivalentemente común entre hombres y mujeres (Asociación Norteamericana
de Psiquiatría, 1994).
Causas del Trastorno del Estado de Ánimo
¿Cómo se explica el Trastorno del Estado de Ánimo? Cada uno de los
principales puntos de vista ofrece su propia explicación.
El Punto de Vista Biopsicologico
Los trastornos del estadio de
ánimo tienen una base biológica, aparentemente influenciada por la herencia
(Merikangas, 1993). Gemelos idénticos tienen más índices de concordancia para
la depresión mayor (Allen, 1976) y trastorno bipolar (Mitchell, Mackinnon,
& Waters, 1993) que en el caso de los gemelos fraternales. Debido a que los
gemelos idénticos tienen la misma genética heredada, mientras los gemelos
fraternales no son genéticamente más parecidos que los hermanos no gemelos,
esto provee evidencia de una predisposición hereditaria a desarrollar
trastornos del estado de ánimo.
Evidencia
de apoyo de una base hereditaria para el trastorno bipolar fue provista por un
estudio de la comunidad Amish, en el condado de Lancaster, Pensilvania. Debido
a que los Amish tienen una comunidad aislada que incluye descendientes de
solamente 30 ancestros, en el siglo 18, solo casados entre ellos, ellos proveen
una excelente oportunidad para estudiar la influencia de la herencia en los
trastornos psicológicos. El estudio fue conducido por Janice Egeland y sus
colegas (1987).
Egeland
estudio a las familias de personas con trastorno bipolar. Ella usó pruebas de
sangre para examinar la estructura de sus cromosomas. Egeland encontró que la
gente amish que sufría de trastorno bipolar compartía un gen defectuoso en el
onceavo cromosoma. Pero, debido a que solo el 63% de aquellos con este defecto
desarrollaron el trastorno, quizás las diferencias en la vida experimentadas
también jugaron un papel. Pero estudios similares en familias donde el trastorno
bipolar seguía un patrón hereditario habían fallado en encontrar un marcador
genético de ello, en el onceavo cromosoma. Esto incluía el estudio de dos
familias australianas (Mitchell et al., 1991) y el estudio de tres familias
islándicas (Kelsoe et al., 1993) Esto reforzaba la importancia de la
investigación réplica. Por supuesto, es imposible que algunos casos de
trastorno bipolar estén relacionados al cromosoma 11, mientras otros están
relacionados a otros cromosomas (Ewald et al., 1995).
La predisposición hereditaria
para desarrollar trastorno del estado de ánimo, se puede manifestar por si
misma por sus efectos en los neurotransmisores. La depresión mayor está relacionada
a bajos niveles anormales de serotonina o norepinefrina en el cerebro (McNeal
&Cimbolic, 1986) Un estudio midió los niveles de un producto químico por
sobre la serotonina en el fluido cerebroespinal de las personas deprimidas que
habían intentado suicidarse. De aquellos con un nivel arriba del promedio, 20 %
subsecuentemente lo hicieron (Traskman et al., 1981) Las drogas antidepresivas,
a menudo prescritas a gente suicida
actúan incrementado los niveles de serotonina (Baldwin & Rudge, 1995) y
norepinefrina (Schildkraut et al., 1995).
La
serotonina parece moderar la relación de la norepinefrina con ambas, la manía y
la depresión mayor. La depresión es asociada con una combinación de bajos
niveles de ambas, la norepinefrina y la serotonina, mientras que la manía es
asociada a una combinación de bajos niveles de serotonina y altos niveles de
norepinefrina. La manía es también asociada a inusuales
altos niveles de excitación cerebral, tal vez relacionado con esos niveles de
neurotransmisor. Además, estudios usando el escaneo PET han encontrado que
victimas de depresión mayor tienden a tener relativamente menos niveles de
actividad en el hemisferio izquierdo que actividad en el hemisferio derecho
(Martinot et al., 1990)
El Punto de Vista Psicoanalítico
La visión del psicoanálisis
tradicional mantiene que la pérdida de un padre o el rechazo de un padre
temprano en la niñez predispone a la persona a experimentar depresión, ya sea
si él o ella sufre una perdida personal, ya sea de un amante o un trabajo, posteriormente en su vida. Debido a que tales niños sienten que es inaceptable expresar
enojo ante la pérdida o recházo de un padre, aprenden a volver su enojo contra
ellos mimos, creando sentimientos de culpabilidad y auto-odio (Freud,
1917/1963). Pero estudios de investigación han encontrado que esto no puede
explicar todos los casos de depresión. Por ejemplo, ambos tanto los adultos
depresivos como los no depresivos son igualmente proclives a haber sufrido la
pérdida de padres en la niñez (Crook & Eliot, 1980).
El Punto de Vista Conductista
Las explicaciones
conductistas de la depresión enfatizan el papel de factores del aprendizaje y
el medio ambiente. Una de las más influyentes de estas explicaciones es la teoría del reforzamiento de Peter
Lewinsohn, la cual asume que las personas depresivas carecen de las habilidades
sociales necesarias para ganar el refuerzo social normal de otros y podrían
provocar en su lugar reacciones negativas de ellos. Por ejemplo, la gente
depresiva estimula menos el sonreír de otros, tienen un menor número de
declaraciones de apoyo, reciben más expresiones faciales desagradables, y más
comentarios negativos de otros que en el caso de las personas no depresivas
(Gotlib & Robinson, 1982). Lewinsohn nota que la persona depresiva esta
capturada en un círculo vicioso en donde el reducido reforzamiento social lleva
a la depresión y el comportamiento depresivo posteriormente reduce el
reforzamiento social (Youngren & Lewinsohn, 1980).
Un estudio longitudinal de 5
años identificó este estilo pesimista explicatorio en niños que llegaron a ser
propensos a la depresión. Temprano en el estudio, la depresión de los niños fue
prevista por eventos negativos, y no por sus estilos explicativos. Posteriormente,
ambos tanto los eventos negativos como el estilo explicativo pesimista
predijeron la depresión de los niños. Eventualmente, los niños que habían
desarrollado el estilo explicatorio pesimista mantenido por ellos, aun después
de su depresión hubo disminuido. Esto les hizo más susceptibles a ataques de
depresión (Nolen-Hoeksema, Girgus, & Seligman, 1992).
El Punto de Vista Cognitivo
Investigadores inspirados por
la teoría construida personalmente por George Kelly ha encontrado que la gente
depresiva mantiene más negativas construcciones personales de ellos mismo en
comparación con la gente no depresiva (Neimeyer, 1983). Pero la visión
cognitiva más influyente de la depresión es la teoría cognitiva de Aaron Becks (1967). Beck ha encontrado que la
gente deprimida exhibe lo que él llama una triada cognitiva. Ellos tienen una
visión negativa de ellos mismos, de sus circunstancias actuales, y de sus
posibilidades futuras (Anderson & Skidmore, 1995). La triada cognitiva es
común entre los pacientes psiquiátricos deprimidos, pero no es común entre
otros pacientes psiquiátricos. Esto indica que la triada es específica de la
depresión (Giles & Shawn, 1987). La tríada cognitiva
se mantiene por la tendencia de las personas deprimidas a generalizar en exceso de los acontecimientos negativos. Por ejemplo, la gente deprimida tiene
a asumir que una simple falla significa que ellos son incompetentes (Carver
& Ganellen, 1983).
Como
se mencionó anteriormente, la gente con trastornos psicológicos podrían tener
creencias más objetivas sobre ellos mismos y el mundo, de lo que lo hacen las
personas sin tales trastornos. La investigadora de la depresión, Lauren Alloy y
sus colegas han encontrado que esto es cierto especialmente en gente depresiva.
La gente no depresiva sobreestima la posibilidad de que eventos positivos les sucederan, y
subestima la posibilidad de que eventos negativos, les sucederán a ellos
(Crocker, Alloy, & Kayne, 1988) Tienden a ser demasiado alegres y
optimistas (Margo et al,. 1993). Esto lleva a la sorpresiva conclusión que si
usted no está deprimido, podría significar que usted tiene una visión positiva
poco realista de usted mismo y del mundo. La gente depresiva, en contraste, son
dolorosamente precisos en sus ópticas de la realidad, el llamado realismo
depresivo (Haaga & Beck, 1995). Sin embargo, algunos investigadores han
fallado en encontrar esta diferencia entre gente depresiva y no depresiva
(Dobson & Pusch, 1995).
Otra óptica cognitiva de la
depresión, propuesta por Susan Nolen-Hoeksema, implica la rumiación continua
sobre la situación de uno. Las personas que constantemente piensan sobre el
estado triste de sus vidas, experimentan depresión más severa y más crónica que
las personas que toman acción para mejorar sus vidas, o se distraen ellas mismas
persiguiendo actividades disfrutables (Nolen-Hoeksema, 1994). Nolen-Hoeksema
cree que esto puede explicar el porqué después de los 15 años, las mujeres son
aproximadamente el doble de proclives que los hombres a estar deprimidas
(Nolen-Hoeksema & Girgus, 1994). Ella ha descubierto que las mujeres
deprimidas tienden a rumiar sobre sus depresiones, mientras que los hombres
deprimidos tienden a distraerse ellos mismo de ello (Nolen-Hoeksema. Morrow,
& Fredrickson, 1993). De hecho, ella encontró que entre los estudiantes de
colegio, rumiar fue el único predictor mas importante para saber qué tanto tiempo la
depresión duraría. Debido a que las estudiantes mujeres tienden a rumiar más
que los estudiantes, las mujeres deprimidas tienden a tener ataques de
depresión más duraderos (Butler & Nolen-Hoeksema, 1994). La teoría rumiante de Nolen-Hoeksema fue
probada en el siguiente estudio:
Razón Fundamental: Encontrar una relación entre la rumiacion y la
depresión no garantiza que exista una relación causal entre ellos. Esto llevó a
Nolen-Hoeksema and Morrow (1993) a conducir un experimento para encontrar si la
rumiación afecta, de hecho, a la depresión.
Método: Nolen-Hoeksema and Morrow de manera aleatoria asignaron
a 24 no depresivos y 24 levemente a moderado estudiantes deprimidos a gastar 8
minutos enfocando su atención en sus actuales sentimientos y características
personales (la condición rumiante) o
en descripciones de locaciones geográficas y objetos (la condición de distracción).
Resultados y
Discusiones:
Nolen-Hoeksema and Morrow que los sujetos depresivos en las condiciones
rumiantes se volvieron significativamente más depresivos. En contraste, los
sujetos deprimidos en la condición de distracción se volvieron
significativamente menos deprimidos. Además, la rumiación y la distracción no
afectan los estados de ánimo de sujetos no deprimidos. Así, los resultados
apoyaron su aseveración de que las personas deprimidas que rumian son más
proclives a depresiones más intensas, haciendo que les tome más tiempo en
regresar a sus estados de ánimo normales. Los resultados también apoyan su
aseveración de que la gente deprimida que tratan de distraerse ellos mismos
llegan a deprimirse menos, permitiéndoles regresar a estados de ánimo normales
más rápido.
Nolen-Hoeksema
han encontrado que una de las dificultades en superar la rumiacion, sin
embargo, es que la gente deprimida que rumia lo hace para ganar percepción
hacia sus sentimientos y problemas. Así, ellos no se sienten motivados a tomar
acción para distraerse ellos mismos o aligerar sus estados de ánimo,
posiblemente porque temen que les prevendrá de ganar un mejor entendimiento de
ellos mismos (Lyubomirsky & Nolen-Hoeksema, 1993). Evidentemente, una cosa
es saber que la rumiacion promueve la depresión, y otra cosa tratar de detenerla.
Como se anotó anteriormente, un
problema con las teorías cognitivas de la depresión es la dificultad para
identificar si los patrones de pensamiento que caracterizan a las personas
depresivas son la causa de su depresión o el resultado de su depresión. El determinar
esto en la vida diaria requiere estudios prospectivos, los cuales siguen a
personas sobre un periodo de tiempo, para determinar si el estilo de
pensamiento depresivo precede, acompañan, o siguen el inicio de la depresión.
Porque hay más evidencia que el estilo de pensamiento depresivo acompañan o
siguen el inicio de la depresión, podrían no ser su causa (Brewin, 1985).
La
conclusión fue apoyada por un experimento en el cual grupos de gente depresiva
recibieron cada uno dosis diarias de pastillas antidepresivas, o sesiones de
psicoterapia dos veces a la semana. Ambos grupos mostraron un decrecimiento de
la depresión y ópticas más positivas de ellos mismos y del mundo. Porque
incluso los que recibieron solo fármacos mostraron mejoramiento cognitivo,
quizás estilos de pensamientos no depresivos son simplemente la consecuencia de
sentirse bien, y los estilos de pensamiento depresivo son simplemente la
consecuencia de sentirse mal (Simons, Garfield, y Murphy, 1984).
El Punto de Vista Humanístico
Aquellos que favorecen el punto
de vista humanístico, atribuyen la depresión a la frustración de la auto
realización. Más específicamente, la gente depresiva sufre por la incongruencia
entre su yo actual y su yo ideal (Strauman &Higgins, 1988). El yo actual,
es la evaluación subjetiva de la persona de sus propias cualidades. El yo ideal
es el juicio subjetivo de lo que la persona le gustaría llegar a ser. Si el yo
actual tiene cualidades que son demasiado distintas de aquellas del yo ideal,
la persona se vuelve depresiva.
Esquizofrenia: El Cáncer de la Psicología
En la edad mediana, Edvard
Munch, el fundador de la pintura expresionista moderna comenzó a actuar en
forma extraña. Se convirtió en un ermitaño social, creyendo que sus pinturas
eran sus hijos, y afirmando que eran demasiado celosos para ser exhibidos con
otras pinturas (Wilson, 1967). Las acciones de Munch eran síntomas de
esquizofrenia, un severo trastorno psicológico caracterizado por una
discapacidad funcional social, emocional, cognitiva, y perceptual. Debido a que
puede ser tan devastadora, la esquizofrenia es considerada el “cáncer” de la psicología.
La
moderna clasificación de la esquizofrenia comenzó en 1860, cuando el psiquiatra
belga Benedict Morel usó el término Latín demence
precose, significando deterioro prematuro mental, para describir el
comportamiento de un brillante joven extrovertido de 13 años de edad, quien
gradualmente se aisló socialmente y se deterioró intelectualmente. El término
fue popularizado por el psiquiatra alemán Emil Kraepelin en su sistema de
diagnóstico como dementia preacox. En
1911 el psiquiatra suizo Eugen Bleuler (1857-1939) acuñó el término
esquizofrenia (de los términos griegos “mente
dividida”) para referirse al trastorno. Esto reflejaba su creencia de que
la esquizofrenia envolvía una división aparte de las funciones normalmente
integradas de percibir los sentimientos y los pensamientos. Cerca del 1% de la
población llegan a ser víctimas de esquizofrenia, lo cual es equitativamente
prevalente entre hombres y mujeres. Los pacientes esquizofrénicos ocupan la
mitad de las camas de los hospitales mentales de Norteamérica, y le cuesta a la
economía norteamericana billones de dólares cada año.
Características de la Esquizofrenia
Para ser diagnosticado
esquizofrénico, una persona debe exhibir síntomas por al menos seis meses
(Asociación Norteamericana de Psiquiatría, 1994). Las personas con
esquizofrenia típicamente experimentan alucinaciones, las cuales son
experiencias sensoriales en ausencia de estimulación sensorial. Las
alucinaciones esquizofrénicas son usualmente auditivas, típicamente voces que
ridiculizan a la persona, o le ordenan a la persona el cometer actos dañinos, e
incluso violentos (Zisook et al., 1995). Las alucinaciones parecen ser el
resultado de la falla del mecanismo cognitivo que normalmente nos permitiría
distinguir entre experiencias generadas por la mente y experiencias evocadas
por un estimulo externo (Bentall, 1990).
Los investigadores han empezado a identificar las regiones del cerebro que
llegan a activarse durante las alucinaciones auditivas (Silbersweig et al.,
1995).
La
esquizofrenia es también caracterizada por disturbios cognitivos. Las personas
esquizofrénicas son fácilmente distraídas por estímulos irrelevantes (Mirsky et
al., 1995) Esta inhabilidad para enfocar la atención podría explicar la
fragmentación cognitiva que es el sello distintivo de la esquizofrenia. Debido
a que ésta fragmentación también es evidente en el lenguaje esquizofrénico,
usted podría encontrar frustrante el conversar con alguien que es un
esquizofrénico. El habla de una persona esquizofrénica podría incluir palabras
inventadas llamadas neologismos, (Vetter, 1969). El habla de una persona
esquizofrénica también podría incluir un revoltijo de palabras sin significado
llamadas, ensalada de palabras (Vetter, 1969).
Entre
las más distintivas perturbaciones cognitivas en la esquizofrenia están los
delirios. Un delirio es una creencia que se mantiene a pesar de la irresistible
evidencia de lo contrario, tal como la creencia de Edvard Munch de que sus
pinturas eran sus hijos y estaban celosos de otras pinturas. Los delirios más
comunes son los delirios de influencia, tales como la creencia de que los
pensamientos de uno están siendo irradiados de todas las parte del universo
(trasmisión del pensamientos). Menos comunes son los delirios de grandeza, en
donde la persona cree que él o ella es una persona famosa o poderosa. El
fascinante libro, “Los Tres Cristos de
Ypsilanti” (Rokeach, 1964/1981) describe el caso de tres hombres en un
hospital mental donde cada uno tenía el mismo delirio de grandeza: Cada uno
afirmaba ser Jesucristo; Los trabajos de la mente esquizofrénica son
vívidamente ilustrados cuando estos hombres se conocen y cada uno trata de
explicar porque él es el verdadero Jesús y los otros dos meros impostores.
Los
delirios varían de cultura a cultura. Por ejemplo, un estudio a gran escala de
pacientes esquizofrénicos japoneses y alemanes encontró que los alemanes eran
más proclives a tener delirios de persecución directa, tales como el delirio de
ser envenenado, y que los japoneses eran más proclives a tener delirios de
referencia, tales como los delirios de ser calumniado (Tateyama et al., 1993).
Las
personas esquizofrénicas típicamente tienen emocionalidad plana o inapropiada.
La monotonía emocional se muestra por expresiones faciales inmutables, una
carencia de gestos expresivos, y una ausencia de inflexiones vocales. Por
ejemplo, las personas con esquizofrenia son menos responsivas a películas
emocionales que lo que otras personas lo son (Blanchard, Kring, & Neale,
1995). Inadecuación emocional se muestra por arranques extraños, tales como la
risa, cuando alguien es seriamente lesionado. La esquizofrenia es también
asociada con un inusual comportamiento motor, tal como los patrones de
seguimiento en el aire, o el mantener posturas del cuerpo por horas. Y, como es
el caso de Edvard Munch, las personas esquizofrénicas están usualmente aisladas
socialmente, con pocos, o si acaso algún, amigo. Esto podría aparecer primeramente
en la niñez.
Clases de Esquizofrenia: Desestructurada, Paranoide y Catatónica.
Los diagnosticadores
distinguen algunos tipos de trastornos de la esquizofrenia. Los casos en que no
caen atractivamente en cualquiera de las principales categorías de la esquizofrenia
son comúnmente agrupados en una categoría llamada esquizofrenia indiferenciada. Las personas con esquizofrenia desestructurada muestran deterioro de la
personalidad, hablan sandeces, visten extravagante, realizan movimientos
ritualizados, y se enganchan en comportamiento obsceno. Raro, risa inapropiada
es el sello distintivo del trastorno (Black, 1982). La extrañeza de su
comportamiento, y la incoherencia de su lenguaje pueden hacer que sea imposible
para ellos el mantener relaciones sociales normales.
La esquizofrenia catatónica es caracterizada por comportamientos motores
inusuales, a menudo alternando excitación catatónica y estupor catatónico. En
la excitación catatónica, la persona marca
el paso frenéticamente, habla incoherentemente, y se engancha en movimientos
estereotipados. En el estupor catatónico,
la persona puede enmudecer y apenas moverse, posiblemente congelarse en
posiciones por horas o días. Las personas con esquizofrenia catatónica podrían
incluso exhibir “flexibilidad cérea,”
una situación en donde ellos se pueden mover de una posición congelada a otra.
Sin embargo, aún cuando está en el estupor catatónico, el individuo típicamente
permanece consciente de cuanto le sucede en su ambiente inmediato (Ratner et
al.,1981).
La esquizofrenia paranoide se caracteriza
por alucinaciones, delirios, recelo y discusión. Este trastorno fue descrito en
la película de la Segunda Guerra Mundial, The
Caine Muttiny, en donde el capitán Queeg, protagonizado por Humphrey Bogart,
desarrolló delirio paranoide de cara al estrés de la guerra. Acusaba a su
tripulación de conspirar en contra de él, e incluso condujo una investigación a
gran escala para determinar quien le robó fresas de la cocina del barco. En
casos más extremos, las personas con esquizofrenia paranoide, pueden llegar a
sentirse amenazadas lo que las convierte en personas violentas.
Causas de la Esquizofrenia
Ningún punto de vista puede
explicar todas las causas de la esquizofrenia, o el porqué cierta gente con
ciertos factores de riesgo desarrollan esquizofrenia y otros no. Observe que
aún cuando un factor de riesgo es identificado, podría no ser claro si los
factores causan la esquizofrenia, o la esquizofrenia causa los factores, o
otros factores causan ambos, tanto el aparente factor de riesgo como la
esquizofrenia misma.
El Punto de Vista Biopsicológico
Las teorías biopsícologicas de
la esquizofrenia enfatizan los factores genéticos, bioquímicos, y neurológicos.
Hay varios factores biológicos, pero no hay ninguno solo que sea específico para la esquizofrenia
(Szymanski, Kane, & Lieberman, 1991). Parece que la esquizofrenia es mejor
explicada por el punto de vista diatésis-estrés, el cual la ve como el resultado
de la interacción entre una predisposición genética y experiencias de vida
estresantes. Por ejemplo, niños que poseen ambos, una predisposición genética para
llegar a ser esquizofrénicos y el estrés de haber perdido a sus padres son más
proclives a desarrollar esquizofrenia que los niños con solo uno de los
factores. (Walker, et al,1981) Una revisión de la investigación encontró que
los pacientes esquizofrénicos son más vulnerables a factores de estrés, que quienes
sin embargo no han sido típicamente expuestos a inusuales altos niveles de
estrés (Norman & Malla, 1993)
La
esquizofrenia corre por familias, lo más cercano que sean sus relaciones
genéticas a un esquizofrénico, lo más probable que las personas lleguen a ser esquizofrénicas
(Kety, el al, 1994) La esquizofrenia parece tener una fuerte base genética.
Un reciente estudio encontró una concordancia en el rango del 48% para gemelos idénticos
y solo el 4% para mellizos (Onstad el al, 1991) Aún la mayor concordancia
ranqueada para gemelos idénticos podría ser causada por el mayor tratamiento
similar que gemelos idénticos reciben, más que por su idéntico equipamiento genético.
Para
evaluar las contribuciones relativas de la herencia y la experiencia, los investigadores
han recurrido a los estudios de adopción. Muchos de estos estudios han sido
conducidos en Dinamarca, donde el gobierno mantiene un excelente registro de
nacimientos y adopciones. Los estudios apoyan la base genética de la
esquizofrenia. Por ejemplo, la esquizofrenia es más común en familiares biológicos
de esquizofrénicos adoptados que entre sus parientes adoptivos; y los niños normales adoptados por padres esquizofrénicos
tienen un mayor riesgo de padecer esquizofrenia que los niños adoptados por
padres normales; y los niños de padres normales adoptados por padres esquizofrénicos
no muestran un riesgo de incremento de esquizofrenia (Buchsbaum & Haier,
1983)Dada la aparente base hereditaria de la esquizofrenia, ¿Qué diferencia biológica debe de existir entre personas que desarrollan esquizofrenia y aquellos que no la desarrollan? Estudios han encontrado una relación entre la esquizofrenia y la química cerebral, más notablemente con los altos niveles de actividad en las sinapsis que usan el neurotransmisor dopamina. ¿Cuál es la evidencia de que la dopamina es la base de la esquizofrenia? Primero, drogas que son usadas para tratar la esquizofrenia funcionan bloqueando los receptores de la dopamina (Brunello et al., 1995) Segundo, drogas tales como las anfetaminas, las cuales incrementan los niveles de dopamina en el cerebro, pueden inducir síntomas de esquizofrenia en gente normal. Tercero, L-dopa, una droga usada para tratar la enfermedad de Parkinson, porque incrementa los niveles de dopamina en el cerebro, puede inducir síntomas de esquizofrenia en victimas del Parkinson (Nicol & Gottesman, 1983)
Si existe una base viral para la esquizofrenia, ésta podría explicar el porqué los gemelos idénticos no tienen un 100% de índice de concordancia para la esquizofrenia.
Por ejemplo, los gemelos idénticos que comparten la misma placenta tienen un
índice de concordancia más alto para la esquizofrenia que los gemelos idénticos
que nacen de placentas separadas. Es razonable suponer que si un gemelo es
infectado por un virus, el otro gemelo estará en mayor posibilidad de ser infectado
si comparte la misma placenta (Davis & Phelps, 1995)
Si la infección viral juega un
papel en la esquizofrenia, lo hará afectando el cerebro. El escaneo PET ha
mostrado que la esquizofrenia es a menudo asociada con una actividad cerebral
inusual. La gente esquizofrénica tiende a tener menor actividad en sus lóbulos
frontales cuando realizan tareas cognitivas que cuando otros lo hacen
(Buchsbaum, 1990) Los lóbulos frontales son importantes en el pensamiento, planeación,
atención, y solución de problemas, cada uno de los cuales, es usualmente
deficiente en la esquizofrenia.
Algunos
esquizofrénicos tienen atrofia del tejido cerebral creando agrandamiento de los
ventrículos cerebrales, las cámaras llenas de fluido dentro del cerebro
(Syvalahti, 1994). Debido a que este alargamiento puede existir en personas que
han mostrado síntomas de esquizofrenia por solo un breve periodo de tiempo, no
es consecuencia de tratamiento de drogas, u otros factores asociados con
esquizofrenia en marcha. (Nopoulos et al., 1995).
Tipos
de disfunciones particulares del cerebro podrían estar asociadas con conjuntos
particulares de síntomas de esquizofrenia. De acuerdo con la investigadora de
la esquizofrenia, Nancy Andreasen, hay dos clases de síntomas de esquizofrenia,
caracterizados cada uno ya sea por síntomas
positivos o negativos (Andreasen
& Flaum, 1991). Los síntomas positivos son síntomas activos que incluyen
alucinaciones, delirios, trastornos mentales, y comportamientos extraños. Las
personas con síntomas positivos experimentan episodios agudos, muestran síntomas
de empeoramiento progresivo de síntomas, responden bien al tratamiento de
drogas, han incrementado el número de receptores de dopamina, y revelan ninguna
estructura de la patología cerebral. En contraste, los síntomas negativos son síntomas
pasivos que incluyen mutismo, apatía, afecto plano, aislamiento social,
deficiencia intelectual, pobreza del habla, y la inhabilidad de experimentar
placer. Las personas con síntomas negativos responden mal al tratamiento de
drogas y con frecuencia tienen ventrículos cerebrales agrandados, atrofia de la
corteza cerebral, y menos actividad en los lóbulos frontales (Rubin, 1994).
Más
recientemente, Andreasen y sus asociados han reportado que los síntomas
negativos no están consistentemente asociados con el alargamiento ventricular
(Andreasen et al., 1990) Además, sería prematuro dividir la esquizofrenia en
solo dos categorías asociadas con tanto síntomas negativos como positivos. La
evidencia es más fuerte para los síndromes negativos que para un único síndrome
de los síntomas positivos (Andreasen et al., 1995)
El Punto de Vista Psicoanalítico
De acuerdo con el punto de
vista psicoanalítico, las personas que se convierten en esquizofrénicas han
fallado en superar su dependencia de sus madres, y como consecuencia, han
llegado a fijarse en el estado oral. Esto les produce un débil ego que falla en
defenderlos en contra de la ansiedad causada por los impulsos inconscientes del
id y los factores de estrés externos. En lugar de ello, se las arreglan con la
ansiedad, mediante la restauración de comportamientos característicos de la
etapa oral, incluyendo, fantasía, acciones tontas, habla incoherente y
pensamiento irracional.
Reciente
investigación, en el espíritu del punto de vista psicoanalítico, ha encontrado
que los padres quienes están altos en lo que es conocido como emoción expresada
pueden contribuir a mantener o recaer la esquizofrenia en sus hijos. Los padres
que están altos en emociones expresadas critican a sus hijos y llegan a ser emocionalmente
sobreprotectores. Debido al impacto de las emociones expresadas los niños esquizofrénicos
que evitan contacto con sus familiares tienden a tener mejor adaptación psicológica
que los niños esquizofrénicos que mantienen contacto con ellos (Cole & Kasarian,
1993)
El punto de Visto Conductista
Las teorías conductistas de
la esquizofrenia, las cuales enfatizan el papel del aprendizaje, asumen que los esquizofrénicos
son premiados por comportarse en maneras extrañas (Ullmann &Krasner, 1975)
Esto fue descrito en la película de 1974, Una
Mujer Bajo la Influenza, en donde una esposa, interpretada por Gena
Rowlands, hace sonidos extraños para ser recompensada con la atención de su grosero
esposo, interpretado por Peter Falk. Aún, tras su regreso de un hospital mental,
su esposo la urge a hacer los mismos sonidos extraños, enfrente de una casa llena
de gente que le da una fiesta de bienvenida. Los teóricos conductistas también asumen
que una persona que se dedica a realizar comportamientos extraños provoca rechazo
social de otros, lo que en turno contribuye al recelo y al aislamiento social característicos
de la esquizofrenia.
El Punto de Vista Cognitivo
Proponentes del punto de
vista cognitivo enfatizan disturbios de atención y pensamiento como el
principal factor de la esquizofrenia. Tal como lo advirtió el destacado investigador
de la esquizofrenia, Eugen Bleuer, a principios del siglo XX, las personas con esquizofrenia
parecen “incapaces de mantener el tren de
pensamientos en el canal apropiado” (Baribeau-Braun, Picton, &
Gosselin, 1983). Niños expuestos a padres que comunican de manera confusa e
irracional están expuestos a desarrollar la actividad cognitiva perturbada de
la esquizofrenia (Doane et al., 1981)
Investigadores
inspirados en teorías personalmente construidas han encontrado que el pensamiento
desordenado, característico de la esquizofrenia, se encuentra en personas que usan ya sea o muy poco o mucho dimensiones construidas personales al percibir
la realidad social. Las personas con un óptimo número de dimensiones personales
responderían a eventos interpersonales en una manera más flexible, apropiada,
de lo que una persona esquizofrénica lo haría (Phillips, 1981)
El Punto de Vista Humanista
De acuerdo con el punto de
vista humanístico, la esquizofrenia es causada por las extremas incongruencias
entre el yo público y el yo real. R.D. Laing (1967) afirmaba que la esquizofrenia
resultaba cuando una persona desarrollaba un falso yo público para hacer frente
a una intolerable situación de vida. Este retiro de la realidad permite a la
persona experimentar su actual yo. El pensamiento, comportamiento y lenguaje de un esquizofrénico, son indicativos de este retraimiento de la realidad. En contraste hacia otros psicólogos
humanistas, Laing recomendaba que las familias, amigos, y profesionales,
permitieran a la persona esquizofrénica seguir a lo que él llamaba “un viaje al descubrimiento del yo”
hacia su actual yo, y no interferir en ese proceso, administrando drogas, o encomendando
al esquizofrénico a un hospital mental.
Trastornos de Personalidad: Cuando Rasgos Normales se Convierten en
Extremos
El eje II del DSM-IV incluye
los trastornos de Personalidad, que son patrones de comportamiento desadaptivos
inflexibles y que persisten en el individuo por mucho tiempo. La gente con trastornos de
personalidad exhibe ciertos rasgos de personalidad a un extremo inapropiado. En
esencia, los trastornos de personalidad son ejemplos negativos de lo que Alfred
Alder llamó “un estilo de vida.” Aunque las experiencias de la vida juegan un
papel importante en su desenvolvimiento, algunos trastornos de personalidad
tienen una base genética (Nigg &Goldsmith, 1994).
El
trastorno de personalidad que es actualmente de gran interés para los investigadores
es el trastorno limite, quizás porque es prevalente, extremadamente
perjudicial, y un gran desafío de tratar exitosamente por los terapistas. Personas
con trastorno limite tienden a tener auto-imágenes inconsistentes y son
extremadamente inestables en su estado de ánimo. Es difícil de predecir cómo se comportarán socialmente de una ocasión a la siguiente. Pueden ser
sonrientes y confiables en un momento,y hoscos y agresores el siguiente.
Podrían buscar intimidad intensa, solo para correr inmediatamente cuando la encuentran. Sin
embargo, el trastorno de personalidad de gran interés del público en general ha
sido el trastorno de personalidad antisocial, tal vez porque ha estado
implicado en escandalosos casos criminales.
Trastorno de Personalidad Antisocial: La Ausencia de Conciencia
El Trastorno de Personalidad
Antisocial se encuentra en aproximadamente 3% de hombres norteamericanos y
menos del 1% de mujeres norteamericanas. En el siglo 19 se le llamaba locura
moral. Y para la mayoría en el siglo 20 fue llamado psicopatía o sociopatía. El
trastorno de personalidad antisocial se caracteriza por un comportamiento
inadaptado al principio de la niñez. Esto incluye mentir, robar, absentismo
escolar, vandalismo, peleas, abuso de drogas, crueldad física, insuficiencia
académica, y actividad sexual temprana. Adultos con una personalidad antisocial
no podrían sujetarse a las normas sociales. Puede ser que fallen en mantener un
trabajo, en honrar las obligaciones financieras del hogar, o en cumplir las obligaciones
de los padres. También son más propensos que otras personas a convertirse en
apostadores compulsivos (Balszcynski & McConaghy, 1994).
Debido
a que las personas con personalidad antisocial pueden ser encantadoras, mentir
con una cara seria, y hablar de su manera de salir de sus problemas, tales pueden seguir
carreras como abogados picapleitos, políticos corruptos, o evangelistas
farsantes. Dos características de la personalidad antisocial son los
comportamientos impulsivos, tales como conducción temeraria de vehículos, o
relaciones sexuales promiscuas, y una remarcable falta de culpabilidad por el
dolor y sufrimiento que ellos infringen a otros (Rodgers el al., 1995) Tales
personas actúan como si ellos no pudiesen distinguir el bien moral del mal
moral (Blair el al., 1995).
En casos extremos, las personas con una personalidad antisocial se
emplean en actividades criminales y fallan en cambiar su comportamiento aun
después de haber sido penalizados por ello. Los criminales con personalidad
antisocial violan las condiciones de su liberación más, en comparación que los
prisioneros sin una personalidad antisocial (Hart, Knapp, & Hare, 1899).
Robert Hare, un importante investigador del trastorno de personalidad
antisocial, ha encontrado que, afortunadamente para la sociedad, los criminales
con una personalidad antisocial tienden a “consumirse”
después de los 40 años y cometen menos crímenes que otros criminales cometen, después de esa edad (Hare, McPherson, & Forth, 1988).
Causas del Trastorno de Personalidad Antisocial
El trastorno de personalidad
antisocial ha sido sujeto a más investigación que otros trastornos de la
personalidad, y estudios han provisto evidencia de una predisposición
psicológica subyacente (Paris, 1996). El estudio de Thomas Bouchards de la
Universidad de Minnesota sobre idénticos gemelos, quienes fueron separados en su
infancia y entonces reunidos años después, indica que la personalidad antisocial
tiene bases genéticas (Grove et al., 1990) La herencia parece proveer a las
personas quienes desarrollan una personalidad antisocial con un inusual bajo
nivel de reactividad psicológica al estrés, más notable al castigo físico
(Arnett et al., 1993) Los seres humanos tratamos de mantener un optimo nivel de
excitación psicológica. Sin embargo, el inusual bajo nivel de excitación de las
personas con personalidad antisocial los motiva a engancharse en
comportamientos que incrementen su nivel de excitación (L. Ellis, 1987).
Mientras otras personas buscan incrementar su excitación enganchándose en
carreras de autos y en actividades similares socialmente aceptables, aquellos
con una personalidad antisocial podrían aprender a hacerlo cometiendo asaltos
bancarios y otras actividades antisociales.
Pero
¿qué hace a una persona con un bajo nivel de excitación psicológica buscar
emociones a través de carreras de autos, y otras buscar emociones a través de
asaltar bancos? Al explicar el trastorno de personalidad antisocial, los
psicoanalistas enfatizan la influencia de padres abusivos, o padres físicamente
ausentes, quienes hacen al niño sentirse rechazado. Debido a que tales niños no
tienen lazos emocionales con sus padres, tales niños fallan en desarrollar un
adecuado superego, incluyendo una conciencia. Los conductistas creen que un
trastorno de personalidad antisocial es causado por padres quienes premian, o
fallan en castigar, a sus hijos por inmiscuirse en comportamientos antisociales
tales como mentir, robar, o ser agresivos. Existe evidencia de que individuos
con personalidad antisocial, tal vez quizá por su bajo nivel de reactividad,
son menos propensos a aprender por el castigo por sus fechorías. Tales individuos no
muestran el incremento normal de ansiedad cuando se exponen al castigo
(Eysenck, 1980).
¿Debemos Mantener la Defensa de la Locura?
Hace más de 2000 años, Platón
argumentaba que “[Si] alguien cometía un acto cuando estuviese loco o afligido
por una aflicción…le dejáramos pagar por el simple daño; y le exentásemos de
cualquier otro castigo.” (Citado en Carson 7 Butcher, 1992, p. 32) Hoy Platón
encontraría oposición por aquellos que argumentan en contra de la defesa de la
locura. Animado por la petición de locura de John Hinckley, Jr. tras su intento
de asesinato del Presidente Ronald Reagan, muchas personas han criticado la
defensa de la locura como un fracaso de la justicia. Pero, ¿Qué es la Locura?
La
Naturaleza de la Defensa de la Locura
La
Locura es un término legal, no un término psicológico o psiquiátrico
testimoniando que una persona, ya sea él o ella, no es responsable de sus
propias acciones. En casos criminales, esto es en general, determinado por el
jurado. La defensa de la locura fue formalizada en 1843, en el caso de Daniel
M’Naghten, un hombre paranoico esquizofrénico quien había tratado de asesinar al Primer Ministro Ingles, Robert Peel, quien, él pensaba, lo perseguía. Pero,
M’Naghten mató al secretario de Peel, Edward Drummond por error. Tras un juicio
controversial M’Naghten fue declarado no culpable a causa de su locura y fue
entregado a un Hospital Mental.
La reina Victoria estaba tan
desconcertada por el veredicto que pidió al parlamento revisáran el caso. Se
mantuvo la decisión, y la sentencia de M’Naghten llegó a ser un principio
rector en la legislación inglesa. La regla establece que una persona no es
culpable si, al momento de un crimen, la persona, ya sea él o ella, no sabía lo
que estaba haciendo o no sabía que estaba mal.
Hoy
en día, el criterio más amplio usado para determinar la locura en los Estados
Unidos es el del Instituto Legal Norteamericano. El criterio comprende dos
reglas. La regla cognitiva, similar a la regla de M’Naghten, dice que una
persona estaba loca al tiempo de un crimen si la persona, ya sea él o ella, no
sabía que lo que hizo o estaba haciendo era algo equivocado. La regla volitiva,
la cual presume la realidad del libre albedrio, dice que una persona, ya sea él
o ella, estaba loca o loco, al momento de cometer un crimen si la persona no
estaba en control voluntario de su comportamiento. Una autopsia realizada a
Charles Whitman, él llamado, asesino de la Torre Tejana, reveló que él tenía un
tumor cerebral en el sistema límbico, una región del cerebro que ayuda a
controlar la agresión. De haber Whitman ido a juicio, podría haber utilizado la
regla volitiva en su defensa, argumentado que el tumor le hizo incapaz de
controlar su comportamiento.
Controversia
Sobre la Defensa de la Locura: ¿Puede la Comida Chatarra Provocar la Locura?
En
décadas recientes, algunos casos implicando la defensa de la locura, incluido
el de John Hinckley, Jr., han provocado una controversia. En 1979, un caso
ampliamente publicitado, el ex inspector de la ciudad de San Francisco, Dan
White, asesinó al popular alcalde George Moscone y al inspector de la ciudad
Harvey Milk, la primer persona homosexual en mantener abiertamente esa
posición de gobierno. El abogado de White afirmaba que había habido locura en el momento de
los asesinatos porque el comer comida chatarra había elevado los niveles de
azúcar en la sangre, le hizo perder el control voluntario sobre su
comportamiento. Esta llegó a ser conocida como la “Defensa Twinkie.” Se alcanzó el veredicto compromiso y White fue
sentenciado a 7 años en prisión por homicidio involuntario. Tras su liberación
temprana, White cometió suicidio. El uso de la Defensa de la Locura de White
fue considerada una injusticia por críticos de la suplica, “inocente por razón de locura,” incluyendo Thomas Szasz (1980).
A
pesar de la indignación por presuntos abusos de la Defensa de la Locura, ésta es
raramente usada en delitos de crímenes y además es raramente exitosa (Silver,
Cirincione, & Steadman, 1994). Por consecuencia, la indignación en
respuesta al caso de John Hinckley es aparentemente un ejemplo de
disponibilidad heurística. En un notable caso, Kenneth Bianchi, el llamado,
estrangulador de la colina, quien violó y asesinó al menos 10 mujeres en
California en 1977, declaró locura. Su abogado de defensa argumentaba que
Bianchi tenía trastorno de múltiple personalidad, y que otra personalidad, de la
cual no tenía conocimiento, había cometido los asesinatos. En un documental del
canal de TV KPBS, de 1984, psiquiatras debatieron si realmente Bianchi tenía
múltiples personalidades. Algunos de quienes examinaron a Bianchi bajo
hipnosis, encontraron que la personalidad bajo el nombre de “Steve” admitió los
asesinatos (Watkins, 1984).
Aquellos que creyeron que Bianchi estaba fingiendo su trastorno notaron
que tenía una colección de textos de psicología que contenían descripciones de
casos de múltiple personalidad. Por otra parte, su historia personal y patrones
de comportamiento, proveían ninguna evidencia de que él había sufrido de
inexplicables cambios de identidad y comportamiento. El psiquiatra Martin Orne
contradijo el diagnostico de Bianchi y exitosamente argumentó que, por lo
contrario, era una persona lista con un trastorno de personalidad antisocial
(Orne, Dinges, & Orne, 1984). Cuando apareció que su petición de locura
fallaría, Bianchi llegó a un acuerdo con el fiscal, y fue sentenciado a prisión
de por vida (Fisher, 1984). Ha habido una tendencia reciente de mas acusados
para utilizar trastorno de personalidad múltiple
como una defensa por demencia, pero las
decisiones de la corte han sido inconsistentes en aceptarlo (Appelbaum & Greer,
1994).
Una Propuesta Alternativa: Culpable de Enfermedad Mental
La mala fama de casos tales
como los de John Hinckley, Dan White, y Kenneth Bianchi impulsó una
reevaluación de la defensa por demencia por la legislatura del estado y las
organizaciones profesionales. Algunos estados han abandonado enteramente la
defensa por demencia, mientras otros han adoptado la regla de culpable por
enfermedad mental. Esto requiere que una persona loca que ha cometido un crimen
sea colocada en un hospital mental hasta que él o ella no sea ya mentalmente
enferma, y al tiempo pueda cumplir el resto de su sentencia en prisión. También
hay una tendencia hacia colocar la carga en la parte demandada para provocar
que él o ella estaba demente en el momento del crimen, en lugar de colocarlo en
la fiscalía para provocar que el acusado estaba cuerdo.
La Asociación Norteamericana
de Psiquiatría, la Asociación Norteamericana de Psicología y la Asociación
Norteamericana de Barras tienen sus propias posiciones con respecto a la
defensa por demencia. La Asociación Norteamericana de Psiquiatría no estaba tan
preocupada por el testimonio contradictorio de psiquiatras en el juicio de
Hinckley que por publicar su primera opinión jamás sobre defensa por demencia.
La opinión establece que la defensa por demencia es una cuestión moral y legal,
no una cuestión psiquiátrica, y que los psiquiatras deberían testificar
únicamente sobre el estado mental del acusado, y no sobre la responsabilidad
del acusado sobre el crimen (Hebert, 1983).
La
Asociación Norteamericana de Psicología ha tomado un enfoque más precavido, llamando
a la investigación sobre los efectos de la defensa por demencia antes de
decidir eliminarla o reemplazarla por una declaración de culpable pero enfermo
mentalmente (Mervis, 1984). Los últimos años han, de hecho, visto una serie de
estudios sobre la defensa por demencia. Un estudio de investigación de archivo
encontró que la legislación aprobada en 1982 en California para hacer más
difícil apelar a la defensa por demencia no produjo cambios en la tasa de
peticiones de demencia para absoluciones en los próximos tres años (NcGreevy,
Steadman, & Callahan, 1991). En un experimento sobre los efectos en la
opción de veredicto de culpable por enfermedad mental, estudiantes participaron
como jurados en un juicio en broma. Ellos contestaron preguntas sobre el caso.
Los sujetos a quienes les fue dado la opción de veredicto culpable por
enfermedad mental mostraron una reducción a dos tercios en los veredictos de ya
sea, culpable o no culpable por razón de demencia, cuando se les comparó a
sujetos a quienes no se les dio esa opción (Poulson, 1990).
La Asociación Norteamericana de Barras retendría la regla cognitiva,
pero eliminaría la volitiva (esto es, de libre albedrio), en la defensa por
demencia. Tal como la Asociación Norteamericana de Barras lo explica:
“Alguien quien sabiendo roba
un radio, por ejemplo, seria legalmente responsable, aun cuando creyera que se
le estuvo emitiendo instrucciones desde Marte para que lo hiciera. La
enfermedad mental seria solo en defensa si la persona acusada era tan sicótica
que pensaba que estaba exprimiendo una naranja cuando en realidad estaba
estrangulando a un niño.”
La regla volitiva a estado
sujeta especialmente a fuertes ataques porque sería imposible determinar
si la persona ha actuado por voluntad propia o por un irresistible impulso. Por
ejemplo, en 1994 Lorena Bobbitt, en un caso celebrado en donde ella le cortó el
pene a su esposo Wayne, fue declarada inocente por razón de demencia. Aunque
ella afirmó que estuvo compelida a hacerlo tras años de abuso físico, la
fiscalía reclamó que ella aún debería ser considerada criminalmente responsable
por sus acciones.
Queda
por ver si la legislatura volcará por completo nuestra larga tradición de no
mantener a las personas con graves trastornos psicológicos responsable de actos
criminales. La Ciencia y la Política juntas determinarán el resultado de esta
cuestión, meditando sobre la batalla entre el empirismo y el emocionalismo, con
respecto a la defensa por demencia (Rodgers, 1987).
Tomado de Psychology, by Lester M. Sdorow, Fourth Edition,
McGraw Hill, 1998. Chapter 14, Psychological Disorders, p. 477-512. Adaptación
y traduccion: José Escobar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario